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ORIGEN JACOBEO DE LA INDULGENCIA PLENARIA


Las indulgencias compostelanas suavizaron las terribles condenas que se imponían a delincuentes durante la Edad Media. La pena de muerte, la tortura, o la prisión eran sustituidas por un castigo más eficaz: la penitencia de recorrer el Camino de Santiago. Por una parte, el viaje prevenía a la sociedad de la reiteración de delitos por el mismo delincuente; por otra, la realización de la ruta convertían al delincuente en un sufrido peregrino que, normalmente, sentía en su persona los peligros y riegos del camino.

indulgencias compostelanas Camino Santiago
ORIGEN JACOBEO DE LA INDULGENCIA PLENARIA

En la Edad Media existía una confusión entre los laico y lo religioso, la cristiandad lo invadía todo, llegando a alcanzar grandes cuotas de poder en la vida política, económica, social y judicial. Obispos y abades imponían en caso de graves pecados la penitencia de peregrinar a diversos lugares religioso como Jerusalén, Santiago, Roma y otros santuarios menores situados en España, Francia, etc. Por ello, el juez civil terminó por asumir también esta posibilidad, imponiéndola no como penitencia, sino como pena en caso de la comisión de delitos especialmente graves.

Este tipo de pena suavizó las terribles condenas que se imponían en la época, no ya la pena de muerte, sino también, la tortura y  mutilaciones. Este tipo de peregrinación satisfacía dos finalidades: sustituía la venganza privada por una respuesta institucional ciertamente no exenta de peligros y dificultades ya que la peregrinación suponía riesgos y el sufrimiento de penalidades; y prevenía a la sociedad en general de las consecuencias de cometer determinados delitos.

El  papa Calixto II concedió en 1122 la posibilidad de que los peregrinos obtengan la indulgencia plenaria en los Años Santos Compostelanos. Nacen así las indulgencias compostelanas o Gran Perdonanza que liberan a los peregrinos de sus delitos y los salva de sus pecados. Las condiciones para ganar este jubileo fueron la visita en Año Santo a la Catedral de Compostela donde se guarda la tumba del Apóstol Santiago, el rezo y asistencia a alguna misa, y la recepción de los Sacramentos de la Penitencia y la Comunión, dentro del período comprendido entre los quince días anteriores y posteriores a la visita a Compostela.

El Liber Sancti Jacobi de Americh de Picaud, en el Libro V referido a la guía de peregrinación escribió:
"El peregrino alejándose de su domicilio es enviado a la peregrinación por un sacerdote, en pena de sus pecados, como un destierro. Y por la gracias de Dios si confiesa bien y termina su vida abrazando la penitencia, se salva."

Códice Calixtino Historia Turpin
HISTORIA TURPIN

La documentación más detallada de esta peregrinación forzada impuesta por el juez civil se encuentra alrededor de los siglos XIII-XIV y procede de los Países Bajos, Francia y Alemania. Muy esquemáticamente se pueden citar algunas ordenanzas:

1. Estatutos de Lieja, año 1328: Se impone la peregrinación a Santiago, Roma y Tours por delitos de homicidio y otros semejantes.

2. Estatutos de Jean d'Archel, 1366: Se impone el peregrinaje a Santiago al juez o escribano que faltare a la probidad en los litigios de bienes o créditos.

3. Ordenanzas de Saint Troud de 1423: Se impone la peregrinación a Santiago por impago de rentas en delitos contra la propiedad.

4. Carta de Tongres: Se impone la peregrinación a Santiago al que sacare espada o cuchillo contra el prójimo.

5. Documento La paix de Saint Jaques de 1487: Se impone la peregrinación a Santiago al raptor de mujer o hija de otro.

6. Estatutos de Maastricht: Se impone como sustitutivo de la pena de multa y en concreto al violador de la tregua de Dios se le impone la peregrinación a Santiago.

7. Ordenanzas de Saint Troud de 1499: Se impone peregrinar a Santiago a quien facilita alojamiento en caso de adúlteros.


8. También en las mismas Ordenanzas de Saint Troud pero del año 1523 se impone a los adúlteros públicos la peregrinación a Tours, pasados quince días del regreso de dicha peregrinación, si siguen viviendo juntos se les impone peregrinar a Santiago y a la vuelta de la peregrinación si persisten se acuerda el destierro.

credencial peregrino camino Santiago
CREDENCIAL DEL PEREGRINO

También se encuentran referencias a la peregrinación a diversos lugares santos y en concreto a Santiago en las ordenanzas de varias ciudades como Gantes, Namour y Brujas.

En caso de incumplimiento, es decir, de que el obligado a peregrinar no lo hiciese, se imponía un nuevo peregrinaje. Aunque en algún caso excepcional se llegó a acordar la decapitación. En cuanto a la comprobación de haber efectuado el viaje en su totalidad, este quedaba acreditado con la documentación que se expedía al término de la peregrinación por la autoridad correspondiente.

También se llegó a admitir en época más tardía el rescate de la peregrinación mediante el pago de una cantidad, en principio equiparada al rescate de la peregrinación a Roma.

Como es lógico abundan las disposiciones y normas jurídicas dadas por reyes, obispos y príncipes para la protección jurídica del peregrino al que se le consideraba persona inviolable.

En este sentido se puede citar el Concilio de León de 1114 en el que se decía que "Peregrini in pace sint, secure per terras eant, ut nemo in eos vel eorum, manus mittat".

