DESCUBRIMIENTO DEL NUEVO MUNDO POR CRISTÓBAL COLÓN


El Descubrimiento de América fue un hito histórico trascendental tanto para España como para el resto de Occidente, el hallazgo geográfico más importante para la Humanidad.

Tuvo lugar el 12 de octubre de 1492 por la expedición española al mando del almirante Cristóbal Colón, apoyado por los capitanes Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón de las carabelas Pinta y Niña, y Juan de la Cosa de la nao Santa María.

En los comienzos de la Edad Moderna y del Renacimiento, este hecho representó el derrumbe de la concepción tradicional del Mundo formado por el Ecúmene habitado (Europa, Asia y África), generando una nueva mentalidad más abierta a conocer el espacio geográfico que rodea al hombre.

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DESCUBRIMIENTO DEL NUEVO MUNDO POR CRISTÓBAL COLÓN

El descubrimiento del Nuevo Mundo no sólo fue una empresa descubridora y colonizadora, fue una hazaña científica y técnica. A finales del siglo XV, España y Portugal eran las dos grandes potencias marítimas de Europa. La Corona de Aragón tenía una intensa experiencia marinera por su dominio del Mediterráneo, y la Corona de Castilla mantenía rutas muy seguras en el Atlántico norte, además los marinos castellanos, andaluces, cántabros y vascos comenzaban la conquista de las Canarias.

Por otra parte, Portugal, gracias a la vocación de Enrique el Navegante, llegó a las Azores, conquistó Ceuta en 1415, abrió rutas por las costas africanas, inventó la carabela, una embarcación capaz de maniobrar con cualquier tipo de viento, y fundó la Escuela de Sagres, el primer complejo científico-militar-industrial de la historia. En 1488, Bartolomé Díaz descubrió el paso del sur africano hacia oriente por el cabo de Buena Esperanza, y poco después, Vasco de Gama llegó a la India abriendo la ruta de las especias, y proporcionando riquezas a su Corona. A finales del siglo XV, Portugal era el epicentro astronómico y marítimo de Europa, atrayendo hasta sus puertos a comerciantes, traficantes, mercaderes, etc.

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ESCUELA NÁUTICA DE SAGRES

En ese ambiente de innovación técnica en la navegación y organización de expediciones marítimas surgía la figura de Cristóbal Colón, quien llegó a Lisboa en 1476. Estuvo convencido de que navegando la esfera terrestre hacia occidente era posible llegar a las Indias, demostrando la esfericidad de la tierra.

Pero en aquellos tiempos, cualquier persona culta sabía que la tierra era redonda, algo evidente desde el siglo IV a. C., con Aristóteles. Un siglo después, Eratóstenes calculó la media esférica, y de ahí la teoría pasó a Ptolomeo, que afinó aún más la medición. Desde el siglo V, existieron autores cristianos que defendieron la tesis de la esfericidad de la tierra: Isidoro de Sevilla en sus Etimologías hacia el año 600, o Beda el Venerable a principios del siglo VIII, y después Tomás de Aquino, que completaba la teoría de Aristóteles con datos de la astronomía árabe. En las universidades españolas y portuguesas del Renacimiento se enseñaba que la tierra es redonda y, además, se aceptaba una longitud casi igual a la actual: 40.000 kilómetros por el ecuador.

En el siglo XII, el geógrafo musulmán El-Edrisi, consideraba al océano Atlántico como "un mar donde nadie sabe lo que hay en él, ni puede averiguarse, por las dificultades que a la navegación oponen las profundas tinieblas, la altura de las olas, la frecuencia de las enfermedades, los innumerables monstruos que lo pueblan y la violencia de sus vientos". Era llamado Mare Tenebrosum por los cristianos y Mar de las Tinieblas por los musulmanes.

El primer paso en descubrir ese "mar tenebroso" llegó entre 1341 y 1342, cuando dos barcos de bandera portuguesa redescubrieron las islas Canarias y los archipiélagos de Madeira y las Azores.

Cristóbal Colón poseía cierta información procedente del matemático florentino Paolo Pozzo Toscarelli, al servicio de la Corte portuguesa, este era una de las grandes eminencias de la época y afirmaba que el camino occidental hacia Cipango estaba salpicado de islas que facilitaban la navegación. Buscó más información al respecto, hasta dar con el Tractatus de Imago Mundi del cardenal d'Ailly, y con unas medidas escritas por el sabio árabe Alfragano: el ecuador mediría unas 20.400 millas marinas. Pero Colón se equivocó en el cálculo, pues estaban expresadas en millas árabes (2.000 metros), unidad de medida bastante más larga que la milla latina convencional (1.480 metros) usada en Europa. Con lo que reducía las distancias a un cuarto de las reales, sustrayéndole unos 10.000 kilómetros a la circunferencia terrestre.

Con estos cálculos, Colón intentó llevar a la práctica su teoría. Lo que estuvo en discusión no fue la esfericidad de la tierra, sino la distancia que podía existir entre las costas occidentales de Europa y la isla de Cipango. Los portugueses pretendían llegar a las Indias bordeando las costas africanas, cuando en aquella época cruzar el canal de Suez y navegar por el mar Rojo era un suicidio ante el cerrojo establecido por los otomanos. La apuesta de Colón fue atravesar el Mare Tenebrosum, y llegar a Cipango (Japón) y Catay (China).

