A mediados del siglo XVIII, el militar y naturalista Miguel de Santisteban realizó dos expediciones por ciudades del Virreinato de Nueva Granada en búsqueda y análisis del árbol de la quina, una planta con propiedades medicinales necesarias para erradicar las fiebres tercianas.
El resultado de sus investigaciones quedó expresado en su Diario de Lima a Caracas, obra naturalista y etnográfica que fue referente de la América del sur en la época, consiguiendo la valoración de otros investigadores naturalistas de la época como Alexander von Humboldt o Celestino Mutis.
Miguel
de Santisteban y de Silva nació en Panamá en 1691. Entre los años
de 1713 y 1720, estudió geografía, matemáticas y náutica en la
Universidad de Lima. Desde
joven tuvo vocación por el servicio de armas en la Armada española.
En 1720,
ya era teniente de la embarcación Peregrina.
En
los primeros años del siglo XVIII, los corsarios ingleses asediaban
las aguas del océano Pacífico. Santisteban fue uno de los muchos
militares españoles que tuvo que hacer frente a las prácticas de
piratería y saqueo, especialmente en las costas peruanas de El
Callao. Llegó a teniente coronel de los Reales Ejércitos en su
carrera militar que interrumpió algunos años en los que se dedicó
a cargos administrativos y políticos. Uno de esos cargos fue el de
corregidor del distrito de Canas y Canchis, perteneciente a la región
de Cuzco, en 1723. Posteriormente, ocupó el cargo de superintendente
de la Real Casa de Moneda, por orden del virrey Pizarro, y que
mantuvo con el virrey Solís. Entre sus logros estuvo la introducción de nueva maquinaria para la acuñación de "moneda
circular" que había hecho traer desde España.
A pesar de su dilatada carrera militar y administrativa, fue en el campo la ciencia de la naturaleza en el que destacó especialmente, como botánico, expedicionario y visitador urbano. Se mostró interesado en observar los detalles de la vida de los habitantes, sus costumbres, la estructura étnica y social de la población, y el medio natural que la rodea.
En
1740, el virrey Pizarro le encargó una expedición a Loja y sur de
Quito para estudiar las posibilidades de cultivo de la planta
medicinal de la
quina.
La
quina es una especie de árbol originario de América del sur, que se
encuentra en la selva de la Amazonía peruana. Su corteza,
descubierta por el científico español Luis Jerónimo Fernández de
Cabrera y Bobadilla,
posee amplias propiedades medicinales.
El
viaje en
busca del prodigioso árbol de la quina comenzó
en Lima y terminó al año siguiente en Caracas. Durante la
expedición, además de efectuar visitas de oficio a las
administraciones de las ciudades por la que fue pasando, investigó
los efectos médicos de la quina para el tratamiento de las fiebres
palúdicas. El resultado de aquella expedición quedó explicado en
su Diario de Lima a Caracas. Una
obra fundamental en el panorama suramericano de la primera mitad del
siglo XVIII.
En
1749, ingresó en la Real Academia de Ciencias de Paris. Desde
entonces, sus exploraciones tuvieron como objetivo la búsqueda del
árbol de la quina y la investigación para erradicar las terribles
fiebres tercianas, así
como otros recursos naturales en el Virreinato de Nueva Granada.
Fue
un periodo que abarcó los años 1751 y 1762.
Entre
1751 y 172, Santisteban recorrió Nueva Granada en
busca del apreciado árbol de
la quina.
Viajó a Chimbó, Alausí y Cuenca, y examinó con rigor otras
especies de este vegetal. Después, se trasladó a Loja, al sur de
Quito, donde
se concentraba un nutrido grupo de ejemplares de esta especie
arbórea.
Años
más tarde, colaboró
y tuvo amistad con el
gran naturalista gaditano JoséCelestino Mutis, quien
aportó informes relevantes sobre la profesionalidad y resultados de
Santisteban. Sus descubrimientos fueron muy apreciados también por
el naturalista alemán Alexander von Humboldt, que trabajaba al
servicio de la Monarquía española.
Su
labor no se limitó a los aspectos científicos, ya que elaboró un
cálculo de los costes de explotación y
transporte de
la quina hasta los puertos marítimos más adecuados para su
transporte a España. En su informe, daba por adecuadas las rutas que
iban desde el puerto de Paita, en la costa peruana, a Portobelo, en
Panamá, y por otro lado, desde Loja hasta Cartagena de Indias por
Popayán y el río Magdalena. Además,
aportó información sobre economía, paisajes, caminos y, en
especial, sobre los núcleos urbanos que atravesó: Honda, Popayán,
Mompós, Bogotá y Caracas.
Pocos
años después, en 1776, falleció Miguel de Santisteban.
Parece haber una grave inconsistencia en este texto, fungía como virrey durante el periodo 1740-1749, don Sebastián de Eslava. Le sucedió. José Alfonso Pizarro, durante el lapso, 1749-1753, coincidiendo precisamente con el regreso de Santisteban a Nueva Granada. Por consiguiente, la exploración del Perú en búsqueda de la quina de Loja, por el naturalista istmeño, fue después de 1749, y no tiene nada que ver con el derrotero de Santisteban de Lima a Cracas entre 1740-1741.
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