Y también se cuenta con un corpus jurídico de protección al peregrino tanto de su persona y bienes como de previsiones en caso de enfermedad, muerte, entierro, protección de sus bienes, etc.

Santiago Compostela escultura catedral Matamoros
SANTIAGO MATAMOROS


TERCER CONCILIO DE TOLEDO


Mediante el III Concilio de Toledo del año 589, el Reino Hispano-visigodo abandonó el Arrianismo para tomar el Catolicismo como religión oficial, sentando un precedente en el resto de entidades políticas europeas de la Alta Edad Media. Esto tuvo su relevancia en una Europa invadida por tribus germánicas, ya que demostraba como estas se irían fusionando con las poblaciones latinas herederas del extinto Imperio romano y mantendría la unidad católica frente a la herejía del Arrianismo.

Además, el concilio toledano supuso un primer modelo de Asambleas en las que estaban representados los nobles y los clérigos, sustituyendo a las Dietas germánicas, compuestas únicamente por el estamento militar.

TERCER CONCILIO DE TOLEDO

Desde el 585, se instauró en la península Ibérica el Reino Hispano-visigodo, sustituyendo a la Hispania romana, y dominando en todo el territorio peninsular de forma duradera hasta la invasión musulmana del 711. Durante ese tiempo, el reino estuvo unificado bajo una única corona, una religión común, un legado cultural y un derecho unificado.

Leovigildo consiguió unir políticamente el espacio hispano con capital en Toledo y aprobó el derecho de matrimonios mixtos entre godos e hispanorromanos. Imaginó, ya en la segunda mitad del siglo VI, una fórmula para atraer a la plenitud de derechos a sus súbditos hispanorromanos con la condición de convertirse al arrianismo. Pero fue su hijo y destinado a heredarlo, Hermenegildo, quien se convirtió al Catolicismo. Lo que sucedió fue que en este siglo VI los hispanorromanos impusieron sus modos de ser y de vivir sobre sus gobernantes visigodos.

Hacia el año 580, reunidos el obispo Leandrohermano mayor de Isidoro de Sevilla, y el futuro papa Gregorio en el palacio imperial de las Blanquernas trataron de incorporar las dos primeras aportaciones de España a la vida europea.

III CONCILIO DE TOLEDO - LEOVIGILDO Y HERMENEGILDO

La primera aportación surgió de la necesidad de dotar al clero secular de una norma de vida semejante a la que ya tenían los benedictinos. Es la Regula pastoralis, aprobada por Leandro, a la muerte de Leovigildo, y que pudo instalarse en Sevilla.

Pero la aportación decisiva al futuro de Europa se concretó en el III Concilio de Toledo de 589, convocado por el rey Flavio Recaredo, sucesor de Leovigildo, y auspiciado por Leandro, al que asistieron 5 de los 6 arzobispos metropolitanos, 62 obispos, y varios abades importantes. En este concilio, Recadero se convertía al Catolicismo y tomaba esta religión como la fe oficial, abandonando el Arrianismo. Entre otras decisiones, se acordó transferir la jurisdicción de las iglesias arrianas a los obispos católicos, adoptar el credo para ser recitado en las mismas, y prohibir los matrimonios que los eclesiásticos arrianos practicaban. Estas leyes fueron promulgadas por el rey en la Lex in confirmatione concilium.

También el latín se impuso sobre la lengua goda, y se sometieron todos los habitantes a una Lex Romana custodiada por los visigodos que adoptaron todas los usos y costumbres hispanorromanas.

III CONCILIO DE TOLEDO

El Germanismo en Europa iba a abandonar el signo arriano en muy pocos años y establecer una unidad católica. La conversión al Catolicismo de los distintos pueblos europeos fue un elemento importante en la vida cultural, y en la península Ibérica se desarrolló así durante casi dos siglos una importante corriente, mezcla de la tradición latina con el espíritu cristiano.

Este movimiento de restauración cultural recuperaba para Europa el antiguo Derecho romano mediante el cual, no habría en adelante disyunciones sociales, sino que los súbditos formaban una sola comunidad, regida a su vez por esa ley romana de los visigodos que reducía la servidumbre a dimensiones económicas ya que todos los bautizados pasaban a considerarse jurídicamente personas. Era una ley que garantizaba a los campesinos la subsistencia mediante el trabajo de la tierra, aunque tenían que transcurrir todavía varios siglos para que la servidumbre desapareciera del todo.

Un factor entonces desconocido aparecería: a medida que los ingresos del propietario de la tierra se fijaban en moneda, el poder adquisitivo de ésta disminuía y se incrementaba el de las cosechas. De tal modo que, transcurriendo el tiempo, para los propietarios sería más beneficioso que los siervos alcanzasen su libertad, dejando la tierra en sus manos.


III CONCILIO DE TOLEDO EN EL CÓDICE ALBELDENSE

Otra contribución que el III Concilio de Toledo efectuó fue la asistencia no sólo de obispos, sino también de muchos nobles, servidores y cooperadores del rey. Surgía de este modo, en este concilio y en los sucesivos, un primer modelo de Asambleas en las que estaban presentes los jefes militares y los clérigos, dotados de formación intelectual. Además, este modelo sustituiría a las Dietas germánicas, compuestas únicamente por el estamento nobiliario militar.

