ARBITRISMO POLÍTICO-ECONÓMICO


El Arbitrismo es un movimiento de pensamiento político y económico surgido durante la segunda mitad del siglo XVI con el objetivo de aumentar los ingresos monetarios y reducir la presión financiera de la Monarquía española. Basada en planes tendentes a diagnosticar y solucionar la decadencia económica que sufría el Imperio, el Arbitrismo estuvo relacionado con la Escuela económica de Salamanca y elaborada por tratadistas políticos. Supuso la aparición de  la primera literatura económica, precedente del Mercantilismo de otras naciones europeas, como Francia e Inglaterra.

ARBITRISMO POLÍTICO-ECONÓMICO

Se denominaba "arbitrio" a la toma de decisiones que la Monarquía adoptó para su propio beneficio en ejercicio de su soberanía y bajo su autoridad, tan típico de la época de los Habsburgo. En la práctica, el Arbitrismo fue el estudio de la decadencia económica española de la época, y los remedios para superarla.

En plural, "arbitrios" era un nombre que se daba a ciertos impuestos que captaban fondos para gastos públicos. El término arbitrio se encontraba ya en las actas de Cortes de 1558. En ellas figura la preparación de “diversos arbitrios para aumentar las rentas públicas”.

En definitiva, los arbitrios trataban de enjuagar dentro de lo posible la carestía de la Real Hacienda tras la muerte aquel año del emperador Carlos V, gravemente endeudado con los prestamistas europeos que financiaban a la Corona española sus inacabables guerras mediante elevados intereses. Además, las nupcias del rey ascendente Felipe II con Isabel de Valois contraían más necesidades de financiación.

Este tipo de arbitrios consistían en transacciones comerciales basados en la venta de oficios públicos, títulos de hidalguía, dignidades eclesiásticas, tierras baldías, entre otras.

Mientras tanto, la Corona trató de adquirir avisos y memoriales que propusieran soluciones contra la falta de financiación del Estado, cuyo resultado tuvo un gran éxito de participación. Los economistas fueron los primeros que apreciaron la decadencia histórica que arrastraba la Monarquía.

Aparecía, entonces, la figura del arbitrista o memorialista que era aquella persona que exponía ante la Corte un plan político, económico o social de carácter reformista, es decir un arbitrio. En el siglo XVIII, el Diccionario de Autores recogió este concepto, definiéndolo como el que "discurre y propone medios para acrecentar el erario público, o las ventas del príncipe".

El memorando o real arbitrio podía ser atendido o rechazado tras previo análisis por una Comisión o Junta sin recurso posible por parte de su autor, hasta llegar a manos de los Consejos Reales. El solucionador exponía su memorial con una retórica típica de fiel vasallo a su majestad, aunque hay casos en los que intentan sacar provecho particular a su propuesta.

TERRITORIOS DE CARLOS V

En la década de 1560, las necesidades de liquidez aumentaron, ya que la Corte se trasladó a Madrid y la Guerra de Flandes se recrudecía, con la consecuente propuesta del uso de arbitrios para encontrar posibles soluciones. En 1588, se producía el desastre de la Real Felicísima Armada en la expedición de asalto a Inglaterra. Los memoriales fueron cada vez más abundantes y los visionarios fueron creciendo en cantidad y en calidad.

En torno a 1595, aparecieron los expedientes más importantes, redactados por profesores de la Universidad de Salamanca, aunque también provienen de Valladolid y Toledo entre otras ciudades. Se trataba de un grupo de teólogos y juristas que terminarían estableciendo las bases de la economía moderna en el siglo XVIII.

Las figuras más importantes de esta escuela de pensamiento fueron Luis Ortiz, Sancho de Moncada, Tomás de Mercado, Martín González de Cellorigo, Luis Valle de la Cerda, Pedro Fernández de Navarrete, Jerónimo de Cevallos, Mateo López Bravo, Andrés Velasco, Gaspar Gutiérrez y fray Benito de Peñalosa, entre muchos otros. Supieron reconocer los problemas y presentar algunas soluciones lúcidas y racionales. Aunque en la mayoría de ellos su visión se vió limitada por el hecho de reducir los problemas económicos a un solo factor, como es propio de la fase mercantilista de la historia del pensamiento económico: la inflación provocada por la llegada de metales preciosos desde América y la exportación a Europa. También trataron otros factores de carácter productivo: la austeridad en el gasto, la elaboración de productos manufacturados en lugar de exportar las materias primas, el aumento de la productividad, o el fomento del crecimiento demográfico.

retrato felipe habsbrugo anjou corte imperio español
FELIPE II Y FELIPE III

Los arbitristas de Salamanca habían heredado del Medievo una doctrina que consideraba que la usura era inmoral y que, por tanto, el préstamo con intereses también era inmoral. La Escuela económica de Salamanca desarrolló el primer movimiento de análisis macroeconómicos desde un punto de vista moral. Aquel pensamiento se vino abajo. Además, la llegada a Castilla de grandes remesas de metales preciosos provenientes de América generó una enorme inflación, y el surgimiento de las nuevas doctrinas mercantilistas basadas en el proteccionismo e intervencionismo regio en la actividad económica propiciaron la revisión de los modelos tradicionales. Los escolásticos de Salamsnca declararon a la moneda del vellón o Real de a ocho como inmoral y defraudatoria.

