La isla La Española fue el primer asentamiento europeo en América. La ciudad de Santo Domingo, fundada por Bartolomé Colón en 1496, se convirtió en el primer enclave marítimo que sirvió de centro de operaciones del Imperio español para la colonización del continente, además de ser la primera capital administrativa.
A inicios de siglo XVI, el gobernador Nicolás de Ovando emprendió la colonización de España en el mar Caribe, estableciendo las estructuras económicas, administrativas, sociales y cristianas en la isla La Española, fundando las villas de Buenaventura, Puerto Real, Lares de Guayaná, Santa Cruz de Icayagua del Seybo Cotuí, Yáquimo y Puerto Plata, y refundó la capital de Santo Domingo.
A inicios de siglo XVI, el gobernador Nicolás de Ovando emprendió la colonización de España en el mar Caribe, estableciendo las estructuras económicas, administrativas, sociales y cristianas en la isla La Española, fundando las villas de Buenaventura, Puerto Real, Lares de Guayaná, Santa Cruz de Icayagua del Seybo Cotuí, Yáquimo y Puerto Plata, y refundó la capital de Santo Domingo.
PRIMER ASENTAMIENTO EUROPEO EN AMÉRICA POR NICOLÁS DE OVANDO |
El descubrimiento de América por la expedición española liderada por Cristóbal Colón, el 12 de octubre de 1492, supuso el acontecimiento geográfico más trascendental de la historia de la Humanidad. Tras financiar el proyecto los Reyes Católicos, el 3 de agosto de 1492, las naves La Pinta, La Niña y La Santa María zarparon del puerto de Palos de la Frontera con la intención de llegar a Las Indias del continente asiático atravesando el amplio océano en dirección oeste.
El viaje sufrió penalidades, e incluso algún intento de rebelión el 6 de octubre, hasta que días después Rodrigo de Triana gritó "Tierra a la vista". Aquella tierra era la isla de San Salvador (Watling) perteneciente al archipiélago de las Lucayas (Bahamas). Durante aquellos primeros días descubrieron la placidez de las playas y las feroces tormentas, tomaron contacto con la población autóctona y avistaron los primeros ejemplares de flora y fauna exótica.
Tras hallar el archipiélago de las Antillas Mayores, entre el 28 de octubre y el 5 de diciembre de 1492, las naves se movieron por la costa oriental de la isla Juana (Cuba). Colón creyó que esta isla pertenecía a Catay, se vio mucha vegetación y frutos, pero no se vio grano de oro alguno ni noticias de la corte del Gran Khan. Y es que no fue hasta la muerte de Colón cuando se verificó que las tierras descubiertas no eran parte de Asia, sino de un nuevo continente.
El viaje sufrió penalidades, e incluso algún intento de rebelión el 6 de octubre, hasta que días después Rodrigo de Triana gritó "Tierra a la vista". Aquella tierra era la isla de San Salvador (Watling) perteneciente al archipiélago de las Lucayas (Bahamas). Durante aquellos primeros días descubrieron la placidez de las playas y las feroces tormentas, tomaron contacto con la población autóctona y avistaron los primeros ejemplares de flora y fauna exótica.
Tras hallar el archipiélago de las Antillas Mayores, entre el 28 de octubre y el 5 de diciembre de 1492, las naves se movieron por la costa oriental de la isla Juana (Cuba). Colón creyó que esta isla pertenecía a Catay, se vio mucha vegetación y frutos, pero no se vio grano de oro alguno ni noticias de la corte del Gran Khan. Y es que no fue hasta la muerte de Colón cuando se verificó que las tierras descubiertas no eran parte de Asia, sino de un nuevo continente.
En la costa norte de la actual Haití, cerca de la actual ciudad de Cap Haïten, la nao Santa María encalló en un arrecife coralino. Con los restos de la nave construyeron un fuerte, fundando así la primera colonia cristiana en América el 24 de diciembre de 1492, a la que llamaron Fuerte Navidad. Desde este enclave, tomaron contacto con las tribus nativas, estableciendo una alianza con los taínos del cacique Guacanagarix, que rivalizaban con los cigüayos del líder Caonabó. Colón había visto en los taínos una tribu aliada y pacífica para la fundación de un primer puerto marítimo. Les prometió que volvería con refuerzos al año siguiente para derrotar a los hostiles cigüayos. A cambio, le ofrecieron un pequeño botín de metales y piedras preciosas.