A partir de la conversión de Recaredo, estas asambleas, eclesiásticas y romanas en su origen, alcanzaron una extraordinaria importancia política y se convirtieron en uno de los órganos fundamentales del Estado visigodo, realizándose una importante serie de Concilios toledanos que abarcaron desde el III en el 589 hasta el XVIII en el 702.

Sin embargo, estas asambleas traerían una aportación negativa. El Imperio romano había considerado el Judaísmo como religión lícita, lo que facilitó mucho la diáspora hebrea por Europa, alcanzando a Hispania. El romano San Agustín elaboró una doctrina por la cual consideraba que el pueblo elegido era el judío de donde partió el Cristianismo, representado en la figura de Jesús, el mesías convertido a la verdadera fe y que, por tanto, era necesaria una tolerancia al Judaísmo.

SAN ISIDORO Y SAN LEANDRO

Frente a esta doctrina, el III Concilio de Toledo aprobó otra antagónica: no era posible la convivencia entre dos religiones. Desde el año 612, reinando Sisebuto, se estableció el criterio de que el judaísmo era una religión ilícita y debía procurarse su desaparición. Desde el reinado de Recesvinto, se había reformado la Ley de los visigodos, iniciándose una persecución contra los judíos hispanos, obligándoles a bautizarse y a educar a sus hijos en la verdadera fe.

Cuatro siglos más tarde, España rectificó esta decisión, regresando la tolerancia al Judaísmo con Fernando I de León. Pero esta doctrina ya se había extendido a Europa y supuso una de las raíces del anti-Judaísmo. Tampoco se trataba aún de un anti-semitismo, ya que los hebreos conversos al Cristianismo eran integrados plenamente en la sociedad.

A Leandro le sucedió su hermano pequeño, Isidoro de Sevilla, en el IV Concilio de Toledo, y también en la influencia decisiva sobre los sucesores de Recaredo. Isidoro cubrió con su influencia política y cultural no sólo el siglo VII, sino también los tiempos posteriores. Su influencia sobre Beda el Venerable y sobre las generaciones de discípulos que cubrieron el Renacimiento carolingio resultó esencial para dos aspectos de la sociedad europea: la organización de la Monarquía y la transmisión del saber.


III CONCILIO DE TOLEDO

EXPEDICIÓN POLÍTICO-CIENTÍFICA AL MUNDO POR ALEJANDRO MALASPINA


La expedición científica y política de Alejandro Malaspina fue desarrollada durante los años 1789 y 1794 con el propósito de trazar cartas hidrográficas, cartografiar las costas, incrementar el conocimiento sobre ciencias naturales (botánica, zoología, geología), y realizar observaciones astronómicas. Partió de Cádiz, recorrió el litoral occidental de América, y cruzó el océano Pacífico, visitando las islas Filipinas, Nueva Zelanda, Australia y el archipiélago de Vavao. Fue una hazaña científica al máximo nivel de la Ilustración europea del siglo XVIII.

EXPEDICIÓN POLÍTICO-CIENTÍFICA AL MUNDO POR ALEJANDRO MALASPINA

Alejandro Malaspina y Melilupi nació en 1754, en Mulazzo (Italia), perteneciente a una familia aristocrática de Parma y de educación muy esmerada. Siendo joven fue ordenado caballero de la Orden de Malta y combatió a los piratas berberiscos en el mar Mediterráneo.

En noviembre de 1774 y a la edad de 22 años ingresó en la Escuela de Guardiamarinas de CádizSe distinguió por ser uno de los alumnos más aventajados del Curso de Estudios Mayores, el ambicioso programa docente que incorporaba las matemáticas newtonianas, la astronomía náutica y la física experimental. En pocos años se había convertido en un experto marino y combatiente de mérito, llegando a ser capitán de navío y uno de los mejores marinos de la Armada española. Entre sus méritos destacaron varios hechos de armas en la guerra contra Inglaterra y un viaje promovido por la Compañía mercante de Filipinas de circunnavegación a la tierra con la fragata Astrea en 1787. Se trataba de un hombre de ciencia y guerra, un auténtico marino ilustrado.

En septiembre de 1788, junto con su compañero José de Bustamante y Guerra, propuso al ministro de Marina e Indias, Antonio Valdés, la organización de una expedición científica y política para la recopilación física exhaustiva de todas las posesiones de la Corona española, con datos sobre el magnetismo terrestre, las especies animales y vegetales, la producción minera, las rutas de navegación, y el estado administrativo de los virreinatos. Sería el llamado Viaje científico y político alrededor del mundo, aunque posteriormente se llamó Expedición Malaspina.

Retratos Alejandro Malaspina José Bustamante
ALEJANDRO MALASPINA Y JOSÉ DE BUSTAMANTE

El 14 de octubre de 1788, dos meses exactos antes de su muerte, el rey ilustrado Carlos III aceptó el proyecto para fortalecer a un país cuyas posesiones estaban cada vez más amenazadas. Fue el proyecto científico más ambicioso de la Ilustración española, cuya misión fue hacer una descripción física de los territorios españoles que aún, en 1798, se extendían desde Europa hasta las islas Filipinas pasando por América.