Uno de los primeros grandes arbitristas en analizar estos problemas monetarios y en aportar soluciones fue el burgalés Luis Ortiz, considerado como uno de los grandes precursores del Mercantilismo. Era un contador de Hacienda que expuso en 1558 su Memorial al Rey para que no salgan dineros de España, tras la bancarrota de los Austrias.

Este real arbitrio consideraba que la estabilización de los precios se basaba en el mantenimiento del oro de América en Castilla y, para tal fin, aprobaba un plan para el fomento de los recursos. Al error de exportar materias primas e importar manufacturas pagadas con las reservas de oro americano planteó la solución de la elaboración de productos manufacturados a cambio de exportar únicamente las materias primas.

Intuyó el concepto de estructura económica y de forma consecuente propuso una batería de medidas urgentes que hubiera podido sacar al reino de la crisis como la retirada de todo tipo de ocio, el aumento de la productividad y el estímulo del trabajo frente a la holganza del sector nobiliario, la supresión de las aduanas existentes entre los diversos reinos hispanos, la desamortización de los bienes de la iglesia, el fomento del crecimiento demográfico rural, la extensión de cultivos de regadíos, una repoblación forestal y una reforma fiscal. Desde un punto de vista moral, Ortiz consideraba que era lícito el enriquecimiento personal con proyección social.

RUTAS COMERCIALES DEL IMPERIO ESPAÑOL CON FELIPE II

En 1569, un profesor de la Escuela económica de Salamanca llamado Tomás de Mercado, teólogo y moralista, publicó Suma de tratos y contratos de mercaderes y tratantes. Reeditada dos años más tarde, describió los usos mercantiles
de la época en Sevilla y Medina del Campo. Hizo una reflexión sobre el cobro de intereses en los préstamos y lo justificó desde un punto de vista ético frente a la interpretación restrictiva de la Iglesia católica, que lo definía como usura. Mercado hizo distinción entre el valor de uso de la moneda y el valor social, otorgando gran importancia a la estimación de la moneda, lo que los economistas actuales llaman poder adquisitivo.

También sentó las bases de la Teoría Cuantitativa del Dinero a partir de la tradición de la Escuela de Salamanca, en especial en lo relacionado a la circulación internacional de divisas. Observando la gran subida de los precios y la mayor circulación monetaria, concluyó con que el aumento de los precios se producía por tres razones: el tirón generado por la exportación sobre la demanda de productos locales, el recargo impuesto por la necesidad de financiar los envíos y la repercusión de la carestía europea sobre la americana.

La óptica teológica sobre las actividades económicas siguió siendo una fuente de producción literaria importante a principios del siglo XVII, como fue el caso del De monetae mutatione, una de las partes del Tractatus septem del padre Juan de Mariana. Escrita en Colonia, en 1609, fue denunciado por las alusiones a los ministros que modificaron el peso de la moneda y le causó un ingreso en la cárcel.

SIETE TRATADOS POR JUAN DE MARIANA Y
MEMORIAL DE LA POLÍTICA POR GONZÁLEZ DE CEROLLIGO

Pero antes de cambiar de siglo, un abogado de la Real Chancillería de Valladolid, Martín González de Cellorigo, proyectó las nuevas doctrinas sobre la sociedad de su tiempo y dejó esta observación inquietante en un tiempo de crisis profunda. Cellorigo consideraba que:
"No sería fácil superar la decadencia que llega mientras abunden los ávidos de lujo, los acumuladores de metales preciosos para su propia riqueza, los pícaros y los especuladores."
Fue requerido por el rey Felipe II en 1597, para elaborar un memorial. Tras la muerte del monarca, en 1600, Cellorigo presentó en Valladolid al nuevo rey Felipe III su principal obra, Memorial de la política necesaria y útil restauración de España y estados de ella, y desempeño universal de estos reinos, convirtiéndose en su arbitrista personal.

Continuando el cuantitativismo monetario de la Escuela de Salamanca, manifiesto su repulsa ante la pasión del oro y de la plata desatada por sus compatriotas. Señaló que la inflación provocada por la llegada de metales americanos era la principal causa de los males del reino, ya que el dinero en circulación debía limitarse a la cantidad de transacciones producidas.

