Andrés Laguna fue médico helenista, farmacólogo, botánico y humanista, del siglo XVI. Su gran aportación universal a estas ciencias fue su tratado Pedacio Dioscorides Anazarbeo. Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos, publicado en 1555.
Andrés Fernández Vázquez de Laguna nació en Segovia, en 1499. Su padre fue el médico Diego Fernández Laguna, y a él debió probablemente su vocación por la medicina, pues la ejerció en Segovia con evidente prestigio. Era un seguidor de la doctrina humanista de Desiderio Erasmo, como solía ocurrir con otros judeoconversos españoles, como por ejemplo Juan Luis Vives.
Siguiendo los testimonio de la época, L. Martín Marcos describió a Laguna de forma física en su monográfico El médico segoviano Andrés Laguna, figura universal del siglo XVI, para su obra El Adelantado de Segovia. Le describió de esta manera:
"De facciones enérgicas, nariz larga, barba negra, bien poblada, mirada fija y penetrante y cabeza bien formada. El atuendo al tipo de un personaje de su tiempo: gorra de terciopelo, tabardo con forros de piel, mangas acuchilladas y jubón hasta el cuello blanco de la camisa, alto y vuelto."
Laguna estudió dos años de Filosofía en la Universidad de Salamanca donde obtuvo el grado de bachiller.
En 1530, marchó a París, donde estudió Medicina y Filosofía en el Colegio de Francia, que entonces se consideraba innovador frente a la más conservadora Universidad de Sorbona. Allí tuvo como maestros a Pedro Danes, Jacques Toussaint y Juan Gédida en Filosofía, los cuales eran discípulos de Guillaume Budé y Láscaris. En Medicina tuvo como maestros a Silvio, Juan Winter y Juan Ruelio, autor de uno de los primeros Tratados de Dioscórides en latín, y de quien posiblemente recibiera Laguna la inspiración de elaborar uno en lengua española. Durante su estancia parisina, también estudió lenguas clásicas, y leía en el original al médico Dioscórides.
En 1534, se graduó en Medicina con el grado de bachiller. Al año siguiente regresó a España, manteniendo contactos con la Universidad Complutense de Alcalá, de Henares.
Viajó a Inglaterra, viviendo algunos años en Flandes, en la ciudad de Gante, a petición del emperador Carlos V, y haciendo herbolarios en todos los lugares a los que iba, para comprobar las prescripciones de Dioscórides.
Desde 1540 a 1545, residió en Metz, contratado como médico por la ciudad junto a su maestro Juan Winter para asistir a los enfermos de peste. En 1542, invitado por la Universidad de Colonia, pronunció el discurso Europa sese discrucians, defendiendo la unidad europea, y aludiendo a la paz.
Durante su estancia, estuvo a cargo de la labor de los furrieles y del alojamiento de la Corte, interviniendo en el funcionamiento administrativo y económico del Ejército imperial de Carlos V. Este cargo le llevó a contratar el suministro de 15.000 ducados de vituallas, adaptándose de manera rápida y con éxito a la actividad mercantil.
En 1530, marchó a París, donde estudió Medicina y Filosofía en el Colegio de Francia, que entonces se consideraba innovador frente a la más conservadora Universidad de Sorbona. Allí tuvo como maestros a Pedro Danes, Jacques Toussaint y Juan Gédida en Filosofía, los cuales eran discípulos de Guillaume Budé y Láscaris. En Medicina tuvo como maestros a Silvio, Juan Winter y Juan Ruelio, autor de uno de los primeros Tratados de Dioscórides en latín, y de quien posiblemente recibiera Laguna la inspiración de elaborar uno en lengua española. Durante su estancia parisina, también estudió lenguas clásicas, y leía en el original al médico Dioscórides.
En 1534, se graduó en Medicina con el grado de bachiller. Al año siguiente regresó a España, manteniendo contactos con la Universidad Complutense de Alcalá, de Henares.
Viajó a Inglaterra, viviendo algunos años en Flandes, en la ciudad de Gante, a petición del emperador Carlos V, y haciendo herbolarios en todos los lugares a los que iba, para comprobar las prescripciones de Dioscórides.
