TACITISMO POLÍTICO DE BALTASAR ÁLAMOS DE BARRIENTOS


Baltasar Álamos de Barrientos fue uno de los principales pensadores del Barroco español, defensor de la doctrina del Tacitismo político y primer teórico del realismo político español. Mediante su principal obra Tácito español, ilustrado en aforismos, publicada en 1614, desarrolló las nuevas razones de Estado y de Poder para príncipes, consejeros y ministros. Representó uno de los mejores análisis del pensamiento político tacitista en Europa, durante el cambio de épocas del Renacimiento al Barroco.

La política del gobernador debía estar basada en la experiencia de la historia, desde una perspectiva científica, y de forma autónoma respecto a la ética. Para el buen gobierno del príncipe cristiano español deben apoyarse en los súbditos y no en las instituciones.

TACITISMO POLÍTICO DE BALTASAR ÁLAMOS DE BARRIENTOS

Baltasar Álamos de Barrientos nació en Medina del Campo, Valladolid, en 1555. Realizó estudios de jurisprudencia en Salamanca. Estuvo casado con Ana de Colón y Toledo, biznieta del almirante Cristóbal Colón, con la cual tuvo una hija, Teresa Colón de Álamos y Barrientos.

Alcanzó una alta posición dentro de los gobiernos de Felipe II y Felipe III gracias a su relación de amistad con algunos consejeros reales como el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares. Llegó a ser miembro del Consejo de Guerra, Hacienda e Indias. Además fue caballero de la Orden de Santiago, abogado de la Audiencia criminal y protonotario de Aragón.

Temible y muy satírico, no le faltaron enemigos. Sus vínculos profesionales y personales con el valido de Felipe II Antonio Pérez, le causó en 1590 una pena de prisión de ocho años.

Álamos compuso buen número de tratados políticos, algunos de los cuales fueron firmados a nombre de Antonio Pérez, ideas coincidentes en ambos, aunque variaban mucho en el estilo.

Su obra más importante fue Tácito español, ilustrado en aforismos, redactado en 1614. El género literario del aforismo consiguió un gran éxito el siglo XVI, tan fértil en sentencias y comentarios morales. En ella expuso su defensa del Tacitismo, es decir de la doctrina política de Cayo Cornelio Tácito, un historiador y administrador del Imperio romano.

La filosofía política de Tácito varió entre la antigua noción romana del Estado senatorial oligárquico, dirigido por "los mejores", y la idea helenística de un estado regido por un monarca. Sus tendencias estoicas le hicieron desconfiar de la solidez moral de un modelo político basado en las arbitrariedades de un solo hombre. En numerosas ocasiones parece añorar la república y su concepto de libertad, aunque sus pronunciamientos en este sentido estén camuflados lo necesario para no resultar molestos al régimen imperial.

Casi toda la obra de Tácito está dominada por el empeño de denunciar las infamias cometidas por la mayoría de los emperadores desde la muerte de Augusto a la de Domiciano. Pero sus análisis se centraron sobre todo por los aspectos psicológicos y dramáticos de la Corte imperial, que ofrecía una rica materia para el análisis moral.

LOS AFORISMO DE ÁLAMOS DE BARRIENTO Y CAYO CORNELIO TÁCITO

El
Tácito español es una traducción de casi toda la obra de Tácito, que Álamos efectuó durante su cautiverio en la cárcel, según informó en el prólogo. Finalizada su versión, solicitó licencia para imprimirla. Aunque en un principio la obra fue aprobada por Antonio de Covarrubias, no contó con el respaldo del rey Felipe II, quien confiscó la obra y prohibió su edición. La causa fue seguramente a la existencia de algunos aforismos con interpretaciones políticas que pudieran inducir a los lectores a formar el paralelo entre el rey Felipe II y el emperador Tiberio, y Antonio Pérez con Sejano.

Una vez en libertad, Álamos recuperó su manuscrito en posesión de los archivos del Consejo y realizó algunas modificaciones: corrigió la traducción de los Anales y de las Historias, añadió la de la Vida de Agrícola y las Costumbres de los Germanos, que no había hecho en un principio, y suprimió las frases más directamente alusivas al gobierno de Felipe II en comentarios y aforismos. En 1604, fue publicado en Madrid a comienzos del reinado de Felipe III y gracias a la intervención del duque de Lerma, su libertador, a quien fueron dedicados los aforismos.

Finalmente, el Tácito español quedó organizado en cuatro secciones:

1. Una traducción castellana de los Anales (libros I-VI y XI-XVI), los cinco primeros libros de las Historiae, la Germania y Agricola, todos ellos basados en la traducción de Lipsio.

2. Una serie de secciones introductorias, que incluyen instrucciones para usar los aforismos, así como los motivos y objetivos del autor.

3. Los aforismos, escritos al margen del texto, traducidos al italiano en 1618 por Carini d'Anghiari.

A pesar de la aprobación dada a los Comentarios, Álamos desistió de imprimirlos, por no abultar el tomo, ya bastante voluminoso. Aquellos comentarios fueron reservados para una edición aparte que fueron publicados después de su muerte. En ellos realizó una triple tarea: análisis filológico del texto; estudio histórico del mismo; y un comentario político final.

TÁCITO ESPAÑOL ILUSTRADO, POR BALTASAR ÁLAMOS DE BARRIENTOS

El objetivo de su obra fue el enriquecimiento de la lengua española con la traducción de Tácito y la utilización como lectura para príncipes, consejeros y ministros. El hecho de que fuese redactada durante su cautiverio en prisión pudo influir en aspectos tan característicos del pensamiento político taciteo, especialmente en su rechazo hacia el despotismo y la tiranía.

Álamos defendía la idea de que los príncipes deben apoyarse en los súbditos y no en las instituciones. A partir de aquí, la política aparece construida sobre el acto volitivo, que conexiona los dos elementos constitutivos de toda política: el psicológico-subjetivo y el estructural-objetivo. Estos quiere decir que para todo político, el punto primario de reflexión es el hombre, el cual fue analizado por Álamos desde una perspectiva psicológica y afectiva. Concluyó que lo que interesa particularmente al político son los afectos humanos.

