TEORÍAS ESPAÑOLAS SOBRE LA SOBERANÍA DEL ESTADO MODERNO


Desde inicios de la Edad Moderna, surgió en España una serie de doctrinas políticas que trataban de legitimar el poder y la soberanía del Estado. Influidos por el ambiente renacentista de la Europa de su tiempo, los tratadistas y juristas españoles se dispusieron a sentar las razones de Estado que legitimaban a la Monarquía y la defensa de la soberanía del pueblo.

Aquellas teorías fueron las del Pacto Originario, el Tiranicidio, el Absolutismo, el Tacitismo, el Príncipe Cristiano, el Consejo y el Regalismo.


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TEORÍAS ESPAÑOLAS SOBRE LA SOBERANÍA DEL ESTADO MODERNO

1. TEORÍA DEL PACTO ORIGINARIO

Desde el siglo XIV, el Pactismo se convirtió en una importante teoría política, mediante el cual se obligaba al monarca a jurar y respetar, previamente a su coronación, el ordenamiento jurídico interno.

En la Corona de Aragón, el pacto se forjó mediante el Privilegio General de 1283, aceptado por Pedro III, cuando juró los fueros, usos y costumbres aragonesas, ante la alta nobleza local, que aseguraba el pacto originario de la fundación de este reino peninsular, mediante el acuerdo entre los cristianos refugiados en el Pirineo y el encumbrado rey.

En las Provincias vascas y en Navarra, el pacto originario también fue propio desde su fundación. Fue originario en Vascongadas incluso en su pacto de vinculación con el Reino de Castilla. Desde el siglo XVI, tras una revisión foral, los guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos estaban convencidos de que su incorporación al Reino de Castilla había sido originado a través de un pacto, cuyas modificaciones deberían hacerse bilateralmente entre los representantes provinciales y los reyes castellanos. Esta es la teoría que apoyaron muchos historiadores de la época.

A principios de la Modernidad, surgieron varias teorías acerca del origen del pacto entre el rey y su comunidad humana.


Besamanos Fernando Católico vizcaínos pintura Francisco Mendieta
BESAMANOS DE FERNANDO EL CATÓLICO POR VIZCAÍNOS

Hacia 1600, el principal teólogo español, el jesuita Francisco Suárez desarrolló una teoría política por la cual toda comunidad humana, al constituirse como tal, recibía la autoridad de Dios y, mediante un pactum translations, esta se transmitía a un príncipe o a una corporación para que gobernase la misma. El pacto obligaba a gobernar conforme al derecho natural y respetar los términos concretos del contrato, tales como fueros, usos y costumbres.

Esta fue la doctrina política que más influyó en el pensamiento de los reinos cristianos europeos, tanto católicos como protestantes, durante la Edad Moderna. Pero, en la Cristiandad, surgieron otras teorías sobre el Pactismo.

En la primera mitad del siglo XVI, el dominico Francisco de Vitoria expuso otra de las teorías políticas dominantes en la época, refiriéndose a la rex pública o autoridad de dominio público, independientemente de cual fuera la forma de gobierno elegido. Partiendo de la deposición de la autoridad de Dios en una comunidad política, al constituirse esta en origen, no pactaba con una corporación o persona externa a ella, sino que generaba en su propio seno una corporación o designaba una persona para que ejerciera el poder.

Mientras que la teoría de Vitoria afirma que la comunidad podía seguir siendo parte del poder y ejercer en el derecho, la teoría de Francisco Suárez afirma que es la comunidad la que se aparta del poder y autoridad, trasladándola fuera de sí misma hacia el soberano, el cual puede legislar como le pareciera oportuno con tal que respetara los términos del pacto. En ambos casos, la autoridad debía someterse a los términos contractuales en que se hubiera concretado la delegación de poder. Otra cosa es que unos términos contractuales fueran más duros que otros.


En base a estas teorías, el derecho público del Reino de Castilla, reconocía mayor alcance a la autoridad regia, que el que tenían los fueros de las Provincias vascongadas y la Corona de Aragón.

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FELIPE II EN EL BANQUETE DE LOS MONARCAS, POR SÁNCHEZ COHELLO


2. TEORÍA DEL TIRANICIDIO

El Tiranicidio es la teoría que sostiene la licitud de la muerte al tirano y cuyo origen se remontan a los escritores griegos y latinos como Plutarco, Polibio y Cicerón. En el siglo XII esta teoría fue recogida por Juan de Salisbury para quien matar al tirano no solo era lícito, sino acción conveniente y justa.

La forma de gobierno en el Reino de España durante la Modernidad fue la Monarquía, heredada de los Estados medievales y admitida unánimemente por la población y la teoría que prefería asimismo el carácter de hereditaria frente a la electiva, según disponían las leyes de los reinos. Era una realeza de carácter absoluto, conforme a las ideas de la época, tendencia absolutista desarrollada desde la Baja Edad Media y consagrada por los principios heredados de la recepción como el principio cesarista romano "quod principi placuit, legis vigorem habet", que significa que el rey ejercía los poderes por encima de todo.

Pero el carácter absolutista estuvo atemperado por otros principios como el de la sumisión del rey a las leyes prexistentes y a la felicidad de sus súbditos. Los filósofos y teólogos españoles del siglo XVI, como Domingo, Mariana, Vitoria, Suárez, Molina, De Soto, etc., son unánimes al entender que todo el poder venía de Dios, pero que es la comunidad la que lo delega y encomienda a su príncipe o soberano, justificándose de este modo el ulterior derecho de resistencia si el príncipe no lo utiliza en beneficio del bien común. De aquí que el rey deba sujetarse a las leyes divinas y naturales y a las leyes positivas, según Mariana y Márquez.

La teoría española del Tiranicidio distinguió entre tirano por ilegitimidad del título y el tirano por ejercicio inicuo del poder, y mientras algunos aconsejan respetar al tirano, como Covarrubias, Sepúlveda o Márquez, otros opinan que debe ser destituido y ejecutado, como Yáñez, Mariana o Molina.

La más lograda defensa del tiranicidio fue elaborada por Juan de Mariana en su obra Del rey y de la Institución Real. La extensión de la doctrina fue tal que el rey Carlos III decretó el 23 de mayo de 1767 la prohibición de la lectura de esta doctrina en los centros de enseñanza, seminarios y universidades.


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CARLOS III COMIENDO ANTE SU CORTE, POR LUIS PARET


3. TEORÍA DEL ESTADO ABSOLUTO

En la Europa del siglo XVI, surgieron algunos pensadores como Maquiavelo, Bodino o Hobbes que sentaron las bases de lo que llamaron la Teoría del Estado absoluto, cuya legitimidad se fundamentaba en la Razón de Estado. Este pensamiento estaba muy influenciado con el ambiente de la Reforma protestante. El teólogo francés Bodin afirmaba la autoridad soberana del rey.

Mientras que la España austracista pasaba del Renacimiento al Barroco, prologaba la Contrarreforma con distinción clara entre Renacimiento y Barroco. Así, los tratadistas españoles intentaron formular una novedosa teoría del Estado renacentista. Durante el reinado de Carlos I se rompió el populus christianus medieval, y surgió una nueva organización político-jurídica, con poder independiente, que ejerció dominio sobre un grupo humano diferenciado, y se llamó Estado absoluto, porque ejerció dominio total sobre las personas. Del Autoritarismo de los Reyes Católicos se evolucionó al Absolutismo de los Habsburgo.

La idea imperial quedó así sustituida por los Estados modernos, sin abandonar la concepción católica, que reconocía potestad indirecta de la Iglesia, distinguiendo entre lo temporal y lo espiritual, con separación de Iglesia y Estado, y superioridad del poder espiritual en lo religioso, hasta el punto de poder deponer al Príncipe y privarle de sus bienes si realizase algo contrario a la religión.

