La Universidad de San Marcos de Lima fue la primera institución de estudios superiores fundada en la América continental, y la que tuvo más irradiación e influencia. Su origen se encuentra en el Estudio General que se organizaba en los claustros del Convento y Basílica del Rosario, regentado por la Orden de Santo Domingo hacia 1548, en la ciudad de los Reyes de Lima, capital del Virreinato del Perú. Su objetivo principal era satisfacer las necesidades de la formación y educación del clero en el nuevo territorio conquistado del Imperio español.
Surgió esta idea en el capítulo de la Orden de Santo Domingo, celebrado en Cuzco, el 1 de julio de 1548. Poco después, el 23 de enero de 1550, unidos religiosos y miembros del cabildo limeño, decidieron enviar procuradores a la Corte para solicitar del rey la realización del proyecto.
Su fundación provisional fue propuesta por el virrey Antonio de Mendoza y gestada por el dominico de origen andaluz fray Tomás de San Martín. La iniciativa fue aprobada por real cédula fundacional del emperador Carlos V en Valladolid, el 12 de mayo de 1551. Fue la primera universidad de América en ser reconocida oficialmente por la Corona española mediante real cédula, adelantándose a la Universidad de Santo Domingo, que hasta la fecha solo era aprobada por la bula papal de Paulo III en 1538. Quedaba, pues, legítimamente constituida la Universidad, que según Francisco de Toledo iba a ser "el foco principal de la cultura en el virreinato peruano, portador de la verdad, de la civilización y del progreso".
La real cédula permitía que los cursos académicos comenzaran en el Estudio General, hasta que se diera orden de establecerlo en otro edificio más adecuado. La petición limeña exigía el mismo sistema que regía la Universidad de Salamanca; la cédula concedía aquellas exenciones pero limitados en cuanto a la jurisdicción y exención de tributos, que se les niega en un principio.
|
ANTIGUA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS DE LIMA |
En el primer claustro de profesores colaboraron en la docencia algunos dominicos llegados de la Universidad de Salamanca:
Antonio de Hervias fue uno de los primeros que obtuvo grados o se incorporó en la naciente Universidad limeña, que llegó a ser catedrático de Prima de Teología y prior-rector en 1565-1566 y 1571.
Bartolomé de Ledesma fue uno de los grandes teólogos, discípulo de Francisco de Vitoria en el Convento de San Esteban y alumno de la Universidad de Salamanca. Impartió en Santo Domingo, luego fue uno de los miembros más destacados de la naciente Universidad de México, y desde 1580 en la de Lima, con el virrey Enríquez, siempre como catedrático de Prima de Teología.
Juan de Lorenzana llegó a ser prior del convento de Lima y luego provincial, y catedrático de Prima de Teología, como los anteriores. Gran discípulo de la denominada Escuela de Salamanca, fue el nuevo Báñez a quien todos consultaban.
Luis López de Solís fue agustino, catedrático en Lima y después en Quito.
Diego de León Pinelo fue rector, conocido por su poema apologético en defensa de la Universidad de San Marcos.
Francisco de León Garavito fue catedrático de Prima de Leyes, y rector
Pedro Gutiérrez Flores pertenecía a la Orden militar de Alcántara, fue rector, visitador y reformador.
|
ESCUDO FUNDACIONAL DE LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS DE LIMA |
La acción del virrey Francisco de Toledo marcó el inicio de la Universidad de Lima. Llegó al virreinato en 1567, y obtuvo la gobernación del virreinato a finales de 1569. Se ocupó de reorganizar la universidad, dándola tres cuerpos legislativos, dotándola de rentas y de mejores leyes, y fue el promotor del derecho universitario basado en la tradición salmantina.
Toledo se puso de parte de los que preferían la independencia de la institución y restó la rectoría a los dominicos. Expuso su argumentación al rey Felipe II y la conveniencia de trasladar la sede a otro edificio propio, fuera de las dependencias de la orden. Tras la aprobación real, un auto de la audiencia del 11 de mayo de 1571 autorizaba al claustro universitario para nombrar rector laico.