La mayoría de los tripulantes se ofreció voluntaria para quedarse en el fuerte y así buscar oro, aclimatarse al lugar y aprender el idioma de los indios, mientras que el resto regresaba a España en las otras dos naves.
El 13 de enero de 1493, en la zona occidental de La Española, actual Punta de la Flecha, en la bahía de Samaná, Colón ordenó tomar tierra a siete tripulantes y traer agua y víveres. Se encontraron con unos cincuenta indios que se enfrentaron de forma violenta, aunque pudieron defenderse sin lamentar muertes. Fue el primer combate entre europeos y nativos, por lo que Colón llamó a ese lugar con el nombre de Golfo de la Flecha.
La expedición de regreso partió el 16 de enero de 1493, quedando treinta y nueve hombres en la colonia Navidad al mando de Diego de Arana. Antes de llegar a la península Ibérica, sufrieron una tormenta a la altura de las islas Azores, que separó a ambas carabelas. Mientras que La Niña llegó a Lisboa, el 15 de marzo, La Pinta encalló en las costas gallegas.
El 22 de noviembre de 1493, Colón regresó a La Española. Encontró que el fuerte había sido totalmente destruido, todos los españoles asesinados y la aldea de los taínos fue devastada por un feroz ataque de los cigüayos, liderados por los caciques Caonabó y Marieni.
Tras la destrucción del primer fuerte, el 6 de enero de 1494, Colón volvió a fundar una segunda colonia que se convertiría en el primer asentamiento europeo permanente en América. Fue llamado La Isabela en reconocimiento a la reina Isabel de Castilla. Pero permaneció en funcionamiento hasta 1496.
Posteriormente, cuando esta segunda expedición colombina regresó a España, el hermano del almirante, Bartolomé Colón, fundó un nuevo asentamiento en el sur de la isla, llamado Santo Domingo. Y esta nueva y definitiva colonia se ha convertido en la ciudad más antigua de toda América fundada por europeos. La capital de la actual República Dominicana se convirtió en el principal puerto marítimo del Imperio español y en la capital de la administración virreinal durante los primeros años de la colonización. Desde allí partirían todas las expediciones hacia el interior del continente y los viajes de regreso a España.
El mayordomo de Cristóbal Colón, Roldán, fue nombrado alcalde mayor de La Isabela. Pero, las expectativas de encontrar especias o metales se fueron desvaneciendo entre los primeros colonizadores y, con ello, surgió la primera rebelión. En 1947, Roldán se levantó contra el gobernador Bartolomé Colón y estableció una administración paralela y rival en el oeste de la isla. Primero, prometió a los indígenas eximirles del pago de impuestos para conseguir su apoyo. Después, fue secundada por todas las villas y fortalezas fundadas (Santo Domingo, Santiago, Concepción y Bonano), menos La Vega y La Isabela.
En el tercer viaje de Cristóbal Colón a América, en 1498, el almirante genovés alcanzó un acuerdo con las villas insurgentes, que se firmó al año siguiente. Entre las condiciones estaba el pago de los salarios atrasados de los dos últimos años incluso a aquellos que no hubiesen trabajado, el permiso de matrimonio con las taínas, el derecho a regresar a España a quien lo quisiera, y un repartimiento de tierras para su explotación. Sería el comienzo del sistema de encomiendas y del mestizaje étnico. Roldán llegó a recuperar su anterior cargo como alcalde mayor de La Isabela y, en marzo de 1500, el propio Roldán colaboró en sofocar otra rebelión contra Colón.
Algunos de los colonos que llegaron a España acusaron a Colón de abuso de poder y mal gobierno. En 1500, los Reyes Católicos enviaron a La Española al administrador Francisco de Bobadilla, el cual hizo arrestar a Colón y a sus hermanos y regresar a España. Durante el viaje, Colón redactó una extensa carta a la Corte. Una vez en España, recobró la libertad, pero perdió la confianza y prestigio. En los tres viajes colombinos anteriores, el almirante había descubierto las islas de Puerto Rico y Jamaica, la desembocadura del río Orinoco, la isla de Trinidad y las costas de la actual Venezuela. En su cuarto y último viaje de 1503, recorrió el litoral de Panamá, Veragua, Costa Rica y Nicaragua, en Tierra Firme.