Al surgir Nicolás Maquiavelo fue preciso replantear la potestad indirecta, en 1559. Maquiavelo había descubierto una realidad política natural, regida por leyes, que llamó Razón de Estado. Estudió el Estado como realidad natural, sin preocuparse de la fe, por lo que los españoles identificaron su doctrina con el Naturalismo protestante y ateo. Surgiendo un Antimaquiavelismo español que propugnaba la armonía entre razón y fe, con ideología contrarreformista; proceso que aisló a España del resto de Europa.

Este Antimaquiavelismo provocó en España la erudición de una importante literatura política, de estilo barroco, alejada de la universidad, escrita en castellano, publicada en manuales, sin orden sistemático ni lógico, pero de contenido práctico: orientar al gobernante, y captar y educar al lector. Fue una literatura paralela a la literatura del Arbitrismo económico, dirigida a rescatar las haciendas del Estado de su absoluta quiebra.

Sus principales representantes fueron Andrés Mendo, Juan Marquez, Diego de Tovar y Valderrama, Juan Orozco y Sebastián de Covarrubias. Este último fue escritor de Emblemas morales (Segovia, 1589), siendo el emblema una especie de aviso o advertencia para hacer comprender las ideas. En cambio, el pensamiento de Pedro de Rivadeneyra valoraba el carácter ejemplar de los casos concretos. Su obra más importante fue Tratado de la religión y virtudes que debe tener el príncipe cristiano para gobernar y conservar sus Estados (Madrid, 1595), escrita contra lo que Nicolás Machiavelo y los políticos de su tiempo enseñaban. Para Rivadeneyra el buen reinado pasaba por la aplicación de la doctrina católica, pues hay dos razones de Estado: "una, que del Estado hace religión; otra, que de la religión hace Estado".

Los tratadistas españoles del siglo XVII no se preocuparon ya del origen ilegítimo del poder, sino de que se realizase un poder justo. Como hombres barrocos utilizaron el ingenio, no aprobaron el tiranicidio, y consideraron la educación como el medio para crear el tipo de hombre más adecuado a una República cristiana. Todos los nacionales debían poseer la misma religión, por lo que en la práctica apoyaron la religión como razón de Estado.

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DESAFÍO AJEDRECÍSTICO EN LA CORTE DEL REY FELIPE II, POR LUIGI MUSSINI


4. TEORÍA DEL PRÍNCIPE CRISTIANO

La literatura política sobre el Príncipe cristiano comenzó en la Edad Media con los tratados De regimene principum y los libros derivados de ellos, entre ellos el Vergel de príncipes de Rodrigo Sánchez de Arévalo y el Speculum principum de Pedro Belluga.

En el Renacimiento proliferaron también los tratados políticos sobre la educación de príncipes y reyes, que constituyeron parte importante en las preocupaciones políticas de los erasmistas: entre los que podemos citar El espejo del príncipe Cristiano de Francisco de Monzón, el De regni Regisque institutione de Sebastián Fox Morcillo y la Institución de un rey cristiano colegida principalmente de la Santa Escritura y de los Sagrados doctores de Felipe de la Torre.

También se ocuparon de este tema El príncipe de Maquiavelo y la reacción antimaquiavelista, siendo este tema clave de la Teoría del Estado de la Contrarreforma.

Fue frecuente la afirmación de que el Príncipe es el alma del pueblo, tratando también del óptimo Príncipe Política de Dios, gobierno de Cristo de Quevedo.

El tema preocupó en el Renacimiento, no ya sólo como ejemplaridad moral, sino también como técnica y arte. Fue en la imagen del Príncipe maquiavélico donde se introdujo el arte político como forma de gobernar el Estado, y en ella el Príncipe olvidaba ya su salvación personal para subordinarlo a su fin político.

Los escritores españoles consideraron que eso era una impiedad que perjudicaba al Príncipe como gobernante, y defendieron que el Príncipe debía poseer virtud como persona pública, siendo una de sus funciones hacer virtuosos a sus súbditos y a la sociedad que regían. Por eso, subordinaban la política a la ética, surgiendo el Tacitismo sin romper con los planteamientos escolásticos, tal y como siglos atrás Santo Tomás de Aquino habló del ars gubernativa. No aceptaban que el Príncipe tuviese que ser malo para adaptarse a la maldad del ambiente, pero tampoco predicaron la bondad del género humano; admitían por eso que el Príncipe debía conocer la malicia humana, armándose del arte político para vencerla. Y Francisco Garau, en El sabio instruido de la naturaleza (1677), dijo textualmente: "El Príncipe con las armas es uno; con las artes es un Reino."

El autor español más importante de esta idea fue Diego Saavedra Fajardo, embajador de España en la Corte pontificia duranrte las primeras décadas del siglo XVII, además de consejero de Indias. El libro que más fama le dio fue Idea de un príncipe político-cristiano representada en cien empresas (Munich, 1640), pero inspirándose en los Emblemata política (1618) de Jacobo Brock Augermount escribió también Corona gótica, castellana y austriaca (Münster, 1645), República literaria (inédita), Introducción a la política y razón de estado del Rey Católico don Fernando (inédita también), y el folleto Locuras de Europa. Era antimaquiavélico, y en todas sus obras había un tono de moderación y equilibrio.

El género de las empresas tuvo gran éxito en España, en obras como Emblemas morales(1589) de Juan Orozco y Covarrubias y los Emblemas moralizados (1599) de Hernando de Soto. Por lo que Saavedra Fajardo utilizó también las empresas para tratar de la educación del Príncipe, demostrando su experiencia vivida y el carácter platónico y ejemplarizante de su pensamiento.

Las virtudes morales del Príncipe Cristiano fueron pues tema fundamental en todos los tratadistas políticos españoles del siglo XVII, que insisten en la prohibición de mentir, aunque aceptan la disimulación. También prestaron atención a la justicia, distinguiendo la conmutativa (relaciones de los ciudadanos o partes del reino) y la distributiva (relaciones entre el todo y las partes). Primando en ambas la igualdad ante la ley, y debiendo ser también el Príncipe liberal y buen administrador, imagen de Dios.

DIEGO SAAVEDRA FAJARDO Y LUIS VIVES


5. TEORÍA DEL TACITISMO

En la Teoría Contrarreformista del Estado los escritores españoles citan con tanta frecuencia a Cornelio Tácito, que originaron el movimiento llamado Tacitismo.

Durante el siglo XVII, se construyó el Estado absoluto, y Maquiavelo delimitó el Estado autónomo y regido por leyes propias, ajenas a la ética, a lo que llamó razón de Estado. Pero los tratadistas españoles prefirieron a Tácito, que llegó a adquirir tal popularidad que español y tacitista fueron sinónimos en la Europa transpirenaica.

Tácito y Maquiavelo se oponían, pues mientras Maquiavelo representa el dogmatismo y la inflexibilidad estatal, Tácito utiliza el aforismo como un producto inductivo de la experiencia histórica, favorecedor de la flexibilidad y la maleabilidad; aunque unos escritores se sirvieron de Tácito para introducir maquiavelismo, otros combatieron a Tácito tanto como a Maquiavelo, y unos terceros se sirvieron de Tácito para captar la realidad política.

En realidad Tácito fue el descubridor del naturalismo político, realizando una labor política muy parecida a la de Aristóteles: poner de relieve el plano de la naturaleza como el de un orden autónomo, con leyes propias: en lo que su pensamiento tiene parentesco con el de Maquiavelo. El maquiavelismo se aprendió pues en Tácito, aunque con la religión cristiana en Maquiavelo, y la pagana en Tácito. Por eso el antimaquiavelismo hispano va unido a la condena de Tácito, sin que puedan equipararse maquiavelismo y tacitismo, pues Tácito inquiere la realidad política con la razón natural, por lo que ocupa un lugar intermedio entre Erasmo y Maquiavelo. Los antimaquiavelistas se sirvieron pues de Tácito sólo para rechazar a Maquiavelo.

retratos brozas sánchez francisco soto
FRANCISCO SÁNCHEZ Y HERNANDO DE SOTO

El Tacitismo fue así erasmista por racionalizar la vida y la sociedad con criterios socioempíricos, y aplicarlos a la política. Por eso Juan Luis Vives tuvo una alta valoración de Tácito, cuya lectura recomendó por su utilidad para la vida civil. El neoestoicismo supuso cierto revival de las tendencias erasmistas, y por tanto hay también cierta afinidad entre tacitismo y neoestoicismo. Justo Lipsio y Juan Antonio Martín Rizo convirtieron a Séneca en un modelo de política tacitista.

