Maestra y escritora, Ángela Ruiz Robles fue la inventora de una enciclopedia
mecánica, que podría considerarse como el primer libro electrónico
o e-book de la historia. Su Enciclopedia Mecánica, patentada en 1949, se había adelantado en dos décadas al
dispositivo diseñado por el estadounidense Michael Hart en 1971 y
más de medio siglo a los actuales e-books.
Sus otras contribuciones a la ingeniería de la docencia fueron el Atlas Científico Gramatical de la lengua española y un dispositivo mecánico para enseñar taquimecanográfica.
Ángela
Ruiz Robles nació en Villamarín (León), en 1895. Era hija del
farmacéutico Feliciano Ruiz y de Elena Robles. Realizó sus estudios
superiores en la Escuela de Magisterio de su provincia, donde
impartió sus primeras clases de taquigrafía, mecanografía y
contabilidad mercantil entre 1915 y 1916. Al año siguiente, ya era
directora de la Escuela de Gordón de esa ciudad. Plaza que abandonó
cuando obtuvo el cargo de maestra en un colegio coruñés de Santa
Eugenia de Mandía, villa cercana a Ferrol.
Desde
1918 hasta su jubilación en 1959, desempeñó diversos cargos docentes
y administrativos en instituciones educativas en Galicia: en la
Escuela Nacional de Niñas del Hospicio, en 1934; en la Escuela
Obrera, en 1945; en el Colegio Ibáñez Martín, en 1959. Durante el
desempeño de su profesión, fue una maestra muy querida y estimada
por la comunidad estudiantil y el profesorado. Y
llegó a gestionar su propia academia privada, Elmaca, para
opositores a cuerpos de funcionarios: aduanas, correos, telégrafos,
etc.
Entre
1938 y 1946, escribió, dio conferencias, editó y reeditó la mayor
parte de su obra científica, un total de dieciséis libros
especializados en gramática,
ortografía, taquigrafía e, incluso, mecanografía.
Pero
sería su etapa comprendida entre 1944 y 1949 la que dio mayores
frutos, y eso que vivió una época muy difícil en España debido a
la posguerra. Además, siendo mujer y maestra suponía un obstáculo
para alguien que quisiera desarrollar una actividad científica como
era su caso.
En
1944, realizó el proyecto del Atlas Científico Gramatical, con el
que quería presentar las características de la lengua española en
sus siguientes aspectos: gramática, sintaxis, morfología,
ortografía y fonética. Después presentó un dispositivo mecánico
para enseñar taquimecanográfica.
En
1949, presentó su proyecto más relevante e innovador, que fue la
elaboración del la primera Enciclopedia Mecánica. En
la Oficina Española de Patentes y Marcas, fue
patentado con fecha de 7 de diciembre de 1949, con número 190.698, y
descrita por
Ruiz Robles de
esta manera:
"Un de procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros."
La
visión que tenía Ruiz Robles sobre su libro mecánico se ajustaría
a lo que en la actualidad es un e-book o un soporte para contenidos
interactivos. Soñaba
con hacer llegar el conocimiento a todo el mundo, con artilugios
mecánicos que pudieran condensar materiales pedagógicos de todo
tipo y que los enseñara de forma interactiva en un
dispositivo pequeño, portátil y ligero para que no fuera un
inconveniente su uso y su transporte y,
por tanto, poder utilizarlo tanto en casa como en el colegio.
Posiblemente,
su idea era
sustituir
el conjunto de libros de
papel,
que
sus alumnos guardaban en las carteras, por un sólo libro mecánico,
reduciendo
el peso, y establecer
un método de enseñanza
más atractivo tanto
para
sus alumnos como
para el profesor, adaptando
los contenidos al nivel de aprendizaje de cada estudiante.
LIBRO MECÁNICO |
En
la Enciclopedia Mecánica aparecían abecedarios, textos en varios
idiomas, contenidos de clase estructurados de forma lógica llenos de
gráficos, planos técnicos, cuestionarios interactivos y espacios
para escribir y dibujar. La descripción también incluía mapas o
dibujos dotados de circuitos eléctricos capaces de iluminarse acorde
a la respuesta de cada pregunta o a textos explicativos, como si
fueran infografías interactivas.
El
libro podría abrirse en dos partes. La primera estaba destinada
a los conocimientos básicos como la lectura, escritura, numeración
y cálculo, conocimientos en los que el alumno podía ejercitarse
presionando letras y números para formar sílabas, palabras y
realizar el cálculo.
La
segunda parte estaría
destinada a las materias formada
por textos e ilustraciones,
que eran expuestos mediante una especie de carrete
de material plástico duro, que
se insertaba en su interior. Su
idea era emplear este material de poco coste pero resistentes a la
humedad.
Cada
cartucho de contenido podía ser controlado a través de un panel de
botones (menú), pudiendo saltar entre capítulos o temas (pantallas),
según lo requiera el usuario. Y estos contenidos se iban
desarrollando girándolos sobre un tambor. Existía un índice
interactivo con todo el temario.
Algunos
contenidos podían estar impresos en tinta luminiscente, para poder
leerlos con poca luz, sin necesitad de encender un lámpara.
Para personas con problemas visuales, podía añadirse un sistema
para el aumento del tamaño de texto, haciendo efecto lupa.
Estos
rollos deberían ser fabricados con unas precisas características
estandarizadas, para que fueran compatibles con cualquier lector y
fácil de manejar por cualquier usuario. Cuando el usuario terminase
su tarea, debería extraer el cartucho y guardarlo en su envase
protector, evitando que se ensuciase o dañara hasta nuevo uso.