Pero Juan II de Portugal no tenía ningún interés en romper el Tratado de Alcazobas con Castilla, que le atribuía la exclusividad sobre las costas africanas, una ruta segura hasta Oriente. Además, los astrónomos y astrólogos portugueses aconsejaron a su rey rechazar la oferta de Colón, acostumbrados a tratar con marinos serios y no con aventureros mesiánicos.

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CRISTÓBAL COLÓN EN LA RÁBIDA

Ante la negativa portuguesa, Colón marchó a Palos de la Frontera, relevante puerto de la Corona de Castilla que hervía de iniciativas náuticas, como todo el suroeste peninsular. Se instaló en el monasterio de La Rábida, que además, era centro científico con demostrada innovación náutica y cartográfica.

Allí confió su plan al monje Antonio de Marchena, astrónomo de renombre, a quien expuso incluso las razones materiales de su proyecto. Este se encargó de realizar gestiones para llevarlo ante los Reyes Católicos, consiguiendo que el Real Consejo lo examinase, pero se desestimó al considerar que Cipango estaba demasiado lejos y que el viaje no ofrecía garantías.

Un año después, el 20 de enero de 1486, la reina Isabel I retomó de nuevo el proyecto sometiéndolo a una comisión de expertos en Alcalá de Henares. El veredicto fue el mismo: con las medidas reales de la circunferencia terrestre, era imposible llegar en carabela y, además, era altamente costoso. Colón ofreció su proyecto a los duques de Medina Sidonia y de Medinaceli, obteniendo una respuesta aún más negativa.

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JUNTA CIENTÍFICA DE SALAMANCA

La Corona de Castilla estaba gastando todos sus recursos en finalizar la Reconquista contra Granada, pero aun así, y a pesar de la opinión de los expertos, Isabel confió en el plan de Colón. Y es que, aunque existían certidumbres científicas bastante asentadas, como la medida real de la tierra y la distancia entre Europa y Asia, por otro lado, existía la certidumbre práctica con un cierto éxito ante la posibilidad de que hubiesen tierras intermedias entre ambas costas, que no mostraban los mapas por no ser descubiertas aún: el Nuevo Mundo. Y esa posibilidad práctica, que no técnica, fue la que motivó a los consejeros reales de los Católicos a aceptar la aventura, frente a los dictámenes de los expertos. La voluntad política pudo con la sabiduría científica.

En 1491, los Reyes Católicos estaban finalizando la Reconquista, habían establecido el campamento en Santa Fe, a los pies de la ciudad de Granada, último bastión nazarí. Liberada esta ciudad en enero de 1942, la reina Isabel se comprometió a llevar a efecto el proyecto de Colón. El 17 de abril del mismo año, ambas partes firmaban las Capitulaciones de Santa Fe, mediante las cuales se nombraba a Colón almirante de la mar Océana, virrey y gobernador de todo lo que descubriese allende los mares y la entrega de la décima parte de todo lo que obtuviese dentro de los límites del almirantazgo.

Las exigencias económicas fueron negociadas con el financiero Luis de Santángel y el secretario de la Corona de Aragón Juan de Coloma, consiguiendo dos millones de maravedíes.

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CRISTÓBAL COLÓN Y LOS HERMANOS PINZÓN

Colón marchó de nuevo a Palos de la Frontera, y con la ayuda de su amigo el franciscano Marchena, contactó con los Pinzón. Los hermanos Pinzón (Martín Alonso, Vicente Yáñez y Francisco Martín) se entusiasmaron por la propuesta y decidieron organizar los preparativos. Estos eran reputados navegantes que habían conseguido una fortuna con sus empresas mercantes y organizaron la contratación de la tripulación y la construcción de los barcos. No fue fácil conseguir una tripulación que estuviese dispuesta a navegar a rumbo incierto y sin recompensa asegurada, pero la reputación de los Pinzón fue determinante.

La expedición estaba formada por 87 hombres y tres naves: dos carabelas, Pinta y Niña, alargadas, ágiles y muy veleras, fabricadas en Palos de la Frontera para la ocasión, estaban tripuladas por personal andaluz en su mayoría y capitaneadas por Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón respectivamente; y una nao, Santa María, que era la capitana, construida en Santoña, puerto del mar Cantábrico natural de su armador, el marino, cartógrafo y espía de Castilla, Juan de la Cosa. En esta nao viajaba Colón y una tripulación casi toda de origen cántabra y vizcaína.

La carabela y la nao pertenecían a una nueva tipología de barcos más robustos que sus antecesores. Su largura permitía una mejor navegación y el empleo de velas cuadradas y triangulares indistintamente. Innovaciones tan importantes que, de no haberse dado, ningún viaje por el Atlántico hubiera sido posible hasta algún siglo posterior.

Cristóbal Colón Isabel puerto Palos
CRISTÓBAL COLÓN EN EL PUERTO DE PALOS

El 2 de agosto, Colón mandó embarcar y, tres días después, zarpar desde Palos de la Frontera. La primera etapa del viaje fueron las islas Canarias. Allí se reaprovisionaron, repararon los barcos, y modificaron el velamen para ganar seguridad. El 6 de septiembre, partieron de nuevo, y dos días más tarde engancharon el viento alisio hacia el oeste.