Tácito fue importante para los escritores españoles del Barroco por los siguientes motivos:
1. por atenerse al plano natural de la experiencia
2. por desarrollar con inteligencia una técnica de observación
3. por emplear con frecuencia el método inductivo
4. por usar la matización psicológica en materia política

Por eso Tácito estuvo también presente en Italia junto a Maquiavelo, cuyas obras se imprimieron en Roma en 1515, con privilegio de León X; y fue divulgado por Andrés Alciato en las ediciones de Milán (1517) y Basilea (1519), publicando también Annotationes in Tacitum y Emblemata
(1531), ambas de gran repercusión en nuestros escritores. Mientras Trajano Boccalini, Scipione Ammirato y Justo Lipsio estuvieron también influidos por Tácito.

Francisco Sánchez, el Brocense, comentó a Alciato en Commentarii in Andrea Alciati (Lyon, 1573), y su discípulo Diego López en Declaración magistral sobre los Emblemas de Andrés Alciato (Nájera, 1615).

A principios del siglo XVII el tacitismo ya había tomado carta de naturaleza en España, como demuestra también la Doctrina política civil (1604) de Eugenio de Narbona, primera manifestación del tacitismo político en la literatura española. Antes Antonio Pérez, secretario de Felipe II, fue tacitista, y autores como Furió Ceriol, Alamos de Barrientos y Antonio de Herrera.

Juan de Salazar, en Política española (1619), describió una España providencial que perduró hasta que tomaron primacía los motivos políticos, con el movimiento tacitista. Durante la decadencia política española se siguió a Maquiavelo sin caer en el maquiavelismo, en una modernidad que no rompió con la tradición, y posibilitó la difusión del tacitismo.

Entre los tacitistas españoles más importantes de esta época se encuentran Juan Alfonso de Lancina por sus Comentarios políticos a los Anales de Cayo Cornelio Tácito (Madrid, 1687), y en Baltasar Alamos de Barrientos (1555-1640), erudito español de Medina del Campo (Valladolid), arrestado en 1590 por amigo de Antonio Pérez, casado con una descendiente de Cristóbal Colón, influido por el duque de Lerma, Antonio Pérez y el conde-duque de Olivares, autor de Tácito español ilustrado en aforismos (Madrid,1594), y coautor de Norte de Príncipes, virreyes, consejeros y embajadores, con advertencias políticas muy importantes sobre lo particular y público de una Monarquía, fundada para el gobierno de Estado y Guerra (1603), y Discurso político al rey Felipe III al comienzo de su reinado. Tacitista porque defiende la idea de que los príncipes se apoyan en los súbditos y no en las instituciones, la política es volitiva, y es partidario de una política ajena a la moral, aunque relacionada con ella, siendo el punto primario de reflexión para todo político el hombre, por lo que se impone la necesidad de una teoría política basada en la experiencia histórica.

Mateo López Bravo (2ª mitad del siglo XVI-1627) fue escritor moralista y político socialista, gobernador de la Sierra de Gata (hasta 1616), juez extraordinario de Ocaña y Vélez (1617) y juez de obras y bosques y alcalde de Casa y Corte (1623-1627), influido por los Anales de Tácito y autor de Del rey y de la razón de gobernar (Madrid, 1616), en tres volúmenes (Del rey; De la razón de gobernar y la justicia; Del arte de gobernar, o sobre la abundancia de los bienes). Es un pensador radical que critica el sistema económico y social de España desde una actitud tacitista, siguiendo la idea de racionalización que había iniciado Furió Ceriol y habían continuado Alamos Barrientos y López de Vega. Considera la justicia virtud por excelencia, y fue partidario de una clase media que constituyera la mayoría de la población, así como de un hombre nuevo, desprendido del lujo y del afán de posesión, solidario con el prójimo.

Retratos Furió Ceriol Ribadeneira
FADRIQUE FURIÓ CERIOL Y PEDRO DE RIBADENEIRA


6. TEORÍA DEL CONSEJO 

La teoría de la razón de España forjada en la España del siglo XVII fue la del Consejo Real. Estadistas y tratadistas políticos basaron sus fundamentos en tres pilares:
1. las Sagradas Escrituras
2. la razón natural
3. la conveniencia práctica

Muchas fueron las alusiones que justifican la toma de consejo en las Sagradas EscriturasLa razón natural fue citada por Juan de Madariaga en su Del Senado y de su Príncipe (Valencia, 1617) y por Pedro de Rivadeneira en Tratado del príncipe. Y la conveniencia práctica es la teoría que defiende que los asuntos de Estados deben ser bien estudiados y clarificados por el rey mediante la ayuda de consejeros.

El Consejo constituye por eso una pieza esencial en la organización del poder político, aunque los tratadistas discutiesen la forma de ponerlo en práctica: elección de consejeros, número adecuado, tiempo en el cargo, etc.

En su Del Senado y de su Príncipe, Madariaga llamó Senado al Consejo y lo consideró como "ayuntamiento de ciertas personas escogidas que, siendo acordadamente llamadas y convocadas, se congregan en uno con autoridad pública para tratar del bien común". Todo Consejo debe ser minoritario y aristocrático, expresamente citado, y congregado en uno, lo que quiere decir emitido unánimamente y en común, y realizado con autoridad pública y competente.

Los tratadistas admitieron por eso que el Consejo debe ser establecido por el Príncipe y formado por aquellos que demuestren mayor sabiduría, lealtad, prudencia y libertad en la exposición de sus opiniones, debiendo ser pocos los consejeros. Además, Madariaga propuso el modo de entrada y salida del Consejo, el orden de las votaciones, el voto público o secreto, el voto de los ausentes, el secreto obligado sobre lo tratado, la posibilidad de rectificar el voto, el número de votos para el acuerdo, etc.

Respecto a la obligación del Príncipe de aceptar el consejo unos opinan que debe aceptarlo, y otros que no; siendo mayoría los que opinan que el Príncipe tiene obligación de oír al Consejo, pero quedando en libertad moral y jurídica de aceptarlo o no. Pedro de Rivadeneira, por ejemplo, fue de los que permitían la libre elección del Príncipe para aceptar los consejos.

En la Monarquía española los Consejos Reales tuvieron una gran importancia en la toma de decisión de gobierno, su número amplio, y fueron ordenados en función de su jurisdicción territorial (Consejo de Castilla, Aragón, Italia, Indias, Flandes, etc.), o según las funciones que desempeñaban (Inquisición, Guerra, Hacienda, Ordenes militares, etc.). Teniendo predominio el Consejo de Estado, presidido por el Rey.

El más firme defensor de la teoría del Consejo Real como método de gobierno fue el valenciano Fadrique Furió Ceriol, quien escribió El Concejo y consejeros del Príncipe (Amberes, 1559). Fue historiador y cronista de Felipe II, considerado como humanista erasmistas por su apasionada defensa de las traducciones de la Biblia en lengua vulgar.

Su doctrina parte de la Paraclesis de Erasmo, y asegura que la verdadera teología consiste en conocer a Dios y a Cristo. Su proyecto político es pues racionalista, ofreciendo una concepción laica del Estado. Antirracista, se mostró contrario a los estatutos de limpieza de sangre, siendo el primero que clamó en defensa de la solidaridad y de la razón durante la segunda mitad del siglo XVI. Planteó la reforma política en términos institucionales, rechazando que le Príncipe debiera establecer una organización de gobierno según Cristo. Defendió por eso la neutralización de la religión, y separó siempre lo religioso de lo político. Fue por tanto tacitista, fundando la solidaridad en la razón, libre de toda clase de prejuicios nacionales, sociales o religiosos. Anticipó pues la separación de poderes, siendo siempre partidario de racionalizar el funcionamiento del gobierno.