Desaprobaba con rotundidad la industria extractora de metales preciosos desde los Virreinatos (Zacatecas en México y Potosí en Perú), no por cuestiones de conciencia moral, sino por ser la causa del desastre económico que había conllevado la acumulación de monedas y metales. Frase suya es:
"El mucho dinero no sustenta a los Estados, ni está en él su riqueza. En buena política la cantidad de dinero no sube ni baja la riqueza de un reino, y el mucho dinero sube las rentas e impuestos, las mercancías y contratos. La verdadera riqueza no consiste en mucho oro y plata."
Cerolligo promovió el trabajo y la industria, ya que estaba convencido de que la riqueza sólo crece "por la natural y artificial industria" y, por tanto, las operaciones especulativas y los privilegios administrativos empobrecían al reino generando el abandono de los oficios y las actividades productivas. La creencia de que los economistas españoles y portugueses de esta época propusieron conservar los metales preciosos (bullonismo) ha sido pues una opinión sin fundamento.

Al entrar en el siglo XVII, la crisis se agudizó todavía más y ya era de toda índole: demográfica, económica, financiera y política. Si con el exceso de gasto de la administración española, la austera y prudente Corte de Felipe II suspendió pagos en 1596, con la ostentación y el derroche de la Corte de su hijo, Felipe III, y con la corrupción de su valido, el Duque de Lerma, se acentuó aún más la decadencia.

RIQUEZA FORME Y ESTABLE POR SANCHO DE MONCADA Y DESEMPEÑO DEL PATRIMONIO POR LUIS VALLE DE LA CERDA

El representante más destacdo del pensamiento económico español del siglo XVII posiblemente sea Sancho de Moncada. Puede considerarse igualmente ligado a la Escuela de Salamanca y fundador de la economía política. En 1619, elaboró unos Discursos, precedidos un año antes por una Suma de ocho discursos.

Profundizó en la Teoría Cuantitativa del Dinero y representó el más completo modelo español de Mercantilismo. En sus discursis señalaba las debilidades de la economía española, la penuria hacendística y la invasión de productos extranjeros, y denunció que el reino se había convertido en un deudor de las potencias enemigas. Su solución fue proponer un severo Proteccionismo de corte mercantilista, supervisado por la Inquisición. Además, había que promocionar la industria, como propondría más tarde Colbert en Francia.

Su obra Discursos gozó de gran prestigio en Europa y fue fuente de inspiración de la rama científica de la literatura arbitrista. Fue asumida por los grandes ilustrados del siglo XVIII, en el que se reeditó como Restauración política de España.

Su libro explica como la causa de la decadencia española se debió a la importación de metales preciosos, que hizo elevar los precios de las manufacturas, por lo que de economía de exportación se pasó a economía de importación.

Defendió la nacionalización de la vida económica y política, consideraba que los problemas económicos sólo son eficaces si se ejecutan desde el punto de vista del Estado, pues sólo las economías nacionales son unidades económicas autónomas. Entre sus propuestas a tomar estaban: no sacar materias primas, prohibir la entrada de manufacturas extranjeras, nacionalizar la industria y el comercio, desarraigar el fraude y la ineficacia, reducir las alcabalas a un impuesto único sobre los cereales y que el producto de las rentas no estuviese en manos de prestamistas extranjeros.

Los escritores del siglo XVIII le consideraron padre de los economistas españoles, y José Luis Sureda llegó a decir que se adelantó en 70 años a Leibnitz.

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DISCURSO DEL AMPARO DE LOS POBRES POR PÉREZ DE HERRERA Y
MEDIOS POLÍTICOS PARA EL REMEDIO DE ESPAÑA POR ALCÁZAR ARRIAZA

Luis Valle de la Cerda escribió en 1600 su obra Desempeño del patrimonio de Su Majestad y de los reinos, sin daño del Rey y vasallos, y con descanso y alivio de todos, por medio de los Erarios públicos y Montes de Piedad. Fue muy valorada por las Cortes que apoyaban esa iniciativa, y la reeditaron en 1618. Los Montes de Piedad eran una idea en cierto modo similar a los depósitos que ya funcionaban, como entidades de crédito de fundación municipal y almacenes de grano que prestaban a los campesinos.

La fundación del primer Monte de Piedad fue realizada en Madrid por el padre Piquer a comienzos del siglo XVIII, y a mediados del siglo XIX fue asociado con la Caja de Ahorros, fundada por el marqués de Pontejos. Estas instituciones financieras ya corresponden a un mundo protocapitalista, en el que también funcionaban otras importantes instituciones, como los Cinco Gremios Mayores o el Banco de San Carlos, precedente del Banco de España.

Los arbitristas siguieron debatiendo la decadencia económica del siglo XVII, con un pensamiento económico de carácter científico y muchas veces socialista, que sirvió de inspiración a los ilustrados del siglo XVIII. Otros arbitristas españoles, que fueron escritores de una no menos importante literatura económica fueron Antonio Serra, Pedro Fernández de Navarrete, Cristóbal Pérez Herrera, Mateo López Bravo, Antonio López de Vega, Miguel Caxa de Leruela, Francisco Martínez de Mata, José Penso de la Vega, Narcís Feliú de la Penya, Gil de Córdoba, Diego Ramírez, José Pellicer de Osan, Diego de Saavedra Fajardo, Miguel Álvarez Osorio y Redín, Luis Valle de la Cerda, Pedro Hurtado de Alcocer, Mateo Lisón y Biedma, Lope de Deza, Pedro López de Reyno, Melchor de Soria y Vera, Ángel Manrique, Jacinto Alcázar de Arriaza, Damián de Olivares y otros.