Adentrados en el Atlántico, se dieron una serie de descubrimientos relevantes: los pilotos constataron que la brújula no marca exactamente el norte, la estrella polar, sino que se desviaba. Calcularon por primera vez la declinación magnética, la diferencia entre el polo norte magnético y el polo norte geográfico. Un gran hallazgo científico.

En el mar de los Sagazos, descubrieron una inmensa extensión de algas que cubría esa parte del océano. Llegaron a pensar que eran aguas bajas y que podían embarrancar, por ello, arrojaron una sonda y comprobaron que se trataban de aguas muy profundas. A pesar de aprovechar siempre el alisio hacia el oeste, también descubrieron que existían vientos hacia el este, de ese modo, supieron que el tornaviaje de regreso estaba garantizado.

A principios de octubre, Colón se dio cuenta que sus cálculos estaban fallando y que las islas que esperaba encontrar se habían quedado atrás. La tripulación de la Santa María se amotinó el 6 de octubre porque nunca habían navegado tanto tiempo sin ver tierra y temían por su vida.

Finalmente, los Pinzón intervinieron para evitar desastres. Llevaban 1.000 leguas de navegación. El día 10, los propios Pinzón pusieron fecha de regreso si no encontraban tierra. La expedición hizo historia y en la noche del 12 de octubre de 1492, un sevillano vigía de la Pinta, Rodrigo de Triana, gritó "¡Tierra!", fue el primero en avistar el Nuevo Mundo.

Cristóbal Colón Nuevo Mundo Christian Ruben
CRISTÓBAL COLÓN DIVISA EL NUEVO MUNDO

Se trataba de la isla San Salvador (Watling) perteneciente al archipiélago de las Lucayas (Bahamas). Durante aquellos primeros días descubrieron la placidez de las playas y las feroces tormentas, tomaron contacto con la población autóctona y avistaron los primeros ejemplares de flora y fauna exótica.

Tras hallar el archipiélago de las Antillas mayores, entre el 28 de octubre y el 5 de diciembre de 1492, las naves se movieron por la costa oriental de la isla Juana (Cuba). Colón creyó que esta isla pertenecía a Catay, se vio mucha vegetación y frutos, pero no se vio grano de oro alguno ni noticias de la corte del Gran Khan. Y es que no fue hasta la muerte de Colón cuando se verificó que las tierras descubiertas no eran parte de Asia, sino de un nuevo continente.

Alcanzaron la isla La Española (Santo Domingo-Haití), el 6 de diciembre. Fue en esta isla donde establecieron la primera colonia cristiana en América un 24 de diciembre y a la que llamaron Fuerte Navidad. La nao Santa María encalló en un arrecife de la costa de esta isla, por lo que la mayoría de los tripulantes se ofrecía voluntaria para quedarse en el fuerte y así buscar oro, aclimatarse al lugar y aprender el idioma de los indios. Con los restos de la nave encallada construyeron un fuerte, mientras que su patrón, Juan de la Cosa, volvía a España.

La expedición de regreso partió el 16 de enero de 1493, quedando en la colonia Navidad 39 hombres al mando de Diego de Arana. Antes de llegar a la península Ibérica, sufrieron una tormenta a la altura de las islas Azores que separó a ambas carabelas; mientras que La Niña llegó a Lisboa, el 15 de marzo, La Pinta encalló en las costas gallegas.

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BULA INTER CAETERA Y TRATADO DE TORDESILLAS

En Lisboa, el almirante fue recibido por el rey de Portugal, que inició una pugna diplomática con los Reyes Católicos sobre la pertenencia de las tierras conquistadas. Esta disputa fue resuelta mediante la bula alejandrina Inter Caetera, del Papa español Alejandro VI, y se ratificaría un año después, en 1494, mediante el Tratado de Tordesillas. No obstante, este tratado no fue tan beneficioso para el Reino de Castilla como lo eran las bulas alejandrinas, ya que establecía una línea vertical de demarcación a 370 leguas al oeste de Cabo Verde y todo lo que se descubriera al este de dicha línea pertenecía al Reino de Portugal, mermando así los derechos de conquista de los castellanos.

La noticia causó furor en la Corte española. A finales abril, los Reyes Católicos recibieron a Colón como a un héroe en la ciudad de Barcelona. Toda Europa conoció su proeza gracias al relato que el marinero escribió sobre su viaje. La Carta de Colón es el primer documento impreso referente a la historia de América, un relato pormenorizado del mayor y más importante descubrimiento geográfico del hombre. El texto se tradujo al latín y recorrió con rapidez las cortes europeas, como en él podía leerse, para que la Cristiandad celebrase con "alegría y grandes fiestas" tan heroica hazaña.

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CRISTÓBAL COLÓN EN LA CORTE DE LOS REYES CATÓLICOS

Fue en las siguientes expediciones cuando Colón se adentró en el continente. En el segundo viaje, desde septiembre de 1493 hasta junio de 1496, descubrió las Antillas menores, Puerto Rico y Jamaica, además de circunnavegar la isla de Cuba.

En el tercer viaje, entre 1498 y 1500, la expedición de Colón tomaba tierra firme en la costa venezolana a la altura del río Orinoco y las islas de Trinidad y Cubagua.

El último y cuarto viaje de Colón, entre 1502 y 1504, descubrió la América central a la altura de Panamá y Honduras.