FELIPE II PRESIDIENDO UN AUTO DE FE


7. REGALISMO

Regalismo es un movimiento ideológico-político que trata de reafirmar los derechos de una Monarquía secularizadora y progresista en el ámbito social y cultural frente a los intereses eclesiásticos ligados al dominio político del Romano Pontífice y el movimiento ultramontano. Al absolutismo de la Santa Sede los regalistas opusieron el absolutismo del Estado, aminorado por una tendencia a la popularización de la cultura, el destierro de la ignorancia, la transformación socioeconómica y la extensión de las luces. Lo que suponía un avance considerable sobre el ultramontanismo, pues se trataba de dar paso de una Monarquía absoluta imbuida de teocratismo a otra de tendencia secularizadora. No surgió repentinamente con la llegada de los Borbones, pues las luchas entre el Papa y los reyes españoles, por motivos de jurisdicción, datan de las mismas fechas en que se constituyó el Estado español: las prácticas del regium exequatur y la retención de bulas provienen del reinado de los Reyes Católicos, confirmada por decreto de Felipe II en 1569. El Real Patronato, fundamento de la presentación de obispos, proviene de 1479 y se confirmó en 1523 por Adriano IV, 1529 por Clemente VII y 1534 por Pablo III. El recurso de fuerza quedó ya definido en la ley regia de que limitó las competencias de las jurisdicciones eclesiásticas, autorizando a recurrir las sentencias pronunciadas ante un tribunal civil.

La edad de oro del regalismo español fue el reinado de Felipe IV (1621-1665), durante el cual se multiplicaron las intervenciones del poder civil en asuntos religiosos. En 1638 una Real cédula prohibió la fundación de nuevos conventos; las Cortes protestaron que pudieran ser impuestas las rentas eclesiásticas y se prohibió a la Iglesia adquirir nuevas propiedades. Durante los reinados de Felipe III y Felipe IV se multiplicaron los recursos de fuerza, y al de Felipe IV corresponde el florecimiento de los más destacados regalistas y la publicación de los más famosos tratados, como fueron los de Jerónimo Cevallos, Pedro González de Salcedo y Francisco Salgado de Somoza, que constituyeron las fuentes doctrinales y los estimulantes más poderosos de la práctica regalista de su tiempo y de todo el siglo XVIII.


8. SEGUNDA CONTRARREFORMA

La segunda Contrarreforma es un movimiento iniciado en la segunda mitad del reinado de Felipe II cuyo objetivo era la preocupación por la situación política de España.

Mientras en Europa, los nuevos pensadores, como Maquiavelo, Bodino y Hobbes, establecieron su teoría del Estado absoluto con su razón de Estado, los tratadistas españoles intentaron una formulación teórica nueva del Estado renacentista. Durante el reinado de Carlos I se rompió el populus christianus medieval, y surgió una nueva organización político-jurídica, con poder independiente, que ejerció dominio sobre un grupo humano diferenciado, y se llamó Estado absoluto, porque ejerció dominio total sobre las personas.

La idea imperial quedó así sustituida por los Estados modernos, sin abandonar la concepción católica, que reconocía potestas indirecta de la Iglesia, distinguiendo entre lo temporal y lo espiritual, con separación de Iglesia y Estado, y superioridad del poder espiritual en lo religioso, hasta el punto de poder deponer al Príncipe y privarle de sus bienes si realizase algo contrario a la religión.

Al surgir Nicolás Maquiavelo fue preciso replantear la potestas indirecta, en 1559. Maquiavelo había descubierto una realidad política natural, regida por leyes, que llamó razón de Estado. Estudió pues el Estado como realidad natural, sin preocuparse de la fe, por lo que los españoles identificaron su doctrina con el naturalismo protestante y ateo. Surgiendo un Antimaquiavelismo español que promovió la armonía entre razón y fe, con ideología contrarreformista. Este proceso aisló a España del resto de Europa, y que Ortega y Gasset llamó tibetanización.


REGIONES Y CIUDADES DEL CAMINO DE SANTIAGO


739 kilómetros separan la Colegiata de Roncesvallesen el Pirineo navarro, de Santiago de Compostela. Eso si se empieza desde territorio español, porque oficialmente es San Juan de Pie de Puerto, en Francia.

El denominado Camino Francés atraviesa una gran cantidad de ciudades y villas de importantísimo interés histórico, cultural y religioso: Pamplona, Puente la Reina, Estella, Viana, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, Fromista Carrión de los Condes, Sahagún, León, Astorga, Villafranca del Bierzo, Ponferrada, O Cebreiro, Sarria y Arzúa.

Camino francés Santiago ciudades pueblos
REGIONES Y CIUDADES DEL CAMINO DE SANTIAGO


1. NAVARRA

En Roncesvalles se recuerda la batalla entre carolingios y vascones. Carlomagno y sus legendarios paladines los Doce Pares de Francia, encabezados por el guerrero Roldán, murieron emboscados mientras volvían de saquear Pamplona, y enterrados, según la tradición, en la capilla románica del Sancti Spiritus, denominada "Silo de Carlomagno". 

Aquellas andanzas quedaron narradas en el poema épico La Chanson de Roland (La Canción de Roldán), escrito en el siglo XI en francés antiguo.

La Real Colegiata, construida en 1219 por Sancho VII el Fuerte, el rey navarro vencedor en Navas de Tolosa, cuyos restos mortales y los de su mujer, Clemence de Toulouse, reposan en un sepulcro gótico. El conjunto se completa con la capilla de Santiago, del siglo XIII, y un monumento que representa la mítica lucha entre Roldán y Ferragut.

Tras pasar por Burguete y Zubiri, el puente gótico de la Magdalena da la bienvenida a Pamplona, para dirigirse bajo el Baluarte del Redín hasta el Portal de Francia, seguido por Navarrería hasta la catedral del siglo XV, construida sobre una anterior románica.

Esta catedral fue reconstruida por Carlos III en Noble de Navarra tras su hundimiento en 1390, quien también promovió los soberbios palacios fortificados de Tafalla y Olite. La nueva catedral gótica se apropió de las riquísimas dependencias añadidas durante los siglos XIII y XIV.  El claustro gótico, de los mejores de cuantos existen, posee un despliegue escultórico extraordinario.

camino santiago monumento alto perdón peregrinos
MONUMENTO A LOS PEREGRINOS

El conjunto gótico de la catedral quedó en buena parte oculto al levantarse, a finales del siglo XVIII, la nueva fachada clasicista por el maestro Esteban. Ese frente clásico, erigido a costa de demoler los que quedaba de la seo románica, es una notable obra de arquitectura.

Los peregrinos medievales recorrían la llanura navarra donde la Crónica de Turpín ubicaba el campamento de Carlomagno y salvaba el Alto del Perdón, la primera prueba de superación personal y tentación frente al diablo, que esperaba en la subida disfrazado de falso peregrino y tentaba a los romeros para que abandonasen la peregrinación.

Los romeros compostelanos llegaban a Puente la Reina fortalecidos física y espiritualmente, rendían culto al Cristo del Crucifijo, custodiado por templarios hasta 1314, y recorrían la rúa Mayor, que conserva su aspecto medieval. Se trata del punto donde se une el Camino Aragonés con el Francés. A la salida de la villa se encuentra el Puente del río Arga o Puente Regina, dedicado a doña Mayor, mujer del poderoso rey Sancho III el Mayor. Se trata de una espléndida obra de seis ojos del siglo XI, que contaba con dos torres defensivas hasta mediados del siglo XIX. Está considerado el puente más hermoso del Camino Francés.