Desde 1540 a 1545, residió en Metz, contratado como médico por la ciudad junto a su maestro Juan Winter para asistir a los enfermos de peste. En 1542, invitado por la Universidad de Colonia, pronunció el discurso Europa sese discrucians, defendiendo la unidad europea, y aludiendo a la paz.
Durante su estancia, estuvo a cargo de la labor de los furrieles y del alojamiento de la Corte, interviniendo en el funcionamiento administrativo y económico del Ejército imperial de Carlos V. Este cargo le llevó a contratar el suministro de 15.000 ducados de vituallas, adaptándose de manera rápida y con éxito a la actividad mercantil.
Desde 1545 a 1554, permaneció en Italia, principalmente en Roma, aunque haciendo continuos viajes por la península. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Bolonia. El papa Pablo III le nombró soldado de San Pedro, caballero de la Espuela Dorada y conde Palatino; y, desde 1551, fue médico del papa Julio III. Allí comenzó su tratado médico de Dioscórides, al que dedicó todos sus esfuerzos.
En Venecia estuvo hospedado en casa del embajador español Diego Hurtado de Mendoza, humanista propietario de una nutrida biblioteca y entró también en contacto con estudiosos como Páez de Castro y el cronista real Jerónimo Zurita, que le prestaron manuscritos valiosísimos en lengua griega.
En 1554, volvía a Flandes, esta vez a la ciudad de Amberes, donde estuvo tres años. A finales de 1557, regresó a su Segovia natal. Dos años más tarde, enfermó de la causa que le produjo a la muerte, al parecer durante una comitiva que iba a recibir a Isabel de Valois en Guadalajara, prometida de Felipe II. En esa ciudad falleció, y sus restos están depositados en la iglesia de San Miguel de Segovia.
Laguna fue anatomista, epidemiólogo que contribuyó a enriquecer el conocimiento médico general, pues en su tiempo existió en la Europa del Renacimiento una revisión didáctica del saber, dando un orden al contenido de la materia médica con elaboraciones propias. Se trata de un médico filósofo, perteneciente al grupo de los teóricos y filosóficos sobre la naturaleza de la medicina.
En Venecia estuvo hospedado en casa del embajador español Diego Hurtado de Mendoza, humanista propietario de una nutrida biblioteca y entró también en contacto con estudiosos como Páez de Castro y el cronista real Jerónimo Zurita, que le prestaron manuscritos valiosísimos en lengua griega.
En 1554, volvía a Flandes, esta vez a la ciudad de Amberes, donde estuvo tres años. A finales de 1557, regresó a su Segovia natal. Dos años más tarde, enfermó de la causa que le produjo a la muerte, al parecer durante una comitiva que iba a recibir a Isabel de Valois en Guadalajara, prometida de Felipe II. En esa ciudad falleció, y sus restos están depositados en la iglesia de San Miguel de Segovia.
Laguna fue anatomista, epidemiólogo que contribuyó a enriquecer el conocimiento médico general, pues en su tiempo existió en la Europa del Renacimiento una revisión didáctica del saber, dando un orden al contenido de la materia médica con elaboraciones propias. Se trata de un médico filósofo, perteneciente al grupo de los teóricos y filosóficos sobre la naturaleza de la medicina.
ACERCA DE LA MATERIA MEDICINAL, POR ANDRÉS LAGUNA |
Fue médico personal de los Austrias Mayores: Carlos V y Felipe II. Y consiguió que Felipe II promoviera la fundación del Jardín Botánico de Aranjuez, junto al palacio que se estaba construyendo allí. Como el gran monarca español también era proclive al desarrollo de las humanidades y las ciencias, también estableció este tipo de plantaciones botánicas y centros destilatorios en Madrid, en el Pardo, en Valsaín y en monasterio de El Escorial.
Laguna trató temas literarios, históricos, filosóficos, políticos y sobre todo médicos. Tradujo y publicó varios libros de autores médicos, especialmente de Galeno y Aristóteles, cuyas ediciones van anotadas y comentadas por él. De estas obras destaca el Abecedario de los dogmas o sentencias de Galeno sobre Hipócrates. También tradujo las Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum, basadas en el Dioscórides de su maestro parisino Jean Ruelle de 1516, y que fue publicada en Lyon, en 1554.
