Durante la Alta Edad Media, toda Europa se convirtió en Camino hacia Santiago de Compostela. La corriente peregrina procedía de los más apartados rincones: Inglaterra, Escandinavia, Rusia, Turquía, Gracia, Egipto y Abisinia y hasta la lejana India. Los ríos humanos de peregrinos fluían hacia Francia donde se concentraban en torno a cuatro rutas principales perfectamente fijadas: Vía Turonense, Vía Lemovicense, Vía Podiense y Vía Tolosana. Por ellos entraban en la península cruzando los Pirineos.
Viajeros ilustres describieron otros caminos terciarios que partían de lugares más remotos todavía, en especial destacan los Camino Suizo, Transalpino y Marítimo Inglés.
La recuperación de la memoria histórica vinculada con las peregrinaciones medievales y el trabajo de señalización y divulgación de los nuevos itinerarios jacobeos, facilitados por las Asociaciones de Amigos del Camino, permite disponer de varias rutas jacobeas principales que llegan directamente a Santiago, como son los Caminos Francés, Portugués o Inglés.
Existen otras rutas secundarias como la Ruta de la Plata, del Norte, Primitivo, Vasco o Aragonés, que enlazan con las principales y con pequeños ramales, marcados con las flechas amarillas en casi todas las regiones españolas.
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ITINERARIOS DEL CAMINO DE SANTIAGO |