El economista 
Antonio Serra no era español, sino napolitano, entonces súbdito de la misma Monarquía Católica de los Habsburgo. Se puede asociar el contexto histórico e intelectual del Arbitrismo castellano su obra Breve trattato delle cause che possono far abbondare li regni d’oro e d’argento dove non sono miniere, que escribió encarcelado en 1613. En él, atribuía la escasez de moneda en el Reino de Nápoles a un déficit en la balanza de pagos, término que definió con un completo análisis, rechazando la idea de que la escasez monetaria se debiera al tipo de cambio, y proponiendo como solución incentivos a las exportaciones. También parece que formuló un concepto similar a la ley de rendimientos decrecientes para la agricultura.

El militar y canónigo Pedro Fernández de Navarrete se inspiró en Cellorigo y Moncada para escribir en 1626 su Conservación de las monarquías. En ella expuso el tema de la decadencia en términos dramáticos, como una enfermedad gravísima pero no incurable. Es una obra de sesgo mercantilista que preconizaba el control de las importaciones y el fomento de las exportaciones, si bien no cayó en la trampa del bullonismo, porque entendía que la sobreabundancia de dinero es perniciosa si no hay bienes que puedan ser adquiridos. Para solucionarlo propuso el desarrollo de inversiones productivas, el incremento patrimonial y la promoción industrial. Por otra parte criticó el lujo y el desprecio a los oficios industriales y manuales por parte de la nobleza y la hidalguía de la España de su época.

CONSERVACIÓN DE MONARQUÍA POR FERNÁNDEZ DE NAVARRETE Y
RESTAURACIÓN DE LA ABUNDANCIA POR CAXA DE LERUELA

Cristóbal Pérez de Herrera, militar, médico y filántropo, es autor del memorial En razón de muchas cosas tocantes al bien, propiedad, riqueza, futilidad de estos reinos y restauración de ellos, donde pretendía el fomento de la laboriosidad, el ahorro, la agricultura, la ganadería y la repoblación, factores que consideraba en crisis.

Mateo López Bravo en su tratado Del rey y de la razón de gobernar de 1616 propuso una política paternalista, que incluya la represión de la mendicidad y el fomento del trabajo como única fuente de riqueza.

Antonio López de Vega consideraba a la guerra como la causa de la decadencia en Heráclito y Demócrito de nuestro.

Miguel Caxa de Leruela publicó en 1631 Discurso sobre la principal causa y reparo de la necesidad común carestía general y despoblación de estos reinos, un estudio centrado en el lamentable estado de la agricultura como una de las principales causas de la despoblación y de la decadencia españolas, que amplió y reelaboró en Restauración de la antigua abundancia de España o Prestantísimo, único y fácil reparo de su carestía general.

Abogado y juez de profesión, defendió la protección de los ganados y la Mesta como rápida solución a la decadencia económica que soportó España en el primer tercio del siglo XVII. Su propuesta fue una nacionalización de los pastos y la concesión a cada campesino de un número suficiente de cabezas de ganado para que pueda mantenerse. Una especie de socialismo agrario fundado en la ganadería y asentado en una clase media de ganaderos, que pasaba de ser trashumante a ser estante. Valoró la importancia histórica de la lana, y sus escritos motivaron la Pragmática de Felipe IV en 1633, que reguló los arrendamientos de tierras, haciendo los contratos irrevocables y hereditarios, prohibiendo que fuesen labradas las tierras y limitando el número de ganados a pacer por hectárea. Criticó también la política exterior con las Indias y el nulo beneficio que había aportado el descubrimiento de América, pues la carestía había despoblado los campos, por lo que propuso la salida de religiosos y eclesiásticos de sus claustros y monasterios, para incorporarlos a los trabajos campesinos.

Más alejado del mundo intelectual de los arbitristas estuvo José Penso de la Vega, judío de origen español que en Ámsterdam reflexionó sobre la naciente Bolsa. Su obra más importantes fue Confusión de confusiones: diálogos curiosos entre un philosopho agudo, un mercader discreto, y un accionista erudito, describiendo el negocio de las acciones, su origen, su ethimología, su realidad, su juego, y su enredo, escrita en 1688.

La conciencia de la decadencia y la necesidad de políticas activas para remediarla estuvieron en la política económica del conde-duque de Olivares basado en reformas monetarias y fiscales, y en la creación de múltiples Juntas. Su fracaso contribuyó más al desprestigio de sus inspiradores teóricos en la mitad del siglo XVII.

