Blasco de Garay investigó y ejecutó pruebas con calderas de vapor y sistemas de agua hirviendo en barcos y molinos, pero no está claro que tuvieran éxito y se pueda atribuir a él la patente del invento de la máquina de vapor o del primer barco con propulsión de vapor. Su legado fue recogido por
Juan de Bracamonte, quien diseñó una máquina de guerra que supuestamente se movía sin el impulso del viento, sin posibilidad de ser incendiada, ni hundida por tormentas o impactos de cañón, según una patente registrada en 1588.
Sin embargo, desde el siglo XIX, algunos historiadores han considerado que Blasco de Garay inventó la máquina de vapor y la adaptó a las naos que ensayó, utilizándola como sistema de energía para propulsar las ruedas de paletas. El origen de esta suposición pudo haber estado en un error de interpretación sobre el texto del informe que Garay envió a Carlos V. Relataba que había ingeniado una embarcación para "navegar en calma", sin necesidad de velas ni remos.
Esta innovación técnica del barco con ruedas de palas está presente en los documentos del
Archivo General de Simancas, incluida por su director
Tomás González Hernández, en 1825. Se trata de una prueba de navegación a través de una supuesta máquina de vapor realizada en el puerto de Barcelona, el 17 de julio de 1543, por el mecánico naval y capitán de mar Blasco de Garay, de un sistema de navegación sin velas ni remos que contenía una "gran caldera de agua hirviendo". Interpretó que la única manera de "navegar en calma" es a través de una máquina de vapor, algo que se puede ejercer por otros medios de propulsión.
El archivo de Tomás González reconoce la existencia de 50 hombre sobre la nao
Trinidad, contra dicción que evidencia que eran la fuerza de los brazos de este amplio número de marinos la fuente de energía, y no una máquina de vapor. Pero debía estar basado en la leyenda generada a raíz de la falta de información, pues los informes que Garay enviaba al emperador eran secretos y confidenciales.
Este archivo fue replicado de forma errónea por el historiador
Martín Fernández Navarrete en su obra
Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron los españoles desde fines del siglo XV, publicada en 1825.
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LIBROS DE BLASCO DE GARAY |
Pero año más tarde, se fue comprobando mediante auténticos documentos que todo aquel invento consistía en barcos con ruedas en sus bordes, que eran movidas desde en interior por un grupo de hombres que ejercían su fuerza sobre cigüeñales o manubrios y cuyas palas hacían la función de remos.
En el Manual de física y elementos de química publicado por Manuel Rico y Sinobas y Mariano Santisteban, en 1856, reconocían que en las pruebas de Garay no hubo máquina de vapor, sino la fuerza de los marinos:
"Por el informe que sobre aquellas pruebas pidió el Gobierno a los hombres prácticos en la navegacion, no consta que en los mecanismos de Blasco de Garay hubiera el fuego necesario, ni la evaporacion del agua. En su lugar, segun el citado informe, se puede tener una idea del barco de Garay por la presente ilustración, en la cual se hallan representadas las ruedas de paletas a los costados de la nave, y en el centro del barco las masas de plomo que girando habian de favorecer la fuerza de los marineros empleados en hacer que se moviesen las ruedas de paletas impulsoras del barco."
Otros historiadores de la ciencia española también investigaron esta efeméride, como Nicolás García Tapia, el gran investigador de la tecnología pretérita nacional. Consultando los informes originales firmados por Garay y Carlos V, conformó que se realizaron pruebas en Málaga, en Barcelona y en Nápoles, desde 1538 hasta 1543.
Modesto Lafuente continuó el análisis escribiendo en su Historia General de España, de 1855, que era un grupo de "remeros" quienes hacían mover la rueda de paletas, y no una máquina de vapor de agua. Y concluyó que Tomás González podría haberse confundido al mezclas los inventos, pues en la nao Trinidad existía un sistema depurador de agua del mar que potabilizaba el agua recogida mediante una caldera, y posteriormente era ofrecida a los marinos durante su esforzado trabajo.
Y en este sentido, otros investigadores obtuvieron el mismo resultado, como Dionisio Chaulié, en el articulo publicado para la Revista Contemporánea en el verano de 1883.
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ESQUEMA DE MÁQUINAS DE BARCO DE RUEDA DE PALAS |