Bobadilla resultó ser un pésimo gestor, y fue sustituido por Ovando, en 1503. Nicolás de Ovando y Cáceres pertenecía a la nobleza de la provincia de Cáceres, era comendador de Lares y miembro de la Orden Militar de Alcántara, e hijo del capitán Diego de Cáceres Ovando. Su familia se había ganado la confianza de los Reyes Católicos por haber defendido a Isabel durante la Guerra de Sucesión de Castilla, entre 1474 y 1479. Por eso, fue elegido por el príncipe Juan, junto a otros nueve jóvenes nobles, para acompañarle en su educación y formación en la Corte de Almazán. Su vida estuvo guiada por los valores morales de integridad y responsabilidad a la vez que lealtad a los Reyes Católicos.
En septiembre de 1501, Ovando fue nombrado gobernador y juez supremo de las Islas y Tierra Firme de las Indias, con un sueldo de 366.000 maravedís y acaparando los poderes de gobierno, justicia, hacienda y milicia. Con la gobernación de Nicolás de Ovando, comenzaba un periodo de asentamiento y colonización de España en el mar Caribe, al estilo de Castilla y no a la manera de los Colón. Su objetivo era establecer las estructuras económicas, administrativas, sociales y cristianas en la isla La Española, a petición de los Reyes Católicos.
Un año después, en febrero de 1502, zarpó en una potente escuadra desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, formada por 32 barcos y con cerca de 2.500 tripulantes, llegando a Santo Domingo en abril. La mayor armada que atravesaría el océano Atlántico fue financiada principalmente por capital privado, aunque la Corona también ayudó a su desarrollo. Entre aquellos tripulantes estaba Bartolomé de las Casas, que llegaría a ser el gran protector de indios, Francisco de Pizarro, que conquistaría el Imperio inca, o Juan Ponce de León, que descubriría la península de La Florida.
Nada más llegar a la isla y tomar posesión de sus cargos, fue arrestado el gobernador depuesto, Francisco de Bobadilla. La aparición de un huracán destruyó Santo Domingo y destrozó gran parte de la flota, hundiendo un rico cargamento de mercancías. Entre los desaparecidos estaban el almirante jefe Antonio de Torres y el mismo Bobadilla.
Aquel huracán también había hundido la flota que dirigía el almirante Cristóbal Colón en su cuarto y último viaje en las costas de Jamaica. Desde esta isla el marino Diego Méndez realizó la hazaña de llegar en canoa hasta La Española para informa al recién nombrado gobernador y solicitar una expedición de salvamento a sus compañeros de viaje. La organización de una flota auxiliadora se hizo esperar, y gracias a la presión de algunos religiosos Ovando tardó hasta siete meses en enviar barcos de salvamento a Jamaica.
Uno de los objetivos de Ovando era el establecimiento de la autoridad real a todos los habitantes de la isla. La primera medida fue la reubicación en las villas fundadas de todos aquellos españoles que se encontraban dispersos en poblaciones indias, y aquellos que se negaron fueron devueltos a España.
A continuación, y ya sabiendo con cuantos colonizadores podía contar, Ovando se dirigió a sofocar una rebelión de indios nativos de la región de Higüey, en la zona este o península más oriental de la isla. La pésima política de colonización acometida por Bobadilla ocasionó este alzamiento en el cacicazgo de Higüey y la muerte de algunos españoles, dando comienzo las guerras del Higüey entre 1502 y 1503. Ovando nombró a Juan de Esquivel capitán general de una expedición militar que ejecutaría a la cacique Higuanamá, principal promotora de la rebelión. Después, se estableció un tratado de paz con el cacique Cotunamá y un acuerdo comercial basado en la compra del pan que en sus tierras se cultivaba con destino a Santo Domingo.
La pacificación duró unos meses hasta que, de nuevo, estalló otra revuelta con españoles asesinados. Juan de Esquivel, con un contingente de unos 50 hombres, volvió a enfrentarse a una resistencia india que se resquebrajó. Cotubanamá tuvo que refugiarse en la isla de la Saona junto a sus familiares y algunos seguidores. Allí fue apresado, enviado a Santo Domingo en una carabela, y ahorcado por orden de Ovando, en 1504.