Ruiz
Robles imaginó en el nuevo desarrollo de la industria editorial a
través de la producción y venta, una mercado de obras en forma de
bobinas estandarizadas que comprarían alumnos e instituciones
educativas para incorporarlos al libro mecánico. Además, como el
tamaño de cada rollo era muy inferior al de un libro, las nuevas
bibliotecas mecánicas reducirían el tamaño de las impresas.
Una
descripción más exacta fue la realizada por la Gaceta de la
Actualidad Técnica en su número 14, publicado en septiembre de
1955:
"Abierta, consta de dos partes. En la de la izquierda lleva una serie de abecedarios automáticos, en todos los idiomas: con una ligerísima presión sobre un pulsador se presentan las letras que se deseen, formando palabras, frases, lección o tema y toda clase de escritos. En la parte superior de los abecedarios lleva a la derecha una bobina con toda clase de dibujo lineal, y en la de la izquierda otra con dibujo de adorno y figura. En la parte inferior de los abecedarios, un plástico para escribir, operar o dibujar. En la parte interior, un estuche para guardar asignaturas. En la parte de la derecha van las asignaturas, pasando por debajo de una lámina transparente e irrompible, pudiendo llevar la propiedad de aumentos, pueden ser estos libros luminosos e iluminados para poder leerlos utilizando la propia luz. A la derecha e izquierda de la parte por donde pasan las materias lleva dos bobinas, donde se colocan los libros que se desee leer en cualquier idioma; por un movimiento de los misma van pasando todos los temas, haciendo las paradas que se quieran o queda recogido. Las bobinas son automáticas y puede desplazarse del estuche de la Enciclopedia y extenderse, quedando toda la asignatura a la vista; puede estar sobre una mesa (como los libros actuales) o perpendicular, facilitando comodidad al lector, evitando con ello gran número de esfuerzos intelectuales y físicos. Todas las piezas son recambiables. Cerrado, queda del tamaño de un libro corriente y de facilísimo manejo. Para autores y editores el coste de sus obras se aminora considerablemente, por no necesitar ni pasta ni encuadernado y queda impresa de una tirada, o cada una de sus parte (si consta de varias), resultando este procedimiento un bien general."
Ruiz
Robles recibió elogios y premios por su proyecto tecnológico, que
tardó bastante en materializarse. No sería un tarea fácil en la
época de la posguerra, más aún siendo mujer y maestra. Era
algo arriesgado, pero consiguió sacar a delante su prototipo de
"robot" enciclopédico.
Años
más tarde, se construyó un prototipo de enciclopedia mecánica en el
Parque de Artillería de Ferrol, siendo Ruiz Robles la directora de
los trabajos. La
patente tuvo número 276.346, con fecha del 10 de abril de 1962.
Estaba
fabricado en varios metales y madera. Tenía unas medidas de 24
centímetros de alto, 22 de ancho y
6 de grosor, y pesaba caso 5 kilos. Todo un logro para el nivel de la
técnica de la época. En
la actualidad se expone en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología
de La Coruña.
Este llamado "aparato para lectura y ejercicios diversos" era una versión realista y simplificada de su idealizada enciclopedia mecánica, que estaba recubierta por un chasis de metal. Tenía el tamaño de un libro normal y funcionaba de manera eficiente, siendo posible su fabricación en masa, en definitiva reunía todas las características que su proyecto inicial había descrito.
Además, el mecanismo se había simplificado, mejorado su accesibilidad y usabilidad, e incorporaba un sistema de sonido por el que el usuario podía leer el texto pulsando un botón.
Este dispositivo sirvió de demostración para posibles interesados en su desarrollo y comercialización pero aún así fracasó en su intento. Por eso, su inventora trató de crear un versión en plástico, fabricada en masa y bajo precio, que pudiera llegar a cualquier estudiante de España.
Bien es cierto que aquel libro mecánico difiere mucho del actual libro electrónico en cuanto a su tecnología, pero fue una precursora y visionaria por idear un novedoso lector portátil interactivo como medio de enseñanza y recurso didáctico. Se había adelantado en dos décadas al dispositivo diseñado por el estadounidense Michael Hart, en Illinois, en 1971 y más de medio siglo a los actuales e-books.
Ángela Ruiz Robles murió en 1975, en Ferrol, donde fue enterrada su panteón familiar del cementerio de Serantes. Nunca vio hecho su sueño en una realidad, pero no quedó exenta de reconocimiento, ganando premios en certámenes de invenciones e ingenios y ocupando cargos de relevancia en instituciones científicas.
Por su labor social y sus innovaciones en el ámbito de la pedagogía y docencia, recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio, en 1950, y el Lazo de la Orden de Alfonso X el Sabio, en 1956.
Fue gestora delegada de los Inventores Españoles para la Región de Galicia, en 1959; y miembro de la Federación Politécnica Científica de la Inventiva Internacional con el cargo de ingeniero en inventiva e investigación científica, en 1973.
En concursos nacionales consiguió la medalla de oro y diploma en la Exposición Nacional de Inventores Españoles, en 1952; el óscar a la invención en la Feria Oficial y Nacional de Zaragoza, en 1957; diploma y medalla en la Exposición de Sevilla en 1964.
En cuanto a certámenes internacionales fue galardonada con la medalla de bronce en la Exposición Internacional de Bruselas, en 1957; medalla de bronce por las novedades pedagógicas de Bruselas, en 1958; medalla de plata en la Exposición Internacional de Invenciones de Bruselas, en 1963; medalla de Ginebra a los inventores españoles, en 1968.
La Biblioteca de la Real Academia de la Lengua Española admitió trece de sus obras, en 1947, una de las cuales fue el Atlas Gramatical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario