TELÉGRAFO ÓPTICO POR JUAN JOSÉ DE LERENA Y BARRY


Juan José de Lerena y Barry fue un marino y diplomático español que destacó por sus contribuciones al desarrollo de las telecomunicaciones españolas, poniendo la telegrafía civil al servicio del Estado, paso necesario para la llegada del telégrafo eléctrico.

Pasó a la historia de las comunicaciones por haber inventado un sistema de telegrafía óptica que presentó en Cuba a una comisión de la Marina Real española, a bordo del navío Soberano, situado en Cuba, en 1829. Ese año, el telégrafo óptico fue patentado por Juan José de Lerena.

TELÉGRAFO ÓPTICO POR JUAN JOSÉ LERENA Y BERRY

PRIMERA VUELTA AL MUNDO POR MAGALLANES Y ELCANO


Entre las muchas aportaciones que España ha realizado a la ciencia universal, hay una que en su momento fue decisiva: la primera demostración empírica de que la tierra es redonda. El deseo de llegar por las rutas de Occidente a las islas de las Especias, que acababan de descubrir los portugueses navegando por las rutas de Oriente, significó la oportunidad de dar, por primera vez, la vuelta al mundo.
PRIMERA VUELTA AL MUNDO POR MAGALLANES Y ELCANO

Eso fue lo que logró el viaje de Magallanes y Elcano alrededor del globo. Después de tres años de calamitosa travesía, el 6 de septiembre de 1522, Juan Sebastián Elcano junto con 17 hombres desnutridos y enfermos desembarcó de la nao Victoria en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda, tras recorrer unos 80.000 kilómetros.
La primera vuelta al mundo partió de la idea de Fernando Magallanes, un marino portugués nacido en 1480, experto en las artes de navegar e intrépido aventurero. Había realizado unos primeros viajes por la India y Malaca entre 1505 y 1511, regresando a Portugal sabedor de la enorme riqueza que generaba la importación a Europa de las especias asiáticas.

Los portugueses tenían colonias por las costas de África y Asia, controlaban las rutas a las islas de las especias en dirección este.

Su proyecto trataba de buscar una ruta alternativa a la ya establecida por la corona portuguesa, en dirección oeste buscando un estrecho marítimo en América que permitiera pasar al mar del Sur, el mismo que la expedición de Vasco Núñez de Balboa llamó también Pacífico. Pero su proyecto fue rechazado por el monarca luso Manuel I el Afortunado.

Sólo España estaba en condiciones de aunar la experiencia marinera, el conocimiento geográfico y cartográfico, la audacia humana, la voluntad política y los recursos económicos para emprender tal aventura marítima. Por eso, en 1517 Fernando de Magallanes viaja hasta Sevilla, donde se puso en contacto con Juan de Aranda, factor de la Casa de Contratación. Ambos consiguieron que en 1519 llegase su proyecto expedicionario a manos de Carlos I quien recibió al portugués en Valladolid, la capital de España.

Su objetivo consistía en llegar a las islas Moculas para obtener especias permitiendo que España se convirtiese en la principal suministradora de pimienta, clavo, nuez moscada y otras especias tan codicias en Europa. El plan consistía en abrir una ruta por el oeste, rodeando el continente americano por su extremo sur, y pasando sólo por dominios españoles. Surgió una dificultad diplomática, ya que según el Tratado de Tordesillas firmado en 1494 entre Castilla y Portugal, ambos países se habían repartido el mundo en dos mitades. Por tanto, si las islas Moculas quedaban del lado luso, Carlos I quebrantaría las relaciones diplomáticas con Portugal. Magallanes, basándose en los mapas de su tiempo, creyó que el camino occidental es viable y que las primeras islas asiáticas están cerca de la barrera americana.

Se trató, a posteriori, de un error de cálculo, pero el rey de España confió en la empresa y puso al portugués al frente de 265 hombres y cinco barcos: la capitana Trinidad, la Concepción, la Victoria, la Santiago y la San Antonio, cargadas de provisiones previstas para dos años (galletas, sardinas arenques, higos y siete vacas que les proporcionaban leche fresca). Es la llamada Flota de las Malucas.

FERNANDO DE MAGALLANES Y JUAN SEBASTIÁN ELCANO

Juan Sebastián Elcano tuvo conocimiento del proyecto y tomó partida en él como contramaestre de la nave Concepción. Marino guipuzcoano con amplios conocimientos náuticos, nació en Getaria en 1476. Participó en la expedición del cardenal Cisneros a Argel de 1509, y en las campañas de Italia del Gran Capitán.

La expedición partió del puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1519. El primer tramo de la expedición es relativamente tranquilo. Toda la armada cruzó el océano Atlántico en dirección a Sudamérica. Bordeando la costa de Brasil, hicieron un breve descanso en Río de Janeiro y exploraron la gran boca del Río de la Plata y el litoral de la Patagonia. Pero comenzaban a surgir los problemas y las desconfianzas de la tripulación con respecto a Magallanes debido a varios motivos: primero, Magallanes mantenía en secreto el objetivo de su viaje, lo cual inquietaba al resto de capitanes; segundo, los capitanes españoles desconfiaban de Magallanes, en buena parte por las discusiones establecidas en Sanlúcar con agentes portugueses; y tercero, la costa suramericana parece interminable, no aparecía ningún paso hacia el otro lado y, además, a bordo hacía un frío insoportable.