Quedaba pacificada la región de Higüey, al este de la isla, pero al suroeste, surgió la rebelión del cacicazgo de Jaraguá, liderado por la cacica Anacaona, de la tribu de los taínos.
Una expedición de 400 soldados, al mando de Diego Velázquez de Cuéllar, pudo pacificar la zona entre los años 1503 y 1504, y ejecutar a Anacaona. Además, este conflicto hizo que la expedición militar pudiese recuperar a bastantes españoles que se había refugiado en diversas aldeas indias de la región de Jaraguá, escapando de la autoridad real. Se les obligó a elegir una mujer taína con las que emparentaban, a casarse con ella y formar una familia en una recién fundada villa española.
Para asegurar el control total de la isla, en febrero de 1504, Ovando ordenó la fundación de varios municipios. En la región de Jaragua, en el actual estado de Haití, se fundaron, Bayajá (Fuerte de Libertad), Salvatierra de la Sabana (Les Cayes), Santa María de la Vera Paz, Villanueva de Yáquimo, Santa María de la Yaguana (Yaguana); al norte se fundó Puerto Lares de Guahaba.
En la actual República Dominicana se fundaron Salvaleón de Higüey y Santa Cruz de Hicayagua (Santa Cruz del Seibo), en la región de Higüey; también Puerto Real y Puerto Plata, al norte; y San Juan de la Maguana y Compostela de Azua (Azua), en la zona central.
La capital de Santo Domingo que había fundado Bartolomé Colón y destruida por el huracán de 1502, fue reconstruida y trasladada a la orilla derecha del río Ozama, donde se encuentra en la actualidad. Sobre una ubicación mejor, se levantó la nueva capital basada en un proyecto urbanístico propia del Renacimiento.
Estas villas eran planificadas según el modelo del Reino de Castilla durante la Baja Edad Media aplicado a las tierras del sur peninsular durante la Reconquista. Consistía en trazar calles rectas y anchas, paralelas y perpendiculares, en cuyo centro urbano se ubicaban las plazas con sus edificios administrativos. El trazado en damero se establecía con regla y cordel, marcando la pauta a seguir por las ciudades que se fundarían en las ciudades de Tierra Firme de América.
Las primeras leyes protectoras de indios impedían la utilización de la población nativa como esclavos. Los Reyes Católicos se preocuparon del buen trato a los indios, dotándoles de los mismos derechos y obligaciones que un súbdito español. Además, se aprobó el matrimonio mixto entre indios y españoles, tras el bautismo del primero, dando lugar a las primeras familias mestizas de América.
Pero, esta protección del indio y la necesidad de mano de obra esclava hizo que, desde 1502, Ovando permitiese a las emergentes élites económicas la importación de esclavos africanos para trabajar en explotaciones mineras y cultivos de cañas de azúcar, incluso en sus casas particulares.
El 20 de diciembre de 1503, la reina Isabel aprobó una Real Provisión que permitía el repartimiento de indios para trabajar en campos de cultivos de los encomenderos españoles. Ovando estableció el primer sistema de encomiendas indianas, un régimen de trabajo que conocía perfectamente, pues en España había sido encomendero mayor de la Orden de Alcántara. El indio estaba obligado a trabajar, no solo en la agricultura sino también en la minería o servicio doméstico; el encomendero debía protegerle y cristianizarle, pagándole el jornal como si fueran súbditos de la reina y personas libres de la misma manera que los españoles, pero nunca como esclavos.
En 1508, ordenó al piloto Andrés de Morales la exploración completa de la costa de La Española, quien realizó la primera cartografía íntegra de la isla.
Ese mismo año, Juan Ponce de León lideró una expedición para la conquista de la isla de San Juan, formada por 50 hombres. En esta isla se asentaba el cacicato de Borinquen, y en la actualidad es la isla de Puerto Rico. En agosto de 1508, el cacique Agüeybana formalizaba un acuerdo de capitulación con Ponce de León, en la región sur de Borinquen. Al año siguiente, Ovando nombró capitán general de la isla San Juan a Ponce de León
Mientras tanto, los marinos Alonso de Ojeda y los hermanos Camacho emprendieron una actividad de búsqueda de metales y especias, e indios de otras islas para incorporarlos a las encomiendas que necesitaban más mano de obra.