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VIAJES COLOMBINOS

Pero hay más que añadir a lo que supuso el descubrimiento del llamado Nuevo Mundo por los europeos. En los comienzos de la Edad Moderna y del Renacimiento, este hecho representó el derrumbe de la concepción tradicional del Mundo, formado por el Ecúmene habitado (Europa, Asia y África), generando una nueva mentalidad más abierta a conocer el espacio geográfico que rodea al hombre. Aquellas creencias mitológicas imaginaban un océano Atlántico habitado por cíclopes, cinocéfalos, unípodos e hipódopos; grifos, basiliscos, ave fénix, dragones y sirenas; antípodas y tierras ignotas. Desde entonces se iniciaron estudios sobre la unidad o variedad de la especie humana, origen y filiación de las lenguas, emigración de los pueblos, avances en la navegación, forma de la Tierra, dirección de los vientos, variaciones del clima, corrientes oceánicas, diversidad de la flora y la fauna, etc.

Por otra parte, la Monarquía española junto a las órdenes religiosas plantearon debates sobre la naturaleza y capacidad de los indios, trato que debía dárseles, protección, legalidad moral de la conquista, derecho de los aborígenes, etc., generando un novedoso sistema jurídico materializado en las Leyes de Indias y el Derecho Internacional de Gentes.

DESCUBRIMIENTO AMÉRICA

pintura Cristóbal Colón América Dionisio Puebla
UNA VISIÓN ROMÁNTICA DE LA LLEGADA DE CRISTÓBAL COLÓN A AMÉRICA,
POR DIONISIO PUEBLA

Descubrimiento Puerto Rico Agustín Anavitate Cordero
DESCUBRIMIENTO DE PUERTO RICO EN 1493, POR AGUSTÍN ANAVITATE CORDERO

Desembarco Colón José Granelo Alda
DESEMBARCO DE COLÓN, POR JOSÉ GRANELO ALDA

Descubrimiento América John Vanderlyn
DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA, POR JOHN VARDERLYN

GRAMÁTICA DE LA LENGUA CASTELLANA POR ANTONIO DE NEBRIJA


El humanista Antonio de Nebrija pasó a la historia de la filología por publicar su Gramática de la Lengua castellana, en 1492, la primera gramática escrita de una lengua vulgar europea, convirtiéndola en la primera lengua vernácula culta de Europa tras el griego y el latín, sentando precedente a las demás.

Fue el gran promotor del Renacimiento español durante el reinado de Isabel la Católica, publicando obras sobre Teología, Cosmografía, Historia y Pedagogía, y participando en la Biblia Políglota Complutense junto al cardenal Cisneros.

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GRAMÁTICA DE LA LENGUA CASTELLANA POR ANTONIO DE NEBRIJA

Antonio Martínez Calá y Xarava había nacido en Lebrija, Sevilla, en 1441. Fue más conocido como Elio Antonio de Nebrija, o Nebrissensis, nombre que él mismo se cambió. "Elio" era un homenaje al conquistador romano de la Bética "Elius", del cual se consideraba de algún modo un descendiente suyo; y "Nebrija" fue tomado del patronímico de su pueblo natal Lebrija, "Nebrissa" en latín.

Estudió Humanidades en la Universidad de Salamanca, institución educativa donde aún perduraba la Escolástica bajomedieval, así como Filología en latín, en griego y en hebreo, entre los años 1456 y 1460. Allí, se graduó en Gramática y Retórica. En Salamanca destacó por su originalidad y talento, por lo que se ganó un beca para estudiar en el Real Colegio de San Clemente de España, en Bolonia, donde tuvo como maestros a Martino Galeotto o Lorenzo Valla. Esta academia había sido fundada por el cardenal Albornoz para estudiante españoles en la Universidad de aquella ciudad.

Desde 1460 hasta 1470, estuvo estudiando en Bolonia, aunque también asistió a otros centros humanistas como Padua o Florencia. Estudió a fondo las lenguas bíblicas (latín, griego y hebreo) y especialmente Gramática. Mientras que se dejaba influir por el movimiento cultural del Renacimiento italiano, ampliaba sus conocimientos a materias como Teología, Medicina, Derecho, Cosmografía, Matemáticas, Geografía o Historia.

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Cuando regresó a España, en 1470, comenzó su actividad docente impartiendo clases de Humanidades en el Estudio Catedralicio de Sevilla, bajo la protección del arzobispo Alonso de Fonseca. Y contrajo matrimonio con Isabel de Solís, teniendo varios hijos.

En 1473, decidió impartir clases en la Universidad de Salamanca, con la finalidad de renovar las clases de latín según el novedosos sistema humanista que había aprendido en Italia. Fue pionero en este sentido, pues los estudios de Gramática y Retórica latina se impartían desde una concepción medieval obsoleta.

Debido a ser el primero en importar de Italia las innovaciones culturales que se estaban desarrollando en tiempos de los Reyes Católicos, Nebrija se convirtió en el gran referente del Renacimiento español. Su producción literaria fue muy amplia y variada: Teología, Historia, Cosmografía, Botánica, Derecho, Pedagogía y, especialmente, Filología y Gramática. Pensaba que para poder investigar a fondo las disciplinas filológicas eran de gran ayuda cultivar todos los conocimientos humanísticos en general.