Se construyeron dos corbetas iguales capacitadas para este tipo de misión, Descubierta y Atrevida, de 33,5 metros de eslora, 306 toneladas, que gobernaron los almirantes Malaspina y Bustamante.

corbetas Descubierta Atrevida Malaspina Bustamante
CORBETAS ATREVIDA Y DESCUBRIDORA

La expedición contó con la participación de destacados ilustrados: 18 oficiales hidrográficos y astrónomos de la Marina española, como Juan Gutiérrez de la Concha, Cayetano Valdés y Alcalá Galianio, los pintores José Guío y Fernando Brambila, el dibujante y cronista Tomás de Suria, el botánico Luis Née, y los naturalistas José del Pozo, Antonio Pineda y Tadeo Haenke. Se seleccionó a una tripulación de 204 hombres con experiencia marinera.

La expedición zarpó de Cádiz el 30 de julio de 1789. Después de fondear durante unos días en las islas Canarias, navegaron por las costas de Sudamérica hasta el Río de la Plata. Sus primeras paradas fueron Montevideo, Buenos Aires y Puerto Deseado. Se conocía el litoral y las regiones con ciudades, pero habría que cartografiar grandes extensiones de la geografía americana sin explorar. 

En islas Malvinas expulsaron a unos cazadores de focas ingleses; en Tierra de Fuego cartografiaron el cabo de Hornos; recorrieron la isla de Chiloé y todo el litoral americano del Pacífico: Concepción, Valparaiso, Coquimbo, El Callao, Guayaquil, Panamá, Acapulco, San Blas de California hasta la bahía de Yakutat y el fiordo Prince William en Alaska, buscando el llamado "paso del Norte" hacia el Atlántico, una posible unión entre los océanos Pacífico y Atlántico.

Regresaron a Nutka (Vancouver) y Acapulco, y desde allí tuvieron tres meses de navegación cruzando el océano Pacífico hasta llegar a Manila en marzo de 1792, pasando por Guam, y los archipiélagos de Marshall y las Marianas.

Tras estudiar las Filipinas y Macao, atravesaron las islas Célebes y las Molucas, en la Polinesia, y en febrero de 1793 fondearon en la isla Sur de la actual Nueva Zelanda, cartografiando el fiordo de Doubtful.

La siguiente escala fue la colonia británica de Sídney en Australia, desde donde decidieron regresar a España pero sin atravesar el océano Índico y el cabo de Buena Esperanza como consecuencia de la inminente guerra entre España y Francia. Pasaron por puerto del Callao, tocando en la isla de Vavao, y doblando el Cabo de Hornos, llegaron a Cádiz en septiembre de 1794.

RUTAS EFECTUADAS POR LAS CORBETAS

En cada escala, los miembros de la expedición establecían inmediato contacto con las autoridades locales y eventuales científicos para ampliar las tareas de investigación. El método de trabajo que se desplegaba consistía en bajar a tierra, instalar un observatorio astronómico, localizar a las especies animales y vegetales de la zona y estudiarlas, recoger semillas y frutos, buscar depósitos de fósiles, dibujar el paisaje del lugar, cartografiar el terreno, etc. También se investigaba en los principales archivos y fondos de la América española.

Durante los cinco años de aventura marítima se realizaron mapas y cartas hidrográficas, observaciones astronómicas, derroteros para la navegación, estudios de historia natural que comprende desde herborización y descripciones de fauna hasta estudios geológicos y mineralógicos, y que aportaron una amplia clasificación de la zoología, la botánica y la geología. Realizaron descripciones etnográficas de gran interés en las áreas fronterizas del imperio (Patagonia, noroeste americano, islas del Pacífico); recopilaron noticias sobre el estado del comercio en todos los puertos del Pacífico; incorporaron a la soberanía española el archipiélago de Vavao (Tonga).

También se elaboraron unos amplios informes geográficos y políticos sobre las deficiencias y las oportunidades que ofrecían cada región y virreinato, lo que le convirtió en una especie de filósofo y visionario en el mar del Sur.

MURAL SOBRE LA LABOR CIENTÍFICA DE MALASPINA

Malaspina era hombre culto y preparado, estaba influenciado por las ideas de pensadores como Adam Smith, William Paley, Adam Ferguson, Robertson, Genovesi y Filangieri, representantes de la ilustración escocesa y napolitana. Había redactado antes del viaje un decálogo con sus principales ideas coloniales, se trataba de los Axiomas políticos sobre la América, un texto inspirado por las nuevas tendencias económico-políticas que relacionaban de mejor manera a la metrópoli con sus provincias de ultramar. Durante la expedición puso en práctica aquellos ideales, adaptando a cada caso particular sus principios generales, aplicándolos en las diferentes actividades de la pesca, la minería, la organización administrativa, los consulados y la actividad comercial.

La expedición fue tomada con éxito desde Madrid, una hazaña científica, digna de ser comparada con la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano o con la aventura científica de Francisco Hernández en el siglo XVI.

Malaspina, convencido de la necesidad de reformar el Imperio, presentó a Carlos IV el informe Expedición ultramarina iniciada el 30 de julio de 1789. Este informe incluía un anexo confidencial que explicaba la situación política de las posesiones. El informe político recomendaba cambios en profundidad, la concesión de una mayor autonomía y una nueva visión de gobierno. Los territorios coloniales se impregnaban cada vez más de la recién estallada Revolución francesa y de los ideales de emancipación.

La información teórica pasó a la práctica desde las instituciones ilustradas españolas del momento, por ejemplo, el herbario de Luis Née fue donado al Real Jardín Botánico de Madrid, donde se conserva actualmente, y muchas especies fueron descritas gracias a estos materiales por su director de entonces, Antonio José Cavanilles.