PUERTO DE SEVILLA, SIGLO XVI

La armada navegó por el hemisferio sur, donde en invierno empieza en marzo, las temperaturas eran tan bajas que decidieron invernar en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación. El inspector de la expedición, Juan de Cartagena, secundado por otros tripulantes, Luis de Mendoza, tesorero, Antonio Coca, contador, y Gaspar de Quesada, se niega a seguir adelante. Magallanes pudo resolver el problema con astucia, pero fue severo con los cuatro cabecillas del complot. Más bien prefirió contemporizar con unos marineros muy necesarios para continuar el viaje. Uno de los más beneficiados por aquella indulgencia fue Elcano, subordinado de Gaspar de Quesada, que estaba entre los cabecillas del motín. Elcano se vio atrapado en un conflicto de fidelidades: o seguir al capitán de su barco, o seguir al jefe de la expedición. Primero se amotinó, pero luego contribuyó a sofocar el motín, ganándose la confianza de Magallanes.

En la bahía de San Julián sobreviven durante cinco meses bajo el frío, cazando animales como avestruces, zorros y moluscos y derritiendo el agua de bloques de hielo. La nao Santiago, durante un reconocimiento, se estrella contra la costa por un temporal, sin consecuencias. Y toman contacto con los indios tehuelches, los "patagones" por las enormes huellas que sus abarcas dejan en la nieve.

ESTRECHO DE MAGALLANES

El 21 de octubre de 1520, se adentraron en el deseado paso al que Magallanes bautizó como estrecho de Todos los Santos y de las Once Mil Vírgenes. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban. Por él navegaron durante tres meses en condiciones calamitosas, los marineros mueren a mansalva al carecer la tripulación de agua y provisiones frescas y, en consecuencia, padecieron de escorbuto.
Cuando los víveres se agotaron, llegaron a alimentarse de cuero, ratas, cucarachas y todo lo que encontraban.

Durante la etapa transpacífica, la San Antonio, al mando del portugués Esteban Gómez, abandonaba la flota por falta de víveres para volver a España.

El 24 de enero de 1521 llegaron a la isla de Guam, perteneciente a las islas Marianas, también conocidas como islas de los Ladrones, que las llamaron así porque los indígenas entraban en los barcos y robaban todo cuanto encontraban. Continuaron hacia el oeste en dirección Cebú.

El 16 de marzo llegaron a la playa de San Lázaro, en Cebú, isla perteneciente al archipiélago de Filipinas, donde establecieron buenas relaciones con los nativos. Las tripulaciones se abastecen, descansan y se recuperan.


MONUMENTO AL CACIQUE FILIPINO LAPU-LAPU

En la isla de Mactán, el 27 de abril, surgieron las complicaciones. Magallanes desembarcó con 60 hombres armados para obtener la soberanía española sobre todas aquellas islas. Contaba el portugués con el apoyo del rey de Cebú y sus soldados. Pero, mientras entraban en amigables tratos con los aborígenes, el jefe cacique local Lapu-Lapu se niega a reconocer a Magallanes como su señor, y unos 1.500 isleños rebeldes cayeron sobre ellos.

Durante la emboscada, los soldados españoles atacaban con fuego de mosquetón y tiros de ballesta, mientras que los indios se protegían con escudos de madera y contraatacaban con flechas envenenadas.

Magallanes participó durante su juventud, en 1511, en una expedición para conquistar Malaca, en la India portuguesa. Sus compatriotas se impusieron a los nativos en gracias a la ventaja que les proporcionaba la artillería. Ahora, a la vista de unos indígenas filipinos técnicamente incapaces de hacer frente a los europeos, el portugués cometió el error de infravalorarlos y no tomar las debidas precauciones, constándole la vida y la de algunos de sus compañeros. También fue un error el haberse implicado en una contienda de jefes locales.

Sobrevivieron 114 hombres para tres barcos. La expedición quedó al mando, sucesivamente, de varios de sus capitanes que se disputaban el poder, mientras continuaban explorando las islas, entablando relaciones con los jefes locales y buscando la ruta de las Molucas. Duarte de Barbosa, el capitán, fue asesinado junto con 24 soldados en otra emboscada. El mando superior pasó a Juan Carbajo. Entonces, decidieron hundir la nao Concepción, debido a una plaga de moluscos que había carcomido el casco. La cada vez más mermada tripulación se repartió entre las dos únicas naves efectivas. Gonzalo Gómez de Espinosa mandaba la Trinidad, y Juan Sebastián Elcano recibía la Victoria.


NAO VICTORIA

Desde Cebú, la expedición buscó las tan deseadas Molucas, haciendo una aventurada travesía. Primero pasando por Mindanao, y tras hacer escala en Bohol y Panilongo, llegaron a Cimbonbon. Finalmente, un triunvirato encabezado por Elcano se hizo con el mando de lo que quedaba de la flota, argumentando que los jefes portugueses colaboradores de Magallanes habían eludido a propósito las Molucas para no perjudicar a Portugal, que poseía el lucrativo monopolio del comercio de las especias.

Elcano, al mando de la expedición, puso rumbos suroeste, atravesó los archipiélagos de Basilán y Joló, desembarcó en las islas de Batuán, Calagán y Monolipa, donde encontraron una canela de gran calidad. Llegaron a su destino, las Molucas, el archipiélago de las ricas especias, a finales de 1521. Allí, en la isla de Tidore, establecieron tratados con los príncipes nativos y cargaron un importante cargamento de especias, con lo que se cumplió el objetivo del viaje.