INTRODUCTIONES LATINAE

Nebrija pensaba que la enseñanza de las lenguas clásicas era fundamental para desarrollar la nueva cultura del Humanismo. Por eso, en 1481, publicó su primera gran obra Introductiones latinae. Era una gramática latina para su estudio basado en una novedosa y original metodología. Su propósito fue elevar la enseñanza de esta lengua clásica a un mayor nivel científico, sustituyendo el anticuado y medieval método escolástico. Se dividía en dos partes: la analogía, que trataba sobre morfología; y otra parte que versaba sobre problemas de sintaxis, ortografía, prosodia, figuras de dicción y un léxico que no era muy extenso.

Esta obra consiguió una gran éxito entre la comunidad docente, se hicieron varias ediciones, y sirvió como texto de enseñanza hasta el siglo XIX. Años más tarde, en 1488, fue traducida a la lengua castellana por solicitud de la reina Isabel.

En la dedicatoria, Nebrija expuso sus ideales humanísticos: rechazar los métodos de la Escolástica, utilizar a los escritores clásicos como modelos a seguir, elevar la lengua vulgar castellana hacia un nivel cultural superior, y estudiar el latín como base de desarrollo de una ciencia humana. El latín sería el vehículo para entender las fuentes clásicas de la Antigüedad sobre Historia, Teología, Derecho, Filosofía Natural, etc. Fue el pionero, y lo expresó con estas palabras:
"Yo fui el primero que abrí la tienda de la lengua latina en España y todo lo que en ella se sabe de latín se ha de referir a mí."
A pensar de que aquellas nuevas tendencias italianas consiguieron una gran aceptación entre los estudiantes, aquel novedoso método no fue entendido por sus compañeros de claustro en la Universidad de Salamanca. Por eso, ante los intentos de ser expulsado, prefirió marcharse en 1486.

DICTIONARIUM

Dos años después, en 1488, Nebrija continuó su dedicación científica y humanista bajo la protección del Juan de Zúñiga, gran maestre de la Orden de Alcántara y arzobispo de Sevilla. En su ciudad pudo continuar con la escritura de nuevas obras literarias.

Estaba alcanzando gran fama y se había ganado la confianza de los Reyes Católicos, muy interesados en elevar el nivel cultural de España e incorporar la gran corriente cultural europea del Renacimiento. En 1490, fue consultado por la reina Isabel para analizar el proyecto del almirante Cristóbal Colón sobre la veracidad científica de la ruta occidental hacia las Indias. Aunque no estuvo de acuerdo en los cálculos, finalmente se mostró favorable a emprender aquella empresa en una muestra de visión renacentista y espíritu científico. Además, fue nombrado cronista real.

Durante esta etapa de su vida, escribió dos de sus grandes obras. El Vocabulario latino-español, publicado en 1492, y el Vocabulario español-latino, en 1495. Fue un enorme trabajo que había reunido treinta mil palabras para el primer vocabulario y más de veinte mil para el segundo. Se trataba de guías prácticas de consulta rápida, una especie de diccionario. Sobre el original se irían añadiendo nuevos vocablos tanto por Nebrija, como por sus discípulos, y tuvo una gran vigencia durante siglos. De esta manera, pudo fiar el significado de las palabras así como enriquecer el léxico castellano.

GRAMÁTICA DE LA LENGUA CASTELLANA

Durante el Renacimiento, empezaron a editarse en Europa numerosas gramáticas latinas debido al entusiasmo por la literatura grecorromana. Es destacable, por ejemplo, la gramática latina publicada por el italiano Valla en 1471, reeditada varias veces durante medio siglo, y seguramente estudiada por Nebrija durante su estancia en el Colegio de Bolonia.

Para los hombres de la Edad Media, sólo el latín y el griego eran consideradas como lenguas cultas, porque estaban dotadas de una grandeza y estructura que hacía esas lenguas merecedoras de estudio y análisis. En cambio, las lenguas vulgares se regían apenas por el gusto de los hablantes, sin necesidad de que estas fueran estudiadas o dotadas de reglas gramaticales.

En ese ambiente, el gramático sevillano tuvo la idea de aplicar el modelo de estudio de una lengua culta a una lengua romance. Así, publicó la primera Gramática de la Lengua castellana, en la ciudad de Salamanca, en 1492. Esta obra fue una revolución cultural de primer orden para la época, pues nunca antes en Europa se había publicado una gramática de una lengua vulgar. Nebrija había codificado y sistematizado de forma científica la lengua vulgar castellana convirtiéndola en culta y ennoblecida, al mismo nivel que el latín o el griego.

Constaba de cinco libros: el primero trataba la ortografía; el segundo la prosodia y la sílaba; el tercero la etimología y dicción; el cuarto la sintaxis y el orden de las partes de la oración; y el quinto eran instrucciones para el aprendizaje del idioma por extranjeros.

Además, esta Gramática incluía una descripción de los sonidos, describiendo la fonética medieval que dio origen a las consonantes castellanas como /LL/ o /Ñ/ y hacía distinción entre las sílabas átonas y las tónicas castellanas, estableciendo la función del acento en la versificación hispánica.

GRAMÁTICA DE LA LENGUA CASTELLANA

Nebrija consideraba que la gramática era la base de toda ciencia y dividió esta disciplina del saber en ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. Estableció que las partes de la oración eran ocho: nombre, pronombre, verbo, participio, adverbio, interjección y conjunción; y añadía gerundio y supino.

También consideraba al latín como lengua superior a las vernáculas y, por ello, cuanto más se acerca una lengua al latín, más perfecta sería. Por eso, su gramática castellana estuvo basada en la gramática latina. Sin embargo, la originalidad de Nebrija es patente, trayendo auténticas innovaciones en su género, mucho antes que el resto de lenguas vulgares europeas.