Pero no todo el contenido de aquel informe fue desvelado. Corrían malos tiempos, la Revolución francesa había estallado en 1789 y se declaró la guerra contra la Convención en 1795. Malaspina cometió el peligroso error de escribir unas Reflexiones relativas a la paz de España con Francia e incluso un Memorial a la reina, en el que proponía cambios ministeriales, incluida la destitución del primer ministro Manuel Godoy. Probablemente, ese fue el motivo por el cual, en abril de 1796, Godoy acusaba a Malaspina de revolucionario y conspirador, que supuso su caída profesional y su prisión. Bustamante, en cambio, terminaría siendo gobernador de Montevideo.



Durante su reclusión en la prisión de San Antón de La Coruña, escribió tres pequeños opúsculos: el Tratadito sobre el valor de las monedas en España (1797), la Meditación filosófica sobre la existencia de un bello esencial e invariable en la naturaleza (1799) y la Carta crítica sobre el Quijote (1799). Malaspina pasó los últimos años de su vida en la recién fundada República de Italia, desde donde se carteó con oficiales y amigos españoles, muchos de los cuales cayeron en la batalla de Trafalgar, como por ejemplo Galiano o Churruca.

Aquel informe enciclopédico que Malaspina entregó al gobierno español como conclusión a su viaje científico y político alrededor del mundo fue publicado por primera vez en 1885, por el marino Pedro de Novo y Colson, con el nombre de Viaje político-científico alrededor del mundo por las corbetas Descubierta y Atrevida, al mando de los Capitanes de navío don Alejandro Malaspina y don José Bustamante y Guerra desde 1789 a 1794. En él, se detallan 70 cartas hidrográficas y náuticas, trabajos sobre el magnetismo terrestre y la gravedad, estudios sobre la producción minera, innumerables pliegues de herbario de unas 14.000 plantas, estudios fisiológicos de más de 500 especies botánicas y minerales, análisis de gran cantidad de animales, cerca de un millar de imágenes de tipos étnicos, paisajes, flora, fauna y tradiciones representadas en dibujos, croquis, bocetos y pinturas.

Viaje político-científico retrato Alejandro Malaspina
VIAJE POLÍTICO-CIENTÍFICO DE ALEJANDRO MALASPINA




A través de sus diarios y escritos, tuvieron cabida los distintos aspectos de la realidad del imperio, desde la minería y las virtudes medicinales de las plantas hasta la cultura, y desde la población de la Patagonia hasta el comercio filipino. Siguiendo los principios de la Ilustración, culminaba la experiencia descubridora y científica de tres siglos de conocimiento del Nuevo Mundo y la tradición hispana de relaciones geográficas y cuestionarios de Indias. Y lo hicieron bajo una fórmula característica del período ya que, influenciado en el carácter científico y naturalista de la Ilustración, lo que Malaspina hizo en realidad fue componer una auténtica "física de la Monarquía".

La ambición del proyecto y la calidad del material estudiado supusieron una obra cumbre en el desarrollo de la Ilustración española. La importancia de aquella expedición colocaba a Alejandro Malaspina al mismo nivel que las realizadas por Cook, La Pérouse y Bougainville. El valor y méritos de los logros científicos españoles igualaba a de los ingleses y franceses.

En el pasado más reciente, diversas instituciones españolas han efectuado una gran expedición científica de circunnavegación, la Expedición Malaspina (2010-2011), nombre que recibe en reconocimiento a su principal promotor. Se trataba de un proyecto de investigación interdisciplinar que tuvo como principales objetivos estudiar el cambio global y la biodiversidad en el océano. Desde de diciembre de 2010 hasta julio de 2011, más de 250 científicos a bordo de los buques de investigación oceanográfica Hespérides (A33) y Sarmiento de Gamboa han desarrollado una labor que unía el estudio científico con la formación de jóvenes investigadores, el fomento de las ciencias marinas y la cultura científica en la sociedad.

BUQUE CIENTÍFICO HESPÉRIDES (A33)

ORÍGENES CRISTIANOS MEDIEVALES DE LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS


En 1208, durante el reinado de Alfonso VIII de León, se fundó el Estudio General de Palencia, que fue la primera universidad erigida en la España cristiana y una de las primeras de Europa para impartir teología y artes (trivium y quadrivium), y los estudios de tipo jurídico. Pero lo cierto es que mucho antes, desde 1190, ya existía el Estudio General de Palencia.

Diez años más tarde, durante el reinado de Alfonso IX, se fundó el Estudio Superior de Salamanca, convirtiéndose en la primera institución educativa española y europea que obtuvo el título de "Universidad", es decir, de validez universal de sus títulos, a través de la bula papal de Alejandro IV y de la real orden de Alfonso X en el año 1255. La Universidad de Salamanca es una de las cuatro más antiguas de Europa abiertas actualmente, junto con las de Bolonia, Oxford, y París (La Sorbona).

ORÍGENES CRISTIANOS MEDIEVALES DE LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS

Durante la Plena Edad Media, Europa experimentó una revitalización del arte y de la cultura. Surgió un renacimiento intelectual por la cultura clásica, un desarrollo por la literatura en las lenguas vernáculas, un interés por el derecho y por el pensamiento teológico, un crecimiento artístico y arquitectónico, y una evolución de las instituciones educativas y formativas como transmisoras de los conocimientos de la época, una revolución urbana generada por los intercambios comerciales, la aparición de una sociedad burguesa que veía en el desarrollo del espíritu laico un camino para la superación humana y una liberación de los estrechos marcos de las relaciones materiales del mundo feudal.