El enclave era estratégico hasta el punto en el que los templarios terminaron siendo señores de la villa. También son valiosas la iglesia y el convento del Crucifijo, de estilo renano, y la iglesia de Santiago, que conserva la imagen más antigua del apóstol, y la iglesia de San Pedro, que guarda una imagen gótica de la leyenda de la Virgen del Puy del Txori (del pájaro).

Puente Reina Estella Arga
PUENTE LA REINA Y ESTELLA

Estella es una ciudad monumental fundada en 1090 gracias al flujo de las peregrinaciones, y relacionada con las canciones de gesta. En ella se asentaron comerciantes y cambistas, principalmente francos y judíos. Cerca del río Ega está la iglesia del Santo Sepulcro, en estilo gótico, con su tímpano y las estatuas de los apóstoles a los lados. En el siglo XIV fue famosa por su floreciente comercio y por albergar seis hospitales para peregrinos.

El Camino continua por Ayegui y el monasterio de Santa María de Irache, fundado por benedictinos en el siglo XII, en las faldas del mítico Montejura, sede de la primera universidad navarra.

En el templo de Villamayor sigue la lucha entre Roldán y Ferragut. En Los Arcos destaca su torre plateresca. En Torres del Río se encuentra la iglesia del Santo Sepulcro, un pequeño templo románico atribuido a los templarios.

El último punto del Camino por Navarra es Viana, ciudad-fortaleza. Construida por los reyes navarros para reforzar militar y económicamente la parte suroeste del reino. La iglesia de Viana conserva el sepulcro de César Borgia en su suelo, un personaje que inspiró El Príncipe de Maquiavelo.

AYUNTAMIENTO DE VIANA


2. LA RIOJA

Un puente de piedra permite el paso a Logroño, en la provincia de La Rioja. Otra ciudad fronteriza beneficiada por las peregrinaciones, donde se encuentra las iglesias de San Bartolomé y San María de Palacio con magníficos restos románicos.

A las afueras de Logroño, se encuentran Navarrete, con su antiguo hospital de la Orden de San Juan, Tricio, con el Poyo de Roldán, donde tuvo lugar el legendario enfrentamiento entre Roldán y Ferragut, gigante sirio descendiente de Goliat que venció a los mejores guerreros de Carlomagno, excepto a Roldán, quien le derribó lanzándole una piedra.

Nájera es la capital más histórica de La Rioja. Su Monasterio de Santa María la Real, de 1032, su iglesia gótica, el panteón real y el magnífico Claustro de los Caballeros resumen su importancia histórica, en ellos se conservan dos hermosos sepulcros románicos pertenecientes a Blanca de Navarra, García Sancho el de Nájera y Garcilaso de la Vega.

Monasterio Santa María Real Nájera
MONASTERIO DE NÁJERA Y CATEDRAL DE LOGROÑO

Santo Domingo de la Calzada fue fundado precisamente por el santo que lleva su nombre, Domingo García, uno de los artífices del Camino que fue enterrado en la calzada que él mismo construyó, un gran "ingeniero de caminos". La erección del puente sobre el río Oja, el inicio del bosque que los precede y la fundación de un hospital fueron los ejes de la fundación de un núcleo urbano destinado al auxilio de los peregrinos en el siglo XI.

Esta ciudad se desarrolló con el aporte de los peregrinos: en 1120 se empezaron a asentar edificios en torno al sepulcro de Domingo, fallecido a comienzos del XII; se creó un santuario; más tarde se levantó una iglesia surgida como colegiata y destinada a convertirse en catedral; el mismo arquitecto del templo románico, el maestro Garsión, se ocupó de trazar los solares y calles de un núcleo en crecimiento; la villa adquirió titularidad de burgo en 1232, cuando sería nombrado cabeza de diócesis episcopal.

CATEDRAL DE EL SALVADOR DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA

La
 Catedral de El Salvador posee una magnífica cabeza, unos gentiles ábsides y un hosco triángulo militar, que al igual que sus nuevas murallas urbanas, revela su erección durante una época beligerante. El último componente de la catedral responde al esplendor arquitectónico de La Rioja en el siglo XVIII y se encuentra separado físicamente del templo: la torre, la más alta y representativa de la región, fue elevada sobre fuertes cimientos, aparejos de cal, arena y cuernos de vacuno, tras el fracaso de sus predecesores.

Junto a la puerta principal, que es la lateral, se encuentra el sepulcro de santo Domingo, con una grandiosa efigie yacente del siglo XIII y un templete gótico más tardío.

En este templo destaca el gallinero gótico con una pareja de gallo y gallina blancos, que son reemplazados semanalmente, son símbolos de una de las leyendas peregrinas más famosas. La célebre frase "Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada" hace referencia a la leyenda de un joven peregrino alemán que, tras ser ahorcado por culpa de una acusación falsa, resucitó por intersección del santo. Cuando los padres del muchacho fueron a contárselo al corregidor, este dijo incrédulo que se hallaba tan muerto como el ave asado que estaba a punto de devorar, y que recuperó la vida y se puso a cacarear.

Placa Camino Santiago Belorado
PLACA DEL CAMINO POR BELORADO


3. BURGOS

Los 114 kilómetros burgaleses del Camino Francés conservan una importante huella religiosa, cultural e histórica en villas como: Redecilla del Camino, Belorado, Villafranca, Montes de Oca, San Juan de Ortega, Atapuerca, Burgos, San Antón y Castrojeríz son sus hitos importantes.

San Juan de Ortega fue favorecido por reyes, nobles y eclesiásticos para atender a los peregrinos en una zona especialmente peligrosa y estratégica como eran los Montes de Oca. Fue el lugar de retiro de este santo a su vuelta de Palestina y aquí decidió construir el Monasterio de San Juan de Ortega, obra cumbre de todas sus edificaciones levantadas en el siglo XII.

En la Edad Media, la traza románica jacobea atravesaba la nave de la iglesia, se iluminaba con rayos de luz que entraban por las arquivoltas y pasaban por la puerta del monasterio, alumbrando las esculturas de piedra. En un capitel de la nave de este monasterio, que reproduce la triple escena de la Navidad (la Anunciación, la visita de la Virgen María a su prima Isabel y el nacimiento de Jesús) es iluminado fugazmente por los rayos del Sol. Este efecto luminoso llamado "Milagro de la Luz", se produce en cada equinocio a las cinco de la tarde (hora solar). Esta curiosa escena sirvió para difundir a paganos y creyentes en un mensaje que todavía esconde misterios sin resolver, transmitido mediante la arquitectura de la Orden de los Hermanos Constructores.

San Juan Ortega monasterio Camino Santiago
MONASTERIO DE SAN JUAN DE ORTEGA

En Burgos se encuentra el prototipo de hospital modélico más influyente de todo el Camino, fundado por Alfonso VIII después de la batalla de Alarcos en 1195. Llegó a aglutinar 30 hospitales-albergues y a reunir unos 70.000 peregrinos al año en el siglo XVI. Estaba custodiado por las monjas del monasterio de Huelgas y la Orden de Calatrava.

La impresionante Catedral de Burgos constituye una de las joyas españolas de estilo gótico, aunque tiene añadidos renacentistas y barrocos. Fue fundada por Fernando III el Santo y el obispo Mauricio, quien había presenciado la eclosión de nuevos templos franceses en el siglo XIII. Construido por maestros galos se le fue añadiendo con el tiempo varias capillas, dependencias y anexos que los enriquecieron.

El gótico framígero coronó la catedral con nuevas flechas caladas y capillas excelsas, como por ejemplo, la capilla del Condestable. La fachada principal es la Puerta Real o del Perdón, restaurada en el siglo XIII por Juan de Colonia y flanqueada por unas torres del siglo XV. A la derecha del crucero está la puerta Sacramental, en la que destaca la imagen de Cristo Doctor, rodeado por las alegrías de los cuatro evangelistas. La Escalera Dorada, la nueva sillería coral o los relieves del trasaltar son aportes renacentistas de Diego y Gil de Siloé. Junto a la escalera, la nueva torre del cimborrio de Juan de Vallejo sirve de culminación del templo, en una obra que conjuga las tres tradiciones (gótica, renacentista y andalusí) que imperaba en el arte español del siglo XVI. El Papamoscas es uno de los pocos relojes con autómatas que aún se mantienen en funcionamiento en España.

