Filósofo, novelista, periodista e ideólogo, Ramiro Ledesma pasó a la historia de la política española por ser el fundador de las Juntas Ofensivas Nacionales Sindicalistas (JONS) y uno de los teóricos que más influencia ejerció en la concepción del movimiento político conocido como Nacional-Sindicalismo.
Ramiro Ledesma Ramos nació en Alfaraz de Sayago, Zamora, el 23 de mayo de 1905, en el seno de una familia de maestros y clase media, fue el cuarto hijo de Manuel Ledesma Herrero, maestro de escuela, e Isabel Ramos Marcos. Por motivos laborales la familia se trasladó al vecino pueblo de Torrefrades, donde Ramiro pasó gran parte de su infancia y toda su adolescencia. Sació su curiosidad juvenil en la biblioteca de su abuelo, y en 1921 obtuvo plaza de oficial de Correos, destinado en 1922 al Correo Central de Madrid. En esta ciudad se matriculó en el Instituto de San Isidro.
En 1926 inició sus estudios universitarios y adquirió las licenciaturas en filosofía y letras, y en ciencias físicas y matemáticas por la Universidad de Madrid, recibiendo además de licenciatura en derecho a título póstumo, así como el reconocimiento posterior del régimen franquista con la Palma de Plata del Movimiento. Discípulo de José Ortega y Gasset, Manuel B. Cosío y Fernando de los Ríos profundizó en el estudio del filósofo Martin Heidegger y colaboró, desde muy joven, en La Gaceta Literaria, revista literaria donde se expresaba la Generación del 27, que a partir de 1930, dirigida por Ernesto Giménez Caballero, derivaría hacia posturas de inspiración fascista, y también colaboró en la Revista de Occidente. Por esta época escribió, también El Sello de la Muerte, y El Quijote y nuestro tiempo.
Entabló contacto con Ernesto Giménez Caballero, César Muñoz Arconada, Agustín de Foxá, Salvador Dalí y otros intelectuales y artistas españoles. Se dio a conocer escribiendo artículos en La Gaceta Literaria, La Revista de Occidente y El Sol, y asistiendo y destacándose en el Ateneo de Madrid.
Admiró al fascismo italiano y al nacional-socialismo alemán, pero motivado por los textos de Curzio Malaparte, quien articuló las bases del nacional-sindicalismo en España. Esta era una doctrina estatalista partidaria de la planificación económica, calificada como sindicalismo nacional.
Pero sus tesis estuvieron durante un tiempo influidas por la línea ideológica de revolucionarios heterodoxos franceses e italianos como Georges Eugéne Sorel y por algunos aspectos, prácticamente estéticos, del sindicalismo anarquista. Con todo, lo que realmente preocupó a Ramiro Ledesma Ramos fue:
1. el abandono de las tácticas de aproximación a los intentos subversivos de los anarcosindicalistas
2. un afán de crear su propia doctrina
3. la unidad de España
4. el respeto a la tradición religiosa
En su ideario se manifestó en oposición radical al marxismo, demandó una revolución social y económica, a base de la sindicación obligatoria, también estuvo a favor de la intervención nacional de la riqueza y la plena dignificación de los trabajadores. Para su difusión, se sirvió de los 23 números del semanario La Conquista del Estado, reflejo del italiano La conquista dello Stato, en la que propugnaba una política no parecida a la de los nazis, sino a la de los socialistas de Benito Amilcare Andrea Mussolini, que no es lo mismo. Entonces tenía 25 años cuando ocupó la dirección de esta revista, cargo que efectuó desde marzo a octubre de 1931, coincidiendo este momento con su irrupción en la política activa. Junto a él colaboraban principalmente Giménez Caballero, Juan Aparicio, Souto Vilas, Emiliano Aguado, y Bermúdez Cañete entre otros.
