CARTOGRAFÍA Y COSMOGRAFÍA DE ALONSO DE SANTA CRUZ


El cronista, geógrafo, cartógrafo y cosmógrafo de la Casa de Contratación de Sevilla Alonso de Santa Cruz pasó a la historia de la cartografía y geografía por hallar un modo de trazar los intervalos entre los paralelos de las proyecciones esféricas, evitando los errores que se producían en las cartas planas. Por ello, es considerado el gran precursor de los mapas de variaciones magnéticas, a mediados del siglo XVI.

Su gran obra cartográfica fue el Islario General de todas las islas del Mundo, escrita en 1560, que representan todas las islas y penínsulas del mundo, y muestran todos los descubrimientos realizados por los exploradores europeos desde 1400 hasta mediados del siglo XVI. Es el primer atlas realizado sobre papel, en lugar de pergamino, y posee un diseño más funcional, menos estético que los portulanos del siglo XV.

Además, pudo hacer novedosas aportaciones a la náutica y cosmografía en el Libro de las Longitudines, primera recopilación del conjunto de planeamientos y soluciones en la determinación de la longitud marítima. Además, inventó instrumentos náuticos para la determinación de las longitudes en la técnica de marear.

APORTACIONES CARTOGRÁFICAS Y COSMOGRÁFICAS DE ALONSO DE SANTA CRUZ

Alonso de Santa Cruz nació en Sevilla, en 1505. Su familia se dedicaba a los negocios de la Casa de Contratación de Indias y vivían en el Real Alcázar de Sevilla, centro administrativo de las expediciones descubridoras y mercantiles que España enviaba al Nuevo Mundo. Su padre era el como funcionario y comerciante Francisco de Santa Cruz, tomó parte de la expedición que Fernando el Católico envío sobre el norte de África, en 1510.

La residencia en el Real Alcázar y la profesión de su padre, le sirvió a Alonso para adquirir conocimientos en cosmografía y astronomía. Su formación en Cosmografía y Cartografía fue adquirida de la lectura de libros y alguna formación que recibiera de Hernando de Colón y otros pilotos de la Casa de Contratación. Según reconoció en su obra Islario, aprendió de hasta 46 científicos entre los que destacan Plinio, Ptolomeo y Estrabón, entre los clásicos, o Mártir de Anglería, Vespucio, Fernández de Oviedo, entre los más renacentistas.

Durante sus años de juventud, vivió el ambiente sevillano de las expediciones hacia las tierras descubiertas y por descubrir, los nuevos negocios emprendidos por comerciantes, funcionarios y administradores de la Casa de Contratación, y las novedosas técnicas sobre náutica, cosmografía, astronomía y geografía desarrolladas por marinos y científicos renacentistas.

PUERTO MERCANTE DE SEVILLA

A la edad de veinte años, Alonso de Santa Cruz tomó parte en uno de aquellos viajes transoceánicos junto a su padre. Fue la Expedición de Sebastián Caboto a las islas de la Especiería (Tarsis, Ofir, Cipango y Catayo), rumbo oriente, que debería buscar primero un paso entre los océanos Atlántico y el Pacífico. Era capitán de la nao Santa María del Espinar, pequeño socio capitalista y veedor por los armadores, siendo su padre que más financiación aportó al proyecto.

En abril de 1526, la escuadra partió desde Sanlúcar de Barrameda, llegando a Pernambuco, en el actual Brasil, en junio. Después, avanzó por el litoral sur hasta arribar al puerto de los Patos en busca de los náufragos de la expedición de Díaz de Solís. El viaje de cabotaje continuó pasando por los accidentes litorales del cabo de San Agustín, el río San Miguel, representado por vez primera en la cartografía de Santa Cruz, la isla de Buen Abrigo, donde se resguardó de un temporal, y el cabo de Santa María. En febrero de 1527, se produjo "el descubrimiento del río de la Plata y en toda aquella tierra hasta la provincia de Charcas, en la tierra del Perú".

El regreso de la expedición fue lago y problemático. En marzo de 1528, pasaron por cabo de San Vicente (Brasil), donde quedó arribada la nao Santa María del Espinar, isla La Española (Santo Domingo), Nombre de Dios (Panamá), Veracruz (México) y canal de Bahamas, del cual escribió "que fuimos los primeros que vieron a pasar la dicha canal para venir a España". En julio de 1530, llegó a Sevilla.

EXPEDICIÓN DE SEBASTIÁN CABOTO

Aquel viaje de cinco años "con muchas guerras y hambres y demasiados trabajos" resultó una escuela práctica de náutica y cosmografía para Santa Cruz, pues había podido observar el mar, la costa y el medio terrestre, anotar datos, describir accidentes geográficos e incrementar sus conocimientos náuticos.

Y tras aquella experiencia práctica, comenzó una etapa de proyección especulativa basada en el estudio de la cartografía, astronomía y cosmografía. Insatisfecho por los sistemas de proyección cilíndrica, para Santa Cruz era muy necesaria la exactitud de todos los datos obtenidos en sus expediciones, así como las variaciones de la aguja de marear para poder regresar por el mismo itinerario. Los marinos debían por al detalle los accidentes geográficos y límites territoriales por los que pasaba, incluyendo aspectos antropológicos, culturales y toponímicos.

Para tal fin, redactó libros de carácter didáctico y construyó instrumentos que permitiesen mejoras en la determinación del rumbo y la ejecución de cartografías.

ALONSO DE SANTA CRUZ

En 1533, se celebró una comisión de expertos del Consejo de Indias con Francisco Falero, Sebastián Caboto, Hernando Colón y Alonso de Santa Cruz. El objetivo era examinar los instrumentos náuticos que presentara Gaspar Revello. Además, Santa Cruz puso a prueba sus cartas e instrumentos náuticos relacionados con la expedición a la Especiería. Entre estos inventos había un aparato para determinar la longitud por distancias entre la luna y los planetas. Un año después, innovó un instrumento para hallar la longitud por las desviaciones de la brújula.

Entre esos mapas destacó la Carta abierta por los meridianos desde la Equinocial a los Polos..., que fue considerada por Fernández de Navarrete como principio teórico para la construcción de cartas esféricas, sistema cartográfico que fue perfeccionándose.

En otra carta, reflejó el resultado de una medición sobre un grado terrestre por distancia de 17 leguas y media, criterio que defendió en las Juntas de Badajoz-Elvas, en 1524. También realizó su primera carta de carácter magnético con indicaciones de las desviaciones de la aguja.

En 1535, inició su carrera en la Casa de Contratación de Sevilla con el cargo de "cosmógrafo de hacer cartas y fabricar instrumentos para la navegación", y contino de la Casa Real. A petición de la Junta de Pilotos, elaboró instrumentos náuticos para determinar la longitud magnética y la trazada, y realizó el perfeccionamiento del Padrón Real.

Fue requerido por el emperador Carlos V para que residiera en la Corte, donde debía formarle en sus conocimientos científicos, y así escribió en su Memorial que en Valladolid:
"… he estado más de siete años, donde traje muchas cartas de Geografía y libros de Astrología y Cosmografía y Filosofía, que había hecho estando en Sevilla …"
Aquellas cartas eran planisferios con diversas proyecciones "de toda España y de todas las provincias de las Indias Occidentales, de punto muy grande que, cuando vuestra señoría fuere servido, las podrá ver, con los instrumentos para el tomar de la longitud".

ISLARIO GENERAL DE ALONSO DE SANTA CRUZ

La obra geográfica más importante de Santa Cruz fue Islario general de todas las islas del mundo, iniciada en 1560 por encargo de Felipe II. Probablemente fue ideada para formar parte de una futura obra mayor llamada Geografía Universal, que pretendía ser histórica, descriptiva y humana, y que a su vez debía englobarse en la Historia Universal, y que no pudo dejar terminada.