BARCELONA, SIGLO XVII

En la Cataluña posterior a la revuelta de 1640, el Arbitrismo estuvo representado por Narcís Feliú de la Penya, quien escribió Político discurso a S. M. suplicando mande y procure impedir el sobrado trato y uso de algunas tropas extranjeras que acaban el comercio y pierden las artes en Cataluña, en 1681, y Fénix de Cataluña, en 1683.

No sólo planteaba reformas para el caso específico del Principado de Cataluña, sino el de todo el Reino de España, en el que aquél se hallaba económicamente integrado. Fue un proteccionista, partidario de fomentar la industria local, sobre la base de imitar los géneros extranjeros, y mediante ello restaurar y reavivar el comercio. También creyó necesaria la fundación de una compañía privilegiada de comercio monopolístico con América y con base en Cataluña.

El epigonismo arbitrista de los reinados de Felipe IV y Carlos II está representado por Francisco Martínez de Mata, quien cierra cronológicamente la serie de arbitristas españoles de este siglo. Mantuvo una postura similar a la de Pedro Fernández Navarrete en una de sus obras, rechaza que la abundancia de oro y plata sea la base de la riqueza de un país, y defiende que toda política de fomento exige el empleo de capitales bancarios, única forma de financiar el establecimiento de nuevas industrias, fomentar la agricultura y la ganadería, regular el comercio exterior y sanear la Hacienda. Se ocupó de la importancia del dinero, y en 1666 escribió Memoriales y Discursos, sobre la situación económica de España y sus posibles remedios.

A mediados del siglo XVII vivió en Andalucía, donde el problema social era angustioso. Por eso, fue recorriendo los pueblos pronunciando discursos en las plazas públicas, y llegó a ser denunciado a la municipalidad de Sevilla en 1660. Fue una especie de agitador social, defensor de un socialismo ingenuo, con alusiones a Tomás Moro y al cuerpo místico de Cristo, por lo que fue partidario de un capitalismo controlado, preocupado por la despoblación y el empeño de la Hacienda. Propuso incrementar la industria y el comercio, por lo que basó también la decadencia española en la importación de manufacturas extranjeras, proponiendo un sistema proteccionista, sin perder la independencia de los distintos sectores económicos.

PEDRO RODRÍGUEZ DE CAMPOMANES Y ZENÓN DE SOMODEVILLA

En el siglo XVIII, tras la llegada de la influencia francesa del colbertismo de Jean Orry o Michel Amelot, la herencia del arbitrismo se trasladó al llamado Proyectismo ilustrado con mayor elevación intelectual, en el que pueden encuadrarse personalidades más cercanas a la fisiocracia de Quesnay, como el marqués de Ensenada, Zenón de Somodevilla, con su famoso Catastro, o el liberalismo de Adam Smith, como Pedro Rodríguez de Campomanes o Melchor Gaspar de Jovellanos, o personajes de menor nivel político, como Eugenio Larruga.

Adentrándose en el siglo XVIII, Jerónimo de Uztáriz, considerado un post-mercantilista, desarrolló los temas colbertistas para la identificación de la riqueza nacional con la balanza comercial excedentaria.

Posteriormente, en el siglo XIX, es innegable la conexión intelectual con el Regeneracionismo. El papel de los arbitristas de los siglos XVI y XVII fue subvalorado por la misma historiografía económica española en sus primeros estudiosos, como es el caso de Manuel Colmeiro.

Hubo que esperar a la llegada de los hispanistas para su reivindicación, especialmente por la obra dee Earl J. Hamilton. Con posterioridad han sido estudiados por muchos otros, tanto extranjeros como españoles, como Pierre Vilar, José Antonio Maravall, Fabián Estapé, etc.

MELCHOR GASPAR DE JOVELLANOS Y JERÓNOMO DE UZTÁRIZ

GENERADOR PORTÁTIL DE RAYOS X POR MÓNICO SÁNCHEZ


Inventor e ingeniero, Mónico Sánchez fue pionero de la radiología y electroterapia. Pasó a la historia de la ciencia por inventar un generador portátil de rayos X y corrientes de alta frecuencia en 1909, que salvó la vida a miles de militares que combatieron en la I Guerra Mundial. Además, desarrolló otras varias innovaciones en el campo de la electro-medicina.

Mónico Sánchez radiología electroterapia generador portátil rayos Guerra Mundial
GENERADOR PORTÁTIL DE RAYOS X POR MÓNICO SÁNCHEZ

Mónico Sánchez Moreno nació en 1880, en Piedrabuena, una villa de la provincia de Ciudad Real que basaba su economía rural en la agricultura de secano y en la ganadería. A principios del siglo XX, esta villa tenía una población de 3.810 habitantes, siendo la mayoría analfabeta. El padre de Mónico se dedicaba a la fabricación de tejas y ladrillos, mientras que su madre lavaba ropa ajena en el paraje del río Tabla de la Yedra, ayudado por Mónico, el menor de cuatro hermanos.