Justificaba su cambio ideológico con respecto a sus años en Revista de Occidente de esta manera:
Inmediatamente después difundió Libertad, y el 30 de noviembre de 1931 fundó las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (J. O. N. S.). Su espíritu respondía a una profunda inquietud social y a una actitud Nacional Sindicalista. Según su fundador:
En 1926 inició sus estudios universitarios y adquirió las licenciaturas en filosofía y letras, y en ciencias físicas y matemáticas por la Universidad de Madrid, recibiendo además de licenciatura en derecho a título póstumo, así como el reconocimiento posterior del régimen franquista con la Palma de Plata del Movimiento. Discípulo de José Ortega y Gasset, Manuel B. Cosío y Fernando de los Ríos profundizó en el estudio del filósofo Martin Heidegger y colaboró, desde muy joven, en La Gaceta Literaria, revista literaria donde se expresaba la Generación del 27, que a partir de 1930, dirigida por Ernesto Giménez Caballero, derivaría hacia posturas de inspiración fascista, y también colaboró en la Revista de Occidente. Por esta época escribió, también El Sello de la Muerte, y El Quijote y nuestro tiempo.
Entabló contacto con Ernesto Giménez Caballero, César Muñoz Arconada, Agustín de Foxá, Salvador Dalí y otros intelectuales y artistas españoles. Se dio a conocer escribiendo artículos en La Gaceta Literaria, La Revista de Occidente y El Sol, y asistiendo y destacándose en el Ateneo de Madrid.
Admiró al fascismo italiano y al nacional-socialismo alemán, pero motivado por los textos de Curzio Malaparte, quien articuló las bases del nacional-sindicalismo en España. Esta era una doctrina estatalista partidaria de la planificación económica, calificada como sindicalismo nacional.
Pero sus tesis estuvieron durante un tiempo influidas por la línea ideológica de revolucionarios heterodoxos franceses e italianos como Georges Eugéne Sorel y por algunos aspectos, prácticamente estéticos, del sindicalismo anarquista. Con todo, lo que realmente preocupó a Ramiro Ledesma Ramos fue:
1. el abandono de las tácticas de aproximación a los intentos subversivos de los anarcosindicalistas
2. un afán de crear su propia doctrina
3. la unidad de España
4. el respeto a la tradición religiosa
Justificaba su cambio ideológico con respecto a sus años en Revista de Occidente de esta manera:
"Toda novedad auténtica está condenada por radical designio, a no ser comprendida. Es el caso de las juventudes cuando acometen la creación de nuevos estilos de vitalidad."El periódico estaba vinculado a dos consignas fundamentales: nacionalismo profundo y revolución de carácter económico-sindical. Por ello, Ledesma fue encerrado durante diez días en la cárcel Modelo de Madrid, acusado de complot contra la II República Española. El 25 de julio de 1931 es suspendido el periódico no reanudando la publicación hasta el mes de octubre, en cuyo número, se anunciaba la próxima fundación de la organización política.
Inmediatamente después difundió Libertad, y el 30 de noviembre de 1931 fundó las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (J. O. N. S.). Su espíritu respondía a una profunda inquietud social y a una actitud Nacional Sindicalista. Según su fundador:
"Las JONS equivalían al abandono de las tácticas de aproximación a los intentos subversivos de los anarcosindicalistas. Un afán de crear la propia doctrina. Quieren la unidad intangible de España. Postulan el respeto a la tradición religiosa. Llaman de modo preferente a las juventudes, no admitiendo en su seno sino a los españoles mayores de cuarenta y cinco años. Manifiestan su incompatibilidad radical con el marxismo. Y representan una demanda imperiosa de revolución social-económica, a base de la sindicación obligatoria, la intervención nacional de la riqueza y la dignificación plena de los trabajadores."
En la creación de las JONS participaron Juan Aparicio López, Antonio Bermúdez Cañete, Roberto Escribano Ortega, Ernesto Giménez Caballero, Ramón Iglesias Parras, Francisco Mateos González, Alejandro M. Raimúndez, Antonio Riaño Lanzarote y Manuel Souto Vilas.
En abril de 1932, Ledesma pronunció una conferencia en el Ateneo de Madrid sobre el tema El fascismo frente al marxismo, que no pudo terminar por las protestas del público, aunque alcanzó resonancia en la prensa.
El 10 de agosto de 1932, fue detenido a consecuencia de los sucesos anti-republicanos, desgracia que se repitió a finales de enero de 1933 para cumplir una condena de dos meses. Al salir de la cárcel participó en el consejo de Redacción del recién creado El Fascio, semanario que dirigió Delgado Barreto, del que salió un solo número y en cuyo consejo de redacción participaron Giménez Caballero, Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Sánchez Mazas y Juan Aparicio.