Al margen de aquellas traducciones, sus obras medicinales principales y originales son:
Anatomia Methodus, sive de sectione humani corporis, en 1551
De articulari morbo Commentarius, en 1551
Methodus cognoscendi extirpandique excrecentes in vesicae collo corunculus, en 1551
Discurso breve sobre la cura y preservación de la peste, en 1556
Otras como Europa heautentimorumene; Sobre la vida de Galeno; Tratado de pesos y medidas medicinales; Viaje a Turquía (1557), etc.
Otras como Europa heautentimorumene; Sobre la vida de Galeno; Tratado de pesos y medidas medicinales; Viaje a Turquía (1557), etc.
Pero sería la traducción y comentario del tratado de Dioscórides su principal aportación a la medicina universal. Se trataba de la confirmación escrita de muchos años de investigación, publicándola con el nombre original griego Pedacio Dioscorides Anazarbeo, seguido del amplio y explicativo subtítulo Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Traduzido de lengua griega, en la vulgar castellana illustrado con claras y substantiales annotationes, y con las figuras de innumeras plantas exquisitas y raras, por el doctor Andrés de Laguna.
Su estudio de las materias primas y de las sustancias con propiedades terapéuticas de origen natural fue dedicado a Felipe II y publicado en Amberes, en la imprenta de Juan Lacio, en 1555, seguida de cuatro ediciones en Salamanca en el siglo XVI y seis en Valencia durante el siglo XVII.
Pedacio Dioscórides había sido un cirujano griego del siglo I, que acompañó a los ejércitos romanos de Nerón, Calígula y Claudio. Su tratado médico fue probablemente el más importante de esta materia del periodo clásico grecorromano, junto al de Galeno o el de Aristóteles. Reunía todos los conocimientos sobre la botánica y su aplicación para la medicina descubiertos en el área del Mediterráneo.
Tras la caída del Imperio romano de occidente, el tratado se pudo conservar en el Imperio bizantino y desde allí se difundió al mundo árabe, muy singularmente Al-Ándalus. Durante la Baja Edad Media, la Escuela de Traductores de Toledo se encargó de traducirlo del arábigo al latín, pero se trataba ya de una versión engrandecida con aportaciones orientales e hispánicas, y desde la ciudad castellana fue difundido a la Europa occidental cristiana. Por el contrario, en los escritorios de las abadías europeas, el tratado de Dioscórides se fue contaminando con ideas supersticiosas.
Frente a esta versión medieval contagiada de recetas mágicas y creencias sobrenaturales, Laguna elaboró un pensamiento racional y un método experimental. Por ejemplo, extrajo veneno de víboras y se lo inoculó a diferentes animales para observar sus efectos. Además, fue un médico con conciencia social que se preocupó por la salud pública, por ejemplo, denunciando el alcoholismo que sufrían personas de todos los estamentos sociales.
Fue un avanzado a su época por luchar de frente a las corrientes antiheréticas y supersticiosas teniendo el cuenta que, en la Europa protestante del siglo XVI, se estaban escribiendo novedosos libros sobre brujería y desarrollando una mentalidad inquisitorial contra los herejes.
Entrado el Renacimiento, las versiones medievales europeas del Dioscórides, escritos en griego y latín, fueron traducidas a las lenguas vernáculas: al flamenco, en 1520; al italiano, en 1542; al alemán, en 1546; al francés, en 1553; y al español, en 1555. Mayoritariamente, estos textos estaban acompañados de una amplia exposición iconográfica y pictórica.
Su estudio de las materias primas y de las sustancias con propiedades terapéuticas de origen natural fue dedicado a Felipe II y publicado en Amberes, en la imprenta de Juan Lacio, en 1555, seguida de cuatro ediciones en Salamanca en el siglo XVI y seis en Valencia durante el siglo XVII.
Pedacio Dioscórides había sido un cirujano griego del siglo I, que acompañó a los ejércitos romanos de Nerón, Calígula y Claudio. Su tratado médico fue probablemente el más importante de esta materia del periodo clásico grecorromano, junto al de Galeno o el de Aristóteles. Reunía todos los conocimientos sobre la botánica y su aplicación para la medicina descubiertos en el área del Mediterráneo.
