Juan Bermúdez nació en Palos de la Frontera, provincia de Huelva, en 1450. Perteneciente a una familia con tradición marinera, desde joven fue reuniendo una buena experiencia en las artes marinas. Así, desde los años 1495 y 1519, durante los primeros años de la colonización de América, había viajada once veces en la ruta oceánica como piloto o maestre. Este hecho significa que en veinticinco años cruzó el Atlántico, en uno u otro sentido, en veintidós ocasiones, toda una marca no superada por ningún otro marino europeo de los siglos XVI y XVII de los que se conserve información.
El primero de aquellos viajes fue el del descubrimiento de América por Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492. En aquel hecho trascendental de la historia de la Humanidad, estuvo embarcado en La Pinta, carabela de Marín Alonso Pinzón, su hermano Diego Bermúdez estuvo en la Santa María. También tomó parte del segundo de los viajes colombinos al Nuevo Mundo, partiendo el 23 de abril de 1493 desde Cádiz.
Su experiencia recabada en la ruta atlántica le permitió comprar su propia carabela, Garza, y encabezar desde 1495 varios viajes con el objetivo de transportar personas, animales, mercancía y pertrechos a los asentamientos que se iban estableciendo en las Indias.
Desde comienzos del siglo XVI, Juan Bermúdez participó en los llamados "viajes menores" o "viajes andaluces", que tuvieron lugar entre 1501 y 1509. En uno de ellos trajo preso al conquistar Alonso de Ojeda.
Pero la expedición por la que Juan Bermúdez pasó a la historia de los descubrimientos geográficos de la tierra fue el que inició en julio de 1505 en la ciudad de Sevilla, sede central de la Carrera de Indias. Partió al mando de su carabela Garza con el objetivo de transportar vituallas y pertrechos a las bases españolas de las Indias. Fue una travesía sin contratiempos que, tras pasar por las Canarias y en la caribeña Guadalupe, terminó en el puerto de La Española cumpliendo su con cometido.
En su viaje de regreso no se dirigió rumbo noreste hacia Azores, como era habitual entre los marinos predecesores, sino que una tormenta arrastró su barco hacia un fuerte corriente marina en dirección norte, impulsando la nave hasta los cuatro nudos en paralelo a las costas de la península de Florida. Era la corriente del Golfo (Gulf-Stream), atribuida su descubrimiento a otro marino de Palos de la Frontera, Antón de Alaminos. Cuando llevaba unos días de navegación a través de esta corriente, Bermúdez alcanzó un grupo de islas con evidente riesgo para la navegación. Aquel archipiélago fue bautizado como islas Garza, en reconocimiento a su carabela. Lo habitual entre expedicionarios de su época era dedicar el hallazgo a su rey, a su ciudad, a algún santo o a su nombre o apellido. La historia quiso que más tarde fuesen reconocidas aquellas islas como las de Juan Bermúdez, y de ahí terminó en islas Bermudas.
A pesar de que Bermúez reclamó esta tierra como parte del Imperio español, la expedición no pudo desembarcar debido a su barrera natural de arrecifes, que ponían en serio riesgo de hacer encallar a la embarcación. Además, una serie de sonidos provocados por pájaros autóctonos (petrel de Bermudas) y otros animales hicieron pensar que estaba habitada por demonios, ganándose el nombre de isla de los Diablos entre la marinería.
Se tratan de un grupo más de 150 islas situadas frente a la costa atlántica de los Estados Unidos, la más grade de ellas recibe el nombre de Gran Bermuda. El año más probable del descubrimiento de este archipiélago es el de 1505.
En la crónica de Indias que publicó Pedro Mártir de Anglería en 1511, Legatio Babylonica, ya aparecía representada una isla llamada La Bermuda en el Atlántico.
Continuó la actividad mercantil entre ambos continentes, navegando en dos carabelas de su propiedad, la Santa Cruz y la Santa María de la Antigua, comprada en Portugal en 1512. Entre sus colaboradores estuvieron el piloto Juan Rodríguez Mafra, también de Palos de la Frontera, y Juan Martín Pinzón, hijo de Martín Alonso Pinzón.
En uno de sus últimos viajes, el de 1512, regresó a este archipiélago, pero debido al mal tiempo tampoco pudo poner pie a tierra. Así lo relató su cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés en el Sumario de la Natural Historia de las Indias, publicado en 1526.
Juan Bermúdez murió en su villa natal en 1520.
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