A comienzos de la Edad Moderna, la Cartografía española continuó a la vanguardia de Occidente como siglos antes lo hizo la Escuela astronómica y cartográfica alfonsí y la Escuela Cartográfica Mallorquina.
Promovidos por la Casa de Contratación, marinos, cartógrafos y cosmógrafos definieron los primeros mapamundis que incluían las tierras descubiertas en las Indias occidentales y orientales, así como cartas náuticas de los océanos y mares de buena parte del orbe. Fueron los primeros mapas del mundo conocido.
En el desarrollo de la cartografía que pudo conocer la Europa de la Edad Moderna intervinieron toda una serie de factores de los cuales el más determinante fue el inicio de la exploración atlántica por España y Portugal. Para el asentamiento y organización de ambos imperios era condición indispensable el conocimiento más preciso de los territorios por los que se extendían. Y una representación eficaz implicaba el dominio de saberes como geometría, trigonometría, astronomía o geografía, así como de técnicas como planimetría, cartografía y el manejo de instrumentos de medición de distancias y
niveles. La Corona española se preocupó de reclutar a los matemáticos, cosmógrafos y cartógrafos más preparados de su tiempo para diversos proyectos.
La cartografía y la náutica española de la Modernidad continuó a la vanguardia occidental, gracias a la gran escuela cartográfica y náutica de la España imperial que fue la Casa de Contratación de Indias. Fundada en Sevilla, en 1503, por los Reyes Católicos, tenía como objetivo la administración y control del tráfico mercantil con el Nuevo Mundo, pero tuvo una importante actividad científica. En esta institución se instruía a los pilotos en formación náutica para los viajes a las Indias bajo la autoridad del piloto mayor. El piloto mayor se dedicaba a examinar la enseñanza de la cosmografía y la construcción de instrumentos, así como a aprobar las cartas de marear, en cuya labor era ayudado por los cosmógrafos oficiales.
En 1508, Américo Vespucio, quien dio nombre al Nuevo Mundo, fue el primer piloto mayor de la Casa de Contratación de Indias. Se encargó aportar los instrumentos de navegación necesarios y su utilización tales como el astrolabio y el cuadrante, también de unir teoría y práctica y hasta de examinar el nivel de conocimientos y preparación de los pilotos.
Se establecieron cátedras de matemáticas, cosmografía, astronomía, cartografía, hidrografía y artillería, impartidas por profesores españoles e incluso extranjeros, como el inglés Sebastián Caboto, los flamencos Jerónimo Cock o Gemma Frisio, el italiano Américo Vespucio o los portugueses Diego Ribero y Fernando de Magallanes.
A mediados de siglo, se encargó dicha enseñanza a
catedráticos de cosmografía. El primer catedrático en cosmografía fue Jerónimo de Chaves, cuya cátedra fue creada en 1552. Además, se realizaban estudios
náuticos, cosmográficos y cartográficos, basados tanto en los
análisis como en la experiencia.
De cada viaje realizado, el piloto de Indias tenía que entregar las "relaciones" de las observaciones recogidas y cartas dibujadas sobre el mar o el terreno para construir la cartografía. También entregaba informes sobre el medio natural, las etnias y los idiomas. De modo que la Casa de Contratación, además de ser un centro de control de comercio, terminó por convertirse en un organismo científico, etnográfico, geográfico, historiográfico y de formación náutica. Por ello se generaron prontuarios que recibieron diversos títulos como Tratado, Arte, Regimiento, Suma, Instrucción, Compendio, Espejo, Luz, Antorcha y hasta Reparo a errores.
Durante el Siglo de Oro de los descubrimientos geográficos españoles, los principales pilotos cartográficos fueron Andrés de Morales, Américo Vespucio, Juan de la Cosa, Nuño García Torreno, Hernando Colón, Pedro de Medina, Alonso de Santa Cruz, Francisco Faleiro, Alonso y Jerónimo de Chaves, Juan López de Velasco, Fernández de Enciso, Martín Cortés, Rodrigo Zamorano, Andrés García de Céspedes, García de Palacio, Tomé Cano, Pedro Porter Casanate, entre otros. Se trataba de un grupo de científicos que habían encontrado su madurez profesional en pleno Siglo de Oro español, recogiendo el legado que en el Medievo dejaron sus precursores de la Escuela balear.