Tras la caída del Imperio romano de occidente, el tratado se pudo conservar en el Imperio bizantino y desde allí se difundió al mundo árabe, muy singularmente Al-Ándalus. Durante la Baja Edad Media, la Escuela de Traductores de Toledo se encargó de traducirlo del arábigo al latín, pero se trataba ya de una versión engrandecida con aportaciones orientales e hispánicas, y desde la ciudad castellana fue difundido a la Europa occidental cristiana. Por el contrario, en los escritorios de las abadías europeas, el tratado de Dioscórides se fue contaminando con ideas supersticiosas.
Frente a esta versión medieval contagiada de recetas mágicas y creencias sobrenaturales, Laguna elaboró un pensamiento racional y un método experimental. Por ejemplo, extrajo veneno de víboras y se lo inoculó a diferentes animales para observar sus efectos. Además, fue un médico con conciencia social que se preocupó por la salud pública, por ejemplo, denunciando el alcoholismo que sufrían personas de todos los estamentos sociales.
Fue un avanzado a su época por luchar de frente a las corrientes antiheréticas y supersticiosas teniendo el cuenta que, en la Europa protestante del siglo XVI, se estaban escribiendo novedosos libros sobre brujería y desarrollando una mentalidad inquisitorial contra los herejes.
Entrado el Renacimiento, las versiones medievales europeas del Dioscórides, escritos en griego y latín, fueron traducidas a las lenguas vernáculas: al flamenco, en 1520; al italiano, en 1542; al alemán, en 1546; al francés, en 1553; y al español, en 1555. Mayoritariamente, estos textos estaban acompañados de una amplia exposición iconográfica y pictórica.
Laguna basó su traducción en la versión italiana, con comentarios a la Materia medicinal, que había hecho Pietro Andrea Mattioli de 1544, y su versión latina de 1554, y redactó sus comentarios durante sus años de permanencia en Italia, entre 1545 y 1554. Pero también utilizó otras fuentes, pues desde su contacto con Jean Ruelle en su etapa universitaria parisina y el estudios de sus Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum, en 1554, siempre se había interesado por la obra de Dioscórides, y le indujo sin duda a recopilar cuantas ediciones en griego, latín o lenguas vulgares iban saliendo de las prensas europeas. En su estancia prolongada en diferentes ciudades alemanas debió de consultar y adquirir ejemplares de los herbarios germánicos que por esas fechas se estaban publicando.
Toda aquella recopilación de conocimientos reunidos durante su carrera profesional le prepararon y motivaron a la traducción a la lengua española de tan completa y necesaria obra, según escribió en la Epístola nuncupatoria, al inicio del libro:
Toda aquella recopilación de conocimientos reunidos durante su carrera profesional le prepararon y motivaron a la traducción a la lengua española de tan completa y necesaria obra, según escribió en la Epístola nuncupatoria, al inicio del libro:
"Viendo que a todas las otras lenguas se había comunicado este tan señalado autor, salvo a la nuestra española, que o por nuestro descuido, o por alguna siniestra constelación, ha sido siempre la menos cultivada de todas, con ser ella la más capaz, civil y fecunda de las vulgares; y teniendo entendido los graves inconvenientes que sobrevenían a cada paso, así en aquellos vuestros reinos de España como en otras partes por la ignorancia de la materia medicinal, resolvíme de hacerle de griego español, de ilustrarse con comentarios y con las figuras de todas las yerbas, sacadas a imitación de las vivas y naturales, en beneficio inmortal de toda la patria."
Pero no sólo se propuso traducir este libro del griego al romance español, sino ampliarlo con sus conocimientos. Incluyó las observaciones sobre plantas y sus aplicaciones prácticas que logró verificar durante toda su vida, por los diferentes países que viajó, además de algunos de los remedios traídos desde el Nuevo Mundo descubierto y aceptados ya por la terapéutica del momento.
Estas ampliaciones fueron descritas por Teófilo Hernando en su capítulo El doctor Andrés Laguna, médico; perteneciente a su obra Discursos sobre Europa, publicado en 1962:
Estas ampliaciones fueron descritas por Teófilo Hernando en su capítulo El doctor Andrés Laguna, médico; perteneciente a su obra Discursos sobre Europa, publicado en 1962:
"… desde las del espino de majuelas y las plantas resineras que recogió en Segovia durante su infancia, la del erisimo, observado en París veinte años antes, las muchas examinadas en jardines y campos durante su estancia en Italia, hasta las últimas, estudiadas en Bélgica el mismo año de la publicación del Dioscórides."Además, Laguna rectificó a Dioscórides en más de 700 puntos de su obra original, y señaló los errores cometidos por Ruelle.