Las condiciones que determinan los afectos humanos y que el político debe tener en cuenta para cumplir su cometido son estas cuatro:

1. los hombres en cuanto cuerpos condicionados fisiológicamente, que producen humores con inclinaciones particulares determinadas.

2. la familia, a través de la cual se heredan ciertas costumbres e inclinaciones, vinculadas al status social de la misma.

3. la clase social y la profesión que se tiene, lo que involucra el plano de las relaciones socioeconómicas en su dimensión política.

4. la nación, en cuanto conjunto de caracteres comunes al grupo humano que el príncipe debe gobernar.

Una vez estructurado el contenido objetivo de la política en esas cuatro divisiones generales, se impone la necesidad de construir una rigurosa teoría política basada en la experiencia histórica. En cambio, los tratadistas tradicionales prefirieron basar su teoría política en los principios generales de la moral y las virtudes políticas inspirados en ellos.

Desde esa perspectiva, a Álamos se le planteó el problema de las relaciones entre moral y política. Desde el primer momento, sostuvo la independencia entre la ética y la política; pero al darse cuenta de la resistencia que tal tesis encontró en el ámbito español, optó intentar una teoría próxima a la de Maquiavelo, pero basada sobre principios distintos.

TÁCITO ESPAÑOL ILUSTRADO, POR BALTASAR ÁLAMOS DE BARRIENTOS

Su metodología para construcción de la teoría política se basó más en una ciencia, ajena a la moral, aunque relacionada con ella. Para dar una explicación al respecto, puso la medicina como ejemplo:
"Lo mismo que la medicina es un conjunto de principios y reglas que enseñan a restituir y conservar la salud del cuerpo, la política se constituye como el conjunto de principios y reglas que enseñan a restituir y conservar la salud del Estado; y del mismo modo que la medicina no es ni mala ni buena en sí, sino que la bondad y la maldad aparecen cuando se aplica, como cuando el médico emplea sus conocimientos para envenenar, la política no es, en cuanto ciencia, ni buena ni mala; estos valores surgirán en cada caso de aplicación, y sólo son vigentes en el fuero interior, en la conciencia del político o del médico."
Siguiendo a Tácito, Álamos había conseguido establecer la autonomía científica de la política, independiente de la moral. Pero, a continuación debía especificar los fundamentos, sobre lo que consideró y dejó escrito en el Discurso para la inteligencia de los aforismos:
"Ciencia es la de Gobierno y Estado; y su escuela tiene que es la experiencia particular y la lección de las historias que constituye la Universal. La cual cierto serviría de poco si de ella no se sacasen los principios y reglas que digo. Y sus maestros también tiene que son los antiguos ministros y consejeros de los príncipes y lo que éstos nos dejaron escrito y oímos dellos."
En este Discurso hacía una referencia clara a la experiencia de la historia y su aplicación a la gobernación del presente mediante los aforismos. Se fundamentaba en que en el transcurso del tiempo los determinantes generales de la afección humana sobre los que debe operar el político permanecen inmutables: la fisiología corporal, la familia, lo social, y lo nacional. De forma resumida, explicó que "la historia es base experimental para inducir la regla al caso presente".

De la mano de Álamos, el Tacitismo político se incorporó como movimiento de gran vitalidad en el conjunto de los círculos intelectuales del Barroco español en la tarea de la construcción de unas reglas de Estado y de una Ciencia de la política, desde unas bases realistas y prácticas, y con la historia y la psicología como fuente de conocimiento.

Álamos había demostrado tener una mentalidad renacentista y vanguardista que había superado los planteamientos de la escolástica medieval, en un intento de renovar las teorías de la razón de Estado de la Contrarreforma y del Maquiavelismo.

TÁCITO ESPAÑOL ILUSTRADO, POR BALTASAR ÁLAMOS DE BARRIENTOS

En Europa, esta obra representó uno de los mejores análisis del pensamiento político de Tácito. Durante el cambio de épocas del Renacimiento al Barroco, las razones de Estado y del Poder cambiaron su visión, convirtiéndose el enfoque histórico en la mejor guía para la actuación de un gobernante. Seguidores del Tacitismo de finales de siglo XVI fueron Pasquale, Muret, Scoto o Lipsio, pero la publicación del
Tácito español significó el comienzo de una serie de comentarios sobre la obra del autor latino.

Su carácter racional y científico le llevó al historiador Manuel F. Escalante a calificarle como de "primer teorizante de realismo político en España", en su obra Álamos de Barrientos y la teoría de la razón de Estado en España. Otros seguidores del Tacistismo español durante el tránsito del Renacimiento al Barroco fueron Fadrique Furió Ceriol, Antonio López de Vega y Mateo López Bravo.

Pero también consiguió una gran oposición en su tiempo, y algo después, por aquellos políticos y filósofos que aceptaban la definición aristotélico-tomista de la ciencia, según la cual ésta es un saber universal sin discusión. Pero, no se estaba refiriendo a la noción de ciencia basada en la experiencia y en inducciones, como practicaban Galileo y Bacon.

Con probabilidad también se le puede atribuir el Discurso del gobierno al Rey, de 1598, también conocido como El conocimiento de las naciones, y que fue asignado erróneamente a Antonio Pérez.

También fue coautor de Norte de príncipes, virreyes, consejeros y embajadores, con advertencies políticas muy importantes sobre lo particular y público de una Monarquía, fundada para el gobierno de Estado y Guerra, publicado en 1603, y Discurso político al rey Felipe III al comienzo de su reinado.

ACADEMIA REAL DE MATEMÁTICAS DEL ESCORIAL


La Academia Real de Matemáticas fue fundada en 1582 por el rey Felipe II con sede en el Real Monasterio de El Escorial, para el estudio y la enseñanza de las ciencias exactas, teóricas y prácticas, y materias relacionadas con las Matemáticas, y poner los conocimientos al servicio de España.

