José
de la Vega fue un comerciante, financiero y literato de origen judío
español que se estableció en Amsterdam en la segunda mitad del
siglo XVII, llegando a ser uno de los pioneros
en la literatura financiera universal.
En 1688, publicó el primer
libro sobre el mercado bursátil Confusión de confusiones. Escrito en lengua española, fue el primer tratado
fundamental de la Bolsa que analiza el sector y aporta consejos al inversor en acciones de compañías mercantilistas de la Holanda de la época.
José
Penso de la Vega, también llamado Joseph de la Vega Pasariño, nació
en Espejo, Córdoba, en 1650. Provenía de una familia de judíos
conversos dedicados a los negocios comerciales y bancarios, su padre
fue el banquero Isaac Penso Félix y su madre Esther de la Vega.
Estudió
en Córdoba y en Alcalá de Henares. Tras ser arrestado su padre por
la Inquisición de Sevilla, la familia de De la Vega se trasladó a
Holanda, donde pudieron retomar la fe mosaica. Tuvo una sólida
formación clásica, estudió con Isaac Aboab y con Mosés Raphael de
Aguilar. Excelente
conocedor de los autores españoles e italianos barrocos
de
su tiempo, estuvo
influenciado por Lope de Vega y Calderón de la Barca.
A
los diecisiete años, escribió su primer y único texto literario en
hebreo: Asiré
ha-Tikwah
(Los prisioneros de la esperanza). Se trata de una obra dramática
con
intención didáctica, que narra el triunfo de la voluntad sobre las
pasiones. El argumento es la historia de un rey que quiere gobernar
justamente pero se ve tentado por Satanás, una mujer y sus propias
pasiones, que logra domeñar triunfalmente. También escribió
poesías, narrativa y ensayos fueron publicándose en Holanda. Había
estado viviendo en Amberes,
Hamburgo, Livorno y, finalmente, en Amsterdam.
José
de la Vega fue miembro de varias academias literarias judeizantes de
Amsterdam (Academia de los Sitibundos y Academia de los Floridos).
Eran
entidades
características de España, Italia y Holanda en esa época, en
las que
se reunían eruditos,
para la lectura, la oratoria y la retórica. De
esta manera, los
judíos españoles mantenían la
relación identitaria entre ellos
y con su tierra de origen. Además, fue convirtiéndose en un miembro
destacado de la comunidad sefardita de la ciudad, que era una de las
más grandes y ricas de Europa. En esa comunidad sólo se admitía a
judíos de origen español; los miembros mantuvieron sus nombres
hispanos y también la unidad idiomática, una variante del español.
En
sus obras, De la Vega siempre escribió en español y sintió en
español, llamaba al castellano como "nuestra lengua", haciendo
referencias a la geografía de España, juegos, refranes y
tradiciones. Aunque algunos de sus libros fueran publicados en
Amberes, la mayoría fueron impresos
en Amsterdam, por la imprenta clandestina de David de Castro Tartaz.
Trataba de esquivar la censura de los rabinos más heterodoxos, que
requerían la aprobación de una junta directiva para las
publicaciones de la comunidad sefardita.
Como
escritor del Barroco, cultivó el Conceptismo, cuyo máximo
representante fue Baltasar Gracián, con afición a las comparaciones
raras, los períodos complicados y los juegos de palabras.
Escribió discursos recitados para las academias de las que era miembro, que fueron después publicados en Amsterdam: Discurso académico moral. Hecho en la Insigne Academia de los Sitibundos (1683) y Discursos académicos, morales, retóricos, y sagrados. Recitados en la Florida Academia de los Floridos (1685).
Sus
principales obras fueron:
Rumbos
peligrosos
(1683), que es un conjunto de tres novelas cortesanas: Fineza
de la amistad y triunfo de la inocencia;
Retratos
de la confusión y confusión de los retratos; y
Luchas
de ingenio y desafíos de amor;
reunidas en con el título
Triunfos
del águila y eclipses de la luna
(1683)
Alientos
de la verdad en los clarines de la fama
(1687) bajo el pseudónimo de Yácomo de Córdoba
Retrato
de la Prudencia, y simulacro del Valor, al Augusto Monarca Guilielmo
Tercero, Rey de la Gran Bretaña (1690)
Ideas
possibles de que se compone un curioso ramillete de fragantes flores
cultivadas y cogidas por Joseph Penso de la Vega (1692)
Esta
fue su última obra, ya que murió a finales de 1692, y enterrado en
el cementerio judío portugués Beth Haim, en el pueblo de Ouderkerk
aan de Amstel, cerca de Amsterdam, con el nombre de Joseph Penso
Félix.