A su vez, los dominicos recurrieron al Vaticano en solicitud de la confirmación pontificia de la universidad, cuya dirección querían arrebatarles. Y así fue como el 25 de julio de 1571, adquirió el grado de universidad pontificia otorgado por el papa Pío V mediante el breve Exponi
Nobis, con lo que terminó siendo nombrada como Real y Pontificia Universidad Mayor de la Ciudad de los Reyes de Lima, aunque llamada de forma coloquial como Universidad de Lima. Aquella bula confirmaba las mismas facultades y privilegios que la de Salamanca. Los dominicos se habían anticipado así a las gestiones de Felipe II ante la Santa Sede, en octubre de 1571 y mayo de 1572, para obtener la aprobación pontificia y concesión de los privilegios salmantinos a las tres universidades de Santo Domingo, Lima y México.
|
CASONA DE SAN MARCOS DE LIMA |
Su primera constitución fue aprobada por el virrey Francisco de Toledo en 1571. Contenía 43 estatutos, que estaban basados en los de la Universidad de Salamanca: las Constituciones de Martín V, base de todo el derecho universitario salmantino, y los Estatutos de 1538, con las reformas de Covarrubias de 1561. Se trataba de una Salamanca en miniatura. Después fueron aprobadas dos nuevas constituciones, en 1578 y 1581. La última era una recopilación de las anteriores, que rigió la vida universitaria durante el periodo hispánico, con adiciones provenientes de órdenes emanas de la Corona y de las reformas introducidas por otros virreyes. Estas fueron la de 1584, por el virrey Martín Enríquez de Almansa, y la de 1624, por el virrey Diego Fernández de Córdoba. Esta sucesión de constituciones daba muestra de una vitalidad legislativa en el ámbito universitario de primer orden, dejando su impronta característica en otros centros, tales como la Universidad de San Felipe de Santiago de Chile.
Por lo general, se recogen en distintos capítulos los aspectos relativos a la elección del rector y los oficiales, consiliarios y vicerrectores, doctores y maestros del claustro, de las cátedras y los catedráticos, sobre los estudiantes y oyentes, sobre el mayordomo y el secretario, etc. Es decir, todos aquellos aspectos que pueden ayudar a regular la vida universitaria en sus distintas vertientes.
La utilización de los mismo privilegios y prerrogativas de la salmantina quedaba regulada a través de una real cédula expedida por Felipe II el 31 de diciembre de 1588 por la que se concedían a los estudiantes de la limeña los mismo privilegios, libertades y exenciones que disfrutaban los estudiantes de Salamanca, sin limitaciones. Al año siguiente, la salmantina enviaba a la limeña una copia de sus privilegios para la implantación y conservación por el rectorado, a petición de la Corona mediante real cédula del 1 de marzo de 1589.
De hecho, aunque la realidad académica fue muy discreta en cuanto a los recursos económicos que poseía en sus inicios, los catedráticos pretendieron cuidar con esmero la enseñanza universitaria. Y toda aquella labor realizada desde su fundación y los resultados obtenidos, tanto por la de México como como por la de Lima, fueron tenidas en consideración por Felipe II.
|
SALA CAPITULAR DEL CONVENTO DE SANTO DOMINGO |
La Universidad de San Marcos inició sus labores con las facultades de Filosofía, de Teología y de Artes, posteriormente se crearon los cánones de Leyes y Medicina. También se erigieron las cátedras de Gramática y de Lengua Indígena. Otorgaba los grados bachiller, licenciado y doctor.
Hacia 1578, funcionaba con doce cátedras, entre ellas dos de lenguas nativas. Sobre la de Medicina, los dos primeros rectores fueron médicos.
Tanto la Universidad de México como la de Lima fueron las que más asimilaron la herencia de la Universidad de Salamanca, de su espíritu, de sus leyes y de sus costumbres. Fueron el modelo a seguir en su devenir académico hasta el punto de convertirse en prototipo oficial y Alma Máter de las siguientes fundaciones universitarias por el continente americano, sobre las que ejercieron una especie de jurisdicción, preponderancia y asesoría.
Según el catedrático de ambas Bartolomé de Ledesma, las universidades fundadas en América eran moldeadas "a imagen y semejanza de la Universidad de Salamanca", y las Universidades de Lima y México eran "como gajos desprendidos del antiguo árbol de la sabiduría
hispana, cifrada en Salamanca".
Sobre la severidad de los estudios en Lima, el licenciado Agustín Valenciano de Quiñones aseguraba:
"En esta dicha ciudad hay mucho secreto ni más ni menos que en la dicha ciudad de Salamanca y que se ha hecho y hace con toda autoridad y gasto que en Salamanca ha visto que ésta es la verdad."