El 21 de diciembre, la expedición se divide. La Trinidad, dirigida por Gómez Espinosa, sufre una avería, por lo que se acuerda su permanencia en las Molucas hasta su adecuada reparación. El viaje de regreso se efectuaría con rumbo al Darién, entre Panamá y Colombia. Pero el plan fracasa, no consiguen encontrar una travesía de vientos que les retorne a América, el torno-viaje que medio siglos más tarde hallaría Urdaneta, y sus hombres terminaron presos de los portugueses, dueños comerciales de la zona.


DERROTERO SEGUIDO EN LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

La proximidad de los portugueses, hizo que Elcano al frente de la Victoria pusiese rumbo al oeste. Allí se gestó el proyecto de dar la vuelta al mundo. Regresar a España por el océano Índico suponía la violación del Tratado de Tordesillas. Acompañado de 47 españoles y 13 naturales, arribó a la isla de Timor, ya en 1522, donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia.

La expedición de Elcano cruzó el océano Índico por una ruta lo más meridional posible, pasando un calvario de hambre, sed y enfermedades. Por otra parte, el rey Juan de Portugal se propuso sabotear la nueva ruta, por eso, ordena a todos los puertos portugueses que negaran cualquier ayuda a las expediciones españolas.

Elcano consiguió dominar la impaciencia de la tripulación, ansiosa de bajar a tierra desde que pasaran ante las costas de Mozambique y el 19 de mayo de 1522, doblaron el cabo de Buena Esperanza.

MONUMENTO A ELCANO EN GETARIA, POR RICARDO BELLVER

En Cabo Verde, en el África occidental, Elcano decide enviar a trece hombres en una pequeña embarcación, un esquife, para conseguir víveres sin revelar su identidad. La colonia es de dominio portugués, y su gobernador se ofrece a comerciar, cuando consiguieron agua y comida, cometen el error de pagar en especias, descubriendo su ilegal procedencia, por lo que los marineros son apresados. Es en Cavo Verde donde supieron que llevaban un día de retraso como consecuencia de haber navegado de este a oeste, dando la vuelta a la Tierra. Un descubrimiento más, comprobado empíricamente por la expedición. Elcano comprenden la situación, nadie puede aportarles ayuda, y pone rumbo final por la costa oeste del Atlántico hacia España.


En el Atlántico, la carencia de alimentos se hizo sentir de nuevo. Durante días y días, los supervivientes navegaron sin probar alimento fresco. El escorbuto se cebó en los hombres, a los enfermos se les hinchaban las encías y se les caían los dientes, muchos murieron completamente extenuados entre grandes dolores. Sólo el indomable tesón de Elcano mantuvo la moral de sus hombres para hacer frente a tanta adversidad. Cuando ya estaban cerca, una enorme tormenta desvía la nao Victoria hacia las portuguesas islas Azores.

REGRESO DE JUAN SEBASTIÁN ELCANO A SEVILLA, POR ELÍAS SALAVERRÍA IN CHAURRANDIETA

Por fin, después de tres años menos catorce días de navegación, el 6 de septiembre de 1522 la expedición al mando de Magallanes-Elcano, tras recorrer 14.000 leguas, entraba en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda. Llegó con sólo 18 supervivientes, exhaustos, hambrientos y enfermos, a bordo de la nave Victoria, la única que quedaba de las cinco que partieron, eso sí, con las bodegas cargadas de especias. Misión cumplida.

Los 18 supervivientes que llegaron a Sevilla eran trece españoles, tres italianos, un portugués y un alemán: Juan Sebastián Elcano, de Getaria, capitán; Miguel de Rodas, piloto; Juan de Acurio, de Bermeo, piloto; Antonio Lombardo (Pigafeta), de Vicenza, cronista; Juan de Arratia, de Bilbao, grumete; Juan de Zubileta, de Baracaldo, paje; Martín de Yudícibus, de Génova, marinero; Francisco Albo, de Axila, piloto; Hernando de Bustamante, de Alcántara, marinero y barbero; Nicolás el Griego, de Nápoles, marinero; Miguel Sánchez, de Rodas, marinero; Antonio Hernández Colmenero, de Huelva, marinero; Francisco Rodrígues, portugués de Sevilla, marinero; Juan Rodríguez, de Huelva, marinero; Diego Carmena, marinero; Hans de Aquisgrán, cañonero; Vasco Gómez Gallego, el "portugués", de Bayona, grumete; Juan de Santandrés, de Cueto, grumete.

PLACA HOMENAJE A LOS SUPERVIVIENTES DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

El cargamento traído en la nao Victoria es de 381 sacos de espacias, con un peso de 524 quintales. Su venta en el mercado español y europeo cubre los gastos de la expedición y arroja un beneficio de 346.220 maravedíes.

Elcano y la tripulación superviviente marcho para Valladolid, ante la corte del emperador Carlos I. Allí presentaron a los indios que traían de aquellas remotas islas, los regalos de sus reyes, pájaros raros, producciones exquisitas, y las preciosas especerías adquiridas.

El emperador llenó de honores a los héroes de tal hazaña, recibió personalmente a todos los supervivientes y, además, se preocupó de que fueran liberados los marineros apresados por los portugueses tanto en Filipinas como en Cavo Verde. Elcano recibió una cuantiosa renta anual y un escudo de armas cuya cimera, un globo terráqueo, lleva la leyenda Primus circumdedisti me (El primero que me diste la vuelta).