Nebrija intuyó que la lengua castellana se originó a partir de un latín corrompido, traído por los godos e influido por otras lenguas, que fue evolucionando durante la Edad Media sin orden ni criterio. Por tanto, era necesario el establecimiento de un conjunto de reglas y normas lingüísticas que aportasen precisión, estabilidad, homogeneidad y perpetuidad, evitando la disgregación y deformidad.

Así lo explico en el Prólogo dedicado a su reina Isabel que ofreció durante su visita a Salamanca:
"Hasta nuestra edad anduvo suelta y fuera de regla y a esta causa ha recibido en pocos siglos muchas mudanzas. Acordé ante todas las otras cosas reducir en artificio este nuestro lenguaje castellano, por lo que ahora y de aquí adelante en él se escribiese pueda quedar en un tenor, y entenderse en toda la duración de los tiempos que están por venir, como vemos se ha hecho en la lengua griega y latina, aunque sobre ellas han pasado muchos siglos, todavía quedan en una uniformidad."
ANTONIO DE NEBRIJA

El año de 1492, tuvo lugar el descubrimiento de América y del final de la Reconquista. Entonces, Nebrija le dio una dimensión política a su obra, considerando a la lengua como compañera del Imperio, un medio de comunicación e integración de pueblos reconquistados en la península Ibérica o por descubrir en la tierras del Nuevo Mundo:
"Siempre la lengua fue compañera del Imperio y de tal manera lo siguió que juntamente comenzaron, crecieron y florecieron, y después junta fue la caída de ambos."
Estaba convencido que si un pueblo era capaz de conocer a la perfección su lengua materna, asimilaría mejor todo el conocimiento que existe dentro de ella, combatiendo la ignorancia y la barbarie. De esta manera, la Gramática sería en un instrumento para alcanzar el esplendor de España sobre el Mundo y sobre la que cohesionar la expansión territorial hispánica.

La Gramática de Nebrija tuvo gran influencia en el mundo universitario español y europeo, siendo una de las cumbres del Humanismo hispánico. Recogía el legado clásico para revitalizar el estudio de las lenguas vivas. Este fenómeno cultural inspiró la publicación de otras gramáticas de lenguas vernáculas en toda Europa, a medida que sus eruditos tomaban conciencia de que sus respectivos idiomas vulgares podían ser tan nobles y cultos como el viejo latín. El italiano tuvo su primera gramática en 1529; el portugués en 1536; el francés en 1550.

ANTONIO DE NEBRIJA Y FRANCISCO JIMÉNEZ DE CISNEROS

Por su relación con la Corte, pudo conocer a Francisco Jiménez de Cisneros, arzobispo de Toledo y confesor personal de la reina Isabel. Con este otro gran promotor del Humanismo español empezó a desarrollar una fructífera colaboración. En 1502, Cisneros emprendió la elaboración de la Biblia Políglota Complutense, solicitando la participación de Nebrija, quien se encargaría de liderar al equipo de latinistas. El trabajo debía basarse en el texto latino de la Biblia Vulgata de San Jerónimo desde una perspectiva científica y crítica, acompañado de los textos en hebreo y griego, según el plan trazado por Cisneros.

San Jerónimo era considerado como el mejor traductor latino de la Biblia según la tradición eclesiástica, y su texto fue adoptado de forma general por la Iglesia para fines litúrgicos y teológicos. Con el paso de los siglos, el texto de San Jerónimo se fue corrompiendo debido a erratas y malinterpretaciones. Cisneros se propuso elaborar un nuevo texto de la Biblia Vulgata, limpio de errores y defectos, mediante un trabajo de crítica literaria.

Ahora bien, Nebrija siempre fue un filólogo muy meticuloso y prefirió utilizar como base científica el texto original en hebreo y griego, y realizar una nueva traducción latina en aquellas partes erróneas. Esta situación de desencuentro en la estrategia de afrontar la redacción del texto, hizo que Nebrija abandonase el proyecto de la Biblia Políglota Complutense sin terminarlo.

Aun así, tuvo tiempo para publicar otras obras menores en el campo de la filología castellana, como fueron las Reglas Ortográficas y un manual de Retórica, por solicitud del propio Cisneros.

UNIVERSIDAD DE ALCALÁ, CISNEROS Y NEBRIJA

Tras esta primera experiencia complutense, en 1509, Nebrija regresó a su cátedra de Retórica en Salamanca. Pero continuaron sus problemas con sus colegas, quienes no le dejaron opositar a la cátedra vacante de Gramática. Su visión renovadora y científica chocaba de frente con una escolástica tradicional.

Cisneros siempre supo valorar su potencial científico y creativo del nebrijano, por eso volvió a solicitar sus servicios para la recién fundada Universidad de Alcalá de Henares. Pretendía convertir este centro en el más humanista y renovador de España, acorde a las tendencias culturales del Renacimiento. Nebrija aceptó la propuesta en clara sintonía a su mentalidad y fue nombrado catedrático de Retórica y miembro del claustro, en 1514. En Alcalá de Henares permaneció bajo la protección de Cisneros hasta su muerte, en 1522.