Todos estos aspectos favorecieron la creación de aquellos centros del saber en conventos, monasterios, claustros y catedrales, ya que la erudición estaba en posesión de la Iglesia católica. A esta institución se debe la supervivencia de la cultura durante la Alta Edad Media. Los clérigos y los nobles podían conseguir una educación y un acceso a los documentos, mientras que el campesinado y la baja burguesía quedaban excluidas de este privilegio.

Los estudiantes eran considerados clérigos menores y estaban sometidos a una justicia separada de la civil que impartían tribunales eclesiásticos. Profesiones y alumnos formaban escuelas libres e independientes de la diócesis a las que pertenecían. Progresivamente, van recibiendo el reconocimiento de la Iglesia, y la protección de la Corte gracias a la concesión de privilegios, libertades y exenciones fiscales, que les permitieron dotarse económicamente con una base patrimonial de tierras y edificios.

El nuevo estatus adquirido les agrupa en universitas, palabra latina que significa gremio o corporaciones, haciendo referencia a un gremio de maestros o estudiantes.

Aunque las escuelas monásticas fueron centros de aprendizaje desde el siglo IX, fueron rebasadas en el curso del siglo XI por las escuelas catedralicias, organizadas por el clero secular. Las escuelas catedralicias se extendieron con rapidez en el siglo XI. Había veinte en el año 900, pero para el año 1000, su número había crecido cuando menos hasta doscientas, ya que cada ciudad catedralicia se sentía obligada a establecer una. Las más famosas fueron las de Chartres, Reims, París, Laon y Soissons, todas ubicadas en Francia que era, en realidad, el centro intelectual de Europa en el siglo XII.



BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Siguiendo el precedente de la organización carolingia de las escuelas palatinas, catedralicias y monásticas, más que el de otras instituciones semejantes existentes en el mundo islámico durante la Alta Edad Media, los primeros precedentes de las universidades de la Europa cristiana fueron fundadas para el estudio del Derecho, la Medicina y la Teología.

La parte central de la enseñanza envolvía el estudio de las Artes preparatorias, denominadas Artes Liberales, por cuanto eran mentales o espirituales y liberaban del trabajo manual propio de las artesanías, consideradas oficios viles y mecánicos. Estas Artes Liberales se agrupaban en el Trívium (Gramática, Retórica y Lógica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). Después, el alumno entraba en contacto con estudios más específicos.

Además de centros de enseñanza, estas escuelas eran también el lugar de investigación y producción del saber, y foco de vigorosos debates y polémicas, lo que a veces requirió incluso las intervenciones del poder civil y eclesiástico. Los cursos se enseñaban en latín, principalmente por maestros que leían de libros. No había exámenes en los cursos individuales, pero los estudiantes tenían que pasar un examen oral completo para obtener un grado.

Surgieron también nuevos métodos de enseñanza basados en la lectio y la quaestio, la lección y la cuestión. Esta transformación cultural generada por las escuelas ha sido resumida de este modo: "En 1100, la escuela seguía al maestro; en 1200, el maestro seguía a la escuela".

Las más prestigiosas recibían el nombre Studium Generale. Aparecían así los llamados Estudios Generales o Estudios Superiores, cuya importancia se fue extendiendo por toda Europa, requiriendo la presencia de sus maestros, o al menos la comunicación epistolar. Esto inició un fecundo intercambio intelectual facilitado por el uso común de la lengua culta, el latín.

ALFONSO X IMPARTIENDO CÁTEDRA

En el siglo XIII, aparecen las primeras Universidades cristianas partiendo desde su origen como Estudios Generales, y cuya titularidad ex consuetudine fue otorgada por la propia organización interna de los estudios. Los primeros Estudios Generales que alcanzaron el estatus de Universidad fueron los de Bolonia, París, Oxford, Palencia y Salamanca.

No fueron las pioneras, ya que los primeros centros de altos estudios de la Historia de la Humanidad aparecieron en China. Ya desde el año 2.257 a. C. queda constancia de la Escuela Shang Hsyang, la Universidad Nanjking en 258 d. C., y la Academia Yuelu en 976 d. C. En Pakistán también aparece el centro académico de Takshashila, en el siglo VII a. C., en la India el de Bihar de V a. C., en Grecia, Platón fundó la Academia en el año 387 a. C. En Marruecos se encuentra uno de los centros más antiguos del mundo entre los que se encuentran en actividad desde el año 859, la mezquita y Universidad Al-Karaouine de Fez. Allí enseñaron Maimónides, Al-Idrisi y Hasan bin Muhammed al-Wazzan al-Fasi (León el Africano), entre otros.

Pero son las universidades sirias y árabes las que parecen iniciar un proceso de modernización universitaria. El nuevo modelo tomado por las universidades árabes y persas se basó en el rigor del estudio, en la investigación y en la enseñanza de la medicina, que inspiró el surgimiento de la universidad moderna en Europa.

Las Escuelas de Edesa y Nisibis fueron fundadas por sirios cristianos en el siglo V d. C. Organizadas como comunidades de maestros, y dedicadas a la exégesis bíblica. En África y en Asia se fundaron otras importantes universidades islámicas como la de Bayt al Hikma en Bagdad en el siglo VIII para traducir las obras científicas de médicos y filósofos griegos como Aristóteles, Hipócrates, Galeno y Dioscórides, la de
Al Azhar en El Cairo en 988, allí enseñaron Maimónides o Ibn Jaldún, y la de Damasco en 1158, que se convirtió en el centro científico de Siria.