"… con un antiquísimo códice griego, y manuscrito del mismo Dioscórides, por medio el cual restituí más de 700 lugares en los cuales hasta agora tropezaron todos los intérpretes de aquel autor, así latinos como vulgares; por donde se puede justamente alabar toda España que le tiene ya transferido y más fielmente en su lengua española, como jamás se vió en la latina, lo cual podrán fácilmente juzgar aquellos que quisieren conferir mi traslación con todas las otras."Consideró vigentes la teoría de los cuatro humores, pero se mostró escéptico respecto a la alquimia, rechazando cuanto no tuviera confirmación empírica, excepto lo referente a productos americanos, como el antisifilítico guayaco. Los textos estaban ilustrados con 648 iconografías y dibujos sobre plantas, animales y minerales con efecto terapéutico, facilitando al lector la identificación práctica.
La obra se compone de seis volúmenes organizados de forma temática, según la morfología y terapia de los contenidos, y a su vez cada volumen esta dividido en gran cantidad de capítulos:
Volumen 1. Medicinas aromáticas, aceites, ungüentos, árboles y los licores, gomas y frutos que de ellos nacen. 147 capítulos y 102 ilustraciones
Volumen 2. Animales, miel, leche, enjundia, las legumbres y la hortaliza, añadiendo todas aquellas yerbas que se muestran al gusto agudas, como son los ajos, las cebollas y la mostaza. 177 capítulos, 180 ilustraciones
Volumen 3. Raíces, zumos, yerbas y simientes domésticas y ordinarias a la vida del hombre, como de las medicinales. 170 capítulos, 166 ilustraciones
Volumen 4. Otras especies de plantas y raíces. 194 capítulos, 192 ilustraciones
Volumen 5. Toda suerte de vinos y minerales. 140 capítulos, 5 ilustraciones
Volumen 6. De la facultad y fuerza de los venenos, y de los remedios saludables contra ellos. 69 capítulos, 3 ilustraciones
Todos los capítulos se estructuras según este esquema:
1. Nombre científico de la planta adaptado del griego al español, cuya raíz solía ser la misma en varios idiomas. Laguna solía elaborar unas Tablas universales de todos los nombres que en la obra presente según varias lenguas ocurren. La Tabla de los nombres castellanos entre los quales van algunos estrangeros, pero españolizados, contiene 1379 términos, generalmente plantas, que hacen referencia al lugar del libro donde se desarrolla la explicación.
2. Texto de Dioscórides, y con anotaciones marginales de las variantes encontradas por Laguna en los textos consultados.
3. Sinónimos de los nombres de cada planta en los idiomas en que esa planta se conocía, y que Laguna pudo averiguar: griego, latín clásico, latín bárbaro (usado por médicos y boticarios), árabe, castellano medieval (en el caso de que no coincida con el encabezamiento), portugués, catalán, italiano, francés y alemán.
4. Comentario al texto de Dioscórides, tanto botánico como terapéutico, e incluso anecdotario sobre la planta, que a veces resulta alargarse si abarca variantes de la planta, términos, transcripciones, dibujos, etc.
5. Grabado xilográfico del dibujo de la planta o animal, encabezado por el nombre latino. 648 representaciones de las plantas, casi todos en los cuatro primero volúmenes, debido a la dificultad de dibujar vinos, minerales y venenos en los dos últimos.
Cada volumen se complementa por varios documentos adicionales, añadidos por Laguna o por el impresor: tablas, licencias reales, privilegios, dedicatorias y epístola nuncupatoria, grabados, prefacios de Dioscórides y anotaciones de Laguna a dichos prefacios.
