Poeta, filósofo y médico sefardita, Yehuda Halevi está considerado como el mejor poeta medieval en lengua hebrea en los reinos cristianos hispánicos de la Reconquista. Su obra El Kuzari es uno de los textos apologéticos más importantes de la filosofía judía.
El sefardita Yehuda Halevi, conocido como Yehudah Ben Samuel Ha-Levi Abu I Hasan ibn Levi (entre los árabes) y Judá Leví (entre los cristianos), era natural de Tudela, Navarra, donde nació en 1075.
Yehuda Halevi era un poeta culto, autor de una poesía lírica rica en metáforas y descripciones, donde abundan las reflexiones filosóficas y religiosas. Utilizó diversas métricas y estrofas. Son famosas algunas de sus jarchas profanas escritas en el naciente romance, al final de la moaxacas y algunos signos de temática religiosa, entre el que destaca el himno de la creación:
¡Dios mío! ¿Con qué te compararé?
si semejanza no hay en ti?
¿Con qué te asimilaré,
si toda forma es estampa de su sello?
Enaltecido estás sobre toda potencia,
y te sublimaste por encima de todo pensamiento.
¿La palabra de quien te ha contenido?
¿Y la lengua de quien te ha comprendido?
¿Acaso habrá corazón que te haya alcanzado
y ojo que te haya divisado?
La facilidad de improvisación poética, la hondura del pensamiento y el acentuado amor al Judaísmo son las notas más características de Yehuda. Hombre de carácter amable, era bien recibido en todas partes y hacía la delicia de los contertulios por su facilidad para componer versos de tema o rima forzada; esta era una habilidad muy estimada entre los árabes, que gustaban de organizar competiciones de improvisación en sus tertulias literarias, e igualmente lo fue entre los judíos españoles, fuertemente arabizados.
La poesía amorosa de Yehuda Halevi es una poesía culta, de tipo estrófico, donde abundan las moaxacas y los epigramas, con un empleo constante del paralelismo y de elementos simbólicos. La belleza de la amada y los goces y desdichas del enamorado se muestran en una poesía sensorial, donde los cinco sentidos están presentes para "sentir" a la amada en toda su plenitud. Y, a la vez, una poesía plena de sensualidad, cuyo amor es la realización de un designio divino, en el que Dios entrega el enamorado a la amada, pero es una entrega sin tabúes ni prohibiciones.
Vivió en Córdoba y otras ciudades andaluzas como Granada, que era entonces la capital cultural de Europa, antes de establecerse definitivamente en Toledo. Desde muy joven, recibiría el influjo de la vida cultural de la musulmana taifa de Zaragoza, regida entonces por los Manu Hud, y en cuya corte literaria se encontraban intelectuales judíos. A ello hay que añadir que, a la vez que Ibn Nagrella en Granada, en Zaragoza el cargo de visir estuvo ocupado por judíos bajo Al Mundir II y bajo Al-Muqtadir.
Siendo joven, para llegar a Al-Ándalus tuvo que atravesar Castilla, adquiriendo el pseudónimo de "el castellano". De Córdoba pasó a Granada, donde Moseh Ibn Ezra ocupaba un puesto importante y le mandó llamar. Los disturbios políticos en Al-Ándalus le obligaron a volver a la España cristiana, asentándose en Toledo, donde trabó amistad con Alfonso VI, el rey promotor de la Escuela de Traductores de Toledo. Como hombre sabio y políglota, pudo beneficiarse de la protección que el rey castellano ofreció a los traductores de la escuela. Durante su estancia en esta ciudad escribió la jarcha en romance sobre la conquista de Guadalajara en 1080. Son los más antiguos versos castellanos escritos con letras hebreas que se conservan.
Conocía en profundidad la Biblia hebrea, la literatura rabínica, la poesía árabe, la filosofía griega y la medicina. Fue inventor del género sionida, expresión de amor por la Jerusalén lejana.
Siendo joven, para llegar a Al-Ándalus tuvo que atravesar Castilla, adquiriendo el pseudónimo de "el castellano". De Córdoba pasó a Granada, donde Moseh Ibn Ezra ocupaba un puesto importante y le mandó llamar. Los disturbios políticos en Al-Ándalus le obligaron a volver a la España cristiana, asentándose en Toledo, donde trabó amistad con Alfonso VI, el rey promotor de la Escuela de Traductores de Toledo. Como hombre sabio y políglota, pudo beneficiarse de la protección que el rey castellano ofreció a los traductores de la escuela. Durante su estancia en esta ciudad escribió la jarcha en romance sobre la conquista de Guadalajara en 1080. Son los más antiguos versos castellanos escritos con letras hebreas que se conservan.
Conocía en profundidad la Biblia hebrea, la literatura rabínica, la poesía árabe, la filosofía griega y la medicina. Fue inventor del género sionida, expresión de amor por la Jerusalén lejana.
Su pensamiento es muy interesante por la confluencia de las civilizaciones hebrea, árabe y cristiana, y porque representa la posición judía ortodoxa frente a las religiones cristiana y musulmana, pero también frente al pensamiento filosófico-teológico de origen griego.