En 1901, a pesar de que ni siquiera tenía el bachiller elemental, Mónico marchó a Madrid para estudiar ingeniería eléctrica, en plena implantación del alumbrado eléctrico y de la electrificación del tranvía sustituyendo al de tracción animal.

Cuando llegó a la capital, la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid estaba cerrada por las huelgas estudiantiles. Mónico decidió matricularse en un curso a distancia de electrotecnia, impartido por The Electrical Institute of Correspondence Instrucion de Londres y dirigido por el ingeniero Joseph Wetzle. A pesar de que el temario se impartía en inglés y del desconocimiento por completo esta lengua, siguió el curso durante tres años de forma rigurosa mientras aprendía este idioma. Al finalizarlo, el propio Joseph Wetzler, que se movía en los entornos de Thomas Edison, se puso en contacto con el joven español para promocionarle como empleado en una empresa de Nueva York.

GENERADOR PORTATIL DE RAYOS X

El 12 de octubre de 1904, con 23 años y a penas recursos económicos, Mónico se embarcó en Cádiz con destino a Nueva York. Esta era la capital económica y cultural del mundo, que sufría una efervescencia de inmigrantes para construir sus primeros rascacielos, y que la mayoría no encontraría el sueño americano.

Empezó a trabajar de ayudante de delineante y pronto se matriculó en el Instituto de Ingenieros Electricistas, un centro de formación profesional. Más adelante, pudo asistir a un curso de electrotecnia de unos meses de duración en la Universidad de Columbia, perfeccionando sus conocimientos sobre tecnología eléctrica.

Era la época del desarrollo de las corrientes eléctricas, cuando las centrales eléctricas de Nueva York quemaban carbón y petróleo en abundancia. La energía resultante movía dinamos que producían la electricidad, pero surgía el problema de su distribución hasta los tranvías y las bombillas de las casas.

Thomas Edison, propietario de la compañía General Electric, defendía el uso de la corriente eléctrica continua, un flujo perpetuo que implicaba grandes pérdidas en forma de calor por la resistencia de los cables. Mientras tanto, aparecía el ingeniero serbio Nikola Tesla, en la empresa Westinghouse, que propuso utilizar una corriente eléctrica alterna, en la que el flujo varía cíclicamente. La solución era magistral ya que minimizaba las pérdidas.

Sin embargo, Edison no aceptó las evidencias de Tesla e inició una campaña para demostrar los peligros que la corriente alterna suponía para los ciudadanos. Así pues, se dedicó a electrocutar animales en público, sobre todo perros y gatos, llevando al extremo de su siniestro espectáculo
la electrocutación de un elefante.

Mientras tanto, Tesla reaccionó y demostraba en teatros que la corriente alterna no era tan peligrosa. Su propio espectáculo consistía en pasar por su cuerpo un flujo de corriente alterna en medio de una tormenta de relámpagos, pero protegido por un suelo aislante de corcho bajo sus pies. Lo más probables es que Mónico Sánchez, tan apasionado de la electricidad, acudiera a ver estos espectáculos públicos. De aquella rivalidad salió vencedora la corriente alterna de Nikola Tesla, que es la que actualmente se emplea en la distribución eléctrica en todo el mundo.

Y mientras Tesla y Edison se empeñaban en su guerra de corrientes eléctricas, surgía la figura de otro gran científico, Wilhelm Conrad Röntgen, que descubría los rayos X hacia el año 1895. Investigaba la fluorescencia producida por rayos catódicos mediante ensayos con tubos de vacío y descargas eléctricas de alto voltaje, pero encontró un tipo de nueva radiación invisible que podía atravesar la materia e impresionar placas fotográficas. Incapaz de definir ese tipo de radiación misteriosa la denominó "X". Cuando ganó, en 1901, el premio Nobel de Física, sus aparatos de rayos X se vendieron con éxito, pero eran voluminosos, estáticos y caros, llegando a pesar más de 400 kilogramos.

MÓNICO SÁNCHEZ Y SU GENERADOR PORTATIL DE RAYOS X

Mónico Sánchez fichó como ingeniero de la Van Houten and Ten Broeck Company, dedicada al diseño y fabricación de aparatos de radiología y electromedicina para hospitales. En esta empresa pudo desarrollar la innovación por la que pasó a la historia de la ciencia universal, el Aparato Portátil de Rayos X y Corrientes de Alta Frecuencia, que fue patentado en 1908. Su generador de rayos X estaba basado en la corriente de alta frecuencia, y era capaz de producir tensiones de 100.000 voltios con una corriente continua o alterna de 25.

La máquina de Mónico Sánchez suponía toda una revolución que cambió el panorama del diagnóstico médico para siempre. Hasta el momento, la máquina de Röntgen no era muy práctica para aplicaciones a gran escala. Su coste de fabricación era altísimo y su instalación completa era complicada, ya que se trataba de un sistema de máquinas voluminosas que llegaban a pesar varios cientos de kilos. Además, para hacerla funcionar, necesitaba la energía de un generador eléctrico capaz de producir corrientes de alto voltaje. Estas adversidades hacían que el aparato de rayos X de Röntgen solo se pudiera utilizar en algunos hospitales.