CATEDRAL DE BURGOS Y ESCULTURA DEL CID CAMPEADOR

Otro monumento de gran interés artístico es el Real Monasterio de la Huelgas, de monjas de Cister, fundado en 1187 por Alfonso VIII y Leonor de Aquitania, así como la Cartuja de Miraflores, palacio del rey Enrique III, donado por Juan II a los monjes cartujos.

Poco antes de Castrojeriz, asombran las ruinas del monasterio de San Antón, fundado en el siglo XII por la Orden de los Antonianos para curar a peregrinos enfermos de ergotismo.

Castrojeriz fue en el Medievo la segunda población burgalesa más importante del Camino. En su entrada se ve la gran silueta de la ex colegiata de Santa María del Manzano, un monumento románico-ojival. En el interior se puede apreciar la talla de Nuestra Señora del Manzano, virgen popular y milagrera de las cantigas de Alfonso X el Sabio.

MONASTERIO DE SAN ANTÓN


4. PALENCIA

En esta provincia se halla la más preciosa de las iglesias románicas del Camino. La iglesia de San Martín de Fromista, erigida en 1066, es un templo de tres naves paralelas cortadas por otra de crucero, sobre la que surge una linterna octogonal del siglo XV. Más de cien capiteles y trescientos canecillos representan todo el estilo románico.

En Villalcázar de Sirga destaca Santa María la Blanca, donde se venera una virgen inmortalizada en las cantigas del rey sabio por conceder milagros.

IGLESIA DE SAN MARTÍN DE FORMISTA

Concilios y cortes tuvieron como sede a Carrión de los Condes, patria del marqués de Santillana. Su iglesia de Santa María del Camino, construido en románico del siglo XII, es el templo más antiguo de la ciudad, posee alusiones al Tributo de las Cien Doncellas.

Palencia es tierra de construcciones de barro, una arquitectura humilde que tiene sus mayores referencias en Sahagún, aunque pertenece a la provincia de León. Esta villa fue centro de la influencia cluniacense en España. Tuvo jurisdicción sobre casi un centenar de monasterios, conventos e iglesias y que en el siglo XIV llegó a tener universidad de teología y derecho canónigo. En sus cercanías se alza el monasterio de San Pedro de Dueñas.

ARCO DE SAN NICOLÁS DE SAHAGÚN


5. LEÓN

La primera población importante en territorio leonés es Sahagún.

Mansilla de las Mulas, que conserva buena parte del lienzo de sus murallas, que asoman a la ribera del Esla. En las cercanías de este río hubo antaño un elevado número de grandes monasterios que han ido desapareciendo, ahora quedan tres monumentos de interés: Santa María de Sandoval y Santa María de Gradefes, los dos del siglo XII y cistercienses, y San Miguel de la Escalada, del X.

León fue capital de un importante reino cristiano peninsular durante el Medievo. la plaza de Regla siempre fue un espacio asociado a la catedral, donde tenía lugar fiestas, celebraciones, torneos y corridas de toros.

CATEDRAL DE LEÓN

La catedral de León es la más pura del gótico francés en España, inspirada en la de Reims, no es la más grande en cuanto a medidas, pero es la más grandiosa en concepción y espiritualidad. Consigue, mediante la depuración de su estructura, la máxima desamortización posible.

Tiene 125 ventanales con más de 1.900 metros cuadrados de vidrieras. El ornato pétreo se reservó para las portadas, donde figuran algunas de las mejores creaciones de la escultura gótica europea. El obispos Manrique de Lara emprendió las obras de la edificación gótica, pero hasta 1301 no se terminó lo fundamental de la misma. La actual capilla de Santiago es la antigua librería de la catedral, cuyos muros delatan la presencia medieval de anaqueles y estanterías. En el Pórtico Real existen piezas, como el relieve de los Condenados y los Justos, a su pie se conserva el Locus apellationis, el lugar donde se celebran los juicios a las puertas del templo.

COLEGIATA DE SAN ISIDORO

La colegiata de San Isidoro, románica al estilo de la de Jaca o Fromista, con añadidos góticos y resto del templo anterior. Adosado a este se halla el Panteón Real, en el que convive un románico primitivo con la inspiración de los artistas de la corte asturiana y aun la visigótica. En él destaca la colección de capiteles, las pinturas de muros y bóvedas con detalles del Apocalipsis y del Nuevo Testamento, así como temas agrarios y geométricos; es el mejor conjunto de pinturas de la época: 23 reyes o reinas, donde infantes y nueve condes recibieron sepultura es este lugar.

El monasterio de San Marcos es una obra plateresca, sede en su día de la Orden de Santiago en la que penó Francisco de Quevedo, y hasta cuartel militar. A su lado se encuentra un iglesia en gótico decadente, decorada con motivos platerescos y con una fachada renacentista llena de conchas de peregrinos.

A las afueras de León, está la población de la Virgen del Camino, con el santuario de la patrona de la región. El puente de Órbigo es famoso por el torneo de caballería andante más estúpido de la historia, protagonizado por Suero de Quiñones.

CATEDRAL DE ASTORGA

Tras una docena de kilómetros pasando Hospital de Órbigo aparece la capital de la Maragatería, Astorga, la antigua Asturiaca Augusta. El recinto amurallado y los restos arqueológicos recuerdan el pasado de un núcleo relacionado con las explotaciones auríferas de El Bierzo y que hacia el siglo III comenzó a tener un papel importante en el establecimiento del cristianismo peninsular.

Posee una magnífica catedral gótica, basada en una iglesia románica medieval que se fue demoliendo desde el último tercio del siglo XV para construir la actual, en la que la variedad y riqueza de las bóvedas son la mejor expresión de un gótico maduro. Tras levantar su espigada cabecera de parecido gótico norte-europeo, la catedral se extendió hasta su fachada principal, que copia a la que tuvo la Catedral de León. El pintor y escultor Gaspar Becerra creó el retablo mayor de esta catedral, casi el mejor de España entre los de su tiempo.

El conjunto catedralicio astorgano se extiende mucho más allá del templo mayor: el hospital de San Juan, y dependencias diversas como el seminario, las paneras del cabildo, o el palacio episcopal levantado por Gaudí y hoy convertido en Museo del Camino.

En esta ciudad romana destaca el estilizado Palacio Episcopal, rodeado de una larga muralla que envuelve a una gran parte de la ciudad maragata. Fue proyectado por el genial Antonio Gaudí entre 1887 y 1889, año en que se inició su construcción, que finalizó en 1915. Los personajes más populares de Astorga son los maragatos autómatas que dan las horas en el reloj del barroco Ayuntamiento.

PALACIO EPISCOPAL DE GAUDÍ

Los peregrinos cruzaban los montes de León por los valles de La Cepeda, al norte de Astorga, entrando por el valle del río Tremor, o por Rabanal y Foncebadón.

Al salir de Astorga se alza Castrillo de los Polvazares, conjunto histórico-artístico, pero más conocido por su cocido maragato. A la izquierda se encuentra el monte Teleno y el río Duerna, antiguas explotaciones auríferas de los romanos.

El roble de Rabanal del Camino es un ejemplar centenario vinculado con los templarios que forjaron en los montes de León una de sus poderosas encomiendas, mientras que Foncebadón, en el que se celebró un concilio en 946, está despoblado.

La mítica Cruz de Ferro es un humilde altar de piedras en la cima de los Montes de León, coronada con un poste de madera que tiene clavado en la punta una pequeña cruz metálica. Se encuentra a 1.500 metros de altitud, en un paso de montaña duro, desolado y peligroso durante la Edad Media, pudiendo tratarse de un monumento funerario.