En abril de 1933, viajó a Portugal, donde estaba exiliado Onésimo Redondo, y decidieron fundar la revista JONS, como órgano teórico de la organización y cuyo primer número salió a la calle en mayo de aquel mismo año.
Tres meses después volvió a ser encarcelado, esta vez en el penal de Ocaña, acusado de complot contra la República.
Y al recuperar la libertad en agosto se dirigió a San Sebastián, donde, por mediación de José María de Areilza, se entrevistó con los dirigentes falangistas José Antonio Primo de Rivera (hijo de Miguel Primo de Rivera), Julio Ruiz de Alda (aviador, pionero de la aviación española) y Alfonso García Valdecasas.
En octubre de 1933, asistió al acto fundacional de la Falange Española en el teatro de La Comedia, y durante los días 11 y 12 de febrero de 1934, reunió al Consejo Nacional de las JONS para discutir una posible unificación con la Falange.
Aceptadas las bases del acuerdo, la fusión entre ambas formaciones políticas se produjo en febrero de 1934 por iniciativa de Ledesma. La estructura jerárquica adoptada fue la de una junta de Mando Nacional formada por José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma Ramos, Julio Ruiz de Alda, Onésimo Redondo, Raimundo Fernández Cuesta y Rafael Sánchez Mazas. Puede ser que las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista fueran más violentas que Falange Española, pero ni por entusiasmo hacia Hitler, ni por oratoria demagógica.
Desde entonces esta formación política se denominó se llamó Falange Española y de las JONS y tuvo a la cabeza, hasta septiembre de 1934, un triunvirato dirigente formado por Ruiz de Alda, Primo de Rivera y Ledesma Ramos. Debido al resurgimiento de ciertas discrepancias, en el mes de septiembre, el triunvirato delegó sus funciones ejecutivas en Primo de Rivera, que convocó el primer Consejo Nacional de F. E. y de las JONS. En éste, y a propuesta de Sánchez Mazas, fue nombrado jefe nacional Primo de Rivera y presidente de la junta política a Ledesma, que previamente había aceptado la jefatura de aquél.
Poco después de la Revolución de octubre en Asturias y Cataluña, Ledesma propuso que el partido, de acuerdo con jóvenes mandos del ejército, pasara a la acción armada. En la primera decena de noviembre redactó, por encargo de la junta, el Anteproyecto de los Estatutos que contenían los veintisiete puntos de la Falange, que serían retocados para su aprobación definitiva por Primo de Rivera.
A la salida de la reunión se decidió, junto con Onésimo Redondo, Sotomayor y Manuel Mateo, separar ambas fuerzas partidistas, es decir, regresar a la situación inicial; escisión que se llevó a efecto en enero de 1935.
La ruptura entre Primo de Rivera y Ledesma fue más por la presencia en el mismo partido de dos tendencias extremas en los escalones de mando inmediatamente a ellos, que por una intransigencia personal de ambos.
Por una parte, los miembros procedentes de las JONS veían en los falangistas hombres más preparados intelectualmente pero dudaban en cuanto a su capacidad revolucionaria, procedentes como eran de capas burguesas y acomodadas.
A su vez, los falangistas recelaban de los jonsistas, que al ser en su mayoría de origen obrero podrían proletarizar en extremo peligroso a la Falange y especialmente por la presencia, de entre aquellos, exmilitantes de la izquierda que pretendían conservar modos y tácticas troskistas.
La escisión de las JONS con respecto a Falange Española también tuvo interpretaciones distintas por parte de los miembros de ambas formaciones.
Los antiguos jonsistas interpretaron su salida como fruto de su disconformidad con la evolución de FE de las JONS, próxima al reformismo burgués y alejado de la Revolución del proletariado que decían defender sus partidarios. Es de consideración que José Antonio Primo de Rivera, líder indiscutible de Falange Española, fue hijo de un capitán general de Cataluña primero, y presidente del Gobierno después, entregado principal y fundamentalmente a la mejora económica de España. Por eso tuvo razón Falange, que consideró que el verdadero motivo de la separación de Ledesma fue la disconformidad ideológica de Falange a ser proletariamente revolucionaria, y preferir oposición parlamentaria a la lucha callejera para vengar la violencia que contra ellos se estaba haciendo por parte de las Juventudes Socialistas.