Volumen 1. Medicinas aromáticas, aceites, ungüentos, árboles y los licores, gomas y frutos que de ellos nacen. 147 capítulos y 102 ilustraciones
Volumen 2. Animales, miel, leche, enjundia, las legumbres y la hortaliza, añadiendo todas aquellas yerbas que se muestran al gusto agudas, como son los ajos, las cebollas y la mostaza. 177 capítulos, 180 ilustraciones
Volumen 3. Raíces, zumos, yerbas y simientes domésticas y ordinarias a la vida del hombre, como de las medicinales. 170 capítulos, 166 ilustraciones
Volumen 4. Otras especies de plantas y raíces. 194 capítulos, 192 ilustraciones
Volumen 5. Toda suerte de vinos y minerales. 140 capítulos, 5 ilustraciones
Volumen 6. De la facultad y fuerza de los venenos, y de los remedios saludables contra ellos. 69 capítulos, 3 ilustraciones
Todos los capítulos se estructuras según este esquema:
1. Nombre científico de la planta adaptado del griego al español, cuya raíz solía ser la misma en varios idiomas. Laguna solía elaborar unas Tablas universales de todos los nombres que en la obra presente según varias lenguas ocurren. La Tabla de los nombres castellanos entre los quales van algunos estrangeros, pero españolizados, contiene 1379 términos, generalmente plantas, que hacen referencia al lugar del libro donde se desarrolla la explicación.
2. Texto de Dioscórides, y con anotaciones marginales de las variantes encontradas por Laguna en los textos consultados.
3. Sinónimos de los nombres de cada planta en los idiomas en que esa planta se conocía, y que Laguna pudo averiguar: griego, latín clásico, latín bárbaro (usado por médicos y boticarios), árabe, castellano medieval (en el caso de que no coincida con el encabezamiento), portugués, catalán, italiano, francés y alemán.
4. Comentario al texto de Dioscórides, tanto botánico como terapéutico, e incluso anecdotario sobre la planta, que a veces resulta alargarse si abarca variantes de la planta, términos, transcripciones, dibujos, etc.
5. Grabado xilográfico del dibujo de la planta o animal, encabezado por el nombre latino. 648 representaciones de las plantas, casi todos en los cuatro primero volúmenes, debido a la dificultad de dibujar vinos, minerales y venenos en los dos últimos.
Cada volumen se complementa por varios documentos adicionales, añadidos por Laguna o por el impresor: tablas, licencias reales, privilegios, dedicatorias y epístola nuncupatoria, grabados, prefacios de Dioscórides y anotaciones de Laguna a dichos prefacios.
El tratado Acerca de la Medicina de Laguna fue realmente sobresaliente por la calidad de los conocimientos expuestos, por la precisión de las observaciones, y por la sencillez y facilidad de su comprensión. Así, los científicos españoles que no sabían latín pudieron consultar este compendio botánico y medicinal, su tenencia fue obligatoria en las boticas, su vigencia se mantuvo hasta el siglo XVIII, y propició el asentamiento de la nomenclatura botánica en español.
Pero este glosario multilingüe de nombres de plantas escritos en una decena de idiomas tenía su objetivo final la lectura y comprensión de la planta descrita por personas de diversos países, no necesariamente especialistas, sino cualquiera medianamente cultivada que desease profundizar en el mundo de las plantas medicinales, la flora de una región o la terapéutica.
La aportación de Andrés Laguna fue reconocida por un autor tan prestigioso en el campo de la historia de los herbarios como es Frank J. Anderson. Gracias al relanzamiento de la ciencia durante la Ilustración española del siglo XVIII, el médico Francisco Suárez de Ribera actualizó la obra de Laguna.
En el siglo XX, el botánico Pio Font Quer publicó Plantas medicinas. El Dioscórides depurado, en 1962, que excluía las creencias farmacológicas renacentistas de Laguna, utilizándose como guía de casera de la terapéutica familiar. En su prólogo realizó una reconocimiento al médico segoviano:
Pero Andrés Laguna, como buen hombre del Renacimiento, no puso su talento y experiencia en abordar únicamente la medicina, sino también otras disciplinas humanas. Escribió otros libros con un contenido más político, filosófico y moral, donde expuso toda su influencia del Humanismo en general y del Erasmismo en particular.
Su libro más erasmista fue Viaje a Turquía, escrito en 1557, un diálogo entre varios personajes, que quedó inédito y anónimo.