CASTILLO DE PONFERRADA

En el descenso hacia El Bierzo, el primer núcleo habitado es El Acebo, de arquitectura berciana y tejados de pizarra, y con una iglesia de San Miguel del siglo XVI.

En Ponferrada, capital de la comarca de El Bierzo, destaca el Castillo Templario, y a corta distancia de Cacabelos se halla el monasterio cisterciense de Santa María de Carracedo, fundado al filo del milenio y reconstruido en tiempos de Alfonso VII.

En Villafranca del Bierzo se encuentra la confluencia de los ríos Burbia y Valcarce, destaca de la iglesia de Santiago, erigida entre los siglos XII y XIII. Su Puerta del Perdón se abre únicamente en Año Xacobeo, como la Puerta Santa de la catedral compostelana. Tiene la peculiaridad de otorgar el jubileo, perdón o consecución de la peregrinación en sustitución a la catedral gallega de Santiago, a los peregrinos enfermos. No es de extrañar que muchos caminantes con problemas de salud se den la vuelta en Villafranca justo antes de subir por las duras rampas del puerto de Piedrafita, que se interna en Galicia.

VILLAFRANCA DEL BIERZO


6. LUGO

En la cima del puerto de Piedrafita se ubica O Cebreiro, una pequeña aldea ubicada en un antiguo enclave romano a 1.300 metros de altitud y que supone la puerta de entrada a Galicia. Unas reconstruidas pallozas circulares rodean la prerrománica iglesia de Santa María la Real, la más antigua de toda la ruta jacobea, que fue escenario en el Medievo, según la leyenda, de un milagro eucarístico. En el templo se conserva el cáliz y una patena de origen romano, cuyo vino y hostia se convirtieron supuestamente en sangre y carne. Este icono es conocido como Santo Grial y aparece en el escudo de Galicia.

Tras un largo descenso del valle aparece Triacastela, después se halla Samos, con uno de los grandes monasterios gallegos, y Sarria, dominada por los restos del viejo castillo donde murió Alfonso IX mientras peregrinaba a Compostela.

MONTE O CEBREIRO

A lo largo de este trayecto se suceden pueblos y caseríos al lado de ermitas románicas y viejos castros, como Barbadelo y la iglesia románica de un antiguo monasterio fundado en el año 874.

Puertomarín abraza el río con sus dos barrios: San Pedro y San Nicolás; unidos por el puente romano, destruido en las luchas del Medievo y reconstruido hacia 1120, por otro impulsor de la peregrinación: Pedro Peregrino. La iglesia de la Orden de San Juan tuvo que ser trasladada piedra por la construcción en 1962 del embalse de Belesar.

En Villar de Donas existe un pequeño monumento románico que fue el lugar de enterramiento de los caballeros de Santiago radicados en Galicia.

PORTOMARÍN


7. A CORUÑA

En pleno corazón de Galicia abundan las viejas mansiones señoriales hasta llegar a Mellid, importante enlace jacobeo en el que se unía el Camino Francés con la ruta que proveniente de Asturias a través de Ribadeo y Mondoñedo.

El Hito 100 indica que queda una centena de kilómetros hasta llegar a Santiago. Facilita la adquisición de la Compostelana a los peregrinos que acrediten mediante su credencial, al menos, cien kilómetros a pie o doscientos a caballo o en bicicleta.

Dos kilómetros antes de llegar a Ligonde se encuentra el Cruceiro de Lameiros, del siglo XVII. Aparece cerca de un hospital de peregrinos  abierto hasta finales del siglo XVIII, rodeado de un paisaje sereno y acogedor, en compañía de un viejo roble centenario y campos de hierba, con inquietantes esculturas y mensajes canteriles. En su base hay serpientes enroscadas, calaveras y esculturas relacionadas con los clavos, las espinas y otros símbolos de la crucifixión de Cristo. Y en la cruz de piedra la Virgen representa la maternidad y la vida. En las colinas de los alrededores tuvo lugar el enfrentamiento entre las tropas cristianas y el ejército de Almanzor en el año 820.

CRUCEIROS Y SÍMBOLOS JACOBEOS EN LA SIERRA DE LIGONDE

El Cruceiro de Melide, en la provincia de A Coruña, es el más antiguo de Galicia, ya que data del siglo XIV.

Justo antes de entrar a Santiago de Compostela, los peregrinos ascienden al Monte de Gozo, a 380 metros de altitud, en su cumbre vislumbran las torres de la catedral. Precisamente su nombre procedente del sentimiento de satisfacción que sienten al encontrarse, tras un ruta llena de penalidades, tan cerca de la meta. El primero de un grupo o congregación de peregrinos en coronar esta cima era denominado "Rey de la peregrinación", king, roi, könming, etc.

Dentro de Santiago de Compostela, el destino final se consigue en la Plaza del Obradoiro.

ESCULTURAS AL PEREGRINO EN EL MONTE O GOZO


8. SANTIAGO DE COMPOSTELA

El hallazgo o invención del sepulcro de apóstol Jacobo el Mayor en Galicia fue una genialidad de la España cristiana, necesitada de algo que la vertebrara y la motivara para expandirse hacia el sur.

Santiago es la meta de cualquier peregrino, una ciudad-convento que se desarrolló con el hallazgo del sepulcro. Teodomiro, Sisinando y Gelmírez son los tres obispos que establecieron las bases de su futuro crecimiento urbano y arquitectónico, apoyados por monarcas que favorecieron el patronazgo del apóstol. Decenas de templos y centros de vida religiosa se fueron edificando para atender las necesidades crecientes de la urbe sacra, hasta convertirse en la tercera ciudad de la cristiandad, después de Roma y Jerusalén.

Por la rúa de San Pedro, entrada de la ciudad, se encuentra el crucero de Home Santo de Bonaval, del siglo XV, y en la plaza que queda detrás se encuentra el antiguo convento de Santo Domingo de Bonaval fundado en 1220 por santo Domingo de Guzmán. En una de sus capillas se halla el panteón de Gallegos Ilustres y en gran parte de sus dependencias está instalado el museo do Pobo Galego dedicado a la etnografía de la región.

Los peregrinos entran en el antiguo recinto amurallado por el espacio que ocupaba la puerta del Camino, una de las siete que había en la Edad Media. Esta muralla fue reconstruida en el siglo XI, después de que Almanzor saqueara la ciudad en el año 997.

El primer edificio de la calle de las Casas Reales es la iglesia de Santa María del Camino, del siglo XVIII, en un ensanchamiento de la calle se alza el pazo barroco de los Fondevila y la neoclásica capilla de las Ánimas, ambas del siglo XVIII.

En la plaza de Cervantes, además de la fuente con el busto del autor del Quijote, están la iglesia de San Benito del Campo, también neoclásica del siglo XVIII, y el museo del Azabache. Cerca de esta plaza se encuentra el monasterio de San Paio de Antelatares, fundado por Alfonso II en el siglo IX para alojar a una comunidad de monjes benedictinos encargada de custodiar el sepulcro del Apóstol. Desde la misma se accede al museo de Arte Sacro, en el que se expone una colección de escultura, pintura, orfebrería y ornamentos litúrgicos.

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

En la plaza de la Inmaculada, cerca de la catedral, se encuentra el antiguo monasterio de San Martín Pinario, que compite en tamaño con la propia catedral. En la actualidad es la sede del Seminario Mayor y del archivo histórico diocesano.

El Arco del Palacio comunica la plaza de la Inmaculada con la del Obradoiro. El pasadizo del arco queda debajo del palacio Episcopal, que engloba las estancias románicas del pazo de Gelmírez, construidas en los siglos XII y XIII.