ESTUDIO GENERAL DE PALENCIA

En Europa las primeras universidades fueron las islámicas: la de Córdoba fue fundada por árabes en el siglo VIII llegando a experimentar un renacimiento cultural, a editar miles de libros y a reunir grandes bibliotecas; la de Salerno fundada en el siglo IX actualizó la universidad moderna.

La fundación de la Universidad de Bolonia, en 1088, surgió como consecuencia del desarrollo de los estudios literarios en sus antiguas escuelas catedralicias monacales y municipales y, sobre todo, de la enseñanza del Derecho Canónico y del Derecho Civil desarrollada por Irnerio y sus discípulos, los Glosadores. Estos renovaron del interés por el Derecho Romano y comentaron y condensaron el Código de Derecho Civil Justiniano mediante exégesis, realizando una visión unitaria del Corpus Iuris.

En el siglo XII, un gran maestro, como Irnerio, podía atraer a estudiantes de toda Europa. La mayoría de ellos eran seglares, a menudo individuos de edad que desempeñaban funciones de administradores de los reyes y príncipes, y estaban deseosos de aprender más sobre derecho para aplicar sus conocimientos en sus profesiones. Para protegerse, los estudiantes de Bolonia formaron un gremio, o universitas, que el emperador Federico Barbarroja reconoció y al cual le dio una cédula en 1158. Aunque el cuerpo docente también se organizó como grupo, la universitas de estudiantes de Bolonia tuvo mayor influencia. Obtuvo, por parte de las autoridades locales, una promesa de libertad para los estudiantes, regulé el precio de los libros y del hospedaje y, además, determiné los estudios, las cuotas y el profesionalismo de los maestros. Se multaba a los profesores si faltaban a una clase o comenzaban tarde sus lecciones.

La Universidad de París se convirtió en el gran referente del norte de Europa. Alcanzó fama por los estudios de Teología. Su origen se encuentra en la escuela catedralicia de Notre Dame, donde varios maestros comenzaron a aceptar estudiantes ajenos al santo oficio por una paga, a esta se unieron las escuelas monásticas de Saint-Germain des Prés, de Sainte Geneviéve y de Sant Victor. A finales del siglo XII estos maestros de París formaron una universitas, o gremio de maestros consiguiendo el derecho a enseñar, licentia docendi. En 1200, el rey de Francia Felipe Augusto reconoció de manera oficial la existencia de la Universidad de París. En 1229 consiguen el reconocimiento pleno de la condición de Universitas magistrorum et scholarum. A mediados del siglo XII se funda uno de sus colegios, la Sorbona, en 1275.

La Universidad de Oxford apareció por primera vez en 1208, afluyendo juristas, teólogos y estudiantes venidos del continente Europeo, y organizándose según el modelo de la de París. Una escisión de académicos de Oxford condujo a la fundación de la Universidad de Cambridge en 1209.

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Durante el siglo XIII, al igual que se estaba haciendo en otros lugares de Europa, las Cortes de los reinos cristianos hispánicos favorecieron la creación de instituciones de enseñanza, participando activamente en su desarrollo. En el Reino de León, el surgimiento las primeras universidades fue aprovechando por la existencia de escuelas episcopales. 

En 1208, durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla, se fundó el Estudio General de Palencia, que fue la primera universidad erigida en la España cristiana y una de las primeras de Europa para impartir Teología y Artes (Trivium y Quadrivium), y los estudios de tipo jurídico. Pero lo cierto es que, entre 1180 y 1208, ya existía el Studium Generale de Palencia, como un estudio catedralicio. Se tiene constancia de que en él estudiaba Santo Domingo de Guzmán allá por el año 1184, que se han conservado varias lecciones impartidas en Palencia por el maestro Ugolino de Sesso hacia el 1196, y que fue reformado por el obispo Tello Téllez de Meneses. Este último fue el promotor de la fundación de la Universidad de Palencia con el apoyo real de Alfonso VIII, en 1208. A esta institución llegaron maestros extranjeros, sobre todo de Francia e Italia, como don Odo, Lanfranco, Fornelino y Guillermo Lombardo.

En 1217, quedó interrumpida la actividad académica de la primera universidad cristiana de España, pero Téllez de Meneses consiguió que el rey Fernando III el Santo volviera a establecer la unidad palentina. Con las luchas de poder entre Alfonso X y Sancho IV decayó definitivamente la universidad, que recibió su golpe de muerte al fundarse la Universidad de Salamanca.

Por orden real de Alfonso IX de León firmado el 1 de enero de 1218, se fundó el Estudio General salamantinoStudium Generale Salmantini, teniendo como origen la Escuela Catedralicia de la ciudad, Studii Salmantini, fundad en 1130. Esta titulación manifiesta la diversidad de las cátedras impartidas (Derecho Canónico y Civil, Medicina, Lógica, Gramática y Música), la validez de sus títulos, y su carácter público abierto a todos cuya pretensión era competir con el Estudio General de Palencia

Fernando III de León renovó sus privilegios reales en 1241, al ponerla bajo su patronato. Y, dos años después, en 1243, otorgó la titularidad real de la Universidad de Salamanca.