Prestaron unos amplios conocimientos en cosmografía y cartografía conseguidos durante sus expediciones marítimas para la elaboración del Padrón Real, que es el primer atlas universal de la Historia. Era el principal mapa español, de carácter oficial y secreto, que era utilizado como modelo para los sucesivos mapas y cartas náuticas que llevarían los barcos españoles durante todo el siglo XVI. Fue uno de los logros más sobresalientes de la Casa de Contratación de Sevilla, un documento envidiado por las potencias rivales de España.
Además, la cartografía puesta al servicio de Carlos V y Felipe II tuvo un objetivo legitimador de su vocación universalista, pues el piloto mayor diseñaba mapas alegóricos que prestigiasen la autoridad de la Monarquía de los Austrias.
Dada
la alta confidencialidad de los mapas y cartas, era de obligatoriedad que los planos,
bocetos y apuntes trazados por los pilotos en sus viajes quedasen custodiadas y
protegidas con medidas especiales de seguridad, jurando solemnemente no divulgar su contenido.
El papel era su principal material, lo que facilitaba que se quemara rápido
antes de ser interceptadas por un barco enemigo en plena mar. Otras de las
medidas requeridas por la Corte española fue que el número de copias del Padrón Real no podía ser mayor que el de pilotos
existentes de las Carreras de Indias.
A mediados del siglo XVI, sólo había 180 pilotos y poco más
de 200 maestres que navegaban la derrota de las Indias. Tan solo ellos y un muy
escaso número de personas tenían acceso a tan privilegiada información,
siempre apetecida por los espías y agentes de las grandes potencias.
España puso en línea de magisterio a los más grandes geógrafos de su tiempo, a los más expertos maestros de las ciencias militar y matemática. Nombres prestigioso como los de Juan Firrufino, Cedillo, Labaña y Ondériz, Rodríguez Muñoz, españoles como lo fueron los autores de los textos fundamentales: la Suma de Geografía, publicada en Sevilla en 1518, el Arte de navegar, el Regimiento de navegación, el Tratado de la carta de marear geométricamente demostrada, y muchas más.
El siglo XVI comenzó con la aparición del primer mapa del mundo en el que aparecen representadas las costas de América. El Mapamundi que Juan de la Cosa elaboró en 1500 marcaba el inicio de la cartografía americana, considerado como una de las joyas de la historia de la cartografía. Este portulano mostraba todo el mundo conocido hasta finales del siglo XV.
De la Cosa trazó las costas de Europa y particularmente del Mediterráneo conforme a los más avanzados portulanos mallorquines e italianos de la época. El contorno de África fue dibujado de acuerdo a los últimos descubrimientos portugueses, mientras que el de Asia, hasta el Ganges, es muy impreciso. Al oeste de Europa y África aparece el mar Oceanuz y allí una rosa de los vientos con la imagen de la Virgen María y el Niño Jesús, de donde parten líneas o rumbos que parecen una telaraña. Limitando al mar Oceanuz por Occidente, se pintan de verde las tierras continentales recién descubiertas hacia el norte y hacia el sur por Colón, Ojeda, Yáñez Pinzón y Juan y Sebastián Caboto. América del norte aparece representada como un gran seno marinero, que correspondería al golfo de México, y sobre el "círculo cangro" aparecen la isla de Cuba y muchas isletas alrededor, las Antillas están representadas con sus nombres, pero faltan las penínsulas de La Florida y Yucatán. El litoral de América del sur está representado desde el cabo de la Vela al de San Agustín y una parte del Brasil actual. Mostró además a Asia y América separadas por una masa de agua independiente, el océano Pacífico, y a América del norte y América del sur como dos continentes autónomos. Se expone en el Museo Naval de Madrid.
A las órdenes de Juan de la Cosa ya había estado el navegante y cosmógrafo Andrés de Morales, incluso tomado parte en diversas expediciones marítimas a las órdenes de Cristóbal Colón o Rodrigo de Bastidas, explorando las costas atlánticas de América. Siempre estuvo vinculado a la Casa de Contratación de Indias realizando numerosos trabajos náuticos y cartográficos en las dos primeras décadas del siglo XVI. En 1508, por orden del gobernador Nicolás de Ovando, realizó un mapa de la isla La Española tras explorarla, mapa que se conserva en la actualidad.