Mientras se ganaba la vida como médico en Toledo, escribió Divan, que es una colección de poemas profanos que cantan a la amistad, el amor y la naturaleza. Esta obra incluye también poemas religiosos, expresando su anhelo en Dios y manifestando su esperanza de la redención mesiánica de su pueblo.
Su obra más importante es El Kuzari, también conocido como El Libro de la Refutación y Prueba en apoyo de la Religión. Para Yehuda Halevi es el libro de la prueba y del fundamento sobre la defensa de la religión judía menospreciada, compuesto de cinco discursos, en el que narra las conversaciones entre el rey Kuzari y un sabio hebreo, haciendo una confrontación entre la Torá, el Nuevo Testamento y el Corán. El rey, que es pagano, quiere conocer la verdadera religión y que, tras acudir a filósofos aristotélicos, cristianos y musulmanes, solo encuentra la verdad en las fuentes bíblicas del Judaísmo y de lo que llama "la verdadera revelación". Por la agudeza de sus planteamientos fue invitado a Córdoba para debatir públicamente con teólogos cristianos y musulmanes. En sus poemas exaltaba el amor y la amistad, testimonio del sufrimiento del pueblo judío condenado a la diáspora y la añoranza de Jerusalén.
Mientras se ganaba la vida como médico en Toledo, escribió Divan, que es una colección de poemas profanos que cantan a la amistad, el amor y la naturaleza. Esta obra incluye también poemas religiosos, expresando su anhelo en Dios y manifestando su esperanza de la redención mesiánica de su pueblo.
Su obra más importante es El Kuzari, también conocido como El Libro de la Refutación y Prueba en apoyo de la Religión. Para Yehuda Halevi es el libro de la prueba y del fundamento sobre la defensa de la religión judía menospreciada, compuesto de cinco discursos, en el que narra las conversaciones entre el rey Kuzari y un sabio hebreo, haciendo una confrontación entre la Torá, el Nuevo Testamento y el Corán. El rey, que es pagano, quiere conocer la verdadera religión y que, tras acudir a filósofos aristotélicos, cristianos y musulmanes, solo encuentra la verdad en las fuentes bíblicas del Judaísmo y de lo que llama "la verdadera revelación". Por la agudeza de sus planteamientos fue invitado a Córdoba para debatir públicamente con teólogos cristianos y musulmanes. En sus poemas exaltaba el amor y la amistad, testimonio del sufrimiento del pueblo judío condenado a la diáspora y la añoranza de Jerusalén.
Yehuda Halevi era un poeta culto, autor de una poesía lírica rica en metáforas y descripciones, donde abundan las reflexiones filosóficas y religiosas. Utilizó diversas métricas y estrofas. Son famosas algunas de sus jarchas profanas escritas en el naciente romance, al final de la moaxacas y algunos signos de temática religiosa, entre el que destaca el himno de la creación:
¡Dios mío! ¿Con qué te compararé?
si semejanza no hay en ti?
¿Con qué te asimilaré,
si toda forma es estampa de su sello?
Enaltecido estás sobre toda potencia,
y te sublimaste por encima de todo pensamiento.
¿La palabra de quien te ha contenido?
¿Y la lengua de quien te ha comprendido?
¿Acaso habrá corazón que te haya alcanzado
y ojo que te haya divisado?
La poesía amorosa de Yehuda Halevi es una poesía culta, de tipo estrófico, donde abundan las moaxacas y los epigramas, con un empleo constante del paralelismo y de elementos simbólicos. La belleza de la amada y los goces y desdichas del enamorado se muestran en una poesía sensorial, donde los cinco sentidos están presentes para "sentir" a la amada en toda su plenitud. Y, a la vez, una poesía plena de sensualidad, cuyo amor es la realización de un designio divino, en el que Dios entrega el enamorado a la amada, pero es una entrega sin tabúes ni prohibiciones.
PLACAS DE YEHUDA HA-LEVI EN TUDELA |
Después de 1108, Yehuda volvió a Córdoba, cuando el poderío almorávide se desmoronaba. A pesar de la situación insegura de los judíos, no quiso regresar a Toledo, donde había ejercido la medicina entre los cristianos, y decidió seguir la ruta que había marcado en una de sus obras en defensa del Judaísmo.
Mas adelante, abandonó a su familia y amigos en España para realizar una visita a Palestina. De camino pasó algún tiempo en Alejandría y El Cairo festejado por los notables judíos de la ciudad. Es famosa su descripción de una tempestad en el mar, cuando viajaba hacia Egipto. Según cuenta la leyenda fue asaltado por un bandido a las puertas de Jerusalén. Parece ser que al ver la ciudad se inclinó para besar la tierra, momento en el cual un jinete cristiano aprovechó para embestirle, matarlo y robarle.
Mas adelante, abandonó a su familia y amigos en España para realizar una visita a Palestina. De camino pasó algún tiempo en Alejandría y El Cairo festejado por los notables judíos de la ciudad. Es famosa su descripción de una tempestad en el mar, cuando viajaba hacia Egipto. Según cuenta la leyenda fue asaltado por un bandido a las puertas de Jerusalén. Parece ser que al ver la ciudad se inclinó para besar la tierra, momento en el cual un jinete cristiano aprovechó para embestirle, matarlo y robarle.
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