Los virreyes del Perú se preocuparon eficazmente por la marcha del primer centro cultural de su gobernación. Como explica el peruano Luis Antonio Eguiguren en su Historia de la Universidad: "No sólo veían en la Universidad el poder de creación de los Reyes sino el símbolo de Salamanca, es decir, el esfuerzo por la cultura, por el perfeccionamiento espiritual."
|
SELLO DE LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS Y TOMÁS DE SAN MARTÍN |
La Universidad de San Marcos experimentó un notable crecimiento a lo largo del siglo XVII. Las reformas emprendidas durante la década de 1630 afectaron, fundamentalmente, a la provisión de cátedras, la elección del rectos y los requisitos necesarios para la matriculación. Las visitas e inspecciones a las que se sometía este institución durante las décadas centrales del siglo XVII permitieron corregir algunas deficiencias en el sistema de provisión de cátedras, tan sometidos al chantaje y la extorsión. Precisamente, las cátedras de Teología y Sagrada Escritura, reunían "el tesoro de la Sabiduría", según textos de algunos cronistas de la época.
Una
de las reformas afectó a la participación del estudiantado en las
elecciones universitarias, privándose de un derecho adquirido y
reconocido por la Universidad de Salamanca. La protesta de los
estudiantes limeños, a mediados de la década de 1680, levantó tal
revuelo que se recuperó el derecho al voto no solo para cierto
número de bachilleres, que podrían ejercerlo durante dos años,
sino también para quienes pertenecían al gremio de los manteístas,
es decir de los estudiantes no colegiales.
Esta
institución se fue convirtiendo en el principal centro de formación
con el que el rey de España proveía a sus administraciones
virreinales de gobierno y de justicia, también en el estamento
eclesiástico, síntoma claro de su fructífera labor docente. Esto
fue tenido en cuenta desde la metrópoli peninsular, y se estimaban
los grados conferidos en las Universidades de Lima y de México. La
real cédula del 24 de noviembre de 1698 expresaba que gozaban de la
misma consideración y prerrogativas que los grados peninsulares.
Según las Reales cédulas de la Real y Pontificia Universidad de México, por J. Tate Lanning, de 1946:
"… como universidades que están en el cuerpo de estos reinos deben ser admitidos los grados de los de Lima y México para las prebendas de oposición de las iglesias de España y que los naturales de aquellos reinos deben gozar de los mismo honores y prerrogativas que los nacidos en Castilla, como siempre se ha practicado sin controversia, habiendo obtenido todo género de puestos y dignidades."
|
CASONA DE SAN MARCOS DE LIMA |
Existe
un testimonio elocuente del progreso que había obtenido la San Marcos
en la primera mitad del siglo XVII, por el avance de sus estudios,
por el número creciente de sus cátedras y por la cantidad y calidad
de sus graduados. Se trata de la defensa de la Universidad de Lima
que hizo el alumno en Salamanca y rector y catedrático de Cánones en
Lima, Diego de León Pinelo, frente al ataque que hizo el humanista
flamenco Justo Lipsio desde su Universidad de Lovaina. Lipsio hizo un
recuento de las academias que a través de Lovaina han ido surgiendo,
pero se olvidó de las de América, donde según él reinaba la
barbarie.
La
obra Alegato apologético en defensa de la Universalidad limense es
un apología en estilo poético, gongorista y exaltado, dividida en
se divide en veinte capítulos. Realiza una breve enumeración de las
academias hispanoamericanas y, con respecto a la limeña, ofrece una
confirmación de sus documentos y Constituciones en su fundación a
imagen y semejanza de la salmantina, la única que la supera.
"Ninguna otra, numerosa la superará excepto una, la Universidad de Salamanca, que también es mía. Madre más antigua que aquella en la cual
consumí siete años de estudios, hijo suyo soy, con gusto cedo, y esta Academia Limense cede, por voto y constitución, como hija y como heredera de las opiniones, Constituciones y privilegios de la Academia viviente, que con derecho justamente transmite esta herencia."
Además de la universidad, Lima contaba con otras instituciones educativas, donde se concentraba buen parte de la juventud de la ciudad:
1. el Colegio Mayor y Real de San Felipe y San Marcos
2. el Colegio Mayor y Real de San Martín
3. el Real Colegio de San Carlos, surgido de la fusión de los otros dos, que se centró en Derecho y Letras.
4. el Real Colegio de San Fernando, enfocado en Medicina y Cirugía
5. el seminario de Santo Toribio
Durante el siglo XVIII, la Universidad de San Marcos experimentó su máximo esplendor académico, pues como escribió el polígrafo Antonio de León Pinelo "doctores y estudiantes, no claustros y aulas hacen las universidades". Los actos universitarios se celebraban con glamur y solemnidad, sobre todo cuando la ceremonia permitía a los estudiantes estar cerca de los familiares de la casa real.