Fue un proyecto del arquitecto renacentista Juan de Herrera, y contó con los más grandes genios de la teoría militar de su tiempo como Cristóbal de Rojas o Bernardino de Mendoza, cosmógrafos como Andrés García de Céspedes y Juan Bautista de Labaña, y el matemático Pedro Ambrosio de Ondériz.

ACADEMIA REAL DE MATEMÁTICAS DEL ESCORIAL

En diciembre 1582, el rey Felipe II aprobó la constitución de la denominada Academia Real  Mathematica con sede en una de las instalaciones del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. La real cédula fue aprobada por este monarca durante su estancia en Lisboa, capital del Reino de Portugal perteneciente al Imperio de su Monarquía hispánica y católica. Fue la materialización de un proyecto que empezó el arquitecto renacentista Juan de Herrera dos años antes.

El objeto era el estudio y la enseñanza de las ciencias exactas, tanto teóricas como prácticas, y materias relacionadas con las Matemáticas: Aritmética, Geometría, Geografía, Astronomía, Cosmografía y, muy especialmente, Arquitectura. Pretendía albergar a los mejores geógrafos, astrónomos, arquitectos, ingenieros y, en general, cualquier destacado matemático, con el objetico expreso del poner sus conocimientos al servicio de España.

MONASTERIO DE EL ESCORIAL Y JUAN DE HERRERA

En octubre de 1583, se aprobaron sus estatutos, iniciando sus actividades con gran cantidad de alumnos. Seguía un programa con una duración de tres cursos minuciosamente preparado por Juan de Herrera, quien además se encargaba de impartir la cátedra de Arquitectura y de coordinar los trabajos. El éxito de la Academia fue muy prometedor, por lo que Felipe II dispuso que los estudios de Arquitectura, que formaban parte del plan general, se diesen por separado para la mejor formación de los futuros profesionales.

Aunque en la Academia Real se estudiaban todas las disciplinas de esta ciencia, las necesidades de defender el amplio imperio geográfico que se estaba expandiendo por el Mundo hicieron que se impusiera el desarrollo de la Náutica, la Cosmografía y las relacionadas con la milicia.

BIBLIOTECA REAL DE EL ESCORIAL

Bajo esta institución destacaron los más grandes genios de la teoría militar de su tiempo:

Cristóbal de Rojas fue autor de la Teoría y Práctica de la Fortificación, considerado como el más representativo ingeniero militar entre finales del siglo XVI e inicios del XVII.

Bernardino de Mendoza fue otro ingeniero militar, autor de Teoría y Práctica de la Guerra, publicado en 1595, que fue traducido al alemán, francés, italiano e inglés.

Pedro Ambrosio de Ondériz fue un matemático que tradujo al español La Perspectiva Especularía de Euclides, y que redactó el tratado Uno de Globos.

Andrés García de Céspedes fue cosmógrafo mayor del Consejo de Indias entre 1596 y 1611, y catedrático de la Academia de Matemáticas entre 1607 y 1611.

Juan Bautista de Labaña también fue cosmógrafo mayor de origen portugués durante el reinado de Felipe II.

También fueron profesores Juan Arias de Loyola, Juan Cedillo o el milanés Ferrofino.

CLASES EN LA ACADEMIA REAL DE MATEMÁTICAS DE EL ESCORIAL

La Academia llevó adelante una meritoria labor no sólo docente, sino que además ejecutaba trabajos de fondo de gran altura científica como traducir al español las obras clásicas de matemáticas que solo tenían edición en latín, como estuvo haciendo Pedro Ambrosio de Ondériz, un discípulo del humanista Pedro Simón Abril. Destacó la traducción parcial del famoso De revolutionibus Orbium Caelestium de Nicolás Copérnico por Juan Cedillo Díaz, sin referencia de autoría y bajo el confuso título de Ydea Astronómica de la Fábrica del mundo y movimiento de los cuerpos celestiales. Pero también, se tradujeron obras medievales de Suisseth, Bradwardine y Sacrobosco, entre otros.

La financiación del centro corrió a cargo del Consejo de Indias, que protestó a menudo de tener que pagar a unos profesionales, cuyas tareas no se correspondían directamente con la empresa de América y que desarrollaban su labor en la Corte.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentó la Academia fue el de la dotación de sus profesores, que se realizaba con la consabida comunicación a las Universidades Mayores del Reino (Salamanca, Valladolid y Alcalá), que habitualmente desobedecían la demanda real. La otra forma de contratación del profesorado fue la petición a algún experto en la materia que sustituya al catedrático ya en edad de jubilación o tras su fallecimiento. Esto ocurrió con Cedillo, quien sustituyó a García de Céspedes, a su muerte en 1625.

REAL MONASTERIO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL

El Colegio Imperial de Felipe IV fue fundado en 1625, fundado como estudios reales, contaba con cuatro cátedras encargadas de las materias científicas y su gestión y funcionamiento se encomendó a los jesuitas que, sin embargo, vieron frustrado su deseo de que tal centro fuera homologado como Universidad.

En 1628, la dirección consiguió que las clases de la Academia de Matemáticas se impartieran en las instalaciones del Colegio Imperial y que el profesorado encargado recibiera el nombramiento de catedrático y cosmógrafo mayor de Indias. La materialización de esta nueva reglamentación se produjo en 1629, cuando fue designado el francés Claude Richard, más conocido como Claudio Ricardo.

En 1636, se dictaron nuevos estatutos y la docencia quedó a cargo de la Orden de los Jesuitas. Durante todo este periodo, el Colegio funcionó como un activo centro intelectual, cuyos responsables, buena parte de una valía indudable, se mantuvieron al día de las novedades científicas que se producían en Europa, aunque buena parte de su producción quedara manuscrita.

La Academia mantuvo un altísimo nivel durante todo el siglo XII y parte del XVIII. Su existencia resultó fundamental para comprender el fenómeno de renovación científica protagonizado por los novatores.

La orden de expulsión de los jesuitas por Carlos III generó la salida de los científicos y docentes de esta institución, lo que generó su clausura final.