Es el primer atlas geográfico impreso en papel en lugar del tradicional pergamino. En cuanto a su diseño es más funcional, y menos estético y ornamentado que los portulanos del siglo XV estaban ornamentados con rosas de los vientos y personajes mitológicos. Desde el punto de vista técnico, fue el gran avance desde las cartas planas (portulanos) a las novedosas cartas esféricas (mapas de latitudes aumentadas) de mediados del siglo XVI, evitado en buena medida la deformación que experimentaba la esfericidad de la Tierra llevada al plano.

El Islario está compuesto de poco más de cien mapas que representan todas las islas y penínsulas del mundo, y muestran todos los descubrimientos realizados por los exploradores europeos desde 1400 hasta mediados del siglo XVI, incluyendo unos mapas de las ciudades de Cádiz, Venecia y México.

ISLARIO GENERAL DE ALONSO DE SANTA CRUZ

Los mapas están agrupados según su localización geográfica a través de ocho tablas de doble hojas.

La primera tabla abarca las islas de las Indias Occidentales donde están La Española, Cuba y Jamaica con la península de Yucatán y otras muchas islas junto a ellas. Se trata de la América Central y Antillana con la Nueva España al Norte y el cuadrante noroccidental de América del Sur.

La tabla segunda presenta a costa del Brasil y las islas del río Marañón, de la Plata, del estrecho de Magallanes y de la costa del Perú.

La tabla tercera contiene lo fundamental del Atlántico norte entre Islandia y Canarias por el oriente y las costas del Labrador y las Bermudas por el occidente.

La tabla cuarta contiene las islas del Mediterráneo hasta el mar Negro, incluyendo la península de Azof, toda la península ibérica, islas del Atlántico europeo hasta Bretaña, y la parte septentrional de África e islas próximas.

La tabla quinta refleja la parte meridional de África, incorporando las islas del Índico africano como Madagascar.

La tabla sexta contiene los mares Rojo y Pérsico y las islas contenidas en ellos, la península de Arabia, la costa de la India oriental y las islas que están junto a ella con Sri Lanka.

La tabla séptima representa al resto del Índico, la península de Indochina y Sumatra, las islas del Extremo Oriente, escasamente conocidas, y por tanto, dibujadas sin definir el contorno de sus costas como las islas de Java, Filipinas y las famosas Molucas.

La tabla octava hace énfasis en el espacio Mediterráneo oriental, con especial atención al escenario greco-céntrico, a las islas que se hallan entre Italia y Turquía, y los archipiélagos del Egeo y su entorno inmediato.

Los mapas incluyen escalas en latitud y algunas en longitud, y cuerpos de agua con escalas variadas y orientadas con rosas de los vientos. A pensar de elaborar esta enorme obra cartográfica, Santa Cruz realizó un escaso trabajo de campo. Se basó en documentos y planos que llegaban a la Casa de Contratación procedentes de los diversos orígenes. En 1545, se trasladó a Lisboa de forma momentánea para recoger una valiosa información cartográfica, después de haber vivido en la Corte vallisoletana y regresar a su Sevilla natal para completar los proyectos científicos y literarios.

La Biblioteca Nacional de Madrid, de Viena y de Besançon conserva un ejemplar. Nunca fue publicado por su alto valor estratégico para el Imperio español.

ISLARIO GENERAL DE ALONSO DE SANTA CRUZ

Las Instrucciones a los descubridores, que presentó al rey Felipe II en 1556, tenía por objetivo era la formación a los españoles destinados en los virreinatos de América.

Defendía la dirección de los proyectos mercantiles por parte de la Monarquía por motivos económicos y estratégicos; que las autoridades virreinales debían realizar un detallado estudio de campo por los capitanes y científicos, mediante una buena formación y útiles básicos de cartografía. Este conjunto de instrucciones imponía la exploración de la toponimia, la fisiografía y la hidrografía, complementados con estudios sobre etnografía, zoología, minería, agricultura, religión, etc., tanto de los territorios como de sus habitantes.

Sus obras más logradas sobre geografía son el Islario general y las Instrucciones para descubridores, ambas formarían parte de su Geografía Universal, y que han convertido a Santa Cruz en uno de los más destacados científicos de la historia de la geografía, gracias además al valor de sus aportaciones a la cartografía. La obra cartográfica quedaba englobada dentro de los términos de "geografía y descripción".

El propio Cruz subraya, conforme al estado de la ciencia, los conceptos básicos sobre cosmografía, geografía y corografía (histórica, descriptiva y humana) que también se aprecia en su Libro de las Longitudines, sobre astronomía, donde declaraba brevemente su concepto.

De carácter complementario fue elaborando otros trabajos cartográficos como los mapas de México, de Estocolmo o de El Escorial.

MAPA DE ESTOCOLMO

El Mapa de México-Tenochtitlán tuvo su origen en testimonios indígenas mexicanos del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde se recreaban las imágenes y eran remitidas por el virrey Antonio de Mendoza a Alonso de Santa Cruz. Por lo que respecta a esta ciudad-isla, capital del Virreinato de la Nueva España, la tradición pictográfica azteca permitía disponer de información de amplios territorios del Virreinato de la Nueva España.

El Atlas de Estocolmo es un mapamundi de 1542, que está coloreado sobre pergamino y presenta una proyección hemisférica polar. Se conserva un ejemplar en la Real Biblioteca de Estocolmo.

El Atlas de El Escorial constituye un conjunto de 21 hojas plegadas, enmarcadas y numeradas en los aparecen mapas de la península Ibérica pintados a pluma, en tinta negra por una sola cara. Iniciado de forma anónima por encargo de Carlos V a mediados del siglo XVI, fue recuperado por Santa Cruz, quien fue añadiendo nuevos documentos y corrigiendo errores. El resultado fue el mapa de España con mayor escala de todos los que se conservan del Renacimiento. La biblioteca de la Real Academia de la Historia posee un ejemplar.

Además de este gran mapa de España, realizó otros de Francia, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Alemania, Flandes, Hungría, Grecia, Italia, Córcega, Sicilia, etc.

La Geografía del Perú fue presentada al príncipe Carlos y a los miembros de una Junta de experto durante su estancia en la Corte de Felipe II, en 1554.

MAPA DE MÉXICO-TENOCHTITLÁN

Su presencia en la Corte de Valladolid fue debida a que fue requerido por el rey para tomar parte de una Junta de Cosmógrafos y Astrónomos presidida por el jefe del Consejo de Indias, Luis Hurtado de Mendoza. Además de aquella Geografía, expuso un interesante grupo de astrolabios, cuadrantes, relojes y bolas del mundo. Durante su larga permanencia en la Corte, se encargó de la formación del príncipe Carlos, hijo de Felipe II, en sus especialidades. Así escribió en su Memorial:
"… siendo llamado para venir a esta corte por mandado de su majestad parecióme no ser justo presentarme ante vuestra alteza sin traer cosas que le agradasen y diesen algún contento y así traje muchas cartas de geografía en diversas formas hechas y muchos libros de historia y crónicas, así de los reyes católicos … como del Emperador vuestra abuelo y otros libros de filosofía, astrología y cosmografía, todos los cuales yo tengo hechos con mucho trabajo y diligencia después de la partida de su majestad de estos reinos; y no menos traje puestas en árboles las siete artes liberales en romance castellano para mejor se poder entender, y de la propia manera la genealogía de los dieciséis abuelos de vuestra alteza traídos casi desde Noé y de todos los reyes y señores de la Asia, África y Europa, Indias Orientales Occidentales y toda la pintura y geografía de estas dichas partes de tierras de forma muy grande para mejor se poder entender las particularidades de ellas. Traje asimismo muchos instrumentos de astrolabios, cuadrantes, relojes y otros de diversas maneras hechos por los cuales se puede fácilmente saber la distancia o apartamiento de cualesquier dos lugares, así en longitud como latitud, por muy apartados que sean, muy provechos a los que navegan y no menos a vuestra alteza otras muchas cosas gustosas y provechosas."
LIBRO DE LAS LONGITUDINES POR ALONSO DE SANTA CRUZ

Pero el objetivo principal de su participación en aquella Junta de Cosmógrafos y Astrónomos, celebrada el 7 de agosto de 1554 en Valladolid, fue el análisis y valoración sobre la idoneidad de algunos instrumentos metálicos para el cálculo de longitudes magnéticas en el mar que había traído el alemán Pedro Apiano. El informe de aquel análisis fue su Libro de las longitudines y manera que hasta ahora se ha tenido de navegar, con sus demostraciones y ejemplos, dirigido al muy alto y muy poderoso Señor Don Philipe II, de este nombre rey de España. La Biblioteca Nacional guarda un manuscrito parcial de esta obra.