Otro mapamundi al estilo de las cartas marinas conocidas como portulanos fue el pergamino de grandes dimensiones que Nuño García de Torreno, jefe de la Casa de la Contratación, realizó en Sevilla en 1526. El planisferio Salviati contiene trazos en oro y colores, representando ciudades, bajeles y príncipes, conteniendo al menos veintidós rosas de brújula con líneas de navegación radiales, y solo se identificaron asentamientos costeros. También hay dibujos de árboles, montañas, animales (solo en los nuevos descubrimientos), pueblos almenados (en Europa, Medio Oriente, Asia y África) e incluso carpas coloridas para representar asentamientos en África. El mapa es muy colorido, con el mar Rojo mostrado en ese color, y los mares Báltico, Negro y Caspio y el golfo Pérsico se muestran en azul.
Geográficamente muestra el mundo conocido en una perspectiva típica de Europa occidental, mostrando solo las costas orientales de América del Norte y del Sur. No se intenta indicar la extensión occidental de ninguna de las masas terrestres, ni existe una verdadera especulación sobre la proximidad de los nuevos descubrimientos al continente asiático. De hecho, la representación de Asia al este de la India está muy poco desarrollada, sin una costa oriental y sin indicación de las islas de Japón. Se muestra que América del Norte y América del Sur están conectadas desde Labrador en el norte hasta el Estrecho de Magallanes en el sur.
Geográficamente muestra el mundo conocido en una perspectiva típica de Europa occidental, mostrando solo las costas orientales de América del Norte y del Sur. No se intenta indicar la extensión occidental de ninguna de las masas terrestres, ni existe una verdadera especulación sobre la proximidad de los nuevos descubrimientos al continente asiático. De hecho, la representación de Asia al este de la India está muy poco desarrollada, sin una costa oriental y sin indicación de las islas de Japón. Se muestra que América del Norte y América del Sur están conectadas desde Labrador en el norte hasta el Estrecho de Magallanes en el sur.
Pero la cartografía del siglo XVI se no caracterizó por la elaboración de portulanos medievales, sino por la invención de dos tipos de modernas cartas náuticas: la plana y la esférica.
La carta plana era un moderno invento portugués que intentaba superar a las medievales cartas portuláneas. Su ejecución es el resultado matemático de proyectar la esfera en un cilindro tangente o secante a la misma, generando una red de paralelos y meridianos que forman cuadrados o rectángulos perfectos. Pero presentaba un error como carta náutica ya que la línea que une dos puntos de la misma corta a los meridianos según ángulos desiguales; por tanto no es línea de rumbo, que es la que forma ángulo igual con todos los meridianos y la que señala la ruta a los nautas.
Este inconveniente fue subsanado por la carta esférica, también llamada carta de latitudes crecientes, por la cual la latitud se exagera en el mismo grado que la longitud y de esta manera la línea que une dos puntos cualesquiera de la carta es línea de rumbo. Este sistema de proyecciones polares equidistantes fue inventado por cartógrafos españoles, mucho antes que los emplease el holandés Mercator; pues si éste lo utilizaba en 1559, en un mapa español, posiblemente dibujado por Nuño García de Torreno, se empleaba ya en 1522. Por otra parte, Mercator pudo aprender cartografía en España, pues estuvo trabajando al servicio del emperador Carlos V.
ISLARIO GENERAL DE ALONSO DE SANTA CRUZ |
El gran precursor de la carta esférica en el siglo XVI fue el sevillano Alonso
de Santa Cruz, cartógrafo oficial y fabricantes de instrumentos náuticos de la Casa de Contratación de Sevilla, donde residió habitualmente. Después de viajar por varios países de Europa, participó en la expedición de Sebastián Caboto. Pasó a la historia por descubrir el modo de trazar los intervalos entre los paralelos de las proyecciones esféricas, consiguiendo evitar los errores que se producían en las cartas planas. Fue por ello considerado como el gran precursor de los mapas de variaciones magnéticas. Además ideó un instrumento para la determinación de las longitudes.