COLEGIO IMPERIAL

ANESTESIA EPIDURAL POR FIDEL PAGÉS MIRAVÉ


Fidel Pagés Miravé
fue un comandante médico militar que tomó parte de la primera y segunda Guerras del Rif, en el Protectorado español de Marruecos, en los años 1909 y 1921. Allí, desarrolló un novedoso método experimental para anestesiar a los heridos de guerra durante sus intervenciones quirúrgicas. Había inventado la técnica de la anestesia epidural lumbar.

Este hallazgo científico fue presentado en el ensayo Anestesia Metamérica, publicado en su Revista Española de Cirugía, en junio de 1921. Pero tuvieron que pasar varias décadas para que la comunidad científica internacional reconociera su valiosa aportación a la disciplina de la Cirugía, a pesar de que su técnica ya estaba muy implantada.

Durante su carrera médica, Pagés practicó varios métodos quirúrgicos y traumatológicos, tanto en civiles como en heridos de guerra, modernizando el sistema sanitario español.

ANESTESIA EPIDURAL POR FIDEL PAGÉS MIRAVÉ

Fidel Pagés Miravé nació en Huesca, en 1886. Pertenecía a una familia de clase social media-alta, aunque siendo un niño quedó huérfano de padre. Cursó estudios primarios en su ciudad natal, y estudios universitarios en Zaragoza, en la Facultad de Medicina y Cirugía, recibiendo la titulación en 1908.

Acababa de sacar la oposición como médico militar con el número tres de su promoción, tras cursar en la Academia de Sanidad Militar. Juró bandera ante el Regimiento de Infantería Asturias 31. El 30 de junio de 1909, fue destinado al hospital militar de Carabanchel.

En julio de 1909, Pagés llegaba como segundo oficial médico a Melilla, tomando parte de la Guerra de Melilla, en el Protectorado español de Marruecos. Se hizo necesaria su puesta en marcha, ya que el Ejército español había sufrido algunas derrotas y los servicios médicos allí desplegados estaban desbordados. Dos días antes de su llegada, se había producido casi 300 bajas españolas entre muertos y heridos. A los tres días después su desembarco, ocurrió el desastre del Barranco del Lobo.

militar médico Fidel Pagés Miravé
FIDEL PAGÉS MIRAVÉ

Lo que Pagés Miravé vio en Melilla fue una ciudad cuartel y hospital. Contaba con el enorme Hospital del Rey para militares y el Hospital del Buen Acuerdo para civiles en el casco viejo. Tras el desarrollo del conflicto, se habilitaron el casino militar y el teatro Alcántara, asistidos por las monjas del Colegio del Buen Consejo. Después, se adaptaron el cuartel de San Fernando, la iglesia parroquial de Melilla la Vieja, la fábrica de salazones de Triana, una escuela de niños y algunas viviendas particulares para atender a heridos y enfermos.

Los heridos sufrían lesiones tanto por armas blancas (gumías) como por armas de fuego (espingardas), en todas partes del cuerpo. Y los enfermos contraían principalmente fiebres, gastroenteritis o tifus.

A pesar de habilitarse estas nuevas instalaciones, el número de médicos era limitado y no contaba con las garantías de higiene requeridas. Además, era necesario que el número de intervenciones sanitarias cada vez fuera incrementándose ante la avalancha de soldados gravemente heridos que iban llegando. La forma de realizar aquellas operaciones quirúrgicas debía ser más rápida, ante el colapso o gangrena que podían sufrir muchos de los combatientes.

FIDEL PAGÉS MIRAVÉ

Tras la batalla, una oleada de soldados heridos, graves o a punto de morir eran trasladados al Hospital del Rey. Pagés hacía un reconocimiento previo para evaluar la gravedad de cada uno y organizar su distribución la urgencia de cada caso. Sus primeras atenciones estuvieron dedicadas al Regimiento del Príncipe nº3 y a un escuadrón de caballería del Regimiento Alfonso XII que participaron en la batalla de Taxdirt.

Entonces, el método de anestesia estaba basado en el uso de los anestésicos cloroformo o éter. Pero, apenas había enfermeras que supieran administrar correctamente el éter o el cloroformo. La aplicación indebida de estos anestésicos en ocasiones hacía empeorar el resultado, provocando directamente la muerte. Además, el tipo de balas que usaban los francotiradores marroquíes era de punta hueca, las llamadas "dum-dum", que se expandían al impactar en el cuerpo de los soldados españoles. Si hacían blanco en el vientre o en un pulmón lo reventaba, provocando una muerte lenta y dolorosa al soldado abatido. Esto suponía un problema añadido al cuerpo médico que intentaba aliviar el sufrimiento de los heridos y salvar la mayor cantidad de soldados posibles.

Los seis meses que duró la Guerra de Melilla había ocasionado la muerte de centenares de muertos y miles de heridos en el Ejército español. El antiguo y obsoleto hospital militar fue sustituido por uno nuevo al que llamaron Docker, y más tarde, Hospital Militar Capitán Médico Pagés, en honor al médico oscense en prueba de reconocimiento a su aportación. En el quirófano se colocó una placa con el texto:
"Aquí operó Pagés, sirviendo a la patria, enalteció a la ciencia."
El nuevo hospital militar de Melilla tenía una extensión de 28.000 metros cuadrados, con capacidad para 300 camas iniciales, ampliándose hasta las 750. Cuatro barrancones estaban destinados a ser clínicas y salas de operaciones, y contaba hasta con una estación de ferrocarril.

FIDEL PAGÉS Y EL PROTECTORADO ESPAÑOL DE MARRUECOS

En enero de 1910, Pagés ya estaba de vuelta en el madrileño hospital militar de Carabanchel, tras el final de la contienda africana. Toda aquella dura experiencia le valdría para reflexionar y trabajar en la elaboración de una mejor metodología de anestesia en las intervenciones quirúrgicas.

Pocos meses tuvo para desarrollar alguna investigación, pues fue requerido de nuevo a Melilla, a la Compañía Mixta Sanitaria, donde pondría en marcha el uso práctico de su anterior experiencia de guerra. Una vez establecido en El Rif, primero, fue nombrado instructor de los reclutas de la compañía ocupándose de su formación. Después, trató de dotar a las ambulancias de montaña de todo el material médico necesario.