Tras el hallazgo, las Cortes de Castilla y de Portugal trataron de componer las diferencias contraídas sobre la pertenencia de las Molucas por medio de jueces instruidos, reunidos entre Yelves y Badajoz. El emperador convocó a Elcano, el gran testigo ocular de la verdadera situación de aquellas islas. Su voto y manifiesto fue razón de mucho peso y autoridad en las conferencias. Con su ayuda los castellanos impusieron sus argumentos sofocando la razón de los lusitanos, y en 1524, sentenciaron la titularidad de las Molucas a favor del emperador.

Apenas cuatro años después Elcano regresa al mar, se enroló en la expedición marinera de García Jofre de Loaysa para la conquista de las islas Molucas. Murió el 4 de agosto de 1526 mientras atravesaba el Pacífico al mando de la nave Espíritu Santo.

Hay un viejo dicho latino que Plutarco atribuye a Pompeyo y que la Liga Hanseática adoptó como lema: Navigare necesse este, vivere non est necesse (Navegar es necesario, vivir no es necesario).


BUQUE-ESCUELA JUAN SEBASTIÁN ELCANO

ETNOGRAFÍA MODERNA POR BERNARDINO DE SAHAGÚN


Bernardino de Sahagún fue misionero e historiador, autor de obras bilingües en náhuatl, latín y español. Está considerado por muchos como el precursor de la Etnología americana, siendo por ello pionero en la investigación etnográfica moderna. Sus manuscritos son considerados la mejor fuente para el estudio de la antigüedad mexicana.

ETNOGRAFÍA MODERNA POR BERNARDINO DE SAHAGÚN

Entre los primeros evangelizadores de América se encontraban organizadores de diócesis, defensores de los indígenas, pero también misioneros que se dedicaron a la dura tarea de estudiar a fondo y de una manera sistemática el idioma, las costumbres y todo lo que hoy representa la cultura de un pueblo, es decir, la etnografía. Ese fue el caso de Bernardino de Sahagún.

Fray Bernardino de Sahagún nació en 1499, en Sahagún (León), y murió en el convento franciscano de Tlatalolco (México). Su verdadero nombre era Bernardino de Rivera. Basó su formación en la Universidad de Salamanca, principal foco de irradiación del Renacimiento español. Allí tomó el hábito franciscano y estudió desde 1520 latín, historia, filosofía y teología.

En 1527, se ordenó sacerdote de la orden franciscana, y dos años más tarde embarcó junto con una veintena de frailes hacia Nueva España en una misión al mando de fray Antonio de Ciudad Rodrigo.

Allí aprendió a la perfección el náhuatl, el idioma de mayor difusión entre los indígenas. Sus primeros años en el Nuevo Mundo transcurrieron en Tlalmanalco, para luego ser el fundador y guardián del convento de Xochimilco, en 1535.

BERNARDINO DE SAHAGÚN

En 1536, el arzobispo de México, Juan de Zumárraga, fundó el Imperial Colegio de la Santa Cruz, donde fue  nombrado rector ocupándose de la formación académica y religiosa de los jóvenes nahuas y del clero local.

Con algunas interrupciones, Bernardino estuvo vinculado al colegio hasta su muerte. Allí formó discípulos que luego serían colaboradores en sus investigaciones sobre la lengua y la cultura náhuatl; los nombres de algunos de ellos son conocidos: Antonio Valeriano, de Azcapotzalco, Martín Jacobita y Andrés Leonardo, de Tlatelolco, y Alonso Bejarano de Cuauhtitlán.

Pasó luego por los conventos de Xochimilco, Huezotzingo y Choluca; fue misionero en Puebla, Tula y Tepeapulco entre los años 1539 y 1558, definidor provincial entre 1585 y 1589, y visitador de la Custodia de Michoacán en 1558.


MAPA EXTENSIÓN GEOGRÁFICA DEL IMPERIO AZTECA

Desde 1547, se dedicó a la elaboración de su obra histórica, lingüística y antropológica, siendo confiscados sus trabajos por orden real en 1577, por temor a que el valor que asignaba al estudio de la cultura de los antiguos mexicanos, respetando las costumbres ancestrales, pudiera ser obstáculo para la evangelización.

Una parte de la campaña en su contra pudo venir de sectores religiosos disconformes con sus métodos misionales que, en cierta medida, respetaban las costumbres ancestrales. Pero no fueron las razones religiosas las más importantes y que llevaron a impedir la publicación de su obra, sino políticas, como lo demuestra el hecho de que las tres copias que Bernardino hizo del trabajo, acabaran en la biblioteca del Palacio Real, y no en archivos religiosos.

La situación de la España de la segunda mitad del siglo XVI era de intolerancia ante el avance protestante. En este ambiente, las investigaciones de Sahagún sobre el mundo azteca no podían ser bien vistas por las autoridades coloniales, ya que era considerado pagano por los europeos de esta época. Por este motivo, sus opositores lograron en abril de 1577 que aprobasen una real cédula prohibiendo la publicación y difusión de los manuscritos de Bernardino.

Fue autor de un gran número obras en náhuatl, español y latín. La única impresa durante su vida fue Psalmodia cristiana y Sermonario de los Santos del año, en lengua mexicana, ordenado en cantares o psalmos para que canten los indios en los areytos que hacen en las Iglesias, publicada en México, en 1583.