En 1771, se emprendió un dilatado programa de reformas. El catedrático en Leyes, José de Baquijano y Carrillo, intentó reformar algunos capítulos de las constituciones, como explicó en su Reglamento para la Real Universidad de San Marcos, publicado en 1816.
|
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS |
La universidad adquirió un prestigio hasta entonces desconocido, fue el centro impulsor de una serie de fundaciones universitarias que se inspiraron en ella y la tomaron como modelo. De ella salieron muchas personalidades de gran preparación para el gobierno eclesiástico y civil, con una historia estrechamente vinculada a la capital del virreinato.
Como llegó a señalar Luis A. Eguiguren:
"Lima es también la capital verdadera de las colonias de España. Se convierte por tal motivo en el ágora de la acción política, llegando hombres representativos, sabios y eruditos, catedráticos y publicistas."
Su historia de más de cuatrocientos años ha formado a conquistadores y virreyes, libertadores y próceres, caudillos y militares, científicos y literatos. En sus aulas se instruyeron las élites peruanas y se preparó a los dirigentes intelectuales y estadistas de la República del Perú, donde extrajeron enseñanzas tan reconfortantes como las del respeto al ser humano o la libertad en su auténtico sentido.
Sobre su importancia, el escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo en reconocimiento como Alma Mater de la universidad:
"Los años sanmarquinos fueron para mí fundamentales desde el punto de vista intelectual, desde mi formación literaria y también desde mi formación cívica. Nunca me he arrepentido de haber ingresado a la Universidad de San Marcos y haber pasado aquí seis años.
[...] San Marcos había sido a lo largo de su historia una institución inconforme, rebelde, donde se había soñado con un porvenir distinto
para nuestro país. De esta universidad, no hay que olvidarlo, han
salido las grandes figuras intelectuales del Perú, figuras que tanto
en los dominios científicos como en las humanidades han representado
la flor y nata de nuestro país.
[...] San Marcos es una institución
antigua, como decía Arguedas, la antigüedad es un valor, y pues uno
de los valores peruanos es esta universidad, la más antigua de
América, siempre un foco extraordinario de ciencia, de trabajo
intelectual, de investigación, de creación, y también una
institución que ha luchado incesantemente por la libertad, por un
mundo mejor que el que tenemos, por un mundo de mayor igualdad, de
mayores oportunidades, de mayor tolerancia, un mundo sin violencia,
sin represión, un mundo que esté de alguna manera a la altura de
las mejores cosas que ha dado a lo largo de la historia nuestro
país."
|
FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS |
El caudillo Simón Bolívar fue envestido Doctor Honoris Causa por
esta institución en cuyo discurso se refirió con este texto:
"Señores,
al pisar los umbrales de este Santuario de las Ciencias yo me sentí
sobrecogido de respeto y de temor y al verme ya en el seno mismo de
los sabios varones de la célebre Universidad de San Marcos yo me veo
humillado entre hombres envejecidos en las tareas de profundas y
útiles meditaciones, y elevados con tanta justicia al alto rango que
ocupan en el orbe científico. Desnudo de conocimiento y sin mérito
alguno vuestra bondad me condecora gratuitamente con una distinción
que es el término y la recompensa de años enteros de estudios
continuos.
[...] Señores: Yo marcaré para siempre este día tan
hermoso de mi vida. Yo no olvidaré jamás que pertenezco a la sabia
Academia de San Marcos. Yo procuraré acercarme a sus dignos
miembros, y cuantos minutos me pertenezcan después de llenar los
deberes a que estoy contraído por ahora, los emplearé en hacer
esfuerzos para llegar si no a la cumbre de las ciencias en que
vosotros os halláis, al menos en imitaros."
Desde su fundación nunca suspendió su actividad docente ni fue cerrada,
ni siquiera durante el conflicto de independencia con España o con
posterioridad por conflictos internos, algo que ocurrió en muchas
universidades hispano-americanas. Y es la que mayor tiempo ha
funcionado desde su apertura, superando a la Universidad de Santo
Domingo, que estuvo clausurada buena parte del siglo XIX.
Este hecho hace que la actual Universidad Nacional Mayor de San Marcos figure en documentos y publicaciones oficiales con el lema "Universidad del Perú, Decana de América".
El origen salmantino y espíritu hispánico en el que se fundaron las Universidades de Lima y de México y otras tantas derivadas de ellas ha perdurado a lo largo de los siglos, siendo en la actualidad un símbolo de identidad hispanoamericana.
|
UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS DE LIMA |