En 1539, Alonso de Santa Cruz fue nombrado cosmógrafo mayor de Carlos V, cargo en el que continuó con Felipe II. La Junta de Cosmógrafos y Astrónomos que se organizó en 1554 en Valladolid estuvo presidida por el marqués de Mondejar, éste le encomendó que un análisis sobre ciertos instrumentos de metal y un libro del que era autor el alemán Pedro Apiano, con el cual se decía que se determinaban las latitudes; este informe constituyó su Libro de las longitudines y manera que hasta ahora se ha tenido de navegar.
Otra obra de gran importancia fue su Islario general de todas las islas del mundo, terminado en 1560 por encargo de Felipe II. Formaba parte de una Geografía universal que Santa Cruz no pudo dejar terminada. Está compuesto de 111 mapas que representan todas las islas y penínsulas del mundo, y muestran todos los descubrimientos realizados por los exploradores europeos desde 1400 hasta mediados del siglo XVI. El mapa está organizado en cuatro partes: la primera trata del Atlántico Norte; la segunda, del Mediterráneo y las zonas adyacentes; la tercera, del África y el océano Índico, y la cuarta, del Nuevo Mundo. Los mapas incluyen escalas en latitud y algunas en longitud, y cuerpos de agua con escalas variadas y orientadas con rosas de los vientos.
El Islario general es el primer atlas en el que se utiliza papel en lugar de pergamino y posee un diseño más funcional, menos estético que los mapas portuláneos y atlas de finales del medievo.
La cartografía de la Casa de Contratación se fue convirtiendo en toda una ciencia, ya que la calidad y precisión de los mapas fue siempre en progreso. Allí se redactaron la primera Geografía general e Historia y un Islario general de todas las islas del mundo.
Se conservan en Italia dos hermosas cartas sevillanas del litoral atlántico del Nuevo Mundo y el estrecho de Magallanes, fechada una de ellas en 1512. Ambas pertenecieron, respectivamente, a los cardenales Juan de Salviati y Baltasar de Castiglione, que con los respectivos cargos de legado y de embajador de Clemente VII, asistieron en 1526 a la boda entre Carlos V e Isabel de Portugal en Sevilla. También es sevillana la carta anónima, conservada en la Biblioteca Real de Turín.
El gran lingüista y humanista sevillano Antonio de Nebrija no solo de dedicó al área lingüista y el conocimiento de latín, demostrados en su Gramática de la lengua castellana e Introductiones latinae, también al campo científico. Entre otras obras, elaboró una In cosmographía libri introductionum, de 1498, y una Tabla de la diversidad de los días y horas y partes de hora en las ciudades, villas, y lugares de España, y otros de Europa, que les responden por sus paralelos, publicada en Alcalá de Henares, en 1516.
El humanista aragonés Miguel de Servet, descubridor de la circulación pulmonar de la sangre, realizó una edición anotada y revisada de la obra Geographia de Claudio Ptolomeo, publicada en Lyon en 1535. Fue firmada con el pseudónimo de Michael Villanovanus, al fin de evitar represalias.
El cosmógrafo y también sevillano Martín Fernández de Enciso participó en las primeras expediciones para la exploración de la Tierra Firme del continente americano, siendo compañero de Juan de la Cosa o lugarteniente de Alonso de Ojeda. Tras muchos años explorando el Darién, el Caribe y las costas de Veragua, regresó a Sevilla compuso la Suma de geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo en especial de las Indias.
El cosmógrafo y también sevillano Martín Fernández de Enciso participó en las primeras expediciones para la exploración de la Tierra Firme del continente americano, siendo compañero de Juan de la Cosa o lugarteniente de Alonso de Ojeda. Tras muchos años explorando el Darién, el Caribe y las costas de Veragua, regresó a Sevilla compuso la Suma de geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo en especial de las Indias.
Fue una obra sumamente curiosa e impresa en Sevilla en 1519, pero la divulgación de sus mapas fue prohibida debido al conflicto territorial hispano-luso por las islas del océano Pacífico. Es
considerada la primera geografía que se hizo sobre América, recoge los más recientes descubrimientos en el Nuevo Mundo, tiene descripciones de costas como la de Tierra Firme incluso las de África. Es la primera obra en que se menciona el
nombre de Venezuela.
Además, incluye las técnicas de navegación necesarias para surcar los océanos y llegar a esas tierras. En realidad es la primera obra geográfica de carácter
general que abarcó el Viejo y Nuevo Mundo.