El Libro de las longitudes aportaba un sistema para calcular la longitud en el mar, también llamada altura "este-oeste". Fue la primera síntesis que recogía de manera sistematizada todos los conocimientos sobre la longitud, desde la antigüedad hasta mediados del siglo XVI.

Demuestra la importancia que Santa Cruz tiene en la historiografía náutica española y universal, anticipándose en buena medida al propio Mercator.

Los contenidos del libro se estructuran en una carta de presentación, una primera parte de entidad propia y elaboración personal, y una segunda parte de contenidos muy diversos.

La primera parte explica las doce maneras para calcular la longitud, con todas las medidas conocidas, y su provecho para la navegación. Santa Cruz ideó un procedimiento práctico en el que los rumbos seguían líneas rectas cruzando meridianos (líneas norte-sur) paralelos llegando a obtener trazados de rumbos.

Una de sus conclusiones más interesantes, para la época, es su corolario, apoyado en el tratado de Tordesillas de 1494, por el cual las islas de las Especias (Molucas) pertenecerían a España.

También construyó una carta marina, con las líneas isogónicas, que fue presentada en Corte junto a los instrumentos elaborados por él para el cálculo longitudinal, mediante un proyecto de expedición al estrecho de Magallanes.

La segunda recogió los contenidos del libro primero de la Geografía de Ptolomeo añadiendo sus anotaciones explicativas, comentarios y demostraciones geométricas, según su criterio.

ESQUEMAS DEL LIBRO DE LAS LONGITUDES

Además del Astronómico Real, otra gran obra cosmográfica fue el Libro de las longitúdines, y en menor medida el Tratado de la Sphera.

El Astronómico Imperial
 comienza con una breve introducción astrológica e histórica y una explicación del objeto. En una primar parte aborda el mundo y el cielo, composición, movimientos, etc.; en la segunda parte, los planetas, el zodiaco, etc.; y la última parte, las conjunciones de Sol y Luna, el calendario, el cálculo de los días, etc. La Biblioteca de la Universidad de Salamanca conserva un manuscrito cosmográfico de 1550.

La Breve introducción a la Sphera fue calificada de "epítome de astronomía náutica" y en verdad es una síntesis y recopilación del pensamiento astronómico de Santa Cruz, de cómo la Tierra se inscribe en el Universo. Seguía el sistema astronómico ptolemaico: la Tierra está en el centro del Universo y los sucesivos cielos u orbes en el siguiente orden.

Su principal obra literaria fue la dedicada a la geografía y cartografía, la cosmografía y náutica, y en menor medida a la historiográfica y otros géneros de la erudición.

COORDENADAS GEOGRÁFICAS

Como historiador, fue continuista de la obra de Hernando de Pulgar, cronista de Isabel y Fernando, desde 1490 hasta el fin de su reinado. Esta Crónica de los Reyes Católicos fue una obra poco elaborada y escasamente original, escrita en 1542.

En 1546, redactó una introducción a la Historia Universal. Entre 1550 y 1552, escribió su personal Crónica del Emperador Carlos V, compuesta de cinco volúmenes. La Real Academia de la Historia conserva un ejemplar de 1920.

En estos años, reunió información para la ejecución de cuadros sinópticos llamados Árboles de los linajes de España, que ofreció a Felipe II, y de Árboles de las Ciencias.

En 1562, hizo una traducción de la Crónica de España de Francisco Tarapha, único documento que pudo ver publicado en vida y considerado el peor de todos; y, en 1563, una crítica a los Anales de Aragón de Jerónimo de Zurita en 1563. También hizo una traducción al castellano del De origine ac rebus gestis regum Hispaniae, de la versión al catalán que publicó Francesc Tarafa en Barcelona, en 1562.

De carácter arbitrista, en 1555, escribió un Abecedario virtuoso para el príncipe Carlos, hijo de Felipe II, para su correcta educación. Fue redactada durante su estancia en la Corte de Valladolid.

Dentro la literatura arbitrista de la época existe una respuesta a las Consultas de Carlos V sobre el impuesto de alcabalas, sobre reformas jurídicas y creación de juzgados de paz, sobre la navegabilidad de los ríos, sobre el desarrollo de la agricultura, sobre el mantenimiento del sistema de encomiendas, sobre la mayor explotación minera y la búsqueda de nuevos recursos como el hierro, etc.

Otra obra arbitrista fue el Memorial sobre la Demarcación del Maluco y Filipinas, una opinión del territorio filipino de 1566.

Sobre filosofía, hizo la Traducción y glosas de Aristóteles, sobre algunos textos, en 1542.

Además, hay que incluir entre su amplia obra sin publicar: Lo que sucedió en Sevilla en tiempos de las comunidades; De la caballería del Toisón; El libro de blasones; y Nobiliario general.

ISLARIO GENERAL DE ALONSO DE SANTA CRUZ

Sus documentos tuvieron una finalidad eminentemente docente especialmente para pilotos y demás hombres de la mar. A pesar de trabajar en la Corte en dos ocasiones y de ser un auténtico polígrafo, consiguió publicar tan solo una de sus obras, y de menor nivel. Tuvo en contra el carácter secreto y confidencial de su información, ya que si esta llegaba a manos de otras cortes europeas ponía en riesgo el estado de las rutas marítimas y permitiría que estos países alcanzaran el alto nivel tecnológico y científico que tenía España durante el reinado de Felipe II.

En 1563, Felipe II envió una carta al Consejo de Indias advirtiendo en la publicación de los libros de Santa Cruz de esta manera:
"Y quanto a lo de los libros que el dicho Alonso de Santa Cruz ha ofrecido que imprimirá tocantes a la declaración de las Indias que dezís serán de provecho para tener noticia más en particular de aquellas partes, aunque esto sea así, havéis de mirar que por esta misma razón podría traer mucho inconveniente en que los dichos libros se imprimiesen por la noticia y claridad que por ellos hallarían extranjeros y otras personas que no fuesen súbditos ni vasallos nuestros de las dichas Indias que es punto de consideración, y por esto os encargo lo miréis y tratéis y me aviséis de vuestro parecer."
En 1567, Alonso de Santa Cruz fallecía en Madrid, dejando sin finalizar el Atlas del Escorial y el Islario General.

ISLARIO GENERAL DE ALONSO DE SANTA CRUZ

Por orden real, se recogieron todos sus mapas y documentos, que pasaron a manos del doctor Francisco Hernández Liébana y fueron entregados al cosmógrafo y cartógrafo Juan López de Velasco. Este publicó como autor las Relaciones topográficas (Geografía de las Indias) y el Atlas de El Escorial.

El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo pudo conocer la ciencia de Santa Cruz de forma oral y llegó la documentación alguna vez. El resultado fue una excelente fuente económica, geográfica y cosmográfica para su obra, donde reconoció su excelente opinión sobre el cartógrafo sevillano a la que "se da entero crédito, porque es hombre de honra".

El cosmógrafo mayor del Consejo de Indias y catedrático de la Academia de Matemáticas Andrés García de Céspedes tuvo en su poder los trabajos de Santa Cruz, a comienzos del siglo XVII. Quiso atribuirse la autoría del Islario General, con dedicatoria a Felipe III, y el Astronómico Real.