Desde el principio expuso el parecido entre las conductas por cristianos y musulmanes, pues tanto unos como otros cometen malas acciones. Por ejemplo, cuando el protagonista Pedro de Urdemalas cuenta cómo sus compañeros de galeras se complacían en los azotes que recibía, su compañero Mátalas Callando encontraba una explicación en que no fueran cristianos. Laguna hacía una relativización de la maldad humana, dando a entender que esta no depende del credo que profeses, sino de la bondad o ruindad de tu espíritu. Este principio de relatividad moral introducía un elemento de racionalización muy próximo a la mentalidad erasmistas.
Durante el viaje que hacía Pedro de Urdemalas por Italia, se repetían los tópicos de toda la literatura erasmista: las críticas a los clérigos que explotan la caridad y la credulidad de los fieles, las críticas a las reliquias y a la oración meramente verbal.
Cuando se refirió a las reliquias, el protagonista fue muy crítico con Juan de Voto a Dios, que a base de unas falsas reliquias y de unas cuantas mentiras, consiguió ganar mucho dinero. También mostró un repudio las simonías, durante su estancia en Roma, recordando las recordaba las descripciones de Alfonso de Valdés en su Diálogo de las cosas ocurridas en Roma.
El estilo siempre demostraba una tendencia positivista y naturalista, incluso realista. Según Marcel Bataillón, en su Política y Literatura en el Doctor Laguna, haciendo una referencia a su literatura narrativa, Andrés Laguna desarrolló un estilo que llamó positivo-cuantitativo, "porque hasta que se señalen otros casos creo que Laguna pudo ser un creador, y un creador que quedó único, sin seguidor, por haber quedado inédito el Viaje a Turquía".
Esos rasgos eran propios de un médico con su mentalidad conectada a lo empírico y experimental. Ya en su Dioscórides proponía que todos los médicos que han terminado su carrera pasen un periodo de prácticas en algún hospital.
Probablemente fue una tendencia común a tantos médicos de todos los tiempos, el hecho de contraponer la medicina a la teología. Así, el personaje Juan de Voto a Dios establa conversación sobre este debate:
Así lo asegura Marcel Bataillon en su obra Erasmo y España:
Pero este glosario multilingüe de nombres de plantas escritos en una decena de idiomas tenía su objetivo final la lectura y comprensión de la planta descrita por personas de diversos países, no necesariamente especialistas, sino cualquiera medianamente cultivada que desease profundizar en el mundo de las plantas medicinales, la flora de una región o la terapéutica.
La aportación de Andrés Laguna fue reconocida por un autor tan prestigioso en el campo de la historia de los herbarios como es Frank J. Anderson. Gracias al relanzamiento de la ciencia durante la Ilustración española del siglo XVIII, el médico Francisco Suárez de Ribera actualizó la obra de Laguna.
En el siglo XX, el botánico Pio Font Quer publicó Plantas medicinas. El Dioscórides depurado, en 1962, que excluía las creencias farmacológicas renacentistas de Laguna, utilizándose como guía de casera de la terapéutica familiar. En su prólogo realizó una reconocimiento al médico segoviano:
"Queríamos dar descripciones acabadas de las especies medicinales…, pormenores detallados de las condiciones en que medra la planta y de las localidades en que se cría…, relación de los principios curativos y de su localización en el vegetal; datos, lo más completos sobre sus virtudes; para terminar con la historia de la planta en sus relaciones con el arte de curar, por lo menos a partir de Dioscórides, y tomando del de Andrés de Laguna cuanto de profundo o gracioso contiene este famoso autor renacentista."
Pero Andrés Laguna, como buen hombre del Renacimiento, no puso su talento y experiencia en abordar únicamente la medicina, sino también otras disciplinas humanas. Escribió otros libros con un contenido más político, filosófico y moral, donde expuso toda su influencia del Humanismo en general y del Erasmismo en particular.
Su libro más erasmista fue Viaje a Turquía, escrito en 1557, un diálogo entre varios personajes, que quedó inédito y anónimo.
Desde el principio expuso el parecido entre las conductas por cristianos y musulmanes, pues tanto unos como otros cometen malas acciones. Por ejemplo, cuando el protagonista Pedro de Urdemalas cuenta cómo sus compañeros de galeras se complacían en los azotes que recibía, su compañero Mátalas Callando encontraba una explicación en que no fueran cristianos. Laguna hacía una relativización de la maldad humana, dando a entender que esta no depende del credo que profeses, sino de la bondad o ruindad de tu espíritu. Este principio de relatividad moral introducía un elemento de racionalización muy próximo a la mentalidad erasmistas.