La actuación del cuerpo de médicos militares establecidos en la zona de El Rif, perteneciente al Protectorado de Marruecos, estaba muy valorada también entre la población local, a la que trataba habitualmente. De hecho, tuvieron un homenaje en el XVI Congreso Internacional de Medicina en Budapest.

Si España estuvo conquistando Marruecos y ganándose a la gente fue entre otras casas gracias al sistema sanitario que estuvo desplegando. Un ejemplo del nivel de involucración de la medicina española fue el testimonio ofrecido por el muley Abdallah al-Raisuli, poderoso señor rifeño, quien reconoció:
"Vuestros médicos ya entran en el harén cuando paren las mujeres; y a un jerife amigo mío le han devuelto la vista tras seis años de ceguera. En verdad, es mayor milagro dar la vista que dar la oscuridad."
Fidel Pagés Miravé no fue un caso excepcional, también destacaron otros médicos y científicos militares como Mariano Gómez Ulloa, Francisco García Belenguer, Francisco Moreno Sáenz, Manuel Bastos Ansart, Martínez Zaldivar, etc.

FIDEL PAGÉS Y LA GUERRA DEL RIF

Tras regresar a España, estuvo destinado en sucesivos cargos y destinos como capitán médico: el Regimiento de Infantería Almansa 18, en Tarragona; el Colegio de Huérfanos María Cristina, en Toledo; el Ministerio de la Guerra; el II Regimiento de Zapadores Minadores etc.

En 1912, Pagés publicó su primer artículo para la Revista de Sanidad Militar: La lucha en campaña contra de las enfermedades infecciosas. Se trata de un estudio sobre las técnicas médicas desarrolladas por los médicos japoneses durante la Guerra entre Rusia y Japón y su manera de desplegar un sistema de sanidad militar.

Consiguió el título de doctorado en Medicina por la Universidad Central de Madrid, en 1913. Ese año, contrajo matrimonio con Berta Concepción Bergenmann y Quirós, de origen hispano-alemán. Y fue trasladado a otros destinos médico-militares en Mahón, Ciudad Real y Alicante.

De nuevo en la capital, en 1915, fue desempeñando diversos cargos: primero en el gabinete del Ministerio de la Guerra y en el Estado Mayor del Ejército; después, en el Hospital Provincial de la Beneficencia. Su prestigio como médico cirujano fue incrementándose hasta el punto en que fue médico real de la regente María Cristina, con quien llegó a trabar amistad.

HOSPITAL MILITAR DOCKER DE MELILLA 

El hecho de que supiera hablar lenga alemana y su pertenencia al Estado Mayor del Ejército fueron los motivos para su nueva misión. En febrero de 1917, viajó hacia el Imperio austro-húngaro, epicentro de la
I Guerra Mundial. Pagés formaría parte de una delegación española a Viena con un objetivo humanitario: la inspección de los campos de concentración de prisioneros de guerra, especialmente en los del territorio húngaro.

Bajo unas lamentables condiciones de hambre y frío, falta de higiene y medicamentos, Pagés realizó numerosas operaciones quirúrgicas a los prisioneros, en el hospital militar de Viena. El hecho de que supiera hablar alemán y su conocimiento de la literatura médica francesa y alemana le sirvieron para adentrase en las técnicas traumatológicas y quirúrgicas empleadas por los médicos del Imperio austro-húngaro.

Otros médicos militares españoles desplegados en el territorio austrohúngaro murieron mientras realizaban atenciones médicas o servicios de inspección. Incluso, Pagés enfermó de gravedad, por lo que tuvo que trasladarse a España. Por esta labor humanitaria en los campos de batalla europeos, Pagés fue condecorado con la medalla de la Cruz Roja Española, al año siguiente.

En 1819, fue nombrado secretario de la Revista de Sanidad Militar. Pero, no estando satisfecho con aquella actividad, en 1919, Pagés fundó la Revista Española de Cirugía junto al doctor Ramírez de la Mata. Fue en esta publicación donde expondría los avances de sus investigaciones sobre anestesia para la operación quirúrgica, editando una decena de artículos y ensayos, entre los que sobresales: La anestesia intratraqueal de Meltzer; El aparato de Ombredanne; La cánula de Trendelenburg; La anestesia intrarrectal de Victor Horsley; La anestesia intravenosa de Hedonal; La anestesia espinal completa de Le Filliatre.

ANESTESIA METAMÉRICA

Su gran ensayo periodístico fue Anestesia metamérica, publicado en la Revista Española de Cirugía, en marzo de 1921, y en la Revista de Sanidad Militar, en junio de 1921. En él, Pagés expuso por primera vez al mundo un nuevo método anestésico local. La técnica consistía en anular de sensibilidad a un segmento del cuerpo mediante la administración del anestésico por punción lumbar. Así, se dejaban bloqueadas las proporciones situadas por encima y por debajo del segmento medular de donde proceden las raíces nerviosas. El espacio epidural quedaba disponible para la cirugía de forma práctica e inmediata.

Según Pagés escribió en su ensayo:
"En el mes de noviembre del pasado año, al practicar una raquianestesia, tuve la idea de detener la cánula en pleno conducto raquídeo, antes de atravesar la duramadre, y me propuse bloquear las raíces fuera del espacio meníngeo, y antes de atravesar el ligamento amarillo correspondiente. Abandoné la estovaína que tenía preparada, y en una cápsula hervida hice la disolución de tres tabletas de novocaína suprarrenina de la serie A (375 mg. de novocaína) en 25 c.c. de suero fisiológico, procediendo a inyectarlo inmediatamente a través de la cánula, que estaba enclavada entre las vértebras lumbares 2ª y 3ª.
Explorando la sensibilidad, pudimos convencernos de que a los cinco minutos comenzaba una hipoestesia en la porción infraumbilical del abdomen, que se extendía a la cara anteroexterna de los miembros inferiores, dejando indemne el periné, escroto, cara posterior de los miembros inferiores y planta del pie en ambos lados; la hipoestesia se fue acentuando progresivamente, y a los veinte minutos de practicada la inyección, juzgamos prudente empezar a operar, practicando una cura radical de hernia inguinal derecha, sin la menos molestia para el paciente. El resultado de este intento nos animó a seguir estudiando este método, al que en la clínica denominamos de anestesia metamérica, por la posibilidad que nos proporciona de privar de sensibilidad a un segmento del cuerpo…"
En su estudio, Pagés realizó hasta 43 operaciones quirúrgicas ensayando esta técnica que dejó constatada de forma exitosa. Fue uno de los grandes hallazgos de la historia de la cirugía, que pudo ser implementado de forma práctica y efectiva en una nueva misión al norte del norte de África.