La influencia de la obra de Santa Cruz hizo posible que los estatutos de la Universidad de Salamanca de 1561 permitieran estudiar a Nicolás Copérnico en la cátedra de Astronomía, y los de 1594 obligaron su enseñanza.

REAL SOCIEDAD ECONÓMICA BASCONGADA DE AMIGOS DEL PAÍS



REAL SOCIEDAD ECONÓMICA BASCONGADA DE AMIGOS DEL PAÍS

El origen de la fundación de la Sociedad Económica Bascongada tuvo lugar en las periódicas reuniones que a mediados del siglo XVIII un grupo de ilustrados guipuzcoanos, principalmente nobles y sacerdotes, celebraban para conversar sobre matemáticas, física, geografía e historia, discutir problemas de actualidad, y escuchar música.

En estas reuniones destacaron tres personalidades: el marqués de Altuna, Manuel Ignacio de Altuna, el marqués de Narros, José María de Eguía y Aguirrey el conde de Peñaflorida, Javier María Munibe e Idiáquez. En 1763, estos tres ilustrados decidieron poner en práctica sus conocimientos presentaron a las Juntas de Guipúzcoa el plan de constitución de una Sociedad Económica, también llamada Academia de Agricultura, Ciencias, Artes útiles y Comercio, adaptado a las circunstancias económicas de la provincia.

En 1765, Munibe obtuvo licencia real de Carlos III para la creación de una sociedad de ilustrados, fundando la Real Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País. Su sede estaba en el Palacio de Insausti, en la localidad guipuzcoana de AzcoitiaEn el Discurso preliminar que Munibe leyó en la reunión de su fundación, enfatizó la utilidad de las ciencias modernas, especialmente las que los ilustrados llamaban prácticas.

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PALACIO DE INSAUSTI

Se fundaba así una institución de capital trascendencia en la cultura vascongada, adaptándose a las circunstancias y economía particular de la muy noble y muy leal Provincia de Guipúzcoa, que sirviese de academia para el fomento de la agricultura, industria, comercio, arquitectura y economía doméstica. La orientación de estos estudios se dirigió a la solución de problemas prácticos y útiles, nuevos procedimientos para el ahumado de la pesca, el abono de las tierras, los nuevos cultivos, el desarrollo de la metalurgia y la construcción higiénica de viviendas.

El conde de Peñaflorida, el marqués de Narros, el marqués de Altuna, Campomanes y otros ilustrados fueron conocidos como los Caballeritos de Azcoitia. Percibieron que España tardaba en desarrollar su potencia económica, lamentando la falta de industria y la baja productividad. Los pensadores liberales y los llamados afrancesados buscaron difundir los avances y el pensamiento de la Ilustración. Comenzaron a trabajar para introducir las más avanzadas técnicas en la agricultura, la industria, la arquitectura, la medicina, etc. La economía política, una ciencia que estaba naciendo, fue objeto también de atención especial.

Sus planes se debatían y aprobaban en Juntas Generales, celebradas por distintas villas o ciudades, se estudiaban las 4 secciones: agricultura; ciencias y artes útiles; industria y comercio; política y buenas letras. Estas 4 secciones genéricas se perfilan en 2 planos: el adelanto de las ciencias, especialmente las consideradas útiles, y el fomento de la economía en su área de actuación. Los dos planos estaban íntimamente trabados en cualquier caso, pues la elaboración teórica debía ponerse al servicio de la mejora técnica y de la educación popular y debía repercutir en el progreso de las fuerzas productivas.

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IRURAK BAT (LAS TRES, UNA)

Los instrumentos esenciales para llevar a cabo la tarea fueron, prácticamente en todos los casos, la redacción de memorias e informes y la creación de escuelas de formación profesional. En este sentido, la Sociedad Bascongada, por una parte, fue un gran centro de recepción de la ciencia europea a través de los viajes al extranjero de sus miembros y de la acogida en su seno de prestigiosos sabios foráneos y, por otra, se embarcó en ambiciosos proyectos educativos.

El resultado del proyecto de los Amigos del País fue un estrepitoso fracaso al no hacer nada por plantear la génesis de una experiencia secularizada y, menos aún, por generalizar una instrucción pública, dos tareas con las que se hubiese perfilado algún atisbo de modificación de las condiciones de desigualdad sociales, culturalmente esquizofrénicas, económicamente explotadoras y políticamente paternalistas.

Dos tareas que aquellos caballeros no llegaron ni a concebir, pues fomentar una experiencia secular hubiese significado que se empeñasen en transcender ante todo sus propias barreras religiosas y morales, buscando un marco de libertad de creencias y un clima de libre y pública expresión en las actividades cotidianas. Y, además, para ello era preciso generalizar una instrucción pública, proporcionando a las gentes sometidas un instrumento de emancipación cultural; lo cual suponía proscribir su viejo hábito paternalista, furibundamente elitista, actuando de modo absolutamente radical en el quicio de la escindida cultura en la que se desarrollaba la vida del país.

Para empezar, era necesario que hubiesen optado por la alfabetización general de las gentes. Pero aquellos caballeros actuaron de forma alienada y sumisa en enormes naderías y vastísimos quehaceres poco menos que inocentes. Es más que probable que en la historia cultural vasca ideales tal altos jamás cayeron tan bajos.

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CABALLERITOS DE AZCOITIA

Una gran preocupación fue la educación de los jóvenes, su formación y preparación cultural, científica y moral. Escogió como seminario el Colegio del Monumento de Loyola en 1769, bajo el nombre de Real Seminario de Vergara. Este edificio fue abandonado por los jesuitas tras su expulsión decretada en 1767, por eso el historiador que Menéndez y Pelayo llamó primera escuela laica de España. El propio rey Carlos III contribuyó aportando una valiosa financiación para las cátedras superiores en ciencias modernas, las de química y de mineralogía, así como para la organización de sus respectivos laboratorios.

Así el seminario se convirtió en un centro cultural de primera importancia en Europa, en el que se contó con profesores extraordinarios procedentes algunos de toda Europa, entre los que destacaron Proust, Chavaneaux, Brisseau, así como otros científicos de primera fila como los hermanos Elhuyard, Erro, Mas, Samaniego, Santibáñez, Foronda y otros muchos. Este grupo de ilustrados contribuyeron a que los estudios de Vergara llegaran a conocerse y valorarse en toda Europa.

En 1778, se creó el Laboratorio Químico en este seminario, iniciándose los estudios de química y metalurgia. En el mismo se elaboró la Ley de las Proporciones Definidas, que consiguió hacer maleable el platino y forjar diversas piezas, y se descubrió el aislamiento del wolframio o tugsteno. Se trabajaron los aceros y la mejora de las técnicas de ferrerías.

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SEMINARIO DE NOBLES DE VERGARA

La Escuela de Ingenieros de Minas, la primera que tuvo carácter civil, fue fundada en 1777 por orden de Carlos III. Se instaló en Almadén (Ciudad Real), donde ya existía algún tipo informal de enseñanza, para aprovechar un elemento muy importante, las minas de azogue, material insustituible entonces para conseguir el amalgamamiento de la plata, fuente de riqueza de primerísimo orden en la América hispana, especialmente en Méjico.
Esta Escuela comenzó su actividad en un contexto histórico similar a otros centros: Sajonia (Freiberg, 1767), Hungría (Schmnitz, 1770), Francia (París, 1778).

Las Escuelas de Dibujo fundadas en Vitoria, Bilbao y Vergara en 1777, y poco más adelante en San Sebastián y Placencia. En Vitoria sigue funcionando convertida en Escuela de Artes y Oficios Artísticos, y con una importante actividad de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País en su Junta de Fundación.

Esta gran idea ha aportado positivos avances en campos como el industrial, el agrícola, el científico, y el cultural para las Provincias vascongadas que indudablemente tendría sobre estas bases un florecimiento económico.

También se adquirió la granja en San Miguel de Basauri, para experiencias agrarias, la Casa de Misericordia en Vitoria, y se intentó fundar una Escuela de Náutica en San Sebastián. Al mismo tiempo se constituyó una biblioteca y un gabinete de historia natural.