En cambio, el portátil de Mónico Sánchez tenía escasos 10 kilogramos de peso y ocupaba el volumen de una pequeña maleta de viaje. Supuso un gran avance en comparación a los equipos de Röntgen, porque permitía ser transportado con sencillez y desplegado en unos minutos. Para su funcionamiento, sólo necesitaba ser enchufada a la red eléctrica, no necesitaba generadores.


Mónico Sánchez demostración médico generador portátil rayos
MÓNICO SÁNCHEZ HACIENDO UNA DEMOSTRACIÓN A UN MÉDICO

Mónico Sánchez se había ganado la admiración de los ingenieros neoyorquinos. La empresa Collins Wireless Telephone Company de Newark (New Jersey), le contrató como ingeniero jefe con la intención de vender su portátil de rayos X, que pasó a llamarse The Collins Sánchez Portable Apparatus. Frederick Collins ofreció 500.000 dólares a Mónico Sánchez por su invento. Se dedicaba especialmente al desarrollo de la telefonía sin hilos, llegando a fusionarse con otra, crearon una gran empresa, la Continental Wireless Telephone and Telegraph Company.

Mónico Sánchez participó en el equipo de ingenieros que desarrolló el primer teléfono sin hilos, capaz de comunicarse a más de cien kilómetros. El problema es que este aparato, con un micrófono de carbón, se calentaba poco a poco y terminaba ardiendo a los 15 minutos de conversación continuada. La empresa de Collins comenzó una gran campaña de propaganda para vender acciones, sugiriendo que la telefonía móvil en coches, trenes y barcos ya era una realidad.

Además de este invento, registró otra patente, una máquina para la métrica precisa de diversos parámetros eléctricos como la resistencia o el aislamiento.

En 1909, el Aparato Portátil de Rayos X y Corrientes de Alta Frecuencia fue presentado con notable éxito en la III Feria de la Electricidad, una exposición de tecnología eléctrica, celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York. Se conserva una foto en la que Mónico Sánchez aparece junto altos directivos de la General Electric de Thomas Edison y de la Westinghouse de Nikola Tesla. En los carteles se leía: "No wires. No poles. No Franchises. The Collins Wireless Telephone Co." (Sin cables. Sin postes. Sin franquicias. La compañía telefónica inalámbrica Collins).

Mónico Sánchez Feria Electricidad Nueva York
FERIA DE LA ELECTRICIDAD EN NUEVA YORK

Lo cierto es que más que una realidad, la telefonía sin hilos de la Collins Wireless Telephone Company resultó una estafa y cuatro ejecutivos, incluido Collins, acabaron denunciados y sentenciados a prisión. El veredicto judicial aludía a un presunto fraude en sus demostraciones en lugares públicos, limitadas a conversaciones breves para que los teléfonos no produjeran chispas. Cuando estalló el escándalo, Mónico ya había abandonado la empresa y regresado a Nueva York, donde, en solitario, fundaba la Electrical Sánchez Company.

En 1910, intervino en el V Congreso Nacional de Electrología y Radiología de Barcelona, donde firmó contratos de compraventa de varios aparatos. Para comercializar su invento en Europa, fundó la European Electrical Company, aunque su fabricación continuaba en EE.UU.

Entre 1909 y 1911, logró inventar otras máquinas, tal y como aparece en las patentes numeradas como 46537, 49075 y 51029, sobre aparatos de rayos X portátiles y generadores de alta frecuencia.

El éxito de su invento en Europa, le hizo regresar a España en 1912 con 32 años y convertido en un emprendedor millonario.

En 1913, construyó con su propia fortuna un centro de alta tecnología en su pueblo natal: el Laboratorio Eléctrico Sánchez. Ocupaba una superficie de 3.500 metros cuadrados, donde montó su laboratorio y fábrica de aparatos portátiles de rayos X. Debido a que Piedrabuena carecía de electricidad, instaló un sistema de conducción de agua potable y una central eléctrica abastecida por el carbón llegado en carros tirados por mulas. Apenas un año más tarde, el centro era ya una realidad y casi todo el pueblo disponía de electricidad y agua. Entre sus empleados más cualificados estaba un soplador de vidrio alemán que contrató para la elaboración de tubos de vacío.

LABORATORIO ELECTRÓNICO SÁNCHEZ

Los portátiles de rayos X se habían vendido a médicos de toda Europa y América, pero este revolucionario invento además salvaría miles de vidas en la I Guerra Mundial.

Se personó en Francia para conseguir un contrato de venta de sus portátiles mediante concurso, entre los que estaba Marie Curie. Tras entrevistarse en Burdeos con autoridades y radiólogos, ganó el concurso. Así, el Ejército francés compró 60 unidades de aparatos Sánchez para el auxilio de los heridos en sus ambulancias de campaña, lo que contribuyó a reducir el número de bajas durante la guerra.