En
1527, se encargó a Diego Ribero el primer mapa científico del Mundo en el que consignar la evolución del descubrimiento
y la exploración de nuevas tierras. Ribero era cosmógrafo de origen portugués,
pero se había nacionalizado español en 1519. Estuvo al servicio de la Casa de
Contratación de Sevilla desde 1518 y fue nombrado cartógrafo real y maestro de
hacer cartas náuticas, astrolabios e instrumentos de navegación desde 1521,
sucediendo a Sebastián Caboto como piloto mayor del reino.
La Carta universal en que se contiene todo lo que del mundo se ha descubierto fasta agora…1529 es el primer planisferio basado en observaciones
empíricas de latitud, convirtiéndose en el mapa maestro oficial a partir del
cual se hacían las cartas de navegación que utilizarían todos los barcos de la
Carrera de Indias. Está fuertemente influenciado por la información recopilada
durante la expedición de Magallanes a las islas Filipinas y que supuso la
primera vuelta al mundo por Elcano en 1521.
El
mapa delinea con bastante precisión las costas de Centroamérica y Sudamérica, e
incluye a las islas Malvinas, aunque no aparecen ni Australia ni la Antártida,
y el subcontinente indio figura con un tamaño demasiado pequeño. Muestra por
primera vez, entre otros, la extensión real del océano Pacífico y también
la costa oriental de América del Norte por vez primera de forma continua,
posiblemente basándose en la exploración de dicha costa por Esteban Gómez en 1525. También muestra las líneas del Tratado de Tordesillas. Al río Orinoco se
le denomina río Dulce.
Se
conservan copias en la biblioteca de Weimar (Mundus
Novus) y en la biblioteca Vaticana (Propoganda Map).
Desde 1521, el extremeño Alonso de Chaves fue "piloto y cosmógrafo e maestro de hacer cartas y astrolabios, e otras cosas para la navegación" y uno de los navegantes más instruidos de su tiempo demostrando una gran destreza en la cartografía.
Participó
en el proyecto de elaboración del Padrón Real encargado por la Casa de
Contratación en 1526 a Hernando Colón, que era la carta de marear con rumbos
y datos de navegación para encontrar los destinos. Chaves elaboró este Mapamundi
en 1533 para ese proyecto reflejando la sistematización que la Corona establecía
desde Sevilla,
para controlar los barcos de la Carrera de Indias. El folio dedicado a América
tiene ocho
leyendas geográficas que aportan información de lo que se
sabe de cada zona en ese preciso momento.
Era la carta náutica más avanzada de su tiempo el punto de vista geográfico y la exploración era inmensa para las pocas décadas que llevaba en marcha. El Ecuador está perfectamente ubicado corrigiendo anteriores desviaciones y Yucatán seguía considerándose isla, pero aparece ya casi pegada a Tierra Firme. La exploración del Pacífico se limita a Centroamérica y la costa de Perú hasta Chimcha, puesto que se desconocían los hallazgos de Pizarro hacia el interior en 1531. En el lado atlántico, la costa de Sudamérica está dibujada con precisión, así como las Antillas y el golfo de México. En Norteamérica ya se muestra la continuidad de la costa como continente, abandonando la creencia anterior de que era una sucesión de islas. Sin embargo, el dibujo la sitúa en una progresión irreal hacia el este.
Era la carta náutica más avanzada de su tiempo el punto de vista geográfico y la exploración era inmensa para las pocas décadas que llevaba en marcha. El Ecuador está perfectamente ubicado corrigiendo anteriores desviaciones y Yucatán seguía considerándose isla, pero aparece ya casi pegada a Tierra Firme. La exploración del Pacífico se limita a Centroamérica y la costa de Perú hasta Chimcha, puesto que se desconocían los hallazgos de Pizarro hacia el interior en 1531. En el lado atlántico, la costa de Sudamérica está dibujada con precisión, así como las Antillas y el golfo de México. En Norteamérica ya se muestra la continuidad de la costa como continente, abandonando la creencia anterior de que era una sucesión de islas. Sin embargo, el dibujo la sitúa en una progresión irreal hacia el este.
La
línea de costa termina donde la exploración no ha llegado. También destaca la preciosa iconografía de la flora y la fauna representativas:
avestruces, tigres, monos o papagayos, en las distintas
latitudes, aparecen explicadas con bastante detalle.