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SEMINARIO DE NOBLES DE VERGARA

Entre sus grandes tratadistas políticos destacaron José Agustín Ibáñez de Rentería y Valentín de ForondaEntre 1780 y 1783, Ibáñez de Rentería leyó tres Discursos, entre ellos Reflexiones sobre las formas de gobierno, y Foronda sus primeros trabajos, que publicó en Miscelánea en 1787. Ambos defendieron el sistema liberal-burgués, hablando Ibáñez de Rentería de partidos políticos y derechos del hombre, defendiendo la democracia; y Valentín de Foronda afirmó que la conducta política debe asentarse en la libertad, propiedad y seguridad, que considera anteriores a las leyes y al poder. Y criticó a los nobles que creían que el comercio es indigno de la nobleza.

José María de Eguía y Aguirre se hizo famoso por su Enciclepedismo, siendo elogiado por Rousseau, y llegando a tener problemas con la Inquisición, como también los tuvo Félix María de Samaniego, autor de Fábulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Bascongado, con carácter moralizante.

Javier María Munibe escribió Los aldeanos críticos, o cartas chríticas sobre lo que se verá, publicado en 1758, para rectificar y mofarse de las ideas sobre física que el padre Isla expuso a fray Gerundio de Campazas. Un libro satírico que defendía la ciencia moderna e identificaba la filosofía moderna y física, haciendo referencias a Galileo, Descartes, Copérnico, Newton, Leibnitz, Gassendi, Maignan y Saguens.

La Sociedad Bascongada se ocupó también del lujo, su máximo representante Juan Sempere y Guarinos escribió Historia del Luxo y de las leyes suntuarias de España.

Fue también foco de relaciones con la cultura extranjera de la Ilustración, principalmente con la francesa. Se enviaron becarios a estudiar fuera de España, y se abrieron puertas a científicos como el botánico y naturalista Michel Adanson, el físico-químico Davil Pierre Ruelle, el físico Teodoro de Almeida, Joseph Jérôme Lefrançois de Lalande, Louis- Bernard Guyton de Morveau, Robertson, John Needham, etc.

BIBLIA POLÍGLOTA REGIA POR BENITO ARIAS MONTANO


Benito Arias Montano fue uno de los grandes humanistas europeos de la segunda mitad del siglo XVI, orientalistas y hebraísta, biblista y poeta latino, que alcanzó notoriedad por la Biblia Políglota Regia de Amberes, mejorando la anterior Biblia Políglota Complutense de Alcalá de Henares.

Su otra gran aportación a la ciencia y la cultura fue la fundación de la Biblioteca Real de Felipe II instalada en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

BIBLIA POLÍGLOTA REGIA POR BENITO ARIAS MONTANO

Benito Arias Montano
nació en Fregenal de la Sierra, Badajoz, en 1527. Su padre trabajaba como escribano de la Inquisición y fue quien le introdujo en el conocimiento de la Astronomía. Uno de sus primeros maestros fue el sacerdote Diego Vázquez Matamoros, quien le enseñó latín, después fue ampliando su estudio a Física o Numismática, entre otras disciplinas. De hecho, a los catorce años de edad escribió su primer trabajo científico sobre Numismática, Discurso sobre el valor y la correspondencia de las monedas antiguas con las nuevas.

En 1546, comenzó a estudiar Humanidades en Sevilla, protegido por Gaspar Vélez de Alcocer, oidor de la Audiencia de la ciudad, durante dos años.

En 1548, pasó a la Universidad de Alcalá de Henares, el centro académico más prestigioso de España en estudios superiores del momento, junto a la de Salamanca. Fue fundada por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros unas décadas atrás, orientando su docencia en Teología y Derecho, pero especialmente había destacado en Humanidades, es decir, en Filosofía, Historia y Filología de lenguas bíblicas: hebreo, siriaco, griego y latín. En 1517, esta institución había publicado la Biblia Políglota Complutense, dirigida por el propio Cisneros junto a un excelente grupo de latinistas, helenistas y hebraístas, como por ejemplo Antonio de Nebrija.

Esta especial dedicación al cultivo de la Filología que tuvo en sus inicios la Universidad Complutense fue aprovechada por Arias Montano para convertirse en un auténtico políglota.

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE ALCALÁ DE HENARES

Entre 1548 y 1549, obtuvo los títulos de bachiller y licenciado en Humanidades, y entre 1549 y 1552, realizó los estudios de Filosofía y Teología, teniendo a Andrés de Cuesta como profesor. Después, se especializó en Sagradas Escrituras, de la mano del biblista Cipriano de la Huerga, y se dedicó al aprendizaje de las lenguas orientales y clásicas. Al final de su vida universitaria, dominaba el latín y el griego, y conocía el hebreo, caldeo, siriaco y árabe. Durante el transcurso de su vida profesional fue aprendiendo a hablar lenguas vernáculas como francés italiano, portugués, neerlandés y alemán, siendo el castellano su lengua materna.

Sus intereses y conocimientos abarcaron las Ciencias Naturales, Astronomía, Numismática, Matemáticas, Arqueología, Medicina y Cirugía, Geografía, además de Filosofía y Teología. También, escribió poesía en latín llegó a ganar un certamen en este género literario de la Universidad de Alcalá siendo nombrado poeta laureatus.

Después de cada fase de su vida al servicio de la Iglesia católica y de la Monarquía hispánica, solía retirarse a la Peña de Alájar, cerca de la sierra de Aracena, en Huesca. Pasaba temporadas viviendo casi como un ermitaño, dedicado a la oración, a la escritura de poesía, al estudio de las Sagradas Escrituras, a la formación de discípulos como Pedro de Valencia, al socorro de las gentes más pobres, a la observación astronómica de las estrellas o al estudio botánico de las plantas del lugar. Era un estilo de vida al que recurrían otros eclesiásticos humanistas de la época, como lo hizo el cardenal Cisneros antes de elaborar la Biblia Políglota o como lo hacía su amigo fray Luis de León.

BENITO ARIAS MONTANO Y FELIPE II DE HABSBURGO

En 1559, estando en Alájar, fue visitado por su amigo
Francisco de Arce, que le invitó a que predicara cuaresma en su ciudad, Llarena, donde pasó cuatro meses hospedado. Ese mismo año tuvo lugar un arresto por el tribunal de la Santa Inquisición, quien fue puesto en libertad a los pocos días. Desde entonces, siempre estuvo en el punto de mira de la Inquisición, además el hecho de estar influenciado por las corrientes iluministas le hacía ser un cristiano heterodoxo.

Entre los años de retiro en Alájar, entre 1553 y 1560, cursó estudios de posgrado en la Universidad de Salamanca, consiguiendo el doctorado de Teología.

En 1560, siendo ya sacerdote y tras haber pasado las pruebas de limpieza de sangre, fue aceptado miembro de la Orden Militar de Santiago durante su estancia en el Convento de San Marcos de León. Al año siguiente, estaba en el Colegio del Rey, que la Orden tenía en Salamanca.

En 1562, acompañó a Martín Pérez de Ayala, obispo de Segovia, a la tercera y última fase del Concilio de Trento, como su teólogo personal. Fue un proceso de debates que duró casi tres décadas, en el que se afrontaba la actitud que debería tener la Iglesia frente a la Reforma protestante y se establecieron los dogmas a seguir por la ortodoxia católica. Allí tomo parte en ocasiones, en los asuntos de la Comunión y el sacramento del Matrimonio, basando sus argumentos en textos bíblicos. Comenzaba a obtener fama por sus conocimientos escriturísticos, por lo que el Concilio le eligió para elaborar un Homiliario para predicadores, junto a otros asistentes.