La Plaza del Obradoiro, cuyo nombre se debe a los trabajadores de los talleres canteros donde labraron las piedras que levantaban la Catedral de Santiago en el siglo XI, es el epicentro de la ciudad. En este gran caja de piedra se alza la gótica fachada de la Catedral, en el lado Poniente, el románico del palacio de Gelmírez y del pórtico del palacio de San Jerónimo, el plateresco del Hospital de los Reyes Católicos, el renacentista del cercano Colegio Fonseca, el barroco en la misma fachada catedralicia, y el neoclásico del palacio Rajoy, en el lado Levante.

PALACIO DE RAJOY Y PLAZA DEL OBRADOIRO

El Hospital de los Reyes Católicos fue un antiguo Hospital Real para enfermos y peregrinos construido en 1501. Ahora es un parador de turismo.

El Palacio de Rajoy fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII, para albergar el Seminario Mayor. En el relieve del frontón central se representa la batalla de Calvijo, y en el remate se sitúa una estatua de Santiago Matamoros.

Junto al colegio de San Jerónimo de estilo románico se encuentra, en le rúa del Franco, el colegio de Fonseca, fundado en 1544 por el arzobispo Alfonso de Fonseca. Fue sede de la universidad y actualmente alberga la biblioteca universitaria.

PANORÁMICA DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO

La Catedral de Santiago es el resumen del mito jacobeo. Se comenzó a construir en el año 1075 en estilo románico, el propio de la época. Curiosamente, la conversión de este primer templo románico en sede catedralicia y el inicio de su reconstrucción, ambas cosas durante el último cuarto de siglo XI, supuso la destrucción del primitivo mausoleo, demolido por el arzobispo Diego Gelmírez.

Se convirtió en el modelo más elaborado de iglesia de peregrinación: edificio muy amplio, apto para muchedumbres, con naves alargadas y tribunas; en cuya construcción intervinieron aportaciones españolas, francesas y andalusíes e incluso elementos del románico lombardo.

La obra escultórica más valiosa y fundamental del románico del Camino de Santiago, construida por el maestro Mateo y transmitida por el lenguaje mágico de las piedras mediante los evangelistas, profetas, músicos, artesanos, dioses y demonios que van apareciendo en el panteón de piedra. Es un templo clásico, útil para todo tipo de oficios eclesiásticos, que permite a la vez la liturgia oficial y el flujo de gentes que circulan ordenadamente ante las reliquias.

Durante los siglos XVII y XVIII la catedral se cubrió con un ropaje barroco espectacular y escenográfico, acorde con el despliegue urbanístico que lo rodea, bajo el cuerpo medieval al que se anexiona, y sin perder la autenticidad del gran edificio románico que asombra en su interior.

La basílica tiene planta de tres naves con tribuna, crucero, girola y en los laterales las capillas absidales. Arriba en el techo se encuentra una bóveda de cañón muy hermosa que cubre la nave principal y la bóveda de arista en los laterales. De estilo románico y planta cruz latina, fue una de las catedrales más bellas de las que se construyeron por entonces. Se acabó de construir en 1128 aunque hasta el siglo XVIII se reformó varias veces; incluso hay varios movimientos artísticos dentro del templo. La extraordinaria longitud de la nave mayor estaba concebida para contener el coro capitular.

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

La fachada principal, en el lado occidental de la plaza, es de estilo barroco, por ella entran la mayoría de los visitantes. Fue construida entre 17738 y 1750 por Fernando de Casas. También de esa época son los remates barrocos de las torres, originalmente románicas, como la mayor parte del edificio.

La catedral, además de como templo, ejerció como fortaleza. Su gótica torre del Reloj se levantó como elemento defensivo, y bajo esta se construyó la puerta Real en 1666.

La puerta Santa se abre durante los años compostelanos. Fue abierta en el muro románico en el siglo XVI, aunque las actuales puertas de brocense se colocaron en 2004. También en el mismo siglo se construyó el claustro, siguiendo la moda hispánica de combinar una estructura gótica con ornamentos renacentistas.

Famosos son sus pórticos, como el de las Platerías y el de la Gloria. El maestro Mateo ejecutó la obra, promovido por los obispos Diego Peláez y Diego Gelmírez, y por el rey de Castilla, Raimundo de Borgoña.

TÍMPANO DEL PÓRTICO DE LA GLORIA

El Pórtico de la Gloria fue creado durante el reinado de Fernando II en 1168. Su tímpano se construyó unos años después en 1188. El tímpano de este pórtico representa la visión apocalíptica de la Gloria Celestial, presidida en el centro por Cristo y rodeado de varias imágenes, como cuatro de sus apóstoles y tal vez, uno de ellos represente a Santiago el Mayor. Cristo representa el sufrimiento mostrando sus llagas.

Las portadas Platerías y Azabachería son obras de arte. Los apóstoles que le acompaña en los laterales son reconocidos como San Juan, San Lucas, San Mateo y San Marcos, el médico. Algunas figuras de hombres llamados "Los justos". Los ángeles que aparecen como elementos sostienen una cruz, una corona de espinas, una lanza, una esponja, etc. Elementos relacionados con la pasión de Cristo antes de su muerte. Otros apóstoles reconocidos en otro de sus arcos son: San Bartolomé y Santo Tomás. El Arcángel favorito de Dios, su mano derecha, San Gabriel, también aparece en el arco de la derecha. En el arco izquierda aparecen algunos profetas del Antiguo Testamento.

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Llaman la atención las capillas radiales y las capillas laterales como la de San Andrés, San Antonio, Santa Catalina, la capilla de la Comunión, la de San Juan, la de la Concepción, la de Nuestra Sra. de la Concepción, la de la Virgen del Pilar, entre otras por su rica ornamentación.

El panteón real alberga la tumba del conde Raimundo de Borgoña y Galicia, la de la esposa de Alfonso VII, Berenguela; la de Inés de Castro, el de Fernando II y el de Alfonso IX.

En el altar mayor se encuentra la figura románica tallada en piedra del apóstol Santiago Peregrino sentado sobre un trono. Fue esculpido por el maestro Mateo en el siglo XIII. En su mano izquierda sujeta una vara de peregrino, vestido con una capa y con el símbolo de la Orden de Santiago. En la otra mano sujeta un pergamino abierto con unas palabras en latín. La figura de un obispo que sujeta dicho pergamino, pudiera ser el de Teodoromiro. Su cuerpo está recubierto de plata y pedrería del siglo XVIII. Los peregrinos suben hasta ella para abrazarla por una escalera situada a su espalda, en la girola. Bajo el altar mayor está el Sepulcro catedralicio, ubicado en el interior de una cripta. Allí se encuentran los restos del Apóstol, una sepultura en plata, muy trabajada al puro estilo románico.

El Botafumeiro es un enorme quemador de incienso, empleado solamente en las misas solemnes, pero en su origen se utilizaba para enmascarar el mal olor que desprendían los esforzados peregrinos. El botafumeiro original era de plata, se colocó en el siglo XVI y fue un regalo del monarca galo Luis XI, pero fue robado por las tropas de Napoleón durante la Guerra de la Independencia. El actual, fabricado en 1815, solo lleva un baño de plata, mide alrededor de un metro y medio de altura y pesa 62 kgs., a los que hay que sumarle los 40 kgs. de la carga de incienso y carbón. Resulta impresionante verlo oscilar a más de 20 metros del suelo, manejado por ocho hombres, los tiraboleiros.

Entre el modélico templo románico y las impresionantes reformas barrocas, el Renacimiento aportó a la catedral estancias sobresalientes como el claustro, trazado por Juan de Álava, y la casa del Tesoro, debida a Rodrigo Gil de Hontañón.

El órgano de la Catedral es del siglo XVIII. Como uno de los destacados promotores de la Catedral fue el obispo Teodomiro aparece con su lápida sepulcral. Su sala capitular y su biblioteca son de gran belleza. Son notables el museo capitular, la plaza y escalinata del Obradoiro, del siglo XVIII, que llama su atención por su belleza en conjunción con la piedra gris oscura típica de Galicia. Junto a la fachada de la Azabachería se ve la torre del Reloj.

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MAPA DEL CAMINO DE SANTIAGO