DIBUJOS DE LA ANESTERIA EPIDURAL Y RAQUÍDEA

En enero de 1921, siendo comandante médico, Fidel Pagés Miravé recibió la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar, con distintivo blanco y pasador de profesorado, como recompensa a la labor desarrollada y los servicios prestados en el Gabinete Militar y en el Estado Mayor Central.

Aquel año de 1921, en el Protectorado español de Marruecos se produjo un levantamiento armado al mando de Abd el-Krim. En el Desastre de Annual, las bajas por muerte superaban los 10.000 soldados españoles. Tras Annual o Monte Arruit, los enfrentamientos se fueron sucediendo: el de Nador, el 17 de septiembre; el de Tizziel, el 2 de octubre; los de Atlaten y Segangan, los 10 y 11 del mismo mes; el de Taxuda, el 2 de noviembre.

A la vez que iban llegando los regimientos militares a Melilla, se desplegaban todos los recursos y efectivos médicos disponibles. El capitán médico Pagés estaba al mando de uno de los equipos de cirugía del Hospital Docker, que no daba abasto con la enorme cantidad de soldados que iban apareciendo heridos de gravedad, realizando turnos de hasta 24 horas en los días posteriores a una batalla. Al menos, Pagés pudo comprobar que su innovador sistema anestésico estaba resultando muy efectivo y aliviador para los sufridos soldados operados.

Tras la batalla de Nador, el capitán Pagés pudo conocer y operar a José Millán-Astray, teniente coronel de la Legión, que había sido herido en el pecho por un impacto de bala en el barranco de Amadí.

OPREACIÓN QUIRÚRGICA DE LA ANESTERIA EPIDURAL

Terminada su segunda participación en la contienda africana del Rif, regresó al Hospital de Madrid como comandante médico. Aprovechó aquella experiencia para continuar con los ensayos quirúrgicos y redactar nuevos artículos científicos, destacando aquellos que se ocupaban de intervenir las heridas de bala en el abdomen: La gastroentrostomia con collar epiplóico y heridas abdominales de guerraAspectos quirúrgicos del estreñimiento.

A pesar de sus artículos y su reconocimiento dentro del Ejército español, la comunidad científica internacional no tuvo en cuenta sus innovaciones. Hubo que esperar una década más tarde, hasta 1932, cuando el médico italiano Achilles Doliotti se atreviera a exponer un ensayo sobre la anestesia epidural, precisamente en un congreso internacional de cirugía organizado en Madrid. Aquel trabajo era una copia del procedimiento de Pagés. En cambio, la comunidad internacional le reconoció la innovación a él debido a que fue publicado en la revista American Journal of Surgery, en 1933, Además del inglés, también fue traducido al alemán y al francés, desde su original italiano.

Sin embargo, no todos los cirujanos que ya empleaban esta técnica reconocían basarse en el italiano, sino en el estudios del español. Uno de ellos fue el cirujano argentino Alberto Gutiérrez, jefe del Servicio de Cirugía de Mujeres del Hospital Española de Buenos Aires, quien aclaró el error en la Revista de Cirugía de Buenos Aires, en 1932. Manifestó que él ya utilizaba la técnica de Pagés desde 1929.

Finalmente, en 1935, el propio Dogliotti reconoció que el verdadero innovador de la técnica anestésica epidural no había sido él, sino Pagés, legítimo autor 14 años antes. Sin embargo, los estudios de Pagés fueron presentados a la comunidad científica internacional unas décadas más tarde, cuando fueron publicados al inglés, en 1961, y al francés, en 1975.

PLACAS CONMEMORATIVAS

En la actualidad, existe una placa conmemorativa en la fachada del edificio ubicado en la calle Infantas número 13 de Madrid, donde vivió Pagés junto a su familia. Su mujer y sus hijos salvaron la vida el 21 de septiembre de 1923, durante el viaje de vacaciones desde Madrid a Santander, cerca de Burgos. En aquel fatídico accidente de tráfico murió Fidel Pagés Miravé, quien conducía el coche, a los 37 años de edad.

Otra placa conmemorativa fue expuesta en el hospital militar de San Sebastián, por iniciativa de la reina María Cristina, cuyo texto es:
"A la memoria del eminente cirujano comandante médico don Fidel Pagés Miravé, compendio de ciencia, bondad, modestia y altruismo, que inauguró esta sala, en agosto del corriente año, y practicó en ella su última intervención, veinticuatro horas antes de su trágica muerte."

También desde la comunidad científica española se ha trabajado en la recuperación de su legado. Así, desde 1957, la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor otorga el Premio Fidel Pagés Miravé cada dos años. Desde 2007, el Ministerio de Defensa concede el Premio a la Investigación en Sanidad Militar Fidel Pagés Miravé.

ANESTESIA METAMÉRICA

PRIMERA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES POR PEDRO DE MENDOZA


Pedro de Mendoza realizó la primera fundación de Buenos Aires en 1536, una de las urbes más importantes de Hispanoamérica. Buscaba la mítica Sierra de la Plata en la región del sur americano y un paso hacia el océano Pacífico a través del Río de la Plata.

Su aventura consiguió la exploración y colonización del enorme valle del Río de la Plata y sus afluentes, una amplia extensión territorial que incluye el norte de Argentina, Uruguay y Paraguay, gracias a las expediciones de Juan de Ayolas o Domingo Martínez de Irala.

FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES POR PEDRO DE MENDOZA

Entre 1516 y 1521, Juan Díaz Solís y Fernando de Magallanes habían avanzado por una densa cuenca que se abría entre las costas de Brasil y el incierto sur del Nuevo Continente. Ambos supusieron que estaban en la entrada a un gran pasaje hacia el "Mar del Sur", lo que hoy es el océano Pacífico, pero era el estuario del Río de la Plata.

Díaz Solís murió de un flechazo por indios de la zona al poco de poner pie a tierra en la orilla de la desembocadura de aquel río. Magallanes no tuvo tantas bajas que el primero durante su estancia en la costa argentina a la espera de que pasase el invierno y retomar la búsqueda de algún estrecho o paso rubo oriente. Mientras tanto, realizó un exhaustivo reconocimiento de la cuenca para asegurarse que no era un acceso al Pacífico.

Ambos expedicionarios dieron comienzo a la exploración del Río de la Plata, el más ancho del planeta, que fue continuada por Pedro de Mendoza, fundador de Buenos Aires, y finalizada por Juan de Garay, refundador de esta ciudad.

gobernación Río Plata 1600
GOBERNACIÓN DEL RÍO DE LA PLATA

Pedro de Mendoza nació en Guadix, Granada, en 1487, proveniente de una familia hidalga bien posicionada, que poseía el ducado del Infantado. Desempeñó cargos administrativos y militares en la Corte del emperador Carlos V, a quien acompañó en las Guerras de Italia entre España y Francia. Por sus méritos militares en 1524, fue recompensado con los hábitos de caballero de la Orden de Alcántara y después de la Orden de Santiago. Luchó contra el ejército de Francisco I, tomando protagonismo en la toma de Roma, en 1527.

En mayo de 1534, Mendoza firmó las Capitulaciones de Toledo con Carlos V, que le permitía la conquista y colonización de las tierras comprendidas entre el paralelo 25º y el 36º de la aún por descubrir región sur de América, un área que abarca la totalidad del actual Uruguay, el norte de Argentina y el extremo sur de Brasil. Obtenía el título de adelantado, gobernador y capitán general de Nueva Andalucía del Río de la Plata.

Pedro Mendoza gobernaciones América sur
GOBERNACIONES DE AMÉRICA DEL SUR

El objetivo político de la Expedición colonizadora del Río de la Plata era la contención del avance portugués desde Brasil hacia el sur mediante la fundación de villas y ciudades. Para ello, debía penetrar por el estuario del Río de la Plata hasta encontrar la legendaria Sierra de la Plata, también llamado Reino del Rey Blanco, que en realidad se trataba del Potosí, en las faldas de la cordillera de los Andes. Así mismo, se establecería un camino que comunicase ambas vertientes oceánicas.

Además, Mendoza tenía otra intención personal, sufría la enfermedad de la sífilis contraída durante su estancia en Roma y buscaba en el Nuevo Mundo alguna cura. Seguramente se dejó llevar por las leyendas de los primeros aventureros en aquellas tierras inhóspitas como la fuente de la eterna juventud, las mujeres amazonas, los ríos de oro o las pócimas contra enfermedades.

PRIMERA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES POR PEDRO DE MENDOZA

En agosto de 1535, la flota partió de Sanlúcar de Barrameda, punto de partida de las principales expediciones rumbo al Nuevo Mundo. Esta estaba compuesta por aproximadamente 3.000 tripulantes en 14 naves.

Los primeros problemas para Mendoza aparecieron al llegar a las costas de Brasil, donde una terrible tempestad dispersó a las naves. Entonces, se vio obligando a desembarca en el litoral carioca para reorganizar la expedición. Se produjo hubo un intento de rebelión contra su mando, siendo el capitán Juan de Ayolas quien se encargó de sofocar cualquier conspiración.

Después de cinco meses cruzando el Atlántico y comprobando diferentes puntos de la costa suramericana, la expedición se adentraba en el estuario del Río de la Plata, desembarcando en la isla San Gabriel, cerca de la ciudad Colonia de Sacramento en el actual Uruguay. Exploraron ambas orillas del amplio "Mar Dulce", donde buscaron una base segura, punto de partida de las próximas expediciones colonizadoras al interior.

El 3 de febrero de 1536, Mendoza estableció un primer asentamiento estable río arriba sobre la margen meridional. Su nombre sería Santísima Trinidad y el puerto de Nuestra Señora de Santa María del Buen Ayre, término que se transformaría en Buenos Aires. El fuerte se construyó donde se ubica el actual monumento a Pedro de Mendoza, en la plaza Lezama.

Es destacable el relato que escribió el cronista Ulrico Schmidl, nacido en Baviera. Su Viaje al Río de la Plata es el primer texto etnográfico sobre la geografía y las tribus indígenas que encontraba a su paso, detallando con precisión el alimento, la vestimenta, los tatuajes y ritos. Está considerada como una de las mejores crónicas escritas sobre la conquista de América. Sobre la fundación de Buenos Aires escribió:
"Allí levantamos una ciudad que se llamó Bonas Ayers, esto es en alemán gueter windt."

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FUERTE DE BUENOS AIRES EN 1536