CABALLERO DE LA ORDEN DE SANTIAGO

En 1566, fue nombrado capellán real y cronista regio por el propio rey
Felipe II, quien ya conocía sus inquietudes ocultistas y biblistas. Establecido en la Corte madrileña, el resto de su vida iba a estar relacionado con los proyectos del monarca más poderoso de la Cristiandad. El primero de ellos, fue la elaboración de una nueva Biblia Políglota que actualizase a la del cardenal Cisneros. Los ejemplares de la Biblia de Alcalá, terminada en 1517, escasearon muy pronto pues de aquella edición sólo se hicieron 600 ejemplares, muchos de los cuales naufragaron al trasladarse a Italia para su comprobación por el Vaticano. Además, durante este tiempo, se habían avanzado en el estudio científicos de las Sagradas Escrituras, y se hacía necesaria una actualización de aquella Biblia Políglota Complutense que iba a tener como protagonista principal a Benito Arias Montano, a la ciudad de Amberes como epicentro y a la Biblia Políglota Regia como resultado final.

Aquella iniciativa surgió del francés Christopher Plantin, conocido en España como Cristóbal Plantino, famoso antuerpiense y prototipógrafo de Felipe II, quien acogió la idea de forma entusiasta. Estaba afincado en esta ciudad de Flandes, territorio perteneciente a la Monarquía de los Habsburgo españoles. El rey le aportó los recursos económicos y escriturísticos necesarios para la confección del texto y la impresión de la obra resultante, designando a Arias Montano director científico del proyecto de acuerdo con el Consejo de la Inquisición.

En mayo de 1568, llegaba a Amberes y se reunía con un equipo de excelentes biblistas y filólogos de origen flamenco y francés, que llevaba ya varios años trabajando en el proyecto. Arias Montano rechazó aquel texto, restituyendo el original hebreo que la Iglesia había excluido de la llamada Biblia Vulgata de San Jerónimo, que en Trento había sido definida como "la única auténtica para uso religioso y público". Para ello, no partió desde cero, sino que se valió de muchos contenidos de la anterior Políglota Complutense, sobre la cual añadió bastantes novedades. Lo que en principio iba a ser una revisión se convirtió en una novedosa actualización y más completa.

AMBERES Y BENITO ARIAS MONTANO

La impresión de la
Biblia Políglota Regia a cargo de Plantino duró de 1569 a 1572 y se tiraron 960 ejemplares corrientes, 200 en mejor papel, 49 en papel especial y 12 en pergamino, que suman algo más de 1.100.

Estaba formada por de 8 gruesos volúmenes:
los volúmenes I, II, III y IV contienen el Antiguo Testamento
el volumen IV contiene el Nuevo Testamento
los volúmenes VI, VII y VIII eran libros auxiliares

Estos anexos son conocidos con el nombre de Apparatus: unas gramáticas en lengua hebrea, caldea, griega y siriaca y los vocabularios de todas estas lenguas; el Viejo Testamento en hebreo, con interpretación interlineal latina; y una copia necesaria para el estudio de la literatura sagrada. El último volumen, el VIII, consta de una serie de estudios filológicos y arqueológicos sobre temas como medidas, vestidos, ornamentos sagrados, geografía bíblica, etc.

Su influencia en la comunidad cristiana de la época fue enorme, siendo traducida a los principales idiomas europeos. Así, por ejemplo,
The Cambridge History of the Bible asegura que la Políglota de Amberes fue una valiosa ayuda para los traductores de la Biblia inglesa King James Version de 1611. También ejerció una notable influencia en la Políglota de París y en la Políglota de Londres, dos importantísimas versiones editadas en el siglo XVII.

BIBLIA POLÍGLOTA REGIA, POR BENITO ARIAS MONTANO

Aunque contaba con equipo de colaboradores, casi todo el trabajo recayó sobre Arias Montano, que empleaba entre 10 a 12 horas cada día, durante los 4 años. Esfuerzo reconocido por Plantino, quien le recomendaba reducir su jordana laboral e incluso llegó a informar al secretario real Gabriel Zayas del riesgo de caer enfermo por agotamiento. La relación entre Plantino y Montano fue excelente. En la biografía del impresor francés reconocía que además del texto de la Biblia, también se desempeñaba en otras facetas de la escritura:
"Aunque la razón principal del viaje de Arias Montano a Flandes es la de cuidar de la impresión de la Biblia Regia, durante su estancia en Amberes preparó ediciones de las obras de Fray Luis de Granada; supervisó la edición de los libros litúrgicos destinados a España; coleccionó libros y manuscritos para la biblioteca de El Escorial; despachó astrolabios, mapas y tapices para sus amigos españoles se carteó con numerosas personas frecuentemente y todavía encontró tiempo para colaborar en el gobierno de Flandes y para ser consejero del rey."
Otro de los encargos de Felipe II fue la adquisición de obras de arte de cualquier pintor flamenco, y la recopilación de libros antiguos y interesantes que pudieran incrementar la biblioteca personal del rey, embrión de la futura Biblioteca de El Escorial.

BIBLIA POLÍGLOTA REGIA, POR BENITO ARIAS MONTANO

Habiendo sido uno de los principales representantes de la Contrarreforma, pudo comprobar el ambiente de hostilidad que se había gestado contra él desde algún sector de la Iglesia debido a su heterodoxia cristiana y la publicación de la Políglota Regia, donde rectificaba el texto de la Vulgata de San Jerónimo. Tuvo que defenderse varias veces de insistentes acusaciones inquisitoriales.

Uno de sus peores enemigos fue León de Castro, catedrático de griego de la Universidad de Salamanca, que lo llamó "el genio malo" y que había ejercido una nefasta influencia sobre fray Luis de León, condenado en 1570, con sus conceptos "heréticos" sobre las Sagradas Escrituras. Este lanzaba acusaciones de heterodoxia contra la Políglota de Amberes sobre todo por no defender con suficiencia la autoridad de la Biblia Vulgata latina de san Jerónimo, consiguiendo en un principio que el Vaticano no autorizase su difusión. Ante este atropello, Arias Montano tuvo que viajar a Roma, en 1572, y presentar un ejemplar para su verificación.

La protección de Felipe II y el apoyo prestado por un amplio sector de la Compañía de Jesús formado por los grandes teólogos que le acompañaron en Trento le salvó de enfrentarse a un juicio con la Inquisición.

El futuro de la Políglota Regia se debatió durante la denominada Congregatio Concilii, donde el cardenal Belarmino dictaminó:
"Esta Congregación general ha sentenciado que nada contrario al texto latino de la Vulgata puede ser cambiado, ni siquiera una palabra, una sílaba o una letra."
El veredicto de la Biblia Regia por el papa Gregorio XIII se podía resumir en dos aspectos: primero, se aceptó que, puesto que la Biblia ya estaba impresa, el fallo definitivo debía suavizarse notablemente, en deferencia al rey de España y en atención al gasto y al esfuerzo invertidos; segundo, se daba por supuesto que si la Biblia se hubiese examinado antes de la impresión, hubiera sido condenada sin ninguna duda, puesto que mencionaba a varios herejes como autoridades escrituristas. La Congregatio dio, en definitiva, su aprobación, aunque sin mucho entusiasmo, pero el Vaticano dejó la última decisión a los teólogos españoles por motivos diplomáticos, que tras grandes disputas la aprobaron.

BENITO ARIAS MONTANO Y JUICIO DE LA INQUISICIÓN

En realidad, bajo toda esta cuestión de la Políglota se encontraba un problema central en las disputas teológicas del siglo XVI: la cuál es el verdadero texto de la Biblia. Según los escolásticos, que eran en general los más reaccionarios y estaba relacionados con la Universidad de Salamanca, el texto hebreo del Viejo Testamento se había falsificado por los rabinos; de aquí que aquellos prefiriesen la edición autorizada por la tradición católica, es decir, la Vulgata de San Jerónimo, para cuya traducción se creía que dicho santo recibió una gracia especial. En realidad, bajo ese argumento se ocultaba en España un fuerte impulso que nada tenía que ver con motivos científicos: el profundo antisemitismo de grandes sectores de la población española, que llegaba hasta el rechazo de fuentes judías en el trabajo escriturístico.