Su capacidad de producción alcanzo el negocio de la imprenta. Uno de sus hijos dirigió uno de los primeros talleres de impresión que se instalaron en Salamanca. De hecho, sus Introductiones latinae fue el segundo libro que se editó por una imprenta de esta ciudad. Sabía que el invento de Juan Gutenberg estaba generando una revolución bibliotecaria y de producción de manuscritos y códices en toda Europa y quiso sumarse a esta.

Y en aquella imprenta pudo presentar sus innovaciones en la Caligrafía. En la Baja Edad Media, el estilo de letra utilizada generalmente en Castilla fue la gótica, que era muy retórica y difícil de escribir y leer. Ante esto, Nebrija inventó dos estilos de letra más fáciles y prácticas: la cursiva, que utilizó mucho, y la redondilla, que terminó por imponerse en el uso común.

Placa Centenario Antonio Nebrija Universidad Alcalá
PLACA V CENTENARIO DE ANTONIO DE NEBRIJA

Pero la obra literaria de Nebrija no fue exclusivamente filológica y caligrafía, también escribió sobre Teología, Cosmografía, Historia y Pedagogía.

Quinquagenas es la obra teológica en la que trató de explicar una serie de pasajes bíblicos desde criterios filológicos, como si fuese una obra literaria común. Por esto, tuvo algún problema con el inquisidor general y gran teólogo Diego Deza, que no permitía que la Biblia fuese interpretada fuera de sus estrictos términos teológicos.

Isagogicom Cosmografiae abordaba la disciplina de la Geografía, en la que planteaba la fijación de un sistema métrico unitario, y estableció por primera vez la medida de un grado meridiano, que fue una de sus importantes aportaciones.

Hispania Ilustrata fue la obra histórica escrita como cronista real. Es un recorrido histórico de España en general, incluyendo el reinado de los Reyes Católicos.

De Liberis educandis (Sobre la educación de los hijos) es una obra pedagógica escrita a petición del cortesano de Miguel Pérez de Almazán y que le sirviese de guía para educar a sus hijos. Y para su redacción se basó en los principios y valores de los grandes filósofos de la Antigüedad, como Quintiliano, Plutarco o Jenofonte.

ANTONIO DE NEBRIJA

SENTENCIA ARBITRAL DE GUADALUPE POR LOS REYES CATÓLICOS


La Pragmática de Guadalupe o Sentencia Arbitral de Guadalupe fue una ordenanza adoptada por los Reyes Católicos por la cual liberaba a los payeses de remensa catalanes de sus señores feudales y de cualquier lazo de servidumbre. Consistía en resolver el conflicto secular que existía entre los señores feudales y los payeses de remença del Reino de Aragón, cuyo momento crítico tuvo lugar durante la Guerra de los Remensas en el Principado de Cataluña en los años 1462-1472.

Esta sentencia fue efectuada en el Monasterio de Santa María de Guadalupe de Cáceres, el 21 de abril de 1486. Posiblemente, sería la España de los Reyes Católicos el primer Estado de Europa en aprobar una ley mediante la cual permitía que todos los súbditos fuesen en adelante igualmente libres y en abolir cualquier relación de esclavitud y servidumbre.

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SENTENCIA ARBITRAL DE GUADALUPE POR LOS REYES CATÓLICOS

Durante los siglos del XI al XV, el campesinado catalán sufrió los abusos y malas costumbres de sus señores feudales. Este estamento estaba formado por los payeses de remença, hombres de remensa o simplemente remensas. Eran los siervos de la gleba que formaban parte de la tierra de manera que no podían abandonarla si no era mediante recompra, redención o rescate, es decir mediante la "remensa". La remensa era una evolución de la servidumbre feudal. A pesar de su condición servil, su significado etimológico considera al remensa como "el que puede ser rescatado" de tal condición.

Esta situación era análoga a la de sus predecesores los esclavos, que tenían la posibilidad de obtener la libertad ahorrándose, es decir, comprándose a su amo. Por lo tanto, remesa es el precio a satisfacer por el payés para poder abandonar la tierra que cultiva.

El núcleo primitivo de los payeses sujetos a la gleba en los territorios de la Cataluña antigua tuvo su origen en los siervos y en los libertos y esclavos del período visigótico, más aquellos que resultaban expoliados en guerras y banderías. Los señores de la tierra justificaban estos malos usos en que no los habían introducido ellos, sino que cuando sus siervos estaban bajo los árabes ya estaban sometidos a la remensa y demás malos usos. Estos usatges fueron unas prestaciones especiales, existieron seis tipos: remensa, intestia, exorquia cugucia, arcia y firma de spoli; de los cuales los cuatros primeros constan como derecho escrito y los dos últimos como derecho consuetudinario, con la correspondiente sanción judicial.

LOS REYES CATÓLICOS LIBERTADORES DE LOS PAYESES DE REMENSA

Los nuevos señores feudales del siglo XI se apoderaron de los bienes y derechos condales y se convirtieron en señores absolutos en sus dominios, aplicando incluso la justicia sobre sus vasallos. En el bando señorial estuvieron también la Iglesia, las Cortes y también los reyes de la Corona de Aragón, por lo menos hasta el reinado de Joan I (1387-1396).

La alta y baja burguesía de las ciudades también se aprovechó de esta situación. Las Cortes de Cervera, celebradas en 1202, reconocieron el derecho de los señores al maltrato de sus vasallos o al expolio de sus pertenencias.