Destacan Incipiunt Epistola et Evangelia; Evangelario en lengua mexicana; Evangeliarum, Epistolarium et Lectionarium Aztecum sive Mexicanum, Sermonario de dominicas y de santos, en lengua mexicana, Postillas sobre las Epístolas y Evangelios de los domingos de todo el año, con la colaboración de sus alumnos de Tlatelolco; Tratado de Retórica y Teología a la gente mexicana, también en náhuatl; Coloquios y Doctrina Cristiana con que los doce frailes de San Francisco enviados por el papa Adriano VI y por el emperador Carlos V convirtieron a los indios de la Nueva España; Arte de la lengua mexicana; Arte adivinatoria; Vida de San Bernardino de Siena, en náhuatl; un Manual del cristiano, un Calendario; y un Vocabulario trilingüe.

Su obra monumental es Historia general de las cosas de la Nueva España, escrita entre 1557 y 1577. De gran importancia en el campo antropológico, lingüístico y literario, está considerada la mejor fuente para el estudio de la antigüedad mexicana, consta de 12 libros y está dispuesta en tres columnas paralelas: para el español, para el náhuatl y para las notas, fuentes y comentarios. Trata de costumbres, dioses, mitos, creencias, virtudes y vicios de los indígenas; de las plantas, animales y minerales de México; de retórica, astrología y filosofía moral; etc.

RUINAS MAYAS

Su método de trabajo fue totalmente científico e innovador, y ha influenciado en los modernos investigadores. Estaba basado en la recepción de información directa y la elaboración de cuestionarios. Sus fuentes eran los testimonios orales de los indígenas, de sus alumnos trilingües (náhuatl, castellano y latín) y de escribanos.

Primero, a través de unos cuestionarios en náhuatl, lograba recopilar y describir todo lo referido a la vida de los antiguos mexicanos: costumbres, modos, lugares, lenguaje, creencias religiosas, cultos, ritos, historia, calendario, vida familiar, fiestas, ciencia, arte, alimentación, organización social, labores agrícolas, trabajos manuales, etc., de los llamados mexicas. Para ello, se valía de sus más avanzados estudiantes indígenas del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, que escribían en latín, en castellano y en náhuatl.

Estos cuestionarios eran revisados y analizados al detalle con la ayuda de indígenas ancianos y sabios, a los que Sahagún trataba como Informantes y que pertenecían a tres lugares: Tepepulco (1558-1560), donde elaboraron los Primeros memoriales; Tlatelolco (1564-1565), donde hicieron los Memoriales con escolios, (a ambas versiones se les identifica con los llamados Códices matritenses); y la Ciudad de México (1566-1571), en donde realizó Sahagún una nueva versión, mucho más completa que las anteriores, ayudado siempre por su equipo de estudiantes. Este tercer texto definitivo es la Historia general de las cosas de Nueva España, escrita en náhuatl y castellano.

Posteriormente, esta obra fue enviada al Consejo de las Indias, en Sevilla, para su publicación, pero fue archivaba por razones políticas.

Los tres ejemplares escritos en castellano y náhuatl de su Historia general acabaron en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, donde todavía se conserva una. Otra síntesis fue el Breve compendio de los soles idolátricos que los indios desta Nueva España usaban en tiempos de su infidelidad, enviada al papa Pío V, y conservada en el Archivo Secreto Vaticano. La última de estas tres versiones está compuesta de doce libros, se trata del Manuscrito o Copia de Sequera, que fray Rodrigo de Sequera, superior de Sahagún, llevó a Europa en 1580. Fue conocida también como Códice florentino porque esta versión terminó en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia. Historia general se publicó en México por primera vez en 1830 y en lengua castellana. Muchos otros escritos suyos, tanto en castellano como en náhuatl, siguen inéditos o se perdieron.

Por los resultados que obtuvo al investigar sobre la cultura de los antiguos mexicanos, eruditos como León-Postilla o el Ángel María Garibay lo han considerado como el primer antropólogo de América y precursor de la inculturación.


DIOSES AZTECAS, CÓDICE FLORENTINO

Sahagún reflexionaba con amargura sobre el pesimista futuro que esperaba a esta civilización indígena. Vivió en una época de transición entre dos culturas, y pudo anticiparse de que la mexica iba a desaparecer absorbida por la europea. Se adentró con cautela e inteligencia en las complejidades del mundo indígena. Sus motivos para ello fueron su afán evangelizador, pues en posesión de ese conocimiento pretendía combatir mejor la religión pagana autóctona y convertir más fácilmente a los indígenas a la fe de Cristo.

En definitiva, Sahagún fue un ejemplo y modelo que definió con acierto la mentalidad de los conquistadores y eclesiásticos que fueron partidarios del método de la tábula rasa en todo lo que se refería a las creencias religiosas de los indios. Considerado el padre de la investigación etnohistórica y social americana, se anticipó dos siglos y medio al padre Lafitan, erróneamente considerado por su estudio de los iroqueses como el primer gran etnólogo.

Esta enciclopedia etnográfica de los mexicas abordaba tres categorías de la concepción histórica que son la divina, la humana y la mundana. Debido a su redacción en un estilo de tradición medieval en el modo de concebir y contextualizar su Historia general, es relacionada con De propietatibus rerum, escrita por Bartholomeus Anglicus en Toledo, en 1529, texto de gran influencia en su época, y con obras de Plinio el Viejo y Alberto el Magno. Sobre esta base estilística hay que añadir sus posteriores modificaciones con influencias renacentistas y mexicanas, ya que en su elaboración participaron tanto españoles del Renacimiento como estudiantes indígenas.