Un nuevo motivo táctico en la lucha contra el Protestantismo se unían a los anteriores. Precisamente porque Roma conocía las deficiencias de la Vulgata, temía que dar libertad en este aspecto hubiese provocado una multiplicación de nuevas traducciones, que, a su vez hubieran socavado la unidad de la doctrina católica. En realidad, ésta fue la razón de más peso para que el Concilio de Trento declarase "auténtica" la Vulgata; era una medida puramente disciplinar y defensiva.

En contra de esta actitud estaban los escrituristas no escolásticos, y al frente de ellos, Arias Montano. Este intentó aplicar un método de traducción literal basado en la erudición filológica, mediante el cual se propuso traducir exactamente lo que se hallaba en el texto original; así prefería una interpretación literal (de verbo as verbum) frente a los métodos alegóricos medievales (sensum de sensu exprime). Y con ello, en el fondo, lo que hacía Arias Montano era seguir la inspiración erasmista de "predicar a Cristo desde las fuentes", con lo que se proclamaba en representante de un sector y un aspecto poco conocidos de la Contrarreforma: el grupo de hebraístas que se aprestaban a atacar a los protestantes con sus mismas armas, es decir, el estudio filológico de los textos originales. En realidad, este biblismo español no era sino prolongación del Erasmismo de la primera mitad de la centuria, que penetraba y se expresaba en múltiples facetas del pensamiento contrarreformista. En conclusión, el pensamiento de Arias Montano no es el de un representante típico de la tradición oficial y reaccionaria de la Contrarreforma española.

FERNANDO ÁLVAREZ DE TOLEDO Y CRISTÓBAL PLANTINO

Aguantó durante un año más en Flandes, hasta 1575, acometiendo la misión secreta de ser consejero del Fernando Álvarez de Toledo
duque de Alba, gobernador general en los Países Bajos. Arias Montano admiraba al general, poniendo de manifiesto sus virtudes, pero no estaba de acuerdo en los métodos rígidos y violentos que allí desplegaba. Por eso, tras conocer la forma de ser de los flamencos, mantuvo conversaciones con el gobernador para que emplease una actitud más suave y permisiva en su política. Finalmente, influyó en su sustitución por Luis de Requesens.

Sobre el modo de gobernar en Flandes, Arias Montano escribió unos Advertimentos que forman su teoría de sabiduría política y prudencia cristiana, muy al modo de la literatura del Arbitrismo político de la época. Un correcto gobernador cristiano debería destacar por su comprensión y su bondad, por eso insistía en que "con la gente de la tierra el mostrase afable y blando en cuanto al trato y conversación, entiendo sería de gran importancia para tan buen propósito y efecto".

Sobre ética y moral del buen gobernador cristiano también escribió en latín Dictatum christianum, el mismo daño de 1575. Esta Lección Cristiana es un tratado sobre el modo de obrar del hombre y de la familia cristiana en general, pero de forma particular especifica las obligaciones de los reyes, príncipes, jueces, gobernadores, mercaderes, etc. En esta obra se nota la influencio que ejerció sobre su pensamiento Desiderio Erasmo de Rotterdam y su Manual del caballero cristiano.

MONASTERIO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL

A su regreso a España, su predilección iba a ser el retiro y descanso en su cueva ermita de Peña de Alájar, en la Sierra de Aracena. Tras permanecer un par de años, fue comisionado nuevamente por el rey para una misión cultural, la recopilación y catalogación de libros y la organización de la Biblioteca Real del Monasterio de El Escorial, enorme edificación que se estaba construyendo sobre la sierra de Guadarrama.

El origen estuvo en la biblioteca personal de Felipe II, quien fue atesorando una selecta y abundante colección de manuscritos durante todo su reinado, que se fue aumentando con la adquisición de nuevos libros por sus administradores desplegados en los territorios de la Monarquía hispánica y la donación de las bibliotecas privadas de sus grandes nobles. Durante su estancia en Amberes, Arias Montano procuraba la adquisición de manuscritos antiguos de las más diversas materias. Pero también trajo tratados relacionados con las ciencias ocultas, la magia y la cabalística.

Desde que recibió el encargo de Felipe II, en 1577, hasta la conclusión de la Biblioteca, en 1592, Arias Montano estuvo cuatro veces en El Escorial, algunos periodos duraron varios años seguidos. Nunca quiso integrarse en la vida monasterial, prefiriendo una morada en la villa, 
la casa de Sebastián Santoyo, o en Navas de Marqués. Esta actividad fue alternada con largos descansos en Peña de Alájar. Su cometido consistía en la catalogación, clasificación y ordenación de los nuevos libros que iban llegando a la Biblioteca. 

Para organizar los manuscritos árabes solicitó la colaboración del médico morisco Alonso de Castillo, consiguiendo uno de los fondos más ricos de Europa en esa lengua. Colaboró con el arquitecto Juan de Herrera y el pintor Pellegrino Tebaldi en la composición del programa iconográfico de la Sala Principal. Suya fue la idea de colocar las esculturas de los seis reyes de Judea sobre la fachada de la basílica. Por último, se encargó de separar de la totalidad un conjunto de textos de peligroso contenido esotérico, y guardarlo en otra biblioteca a parte a la que sólo podían acceder el rey y él. 

Y el resultado final fueron unos excelentes y abundantes fondos bibliográficos que formaron una de las mejores y más amplias Bibliotecas de su tiempo.

BIBLIOTECA REAL DE EL ESCORIAL

En medio de estas jordanas escurialenses, Arias Montano fue requerido para asistir al Concilio Provincial de Toledo de 1582, organizado por el cardenal Quiroga, y cuya misión fue la comprobación de los decretos del Concilio de Trento en España.

Todavía sería requerido en alguna ocasión más por el monarca, por ejemplo para examinar los misterioso documentos hallados en Granada y que fueron conocidos como libros plúmbeos o Plomos del Sacromonte.

La última fase de su vida, entre los años 1592 y 1598, repartió su tiempo entre el Convento de Santiago de la Espada, en Sevilla, del cual era prior, la Peña de Alájar, y el Monasterio Cartujo de Santa María de las Cuevas, donde murió. Benito Arias Montano nació el mismo año que su rey Felipe II, al que con tanta fidelidad sirvió, en 1527, y murió el mismo año también, 1598.

Fue enterrado en el Convento de Santiago, pero tras la desamortización de la orden sus restos fueron trasladados a la cripta de la iglesia de la Universidad de Sevilla, sede de la actual Escuela de Bellas Artes. Esta cripta es una especie de Panteón de Hombres Ilustres donde se ubica su sepulcro, contiene un bello epitafio con unos versos del literato Félix Lope de Vega dedicados en su honor para su primera sepultura:
Aquí Montano reposa
de la Biblia Sacra un sol
un Jerónimo español
y un David en verso y prosa.
No se acabará jamás,
aunque en estas losas cupo
que, si muchas lenguas supo,
son las que le alaban más.

Benito Arias Montano está considerado uno de los más grandes humanistas de la segunda mitad del siglo XVI en Europa, algo que se ha llamado Segundo Renacimiento. Su principal género literario por el alcanzó tan alta relevancia fue la escriturística y de interpretación bíblica. Destacan sus comentarios a los textos sagrados, sobre todo los Profetas y los Salmos, los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, así como varios estudios encaminados a la mejor inteligencia del texto bíblico. Por todo esto, se le ha considerado a veces "El rey de nuestros escrituristas", o también "El Jerónimo español".

La Políglota de Amberes ha sido muy elogiada y es bastante general. Gerardo Vosio la denominaba "iraculum orbis" (milagro del Mundo). Menéndez Pelayo le definió "el primer escriturario del siglo XVI" en su Historia de las ideas estéticas en España.