Lo
que queda de este temprano mapamundi son solo dos folios de pergamino de
lo que debieron ser cuatro, que se conserva en el Herzog August Bibliothek de
Wolfenbüttel, en Alemania.
Es
autor del manuscrito Espejo de Navegantes, publicado en 1537,
que ampliaba los conocimientos mostrados en esta carta y que no fue publicado porque contenía
toda la información sensible sobre las rutas y los medios necesarios para
viajar a América. Pero fue una obra fundamental para la cartografía universal, llegándose a hablar de ella como de "una carta náutica puesta en prosa".
En 1552, fue nombrado piloto mayor de la Casa de Contratación, función que desempeñó durante 34 años. Se le encomendó la redacción de un libro de Historiografía Universal en el que tuviesen cabida todos los datos que no hubieran podido ser incluidos en otras obras y aquellos que "no vulnerasen secretos que pudieran ser aprovechados por los rivales europeos que trataban de expoliar el tráfico marítimo y las provincias indianas", al tiempo que se obligaba a mantenerlo actualizado.
El matemático, geógrafo y astrónomo portugués Pedro Nunes fue conocido en España como Pedro Núñez, aunque también fue citado como Petrus Nonius. Se había licenciado en la Universidad de Salamanca en 1523, donde impartió clases, también fue profesor de las Universidades de Lisboa y de Coimbra. Fue cosmógrafo real en 1539.
Inventó el Nonio, un dispositivo de medida de longitudes que permitía, con la ayuda de un astrolabio, medir fracciones de grado de ángulos muy pequeños no indicadas en la escala de los instrumentos astronómicos y topográficos.
En 1546, publicó su Tratado de la navegación,
un importante descubrimiento con grandes implicaciones geométricas: la curva
loxodrómica. Se creía antes que, marchando sobre la superficie terrestre en un
rumbo fijo, es decir, formando ángulo constante con la meridiana, la línea
recorrida era un círculo máximo, es decir, que un navío que siguiese este
derrotero llegaría teóricamente a dar la vuelta al mundo, volviendo al punto de
partida. Nunes fue el primero en señalar la falsedad de este concepto,
demostrando rigurosamente que la curva recorrida se va acercando al polo,
alrededor del cual da infinitas vueltas sin llegar nunca a este punto
asintótico. Los marinos alemanes la designaron mucho tiempo con el nombre de
rumbo, asignado por el propio Nunes, hasta que en el siglo XVII recibió el
término de curva loxodrómica.
Es muy notable la carta náutica de Otro
sevillano ilustre fue el geógrafo, cartógrafo, astrónomo e historiador Pedro de Medina que trabajó para la
Casa de Contratación desde 1539 como examinador de pilotos y maestres de la
Carrera de Indias. En 1550, publicó su Suma de Cosmographia, que contenía uno de los primeros mapamundis con bastante exactitud. Aunque su contenido es elemental, con
trazas medievales, tanto en lo cosmográfico como en lo cartográfico.
Esta carta náutica presenta un esquema en que lo más preciso es el trazado de la Línea de Tordesillas paralela a otra graduada. El contorno continental muestra viejas deformaciones en África, pero también algunos datos fidedignos en América, algunos de los cuales, posteriormente, emergen en otros mapas con error, como en la península de California; el Extremo Oriente sigue las pautas de los mapamundis de veinte años atrás. La decoración es profusa, la toponimia esquemática, el relieve está ausente y la hidrografía es simplemente decorativa. Se trata de un bello mapa para ilustrar un maravilloso manuscrito.
El
delineante Diego Gutiérrez fue
cosmógrafo de la Casa de Contratación desde 1554 hasta 1569. En 1562, dibujó el
mapa más grande de América hasta aquel entonces y antes de la mitad del siglo
XVIII. Su título identifica a América como la
cuarta parte del mundo: Americae sive quartae orbis partis nova et exactissima descriptio. Junto a él, colaboró un grabador notable de Amberes llamado
Jerónimo Cock.
Se
trata de un grupo de seis hojas grabadas que están cuidadosamente unidas para
formar un espectacular y ornamentado único mapa que mide 93 por 86 centímetros
y que escribe la totalidad del contienen americano.