En su honor existe una ciudad industrial mexicana en el Estado de Hidalgo llamada Ciudad Sahagún.

AZTECAS BEBIENDO PULQUE, CÓDICE FLORENTINO

El etnólogo Miguel Acosta Saignes afirma del él que:
"Sahagún fue un genial precursor de la etnografía... Con irreprochable método que siglos más tarde habría de hacer suyo la etnografía, Sahagún preparó una sinopsis de la obra que se proponía, para recoger, conforme a ella, el material necesario. Consultó informantes, a quienes consideró absolutamente idóneos, y sometió el material recogido y elaborado a sucesivos mejoramientos hasta cuando, ya cernido, consideró suficiente su empeño. Deseoso de no faltar a la verdad y para que cada quien pudiese en el futuro juzgar sobre su atingencia, anotó las circunstancias en las cuales recogió informes, los nombres y conocimientos de quienes con él trabajaron y los repasos a los cuales hubo de someter la Historia."

El colombiano Romeo Ballán en su obra Misioneros de la primera hora. Grandes evangelizadores del Nuevo Mundo, publicada en 1991 en Lima, dedicaba un capítulo a su persona con el título Bernardino de Sahagún: precursor de la etnografía. De él afirmó que:
"Fray Bernardino de Sahagún, además de ser un misionero franciscano ejemplar, destaca entre sus compañeros particularmente por su gran labor en el campo de la historia y de la etnografía mexicana."

Fray Ángel María Garibay considera la Historia general de la cosas de Nueva España como "la enciclopedia de la cultura de los mahuas de Tenochtitlan".

Esta crítica a favor de la labor de Sahagún no es unánime ya que algunos académicos sostienen que formó parte en el proceso de demonización de la religión de los antiguos mexicanos y en la transculturación de los pueblos subyugados. Si bien no hay evidencia de que haya participado en la destrucción física de los monumentos nahuas (como sí lo hizo su colega franciscano Pedro de Gante), como evangelizador contribuyó a la eliminación del antiguo orden indígena.

Entre sus detractores están, por ejemplo, Walden Browne, quien sostiene que:
"La reivindicación de que Sahagún es el primer antropólogo moderno es, en el peor de los casos, un anacronismo irresponsable y, en el mejor, una afirmación vacía que en realidad no dice nada sustancial sobre su obra."
MONUMENTO A BERNARDINO EN CIUDAD SAHAGÚN (MÉXICO)

LUIS VIVES PRECURSOR DEL HUMANISMO Y DE LA PSICOLOGÍA


El filósofo, pedagogo y psicólogo Juan Luis Vives fue un precursor del Humanismo y hombre del Renacimiento. Un adelantado a su tiempo que, en la actualidad, recobra plena vigencia por su defensa del individuo, de la solidaridad con los necesitados, de la educación y el compromiso como plataforma social.

Está considerado como uno de los precursores de los modernos sistemas de asistencia social, uno de los padres de la psicología gracias a su novedoso procedimiento inductivo de Psicología aplicada, y un reformista de los métodos de enseñanza y pedagogía.

Juan Luis Vives Humanismo psicología
JUAN LUIS VIVES PRECURSOR DEL HUMANISMO DE LA PSICOLOGÍA

En apenas treinta años de madurez, fue sobresaliente en materias como la teología, la política, la psicología y la filosofía, llegando a dominar más de seis lenguas. Sin embargo, si algo define la figura de Vives no es su amplitud de conocimientos, sino el hecho de ser considerado un auténtico hombre del Renacimiento, ya que reunía en su persona todas la actitudes características renacentistas: crítica de la autoridad, preocupación por el hombre, vuelta a las fuentes clásicas, atención a la observación y la experiencia, curiosidad por las novedades, culto al trabajo y al espíritu productivo, sano y ponderado utilitarismo, profunda religiosidad intimista, etc. En definitiva, fue una mente destacada de su tiempo.

En Valencia, a finales del siglo XIV, los judíos representaban el 10% de la población y desempeñaban una trascendental misión mercantil, política, social e intelectual. A finales del siglo siguiente, la comunidad judía sufría la expulsión y en ese ambiente de incomprensión transcurrieron los primeros años de la vida de una de las personalidades más sobresalientes del pensamiento español, el gran humanista Juan Luis Vives.

Precisamente, nació en Valencia en 1492, el año en el que los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos, en el que Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo, en el que España completó la Reconquista y en el que Antonio de Nebrija editó su Gramática de la lengua española.

panorámica Valencia Renacimiento
VALENCIA

Vivió en el seno de una familia de comerciantes judíos valencianos que había prosperado y obtenido gran popularidad en la región levantina de la época, pero que se vio forzada a convertirse al Cristianismo para mantener sus propiedades y evitar la expulsión. Se trataba de una conversión en falso de la familia Vives, que fue acusada por la Inquisición de seguir practicando el judaísmo en secreto. Al parecer, fueron sorprendidos durante una liturgia en una pequeña sinagoga oculta en el interior de su casa.

Entre 1507 y 1509 cursó estudio en la Universidad de Valencia, fundada en 1502. Preocupada su familia por las consecuencias que el proceso inquisitorial pudiera acarrear a Juan Luis, fue enviado a estudiar al extranjero para continuar con su formación, iniciando un periplo por algunos de los principales centros universitarios de Europa.