Durante el viaje que hacía Pedro de Urdemalas por Italia, se repetían los tópicos de toda la literatura erasmista: las críticas a los clérigos que explotan la caridad y la credulidad de los fieles, las críticas a las reliquias y a la oración meramente verbal.
Cuando se refirió a las reliquias, el protagonista fue muy crítico con Juan de Voto a Dios, que a base de unas falsas reliquias y de unas cuantas mentiras, consiguió ganar mucho dinero. También mostró un repudio las simonías, durante su estancia en Roma, recordando las recordaba las descripciones de Alfonso de Valdés en su Diálogo de las cosas ocurridas en Roma.
El estilo siempre demostraba una tendencia positivista y naturalista, incluso realista. Según Marcel Bataillón, en su Política y Literatura en el Doctor Laguna, haciendo una referencia a su literatura narrativa, Andrés Laguna desarrolló un estilo que llamó positivo-cuantitativo, "porque hasta que se señalen otros casos creo que Laguna pudo ser un creador, y un creador que quedó único, sin seguidor, por haber quedado inédito el Viaje a Turquía".
Esos rasgos eran propios de un médico con su mentalidad conectada a lo empírico y experimental. Ya en su Dioscórides proponía que todos los médicos que han terminado su carrera pasen un periodo de prácticas en algún hospital.
"Y cierto, sería muy útil y salubérrimo a la República que ningún médico recientemente y fresco de los estudios, pudiese medicar en el reino, sin primero haberse ensayado seis o siete años en tierras extranjeras y de enemigos, o en algún hospital insigne, haciendo allí del arte medicinal mil pruebas."Lo de tierra "de enemigos" con es compatible con la ideología erasmista y probablemente se trate de un rasgo de ironía o humor.
Probablemente fue una tendencia común a tantos médicos de todos los tiempos, el hecho de contraponer la medicina a la teología. Así, el personaje Juan de Voto a Dios establa conversación sobre este debate:
"Cuestión es y muy antigua principalmente en España, que tenéis los médicos contra nosotros los teólogos."La conversación sigue su curso hasta que Mátalas Callando le plantea de frente a Pedro:
"¿Qué es la causa por que yo he oído decir que los médicos son mejores filósofos que los teólogos?"Y Pedro de Urdemalas contesta, también con claridad:
"Porque los teólogos siempre van atados tanto a Aristóteles, que les parece como si dijesen El Evangelio, y no cabe irles contra los que dijo Aristóteles, sin mirar su lleva camino, como si no hubiese dicho mil cuentos de mentiras; más los médicos siempre se van a viva quien vence por saber la verdad. Cuando Paltón dice mejor, refutan a Aristóteles; y cuando Aristóteles, dicen libremente que Platón no supo lo que dijo. Decid, por amor de mí, a un teólogo que Aristóteles en algún paso no sabe lo que dice, y luego tomará piedras para tirarlos; y su le preguntáis por qué es verdad esto, responderá con su gran simpleza y menos saber que porque lo dijo Aristóteles. ¡Mirad, por amor de mí, qué filosofía pueden saber!"En definitiva, el Viaje a Turquía de Laguna es una de los libros más erasmistas de la literatura y filosofía española. No es de extrañar teniendo en cuenta que su padre fue un judeoconverso y que vivió en Gante y en Amberes, foco difusor de la doctrina de Desiderio Erasmo, y que fue médico personal de Carlos V, también erasmista, y cuya política de unificación del Cristianismo y conciliación de Europa fue defendía por el médico segoviano en su discurso de la Universidad de Colonia. A Carlos V le había dedicado grandes elogios en la Epístola Nuncupatoria al Dioscórides, y por sus intereses trabajó en Metz.
Así lo asegura Marcel Bataillon en su obra Erasmo y España:
"Las ideas religiosas del Viaje a Turquía son exactamente las que pueden esperarse del hombre que hemos visto en Metz y en Colonia, poner su autoridad moral al servicio de la política imperial de reconciliación entre el catolicismo y el protestantismo."