Los expedicionarios tomaron contacto con los indios querandíes del territorio, intercambiando recursos de forma pacífica. Pero aquella beneficiosa situación dio la vuelta a las pocas semanas y las misiones en la búsqueda de alimentos por los territorios colindantes terminaron en emboscadas por los nativos. Mendoza se dispuso a someter a los díscolos indígenas organizando una incursión militar al mando de su hermano, Diego de Mendoza, formada por 300 soldados y 30 jinetes.
"En esta tierra dimos con un pueblo en que estaba una nación de indios llamados carendies (querandíes) como de 2.000 hombres con las mujeres e hijos, y su vestir era como el de los zechurg del ombligo a las rodillas; nos trajeron de comer, carne y pescado. Estos carendies no tienen habitaciones propias, sino que dan vueltas a la tierra, como los gitanos en nuestro país; y cuando viajan en el verano suelen andarse más de 30 millas por tierra enjuta sin hallar una gota de agua que poder beber. Si logran cazar ciervos u otras piezas del campo, entonces se beben la sangre. También hallan a veces una raíz que llaman cardes la que comen por la sed. Se entiende que lo de beberse la sangre sólo se acostumbra cuando les falta el agua o lo que la suple; porque de otra manera tal vez tendrían que morir de sed."
Escribió Schmidl que ante una de las frecuentes agresiones:
"… don Pedro de Mendoza envió enseguida un alcalde de nombre Juan Pavón, y con él dos soldados, al lugar donde estaban los indios. El alcalde y los soldados se condujeron de tal modo que los indios los molieron a palos y después los dejaron volver a nuestro campamento, tras lo cual Mendoza envió a su hermano carnal con trescientos lansquenetes y treinta jinetes bien pertrechados."
Pero los querandíes habían reunido a otras tantas tribus del territorio formando un ejército de unos 4.000 guerreros. El 15 de junio de 1536, se produjo el combate de Corpus Christi, cerca de la laguna de Roche. La superioridad de efectivos indígenas, sumado a un extenuante cansancio y desnutrición de los españoles, hizo que Mendoza replegase sus fuerzas. Murieron 38 españoles entre los que se encontraban Diego de Mendoza y Pedro Luján.

Ulrich Schmidl cronista Río Plata Juan Ayolas
ULRICO SCHMIDL Y JUAN DE AYOLAS

Mientras que esto sucedía, Mendoza encargó al alguacil mayor Juan de Ayolas el liderazgo de una expedición formada por 400 soldados para explorar el río Paraná en dirección norte para la fundación de un nuevo asentamiento. En junio de 1536, a orillas del Paraná y en la confluencia con el Carcarañá, refundó el fuerte Corpus Christi. Era un enclave que había construido y abandonado años atrás Sebastián Gaboto bajo el nombre de Sancti Spiritus, en las tierras de la tribu de los timbúes.

Aprovechando la debilidad del ejército colonizador, el 24 de junio de 1536, Buenos Aires sufrió el ataque de los querandíes durante quince días. Habían conseguido formar un poderoso ejército de varias tribus indias como los guaraníes, los charrúas y los timbúes. Muchas de las casas fueron destruidas, así como las embarcaciones menores hundidas. Gran parte de los supervivientes tuvieron que refugiarse en los barcos artillados y desde ahí cañonear a los asaltantes hasta que terminase el asedio. La situación era tan desesperada que Mendoza llegó a pensar en abandonar el estuario.

Dos aspectos iban desgastando a los expedicionarios, tanto a los que se quedaron en Buenos Aires con Mendoza, como a los aventureros que acompañaron a Ayolas en la navegación del Paraná: la inanición y la lucha. Tal era el hambre en los soldados que comían toda clase de animales; pájaros, ratas, víboras, insectos, etc., que terminaban pasado al fuego o ingerido sin cocción alguna.

Además, eran asediados por indígenas de muy diferentes formas, en cada poblado que iban encontrando durante la navegación fluvial o en la búsqueda de alimento en las tierras de la ribera. Las tribus de la cuenca de la Plata, como guaraníes, pampas y charrúas, eran muy superiores en efectivos guerreros, eran feroces y agresivos, no temían a la caballería española, pero poseían una tecnología militar muy rudimentaria: arco y flechas.

Buenos Aires Pedro Mendoza misa católica
PRIMERA MISA EN BUENOS AIRES

A finales de septiembre, Mendoza fundó el fuerte Buena Esperanza, en las cercanías del actual Puerto Aragón, ubicado en el actual estado argentino de Santa Fe.

En diciembre de 1536, miles de indios querandíes lanzaron otra ofensiva a la ciudad de Buenos Aires rompiendo, en esta ocasión, las defensas. El fuerte fue quemado y la ciudad destruida por completo. Mendoza, junto a un grupo de supervivientes, pudo escapar y dirigirse hacia el norte, remontando el río Paraná hasta refugiarse en Buena Esperanza. Desde aquel fuerte esperarían el regreso de Ayolas.

Pero los efectos de la enfermedad de sífilis en el maltrecho cuerpo de Mendoza se iban dejando notar. Tejidos y heridas sin cicatrizar y una progresiva parálisis general avanzaban inexorablemente, y su corazón estaba cada día más débil. Había delegado el gobierno en el capitán Francisco Ruiz Galán de forma momentánea hasta que Ayolas regresara, que pasaría a él.

En abril de 1537, Mendoza partía rubo a España con un lamentable estado de salud a bordo de alguno de los barcos que quedaban en el puerto de Buenos Aires. La muerte lo abordó en el océano Atlántico cerca de las islas Canarias y su cuerpo fue arrojado al mar.

La conquista de la Gobernación del Río de la Plata fue continuada por Francisco Luis Galán y Juan de Ayolas.

DESTRUCCIÓN DE LA PRIMERA BUENOS AIRES

Buenos Aires llegó a estar protegida con dos fuertes, pero las malas condiciones de salubridad e inseguridad estratégica del emplazamiento serían determinantes para su posterior abandono e incendio.

En febrero de 1539, el fuerte de Buena Esperanza fue asaltado y destruido por los timbúes.

En junio de 1541, Juan de Salazar fundó el fuerte de Asunción, actual capital de Paraguay y nuevo campamento base de los conquistadores del Río de la Plata. Allí se reubicaron a las 350 personas que permanecían en Buenos Aires antes de su despoblación. El nuevo gobernador y capitán general fue Domingo Martínez de Irala.

Desde Corpus Christi, la expedición de Ayolas siguió el curso de los ríos Paraná, Paraguay y Pilcomayo, hasta controlar todo el territorio del actual Paraguay.

El 11 de junio de 1580, Juan de Garay refundó la ciudad en otra ubicación más segura con 70 personas. Gracia a esta definitiva expedición, la Corona española pudo implantar el control efectivo del Río de la Plata.

Monumento Pedro Mendoza escultura Parque Lezama Buenos Aires
MONUMENTO A PEDRO DE MENDOZA