En otoño de 1509, ingresó en la Universidad de la Sorbona, en París, donde por aquella época confluían muchos estudiantes y profesores de la Corona de Aragón. Tras lograr el título de doctor en 1512, se marchó a Brujas, ciudad comercial donde vivían algunas familias de mercaderes valencianos, entre ellas la de su futura mujer, Matgarida Valldaura.

Casa natal de Juan Luis Vives en cuya fachada se encuentra un busto escultórico en homenaje. Esta ubicada entre la iglesia de Nuestra Señora de Brujas
CIUDAD DE BRUJAS

En 1523, recibió una oferta para trabajar como profesor en la Universidad de Alcalá de Henares, pero al conocer la triste noticia de que sus padres habían sido condenados por la Inquisición prefirió reusarla ante el temor de ser perseguido. Aquella tragedia permaneció grabada en su conciencia y en el espíritu de sus escritos durante toda su vida.

Ese mismo año, el cardenal Wolsey reclamó sus servicios como lector del Colegio de Corpus Christi en la Corte inglesa, llegando a ser canciller del rey Enrique VIII. Allí conoció a Tomás Moro y a la reina Catalina de Aragón. De esta manera, Vives podía desarrollar su actividad humanística investigando y enseñando sus descubrimientos. Ejercer en alguna corte era colmaba las expectativas de cualquier pensador, pues era un lugar ideal donde poder desarrollar sus tesis de forma independiente tanto intelectual como económicamente.

Vives intermedió en las pretensiones de divorcio de Enrique VIII con Catalina, por petición de esta última, seguramente para contraer nupcias con Ana Bolena. Escribió al emperador Carlos V, enemigo del rey, y al papa Clemente VII, pero sus cartas fueron confiscadas por el cardenal Wolsey. Finalmente, su amigo Tomás Moro murió por oponerse al divorcio y Vives fue obligado a abandonar Inglaterra.

Esta circunstancia le hizo regresar a tierras flamencas en 1527, más concretamente a la Academia de Lovaina, donde elaboraría sus pensamientos con más lucidez gracias a la influencia que ejercieron en él un grupo de humanistas de gran nivel entre los que estaba Erasmo de Rotterdam.

TOMÁS MORO Y JUAN LUIS VIVES

Vives se convirtió en el máximo defensor del Erasmismo español, pero no como una simple continuador, sino como una auténtico creador de ideas, ya que aparte de ser coetáneos se dieron ciertos paralelismos en sus carreras.

Ambos se vieron afectados por el modo en que se impartía la educación cuando eran estudiantes, y experimentaron la llegada del nuevo movimiento renacentista cuando las universidades comenzaron a recuperar la cultura grecorromana, mientras ejercía como profesores. Era el origen del Humanismo que brotó con fuerza en sus pensamientos y su didáctica.

Los humanistas, como Vives, no cuestionaban la jerarquía de la Iglesia ni la doctrina católica, sino sus métodos obsoletos de enseñanza en las escuelas y universidades, la superchería utilizada en sus prácticas, la rutinaria repetición de sus acciones. Era una metodología alienada que limitaba la capacidad de pensamiento de sus individuos, interponiendo su autoridad sobre la voluntad personal, y usando argumentos medievales e interpretaciones desfasadas.

Por esos, tanto Erasmo como Vives se dedicaron a dar respuesta a las nuevas inquietudes del nuevo hombre moderno, liberando a la Iglesia de sus argumentos medievales. La Iglesia no aceptó con agrado aquellas sugerencias ya que los obispos del siglo XVI permanecieron firmes en sus convicciones considerando a los reformistas como instigadores de los nuevos métodos, de la traducción de la Biblia a otras lenguas, etc.

Si bien es cierto que Erasmo se convirtió en la cabeza pensante del nuevo Humanismo, el movimiento erasmista englobó a una serie de pensadores heterogéneos entre si que elaboraron sus propias tesis de forma independiente y que proyectaron su actividad reformista en diferentes áreas del conocimiento. En este sentido, Juan Luis Vives continuó la senda marcada por su precursor, pero sus contribuciones, por ejemplo en la psicología aplicada, son indiscutibles.

ERASMO DE ROTTERDAM Y JUAN LUIS VIVES

Más tarde, Vives regresó a Brujas, su verdadera ciudad de adopción. Allí escribió principalmente para la Iglesia y la Corte de Carlos V ya que era un eficaz método para propagar sus ideas. Su enorme capacidad de intermediación en tiempos convulsos, haciéndose oír entre las más altas esferas de poder, opiniones que eran bien aceptadas tanto por los reformistas protestantes como por los contrarreformistas católicos.

Como máximo exponente del humanismo renacentista, trató de rescatar la visión de los clásicos como fuente de regeneración frente a las tradicionales lecturas escolásticas. Reivindicó el pensamiento científico de Aristóteles como fuente de sabiduría, o el pensamiento ético de Paltón y los estoicos. En la obra Adversus pseudodialecticos, editada en 1520, presentó la lectura de los clásicos como medio para adquirir agilidad mental.

Su vocación universalista es definitiva por su extensa y ecléctica producción humanística que desarrolló, no sólo innovando en el campo de la teología, de la filosofía moral, o de la psicología, sino aplicándose en propuestas a favor de la paz, la unidad entre los pueblos o la asistencia a los desheredados.

Vives vivió en ciudades como Brujas o Lovaina, donde existían unas comunidades laicas de mujeres que cumplían misiones de asistencia a los pobres y a los enfermos. La influencia de aquella labor humanitaria y el sentido práctico de su pensamiento le llevó a escribir De subventione pauperum. Sive de humanis necessitatibus libri II (Del socorro de los pobres y las necesidades humanas), un tratado del socorro de los pobres que editó en Brujas en 1525.

Abordó el problema de la mendicidad buscando soluciones en las instituciones públicas, que deben socorrer a los verdaderos pobres y hacer trabajar a los que estaban capacitados; para tal fin, era necesaria una organización de la beneficencia y una reforma del sistema sanitario y de acogida. Todo ello desde una visión secularizada de lo que es la atención pública y lejos de visiones confesionales de la caridad.

Vives se dirigió a los burgomaestres y Senado de Brujas con estas palabras:
"Es deber de sus gobernantes (de la ciudad) el preocuparse y poner todo su empeño en que unos ayuden a otros, que nadie sea oprimido, que nadie reciba daño por injusticia cometida contra él, que el más poderoso ayude al más débil para que por la caridad crezca cada vez más la concordia entre los ciudadanos y permanezca eternamente."
Aquel libro innovaba el primer servicio organizado de asistencia social de la historia de la humanidad. Sistema de servicios sociales que puso en marcha en Brujas, convirtiéndose en el precursor de los que progresivamente se fueron instalando en otras ciudades de Europa. Es, por tanto, Vives uno de los precursores de la intervención asistencial del Estado a los necesitados.

TRATADO DEL SOCORRO DE LOS POBRES Y DE ANIMA ET VITA

Sin embargo, sus grandes contribuciones han sido efectuadas en psicología y pedagogía, dos campos que en Vives transitan unidos.

En la psicología, el tratado De anima et vita, editada en Basilea en 1538, es probablemente su obra cumbre, hasta el punto de que, según algunos especialistas, es apropiado aplicar a Juan Luis Vives el calificativo de "padre de la psicología moderna". En esta obra separa la psicología de la metafísica, desafinado el concepto de los pensadores antiguos y sus textos inmovilistas, y utilizando un revolucionario enfoque empírico en la comprensión del alma. Pero no se interesó por investigar la naturaleza del alma, sino sus manifestaciones.

Vives estuvo aplicando un nuevo método inductivo de psicología aplicada, adelantándose a pensadores del nivel de René Descartes y Francis Bacon. Los procesos espirituales, es decir nuestra psicología, tienen como base un aspecto heredado, natural y universal como es el alma, y otro aspecto individual y diferenciado en cada uno de nosotros, que es el que pone en relación las ideas y que Vives denomina "sentido común".

Para Vives, el hombre ya no parecía encontrarse sometido a un destino, sino que es poseedor de una potencialidad intrínseca con la cual podría mejorar el mundo. Fue tratando de hacer valer con sus teorías la confianza en la individualidad y capacidad de discernimiento humanos.

De esta aplicación empírica a la comprensión del alma y de nuestros procesos espirituales o psicológicos, resultaron diferentes ramificaciones teóricas sobre las causas de los sentimientos, la sociabilidad, la asociación de ideas o la comprensión de los mecanismo que utiliza la memoria, sentando las bases de múltiples postulados prácticos relacionados con la psicología, la pedagogía, la religión, la política, etc.

Varias obras de su amplia producción intelectual están basadas en una renovación más científica de aspectos relacionados con la educación y la pedagogía práctica, frente a la rigurosa visión de los escolásticos de la época. Fue una especialidad de gran preocupación para humanistas como Erasmo de Rotterdam y Luis Vives.

escultura Juan Luis Vives Brujas
JUAN LUIS VIVES EN BRUJAS

En el campo de la pedagogía, Vives se desenvolvió como una auténtico adelantado a su tiempo y un reformador de la educación europea. Defendió que el sistema de enseñanza debería considerar las aptitudes y habilidades naturales de cada alumno. Expresaba en sus textos la necesidad de poner en relación la racionalidad práctica con la racionalidad teórica del aprendizaje.

El sentido práctico de su pensamiento le hace implantar la metodología que debía reforman el sistema educativo. Entre sus aportaciones estaba la organización de claustros de profesores con el objetivo de debatir las aptitudes de sus alumnos y encauzar sus estudios por las materias más afines, aunque esto signifique optar por disciplinas menos remuneradas o reconocidas socialmente.

También adaptó los libros clásicos destinados al estudio del latín por los estudiantes; sustituyó los textos medievales por otros modernos, con un vocabulario adaptado a su época. Su libro para la enseñanza del latín Introductio ad sapientiam, de 1524, es la más importante de sus obras pedagógicas, editada en 65 ocasiones entre 1538 y 1649.

Son apreciables sus tres libros de retórica, Rethoricae sive de recte rationes dicendi, publicado en 1532, cuyas innovaciones preludiaron las modernas preceptivas.

Los últimos años de su vida los dedicó a perfeccionar la cultura humanística de los duques de Mencia. Para Vives, la cultura no debía servir como herramienta para ganar dinero y posición, sino como un bien espiritual, algo que convertirá al estudiante no sólo en su ser instruido, sino más virtuoso y feliz.

A pesar de que Vives no pudo regresar a su patria, su legado es universal, y sus aportaciones en los diversos campos del Humanismo han pasando a la historia como auténticas conquista sociales.

El historiador Menéndez Pelayo dijo de él:
"Dos o tres nombres hay que compitan con el suyo en la historia de la Ciencia española; no hay ninguno que le supere."
Esculturas Juan Luis Vives Madrid Valencia
JUAN LUIS VIVES EN MADRID Y VALENCIA