Esta necesidad de más población laboral fue debido a la alta mortandad que en la población nativa de La Española se estaba produciendo como consecuencia de las enfermedades que los españoles llevaban a la isla y del abuso de los encomenderos. Aquellos abusos de poder de los primeros colonizadores españoles generaron las réplicas de Montesinos y Bartolomé de las Casas, quienes acusaron a los encomenderos de exterminar a los indios por exceso de trabajo, en lujar de introducirlo en la fe católica.
Durante los primeros años de su gobernación, Ovando había tenido bastante poder y la plena confianza de la Corte. En 1504 moría su principal valedora, la reina Isabel de Castilla, lo que supuso que años después, desde 1507, el rey Fernando de Aragón cuestionase su casi total autonomía y a restarle poder. Nombro al obispo Juan Rodríguez de Fonseca máxima autoridad en la protección de indios y asuntos de la colonización del Nuevo Mundo, convirtiéndose en un enemigo de Ovando. A su vez, Fonseca sustituyó a numerosos cargos de la administración de Santo Domingo, en especial el de tesorero, que ocuparía Miguel de Pasamonte. Este cargo fue muy a propósito tras el conocimiento de un desfalco perpetrado a la Real Hacienda por el hasta entonces tesorero Cristóbal de Santa Clara, quien abusó de la confianza del gobernador y gastaba dinero de la administración en su propio beneficio.
Al año siguiente, en 1508, el rey Fernando aprobaba la sustitución de Nicolás de Ovando al frente de la Gobernación de las Indias por Diego Colón. Este nombramiento había sido decidido por el rey al año antes, gracias a la influencia del duque de Alba, y al enfrentamiento que tuvo con los eclesiásticos de Fonseca y de Conchillos.
El 9 de julio de 1509, Diego Colón tomaba poderes en la iglesia de Santo Domingo, ante el cabildo. Nicolás de Ovando y sus oficiales fueron sometidos a un juicio de residencia, como acostumbraba el protocolo de salida. A pesar de las acusaciones de los religiosos, la actividad colonizadora de Ovando fue evaluada como innovadora y efectiva. La isla tenía 15 villas pacíficas e industriosas, pobladas por más de 3.000 vecinos.
El 17 de septiembre de 1509, Ovando llegaba a España embarcado en una Flota de las Indias que encabezaba el almirante general Hernando Colón. El rey Fernando recompensó sus esfuerzos con el título de comendador mayor de la Orden de Alcántara. Mientras vivía en la villa de Brozas, el monarca nunca perdió la confianza en él y fue requerido para tomar parte de una expedición militar contra Orán, al norte de África, y fundar un templo cristiano en Bujía, en 1511. La incursión no se efectuó y, días después, Nicolás de Ovando murió durante el transcurso de una Junta Capitular de su orden en Sevilla. Fue enterrado en la iglesia de San Benito de Alcántara.
Al año siguiente, en 1508, el rey Fernando aprobaba la sustitución de Nicolás de Ovando al frente de la Gobernación de las Indias por Diego Colón. Este nombramiento había sido decidido por el rey al año antes, gracias a la influencia del duque de Alba, y al enfrentamiento que tuvo con los eclesiásticos de Fonseca y de Conchillos.
El 9 de julio de 1509, Diego Colón tomaba poderes en la iglesia de Santo Domingo, ante el cabildo. Nicolás de Ovando y sus oficiales fueron sometidos a un juicio de residencia, como acostumbraba el protocolo de salida. A pesar de las acusaciones de los religiosos, la actividad colonizadora de Ovando fue evaluada como innovadora y efectiva. La isla tenía 15 villas pacíficas e industriosas, pobladas por más de 3.000 vecinos.
El 17 de septiembre de 1509, Ovando llegaba a España embarcado en una Flota de las Indias que encabezaba el almirante general Hernando Colón. El rey Fernando recompensó sus esfuerzos con el título de comendador mayor de la Orden de Alcántara. Mientras vivía en la villa de Brozas, el monarca nunca perdió la confianza en él y fue requerido para tomar parte de una expedición militar contra Orán, al norte de África, y fundar un templo cristiano en Bujía, en 1511. La incursión no se efectuó y, días después, Nicolás de Ovando murió durante el transcurso de una Junta Capitular de su orden en Sevilla. Fue enterrado en la iglesia de San Benito de Alcántara.
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