Desde
mediados del siglo XVII, Amsterdam se había convertido en el
principal centro financiero de Europa, y en esta ciudad José de la
Vega se dedicó
al comercio y a las finanzas junto a su familia. Los cambios político
en Flandes, la parte sur de los Países Bajos, convirtieron a
Amsterdam en la ciudad más importante de Holanda. Mediante
la Paz de Wesfalia y tras décadas de guerras con el Imperio español,
las Provincias Unidas se reconocieron
como país independiente en
1648.
Al
igual que Inglaterra, adoptaban
el Mercantilismo como modelo económico, favoreciendo la libertad de
comercio
y emprendimiento
dentro del territorio, en
oposición
al Intervencionismo
del
Estado en
la industria y el comercio, como
hacía Francia.
Amsterdam
se transformó en el principal centro de distribución de Europa, por
su estratégica situación entre los
mares del
Norte, el Báltico y el Atlántico. Su
puerto marítimo en la desembocadura el río Ámstel
era punto
neurálgico de su
comercio con países del mar Báltico, del mar Mediterráneo y de las
las Indias Holandesas (Indonesia). En 1602, se fundó la Compañía
Unida de Indias Orientales y, en 1621, la Compañía de Indias
Occidentales, ambas con sede en Amsterdam, cuyas acciones tantas veces
se refería De la Vega en su obra.
No
fue casualidad que, en una ciudad del entorno neerlandés
perteneciente a Flandes, llamada Brujas, surgió la palabra "bolsa"
para referirse al lugar donde los comerciantes se reúnen para
realizar compraventas de acciones. Se trataba de la plaza de la Bolsa
(van der Burse), un espacio cercano a los edificios que usaban los
mercaderes genoveses, venecianos y florentinos. Aludía al saco de
cuero en el que se transportaba el dinero, pero no se relaciona
directamente con ese objeto, sino con su representación en la puerta
de un hotel. Era la casa de los Van der Burse, edificio construido en
1423 que existe en la actualidad, y el escudo de la familia que estaba
en la puerta, expuesto en un museo de la ciudad. Un siglo después,
otro judío español Juan Luis Vives realizaría en esta ciudad una labor humanista con importantes innovaciones en el campo de la
psicología y la obra social.
La
palabra bolsa se fue expandiendo desde Brujas a otras muchas ciudades
europeas (Amberes, Bergen-op-Zoom, Londres, Ruán, Toulose, etc.) con
variantes, para designar a plazas y lugares mercantiles de bienes y
divisas a través de letras de cambio, y después de títulos, como
bonos y acciones.
PLAZA DE LA BOLSA |
En
este ambiente de comercio mercantil y de inversión bursátil, José
de la Vega publicó
su única obra de tema económico en Amsterdam, en mayo de 1688, por
el cual
ha pasado a la historia. Confusión
de confusiones
es considerada la primera guía formativa para la inversión en la
Bolsa de valores, que tiene el amplio subtítulo Diálogos
curiosos entre un philosopho agudo, un mercader discreto, y un
accionista erudito, describiendo el negocio de las acciones, su
origen, su ethimologia, su realidad, su juego, y su enredo.
Fue escrito de
forma satírica y basada en cuatro diálogos entre un accionista que
trata de convencer a un filósofo, el cual es muy reacio a la
especulación, y
un comerciante que ya conoce ese sector, tratando
de explicarle el funcionamiento del mercado de títulos y los
secretos de la bolsa. Aunque expresada con ironía, De la Vega
describió las
operaciones más corrientes de los negocios, la
bolsa
y la
banca,
basadas en tratos con valores y acciones.
El
título de Confusión de confusiones es un superlativo hebraico, muy
utilizado en expresiones y obras, como Rey de Reyes, Cantar de
Cantares, Libro de Libros. En este caso significa la mayor de las
confusiones, porque según narraba en el prólogo el juego de la
inversión bursátil era extremadamente complicado y confuso entender.
Su
motivación fue la de resolver la confusión que existía en torno a
un mercado de valores bursátiles, donde la gente no
entendía sus complejidades. Por eso, la forma literaria de la
discusión permitió a De la Vega exponer los diversos aspectos del
problema, y hacerlo sin la monotonía de la exposición directa. Le
permitía mantener una cierta objetividad y manifestar sus propias
opiniones a
través de
sus
personajes.
Los
cuatro diálogos que describen las actividades de la Bolsa están
llenos de referencias a la mitología, la filosofía, el antiguo
testamento, las fuentes clásicas y
autores de herencia grecorromana como Homero, Virgilio, Séneca,
Plinio, Suetonio, etc.
Por eso su estilo literario está considerado, además de culto y
original, de difícil en comprensión, utilizando un lenguaje un tanto
oscuro e hiperbólico y una lengua española algo arcaica para la
época, sin imitar a nadie pero sin conseguir influencia en
sucesores.
De
la Vega describió los contenidos de cada diálogo al comienzo del
cuarto, de la siguiente manera.
En
el primer discurso describió:
"el origen y la etimología de las acciones, la opulencia de la Compañía de Indias Orientales, el metafórico inventor del juego, la generalidad de la práctica, el significado de los opsies y el preludio de los engaños."
En
el segundo discurso explicó:
"la volatilidad del precio, las razones de la inestabilidad, los consejos para acertar, las causas de los cambios, la timidez de los contraminores (bajistas), el arrojo de los liefhebberen (alcistas), el epílogo de aquellos temores, el compendio de estas victorias, los símbolos de estas metamorfosis, lo incomprensible de estas transformaciones, los delirios que se usan, los disparates que se inventan, las frases que se utilizan y los adagios que se veneran."
En
el tercer discurso trató de:
"descubriros algunos bosquejos, a enseñaros algunas leyes, a explicaros algunas reglamentaciones, la realidad de los contratos, la firmeza de los acuerdos, el modo en que se negocian las partidas, cómo se firman, cuándo se reciben, dónde se transfieren, el lugar de la batalla, la indecencia del combate, los apuros, los alivios, las palmadas, la imposibilidad de huir de estos lugares, quién comenzó a frecuentar estas reuniones, la descripción de la Compañía de las Indias Occidentales, el comienzo de la especulación de ducatón, las clases de mercaderes, las dilaciones de los rescontrantes, los tipos de los corredores, sus lealtades, sus riesgos y su temeridad."
En
el cuatro y último discurso, De la Vega terminó por:
"mostraros lo más especulativo del negocio, lo más fino de estos pensamientos, lo más delicado de estas inquietudes, lo más sutil de estas agudezas y lo más intrincado de estos laberintos."
En Confusión de confusiones, De la Vega presentó el origen y las características de las acciones, y las modalidades de las transacciones especulativas, y cómo con ello demostraba que la mayoría de las estrategias del mercado bursátil actual ya se practicaba en el siglo XVII. Así, en su obra se encuentran expresiones que los financieros y mercaderes holandeses desarrollaron por el mundo, tales como diferencia, prolongación, liquidación, límites o corretaje.
En un estilo muy retórico, De la Vega retrató la conducta del inversor del siglo XVII, siendo esta muy parecida a la conducta del inversor moderno. Planteó que existían evidencia de tres sesgos de los inversores: comportamiento de rebaño (herding behavior), exceso de confianza (overconfidence) y aversión al arrepentimiento (regret aversion).
Explicó al detalle las transacciones con acciones de las dos compañías mercantilistas holandesas de las Indias, describiendo la forma en que se realizaban las operaciones y el modo en que se tomaban las órdenes y se cerraban las transacciones, y también las modalidades de la especulación. Se ocupó de las operaciones a plazo, incluyendo ventas a corto, de las compras de acciones con préstamo, y de las opciones de compra y de venta.
Para De la Vega, la inversión en la Bolsa era un juego, describiendo la especulación con unidades de cuenta, basadas en las acciones reales.
"... es un negocio enigmático, que es a la vez el más real y el más falso de Europa, el más noble y el más infame que conoce el mundo, el más fino y el más grosero que se practica en el orbe. Conjunto de ciencias y compendio de enredos, piedra de toque de los sagaces y piedra de túmulo de los atrevidos, tesoro de ganancias y causa de desastres."
Pero también analizó los factores exógenos que afectan a las variaciones del precio de las acciones. Un factor importante era la información veraz y real de la compañía y de la situación política y económica de Europa y de las Indias, como por ejemplo la piratería, el comercio colonial, los naufragios, etc. Aconsejaba a los inversores que:
"El que quiere enriquecerse en este negocio ha de tener paciencia y dinero, porque como hay tan poca estabilidad en los precios y menos fundamento en las noticias, quien sabe aguantar los golpes sin aturdirse después en las respuestas, necesariamente al esperar vencerá, y si tiene dinero para esperar, ganará. Estos mismos cambios obligan a muchos a ser ridículos, guiándose unos por sueños, otros por presagios, éstos por ilusiones, aquellos por caprichos, y muchísimos por quimeras."
También destacó el factor psicológico, incluyendo el estado de ánimo colectivo, que acentúa las tendencias bursátiles.
"El problema psicológico de la Bolsa está en que (…) cuando uno pierde, suele haber otro que gana, y el jugador de Bolsa piensa siempre, sin excepción, que el ganador será él. Esa es su ilusión, su sueño y su veneno."
El objetivo último del libro fue describir la caída de los precios de las acciones en 1687 y que afectó principalmente a la especulación con las acciones de cuenta. Aquella situación de burbuja bursátil se hubiese solucionado, según De la Vega, mediante una regeneración del orden económico desde adentro.
Pero
su obra no tuvo una gran relevancia en su tiempo, debido a que
estuviera escrita
en español y no en holandés, el idioma que hablaban la mayoría de
los inversores bursátiles, y a que su estilo hizo que pasara de ser
un sencillo manual de pedagogía a una extravagante obra literaria.
En
1892, Confusión
de confusiones fue recuperada del ostracismo por el historiador
Richard Ehrenberg mediante su artículo La especulación con acciones
en Amsterdam en el siglo XVII.
En
1919, se publicó una
traducción al alemán por
Otto Pringsheim: Die Verwirrung der Verwirrungen: vier Dialoge über
Börse in Amsterdam. Ese
mismo año, Marius Franciscus Johannes Smith se había referido a
Confusión de confusiones en un libro dedicado a las operaciones a
plazo en la Bolsa de Amsterdam.
En 1925, el académico portugués Moses Bensabat Amzalak publicó
un breve estudio de divulgación: Joseph de la Vega eo Seu Livro
Confusion de Confusiones.
En
1928, se publicó la versión en inglés Capital and Finance in the
Age of the Renaissance: A Study of the Fuggers and Their Connections.
En
1939, el
hispanista holandés Gerardus Johannes Geers lo tradujo al idioma
neerlandés: Verwarring
der verwarringen. En
ella M. F. J. Smith escribió
una detallada introducción.
Confusión
de confusiones fue seleccionada para la biblioteca básica de textos
que han conformado la historia cultural holandesa. Lodewijk Petram
reconoció que fue un hecho destacable para ser
un
libro escrito originalmente en español.
En
1957, Hermann Kellenbenz publicó
una versión resumida en inglés, con
una cuidada introducción: Confusion of Confusions: Portions
Descriptive of the Amsterdam Stock Exchange. Este resumen ha sido
reeditado en 1996 por Wiley, con un estudio de Martin S. Fridson, y
es la referencia habitual que se usa en inglés para la obra. También
es la base de una versión resumida en español, que se publicó
en 2009.
En
1980, la
Bolsa
de Madrid publicó
el estudio de José Antonio Torrente Fortuño: La Bolsa en José de
la Vega, Confusión de confusiones, Amsterdam 1688: que está basado
en su tesis doctoral presentada en 1979. También publicó
una edición de Confusión de confusiones adaptada a la grafía del
español moderno, en 1997.
En
2000, la
Universidad Europea-CEES publicó
una edición modernizada y con estudios filológicos e históricos.
En
2007, la editorial Macanaz publicó
una versión de José Félix Botella adaptada al español moderno,
con un diccionario para aclarar algunas palabras e informar sobre los
autores que menciona De la Vega, y con otros complementos.
Desde
2000, la Federación Europea de Bolsas concede anualmente el galardón Joseph
de la Vega Prize, a la investigación sobre mercados de títulos en
este
continente. Una forma de homenajear al primer investigador de los
efectos de la especulación bursátil y divulgador de la pedagogía de
inversión.
Interesantisimo. Muchas gracias por este artículo tan magníficamente documentado
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por leerlo y escribir un comentario de agradecimiento, me alegro que te haya gustado. saludos
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