PEÑA ARIAS MONTANO EN ALÁJAR

Relacionada con los textos bíblicos fue el Liber generationis et regenerationis Adam (Libro de la generación y regeneración de Adán), publicado en 1593, que aborda la historia de la Humanidad desde la Creación divina hasta la llegada de Jesucristo. La otra gran obra de este género es la Naturae Historia (Historia Natural), sobre Astronomía, Geografía y Botánica, y que quedó inconclusa. Ambas obras conforman lo que él denomino su Opus Magnum (Gran Obra), por ser de creación propia y original.

Otro gran humanista europeo de su tiempo y amigo suyo fue Justo Lipsio, quien reconoció el alcance de su obra literaria en una de sus misivas:
"Las dotes que solemos admirar una a una repartidas en cada hombre, puede decir Benito Arias, que tú las has alcanzado todas juntas. ¿Qué más santo que estudiar teología?, ¿qué más raro que hablar y conocer extrañas lenguas, griego, latín, hebreo, caldeo, árabe? No solo osas leer los poetas antiguos, sino expresarte en verso."
Era un excelente poeta latino, cuya influencia le vino principalmente por Horacio, su escritor latino de referencia. Su Rhetoricarum, libri IIII, de 1569, está formada de hexámetros latinos. Es tratado de retórica en el que muestra su fidelidad hacia personajes que habían sido perseguidas por la Inquisición, como los humanistas Luis de la Cadena o Alfonso García Matamoros. Mientras que, Humanae salutis monumenta, de 1571, está compuesto de diversas odas sobre temas bíblicos. Poemata es el recopilatorio de toda su obra poética latina, publicada en 1589. Su Hymni et Saecula fue su última publicación. Por toda su abundante lírica en latín, Menéndez y Pelayo le calificó como "un Lope en los versos latinos".

Adquirió conocimientos en Medicina y cirugía durante su estudio en la Universidad de Alcalá con Pedro de Mena, más tarde médico de Felipe II, y posteriormente ampliados por las enseñanzas del gran cirujano Francisco de Arce.

LIBER GENERATIONIS Y NATURAE HISTORIA, POR BENITO ARIAS MONTANO

En cuanto a la Filosofía en sentido estricto, Arias Montano nunca llegó a escribir una gran obra. Su pensamiento siempre estuvo relacionado con la Teología y las Santas Escrituras. En ocasiones abordó temas filosóficos como la naturaleza del hombre y de Dios, los conceptos de ciencia y sabiduría, la clasificación de las cosas; en el segundo volumen de Apparatus trató temas a veces considerados filosóficos como la interpretación de la lengua santa, el lenguaje del gesto, las medidas hebraicas, la geografía bíblica, la disposición del templo, las vestiduras sacerdotales, los ornamentos del culto y la topografía de Jerusalén. Pero siempre mantuvo la desconfianza de la razón por sí sola, buscando el magisterio divino, a través de la Revelación y las Escrituras. Parece que quiso prescindir de la tradicional Escolástica, lo que le relaciona con el Humanismo de Erasmo y de Valdés.

Todo esto le convierte en un pensador independiente, que incluso se acercaba a la heterodoxia. El historiador Ben Rekers ha demostrado en su biografía Arias Montano, publicada en 1874, que perteneció a la secta espiritualista de la Familia Charitatis, a la que se convirtió durante su estancia en Amberes. Esta secta fue fundada por Henrick Jansen Barrefelt, y también fue llamada La Familia del Amor o Amigos de Dios, conocidos por los miembros como Hiël. Tenía como principio básico la "identificación personal con el Ser divino". Los familiaristas eran indiferentes respecto a la adscripción a una iglesia determinada, y por tanto había católicos como protestantes.

Se trataba de una religión personal e interior, sin sacramentos, que admitía a creyentes de cualquier adscripción. En algunos aspectos se acercaba al Erasmismo o al Neoestoicismo de Justo Lipsio. Adrián Saravia, un calvinista que tuvo conocimiento directo de la secta, escribió que "no le parece muy lejana de la de los estoicos, según la cual los hombres tienen en sí mismos la felicidad y el sumo bien, si quieren". Rekers insistió también en este aspecto, sus tendencias neoestoicas.

Arias Montano entró en la secta por la amistad que mantuvo durante sus años en Amberes con el impresor Cristóbal Plantino. Aquella relación de trabajo casi a diario entre ambos, se mantuvo mediante correspondencia epistolar cuando el teólogo regreso a Madrid. En esas misivas expresó de forma clara su adhesión a Hiël, seudónimo sólo comprensible a los iniciados, y cuya pertenencia le hacía "sentirse exiliado en su propios país", según explica Ben Rekers. No fue el único español afincado en Flandes que profesó esta idea, también pertenecía algunos discípulos del humanista judío converso español Luis Vives, ferviente erasmista que vivió en Brujas.

En cuanto a la heterodoxia de esta adscripción, no concedían importancia a la celebración de prácticas religiosas exteriores. Seguramente fue una táctica ante el peligro de parecer contrarios a los principios de la religión oficial. Pero los familiaristas, nunca actuaron contra el poder establecido del Estado ni contra el poder temporal del Vaticano, sino que simplemente ignoraban su autoridad.

IMAGINES FAMILIA CHARITATIS Y BENITO ARIAS MONTAN

La influencia del Familiarismo en la vida de Arias Montano explica la mayoría de sus actitudes políticas, religiosas e ideológicas. En los años de su estancia en Flandes, cambió su actitud respecto a la política española en aquellos dominios, desde el mantenimiento del autoritarismo y la intolerancia hasta la clemencia práctica y la tolerancia religiosa; así se constituyó un pequeño grupo, enemigo tanto de la Inquisición como del rígido sistema calvinista, que logró influir en la política española para darle un cariz más tolerante y permisivo.

En lo que respecta a su actividad como escriturario, fue determinante su pertenencia al Familiarismo en su pensamiento filosófico y teológico. La conclusión de Rekers en este sentido dice:
"Arias Montano extrajo su inspiración escriturística en este período de su vida casi exclusivamente de esta fuente espiritualista, y consideraba los escritos de Hiël casi más importantes que el texto mismo de la Biblia… Sus interpretaciones de aquellos pasajes de la Biblia que resultaban demasiado oscuros para el erudito método de Arias Montano adquirían rango de verdad exclusiva para un hombre que se había esforzado antes por alcanzar un método de exégesis literal y seguro y que había desechado la tradición alegórica medieval."
Esta forma clandestina de Erasmismo hizo su aparición camuflada de biblismo y espiritualismo en la España de finales del siglo XVI. A causa de la enorme influencia de Arias Montano en determinados círculos religiosos e intelectuales, el Familiarismo ganó una serie de adeptos, especialmente en los lugares de El Escorial y de Sevilla.

Durante la formación de la Biblioteca escorialense, surgió el primer grupo familiarista, cuya principal figura fue fray José de Sigüenza, discípulo de Arias Montano y autor de una conocida Historia de la Orden de San Jerónimo
En 1592, fue involucrado en un proceso inquisitorial, junto a su mentor Arias Montano, del que salieron rehabilitados. Años después de haber fallecido Felipe II, sus obras serían condenadas y prohibidas. En general, la trayectoria espiritual de los monjes jerónimos que custodiaban el monasterio se vio influenciada por la doctrina familiarista. No se sabe con exactitud quieren eran todos sus miembros, pero parece seguro que entre ellos estaban los padres Juan de San Jerónimo y Bartolomé de Santiago; también el prior Lucas de Alaejos.

En Sevilla, ciudad con la que mantuvo una asidua relación durante los últimos años, parece que figuraban los siguientes miembros: los biólogos Simón de Tovar y Francisco Sánchez Oropesa; los canónigos Luciano Negrón y Francisco Pacheco, el consejero municipal Diego Núñez Pérez. Algunos de los más importantes discípulos de Arias Montano durante estos años fueron Juan Ramírez Moreno y Pedro de Valencia.

SEPULTURA DE BENITO ARIAS MONTANO