Mujeres tan grandes para la ciencia como Marie Curie en un bando y Lise Meitner en el otro pudieron utilizar aparatos como este para mejorar el tratamiento de los heridos recorriendo los frentes. Solo en Francia, sacaron más de un millón de radiografías, en las cuales se veían los huesos rotos y las balas alojadas que podrían ser mortales.


Condecorado por el Gobierno francés, Mónico regresó a su laboratorio para atender pedidos que llegaban de todas las partes del planeta. Colaboró en revistas científicas nacionales y extranjeras, ofrecía conferencias y asistía a congresos siendo nombrado Doctor Honoris Causa en Ciencias Electrotécnicas por la Escola Livre de Engenharia do Rio de Janeiro y por universidades de diversos países.

Ambulancia campaña Guerra Mundial generador portátil rayos Mónico Sánchez
AMBULANCIA DE CAMPAÑA

Sus innovaciones continuaron en el terreno de la electro-física y la electromedicina. Aportaba máquinas de electroterapia, generadores de corriente y de onda corta, o accesorios como visores para radioscopias, chasis para radiografías, tubos protectores, etc. Diseñó un inhalador de ozono destinado al tratamiento de afecciones bronquiales con vapores de eucalipto. También desarrolló un cauterizador eléctrico de tejidos, invento que utilizaba para tratar daños dermatológicos. Otro de sus innovaciones revolucionarias para la época fue un bisturí eléctrico.

A lo largo de su vida hizo muchísimas demostraciones públicas de los beneficios que proporcionaba su generador portátil de altas frecuencias. Para ello empleaba tubos y bombillas con pequeñas cantidades de materiales radioactivos, que producían extrañas luminiscencias y fulguraciones. Eran los precursores de los actuales tubos de neón.


El responsable de la sección médica del laboratorio y fábrica de Mónico Sánchez era su yerno, el doctor José Estébanez López, él y otros médicos fueron los divulgadores de sus innovaciones, consiguiendo curar el terrible ántrax o rebajar la tensión arterial humana.


ANUNCIO DEL GENERADOR PORTÁTIL DE RAYOS X

Mientras tanto, Mónico Sánchez tuvo que hacer frente a otras dificultades de carácter socio-político: primero, su pueblo era una pequeña villa mal comunicada y con cierto ruralismo que originó un resentimiento de la clase dominante por ser demasiado moderno, y un desprecio de la clase obrera por ser demasiado adinerado.

Mónico celebró la caída de la Monarquía y la llegada de la II República en 1931, pero cuando comenzó la Guerra Civil, sufrió la hostilidad de ambos bandos implicados. Primero, los milicianos y autoridades locales afines a la república incautaron sus instalaciones y actividades del laboratorio. Un día fueron a detenerlo, pero como no estaba se llevaron a su segundo al mando, que fue asesinado. Después, en época franquista, la política autárquica denegó los permisos de importación, lo que propició su ruina económica.

Además, sufrió el fallecimiento de la esposa y de cinco de sus seis hijos, circunstancias que poco a poco pusieron fin a la industria.

Aunque continuó diseñando todo tipo de aparatos novedosos, nunca conseguía reunir un equipo de expertos colaboradores, ni volvió a la primera línea del mercado de aparatos radiológicos.

Hacia el final de su vida en 1961, dejó de vender sus aparatos y tuvo ciertas dificultades económicas, siempre innovando para elevar el nivel de vida de las personas. A pesar de que la tecnología ha avanzado muchísimo en ese campo, este aparato ha sido utilizado hasta hace pocos años por numerosos servicios médicos rurales.

Tras su muerte el Laboratorio Eléctrico Sánchez se cerró. En la actualidad está ocupado por un colegio, un centro de salud y un centro cultural.

Muchos de los aparatos que fabricó en su pueblo a partir de 1913 se exponen hoy en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, con sedes en La Coruña y Madrid.

El físico Manuel Lozano Leyva, catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla, narra la apasionante vida y magníficos logros  en su libro El gran Mónico. Asegura que se ha convertido en un ejemplo por el cual "en condiciones más adversas que las actuales, es posible no sólo salir adelante, sino llevar a cabo proezas admirables".

Según la física, Rosa Martín Latorre, que fue comisaria de una exposición en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología sobre el inventor castellano-manchego:
"Es complicado encontrar a alguien innovador, atrevido y osado, capaz de salir de un entorno rural, de hacerse ingeniero sin saber inglés y de convertirse en un emprendedor. Mónico Sánchez fue un personaje muy singular."
Laboratorio Eléctrico Sala Mónico Sánchez Museo Nacional Ciencia Coruña
COLECCIÓN PROCEDENTE DEL LABORATORIO ELÉCTRICO SÁNCHEZ