Durante más de tres siglos, los campesinos, en su hábitat aislado, no pudieron hacer frente a la conjura señorial y soportaron toda clase de excesos y malos usos que se les impuso por medio de la fuerza. Sentían cada vez más el oprobio y la dureza de su condición, lo que generó en el siglo XIV una serie de levantamientos contra la vulneración de sus derechos, actuando bajo el lema: "el tiempo de la servidumbre ya ha pasado".

Apoyándose algunas veces en los propios reyes y en otros eminentes juristas, lograron formar un verdadero sindicato entre 1448-1449, que fue la base de las reacciones futuras contra los señores, incluidas las dos Guerras de los Remesas, en los años 1462-1472 y en 1484-1485. A finales del siglo XV, la insurrección solicitó la ayuda de la Corona española para que les protegiese.

En 1486, el rey Fernando II el Católico, con la ayuda de las bandas armadas de los remensas, trató de presionar a la milicia de la Generalitat, que defendían los intereses de los señores feudales propietarios de la tierra, con la intención de arbitrar una orden real que solucionara el enfrentamiento. Finalmente, los señores y los campesinos admitieron al rey como mediador entre ambos.

Desde sus meditaciones en Guadalupe, los Reyes Católicos decidieron tirar por la vía de en medio y aprobaron las Pragmáticas de Guadalupe en mayo del 1486.

La Sentencia Arbitral de Guadalupe otorgaba la libertad personal a los payeses, y rescindía cualquier vínculo de servidumbre ante los señores de la tierra. Por la otra parte, estos se aseguraban la propiedad de la tierra. El campesino libre podía desde entonces seguir cultivando y viviendo en la tierra del propietario a cambio de un censo y bajo las nuevas leyes, podría llegar a comprar el terreno a cambio de un justo precio que podía ser pagado en cuotas, o podría abandonar libremente la tierra sin paga una remensa como se hacía antes.

PRACMÁTICA DEL MONASTERIO DE GUADALUPE POR LOS REYES CATÓLICOS

Se extinguieron definitivamente los malos usos o costumbres inicuas llamadas "consuetuds iniqües", sin que los campesinos perdieran el dominio sobre su manso. Muy importante se considera que se suprimieran también otros derechos feudales como el "jus maletractandi" o derecho de maltratar que tenía el señor desde las Cortes de Cervera de 1.202 y otros derechos feudales mayores y menores entre ellos, muy importante, el "jus primae noctis" o presunto derecho del señor a yacer con la mujer del payés la noche de bodas.

Se confirmaron las jurisdicciones señoriales, es decir, el derecho a juzgar a sus vasallos en los términos, con la posibilidad de imponer multas y sanciones en tribunales civiles, con letrados más bien próximos a los señores, y también el dominio directo de la tierra de los señores. Con la sentencia, también se obligaba a devolver a los señores, los castillos y plazas que se habían ganado durante el conflicto previo, además de imponer una multa en concepto de indemnización.

Posiblemente, sería la España de los Reyes Católicos el primer Estado de Europa en aprobar una ley mediante la cual permitía que todos los súbditos fuesen en adelante igualmente libres y en abolir cualquier relación de esclavitud y servidumbre. Según el profesor Paul H. Freedman, constituye la única abolición formal de la servitud en la Edad Media, en vísperas de la llegada de la Edad Moderna.

Esta sentencia tuvo un fuerte impacto económico en el Principado de Cataluña ya que logró una importante evolución de su sociedad campesina. Surgía el campesino libre y propietario útil del manso y la libre contratación enfiteútica.

Los remensas hicieron del campo catalán un órgano de producción más eficaz para generar mayores recursos y afrontar las nuevas exigencias de la Edad Moderna. La mayor producción en el campo repercutirá favorablemente en la economía.

CAMPESINOS PAYESES

Ahora bien, no todo el despegue económico que se generó en el Principado durante el siglo XVI fue gracias al libre campesinado. Los comerciantes catalanes se beneficiaron de la protección que ofrecía la Corona, unida por Fernando II e Isabel I, a los castellanos en los puertos marítimos andaluces que, tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, serían centros de intercambios comerciales. Por otro lado se estimuló el comercio en el mar Mediterráneo.

Las revueltas y guerras de los remensas producidas durante las últimas décadas del siglo XV generaron una quiebra de la banca catalana, que no podía hacer frente a sus deudas. La causa fue la emisión por parte de la Generalitat de títulos (censales) cuyos intereses superaban el rendimiento total de los impuestos. Se produjo un desequilibrio (desgavell) que coincide con lo que ahora se llama recesión.


Fernando no hizo distinciones: llamó a su lado tanto a banqueros y administradores como a campesinos, y puso en marcha los recursos castellanos para equilibrar la deuda enjuagándola (redreç) y otorgó a los comerciantes del Principado el monopolio de ciertos productos que, en relación con la Ferias de Medina del Campo, permitía obtener ganancias en los más diversos mercados europeos.

No es, por tanto, extraño que su nieto Carlos V gozara en Barcelona de una acogida tan afectuosa como la que tuvo. La literatura castellana del Siglo de Oro coincide con manifestar la admiración hacia Barcelona. Una situación de proteccionismo económico respaldada por la Corona que permanece hasta la tercera década del siglo XVII, cuando la economía castellana entró a su vez en un proceso de recesión.

EXPANSIÓN TERRITORIAL DE LA CORONA DE ARAGÓN