Alfonso X el Sabio renovó esta institución a la categoría de Universidad de Salamanca, mediante una real orden firmada el 9 de noviembre 1254, y en real carta dada a Toledo el 8 de mayo de 1254. El papa Alejandro IV sancionó la ordenación real por la bula Inter ea quae placita, el 6 de abril de 1255, concediendo todos los derechos del Estudio General a Salamanca, "ciudad ubérrima, según dicen, y de gran salubridad de aires". Se había convertido en la primera universidad de toda Europa en conseguir la doble titularidad universitaria, tanto ex consuetudine (decreto real) ex privilegio (bula papal), y en la primera y más importante de las universidades cristianas hispanas y modelo para las posteriores. El Código de las Siete Partidas alfonsíes regulaba en su Título II la organización de los estudios generales, los maestros, escolares, organización y enseñanzas.

Quien más se ocupó de la universidad salmanticense fue el llamado papa Luna, Benedicto XIII, quien le dio desde Peñíscola en 1411 unas constituciones muy estrictas, vigentes hasta las que concedió Martín V en 1422. En las mismas estableció cuatro cátedras de Teología: una de Santo Tomás en el convento de San Esteban y otra de Scoto en el de San Francisco, ambas divididas a su vez en las de prima y en las de vísperas. En bula del 16 de marzo de 1416, la equiparó a la de París y concedió validez universal a los grados de la Facultad de Teología.

Más tarde, en Salamanca llegó a haber setenta cátedras y treinta colegios (cuatro mayores y veintiséis menores). Los colegios mayores eran el de San Bartolomé, fundado por Anaya; el del Arzobispo, fundado por Alonso de Fonseca; el de Oviedo, fundado por el obispo de Oviedo, Diego de Muros; el de Cuenca, fundado por Diego Ramírez de Villaescusa. Carlos V fundó el Colegio Trilingüe.

Las otras universidades cristianas medievales fundadas durante la Baja Edad Media en España fueron las de Sevilla, Alcalá de Henares, Lérida, Valladolid y Barcelona.

Sevilla no tuvo una universidad a efectos de titularidad. Alfonso X fundó el Estudio General sevillano y sus escuelas generales en 1254, para el aprendizaje de latín y de árabe.

Sancho IV hizo un intento de fundación de la Universidad de Alcalá de Henares en 1293, que no recibió el apoyo económico necesario para su funcionamiento. Sus escuelas se mantuvieron abiertas para la formación del clero toledano, hasta la institución de tres tres cátedras por el arzobispo Carrillo, en el siglo XV. Este sería el origen de la definitiva fundación en 1499 por el cardenal Cisneros.

La Universidad de Lérida fue promovida por Jaime I, recibiendo bula pontificia de Bonifacio VII, en 1297, con título de Estudio General. En 1300, Jaime II ratificó su fundación real, convirtiéndose en la primera universidad de la Corona de Aragón. Para su organización, siguió el modelo salmantino. Decayó muy pronto por la competencia de las nuevas universidades de Huesca y de Perpiñán, fundadas por Pedro IV en 1350 y 1354.

La Universidad de Valladolid fue fundada por cédula de Alfonso XI en 1346, recibiendo el apoyo de los papas Benedicto XIII y Martín V. La apertura del Colegio Mayor de San Pablo, por la orden de los dominicos, dio a sus estudios teológicos y jurídicos bastante importancia durante loas siglos XV y XVI.

La Universidad de Barcelona fue fundada en 1450, en pleno tránsito de la Baja Edad Media y el inicio de la Edad Moderna.

UNIVERSIDAD DE LÉRIDA

Las universidades con titularidad por decreto real o por bula pala ya se estaban fundando durante este siglo XIII: la de Nápoles 

Entre 1200 y 1400, fueron fundadas en Europa 52 universidades; 29 de ellas de fundación papal, las demás de fundación imperial o real. Reyes, papas y príncipes rivalizaron en la fundación de nuevas universidades. Algunas de estas universidades europeas fundadas durante la Baja Edad Media fueron la de Padua en 1222; la de Nápoles por el emperador Federico II, en 1224; la de Tolouse por el papa Gregorio IX, en 1229; la de Coimbra, en 1308, trasladada desde el Estudio General de Lisboa de 1290; la Sapienza de Roma por el papa Bonifacio VIII, en 1303; la Carolina en Praga en 1348; la Jagellónica en Cracovia en 1363; la de Viena en 1365; la de Heidelbergen 1386; la de Colonia en 1368; ya al final del periodo medieval, la de Lovaina en 1425; la de Basilea en 1460; y la de Uppsala en 1477.

Fue a finales del siglo XIV cuando surgió por primera vez en Alemania el nombre de "universidad" en el sentido moderno, como academia que reúne todas las disciplinas, universitas literarum. Anteriormente se consideraba universitas a la asociación gremial de los profesores por facultades, o bien a la organización de los estudiantes por naciones, e incluso a la corporación de los profesores y estudiantes de una escuela superior tomadas como conjunto.

A finales de la Edad Media había ochenta universidades en Europa, la mayoría de ellas localizadas en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania. Pero el desarrollo universitario no quedó enmarcado en la Cristiandad de Europa, tras del descubrimiento de América llegan a las ciudades del emergente Imperio español personas de todos los niveles culturales, incluyendo sacerdotes y laicos con formación universitaria.

REPRESENTACIÓN DE LAS SIETE ARTES LIBERALES
POR HERRAD VON LANDSBERG