En cambio, la literatura falangista dio énfasis a las diferencias teóricas y políticas, pero fundamentalmente fueron el resultado de las ambiciones personales de ambos lados.
En cualquier caso, tras la ruptura de Falange Española con respecto a las JONS, Ledesma intentó sin éxito reactivar su partido como grupo independiente manteniéndose alejado de Falange. Pero nunca logró tener un número suficiente de miembros para viable el proyecto político, mientras que la Falange aumentaba progresivamente sus filas.
La nueva agrupación sacó un nuevo semanario, La Patria libre, que polemizó agriamente con Falange. En el mes de mayo publicó su libro Discurso a las juventudes de España. En noviembre del mismo año firmó su obra Fascismo en España (sus orígenes, su desarrollo, sus hombres) bajo el seudónimo de Roberto Lanzas en el que señaló que "para ellos su escisión y rompimiento con Falange equivale, de hecho, a la liquidación definitiva de una concepción que les era preciso superar" y terminó con estas palabras:
"A Ramiro Ledesma y a sus camaradas les viene mejor la camisa roja de Garibaldi que la camisa negra de Mussolini."
En mayo de 1936 visitó a José Antonio en la cárcel Modelo de Madrid y se ofreció a Falange sin condiciones.
En el mes de julio editó el primer y único número de la revista Nuestra Revolución. Durante ese mes, el 18 de julio se produjo el levantamiento militar del general Francisco Franco contra la II República dando comienzo la Guerra Civil.
Entonces, fue detenido e ingresado en la prisión de las Ventas, en Madrid, por su supuesta vinculación con los sublevados y defender ideales del nacional-sindicalismo contrarios al régimen.
El 29 de octubre de 1936 fue sacado, junto con Ramiro de Maeztu y los hermanos Borbón, para ser fusilado por los republicanos en Aravaca. El mismo fin también tuvo su camarada José Antonio Primo de Rivera.
Y tal condición lo elevó al martirologio franquista, aunque su programa ideológico quedó condenado al ostracismo e inaplicado por el régimen de Franco. Le fue otorgado a título póstumo la Palma de Plata del Movimiento.
En el mes de julio editó el primer y único número de la revista Nuestra Revolución. Durante ese mes, el 18 de julio se produjo el levantamiento militar del general Francisco Franco contra la II República dando comienzo la Guerra Civil.
Entonces, fue detenido e ingresado en la prisión de las Ventas, en Madrid, por su supuesta vinculación con los sublevados y defender ideales del nacional-sindicalismo contrarios al régimen.
El 29 de octubre de 1936 fue sacado, junto con Ramiro de Maeztu y los hermanos Borbón, para ser fusilado por los republicanos en Aravaca. El mismo fin también tuvo su camarada José Antonio Primo de Rivera.
Y tal condición lo elevó al martirologio franquista, aunque su programa ideológico quedó condenado al ostracismo e inaplicado por el régimen de Franco. Le fue otorgado a título póstumo la Palma de Plata del Movimiento.
Principales obras: artículos y escritos diversos en órganos de partido y cabeceras como La Gaceta Literaria, Revista de Occidente, El Debate, La Nación, Informaciones y Heraldo de Madrid; Fascismo en España; Discurso a las juventudes de España; El Quijote y nuestro tiempo (ensayo); El Sello de la Muerte (novela); La hora romántica; El escepticismo y la vida; Ideas. El escepticismo y la vida; Escritos filosóficos.
Otros libros: Croce, Filosofía práctica (1927); El matemático Rey Pastor (1928); Otto Braun: Aus nachgelesseneu Schrifften eines frühvollendeten (1928); Tres libros de filosofía (1928) y la traducción de Mathematische philosophie, de W. Brand y M. Deutschbein.
Entre sus artículos merece que destaquemos La Filosofía, disciplina imperial (1931). Y también Hans Driesch y las teorías de Einstein (1928), El causalismo de Meyerson (1929), etc.
Sobre él se han escrito más de 170 publicaciones, y artículos en La Conquista del Estado, JONS, La Patria Libre y Nuestra Revolución.