El
objeto de este mapa era la identificación clara y concisa de las posesiones
españolas en América ofreciendo una vista ilustrada llena de nombres e imágenes
que se habían popularizado en Europa después de su descubrimiento. No tuvo una
finalidad náutica o científica, sino más bien diplomática, ya que hacía un
reconocimiento hacia las potencias europeas de los territorios en posesión de
la Monarquía española, delineando sus esferas de control.
Los
numerosos asentamientos, ríos, montañas y cabos son complementados por imágenes
de animales tanto terrestres como marinos, caníbales, gigantes Patagoneses y un
volcán en erupción en el México central. Reconoce la cuenca del río Amazonas y otros
ríos de sur, el Lago Titicaca, la ubicación de Potosí y de México, la península
de la Florida, incluso hace referencia por primera vez a California, además de
numerosos lugares de la costa de la América del sur, central y caribeña. Aparece
la línea del Ecuador y los trópicos de Cáncer y Capricornio y las medidas entre
estas latitudes fijas pueden ayudar en determinar las distancias del mapa
entero.
Se
conocen dos copias, una en la Biblioteca del Congreso (Washington, D.C.) y la
otra en la British Library (Londres).
Tras
el fallecimiento de Alonso de Santa Cruz en 1571, el cosmógrafo cronista del
Consejo de Indias Juan López de Velasco fue nombrado cosmógrafo real en
sustitución suya. Fue
comisionado por el rey para redactar la Instrucción para la observación del
eclipse de la Luna y cantidad de las sombras, con el fin de formar una
estadística de los que ocurriesen en los dominios de España. Con las
observaciones así recopiladas se determinaron las longitudes de muchos puntos
importantes.
Es autor del Mapa de la División de las Indias, publicado en 1575, y de un
trazado sobre Navegación de España a las Indias Orientales.
Aquel año, concluyó
una Geografía General de las Indias, comenzada por Santa Cruz, y revisada por Juan Bautista Gesio. Dado el alto nivel de confidencialidad Felipe II
prohibió su publicación quedando el acceso a unas pocas copias por miembros del Consejo de Indias.
Las Relaciones de Indias, donde se recogían todos los datos que traían los pilotos al regreso de sus viajes, son auténticas enciclopedias en las que se encuentran importantísimas noticias sobre la extensión, límites, toponimia, fisiografía, etnografía, ritos y costumbres particulares, población, ríos, flora, fauna, etc. Los conocimientos que por este procedimiento de catalogación y selección se alcanzaron pueden considerarse superiores a cualquier aportación que, en el estudio de estas ciencias, haya que reconocer a otros países del mundo.
España llegó a la cumbre del desarrollo de las ciencias geográfica y cartográfica durante el siglo XVI, mediante la fundación del Museo Geográfico del Monasterio de El Escorial, por orden de Felipe II. Institución a la que siguió después la Academia de Ciencias.
A finales del 1592, Baltazar Vellerino de Villalobos elaboró una importantísima obra Luz de Navegantes, donde se hallarán las derrotas y señas de las partes marítimas de las Indias, Islas y Tierra Firme del mas océanos, 1592. El largo título indica la importancia de su contenido y la necesidad de conocerlo para aventurarse con relativa seguridad por lugares del mundo desconocido hasta menos de un siglo atrás.
Esta obra nunca fue publicada en vida del autor, ya que el Consejo de Indias no le concedió licencia de impresión, posiblemente, ante el secretismo y confidencialidad que este tipo de obras cartográficas necesitaban para salvaguardar el Imperio españoles de posibles ataques enemigos. De hecho, los mapas de la Casa de Contratación estaban clasificados como secreto de Estado y su divulgación era castigada con la pena de muerte.
Hola escribo desde México. he tratado de localizar el mapamundi de Alonso de Chaves en la Herzog August Bibliothek de Wolfenbüttel, en Alemania y no encuentro el dato de esta procedencia, me puede informar la fuente de donde sacó el dato por favor. Gracias y saludos
ResponderEliminarEl mapamundi de Alonso de Chaves en la Herzog August Bibliothek de Wolfenbüttel puede encontrarse a través de la versión alemana de su página web, en su buscador de manuscritos (Schnellauswahl) en http://diglib.hab.de/?db=mss
ResponderEliminarEn concreto, las dos hojas del mapa de Alonso de Chaves están en:
104a: http://diglib.hab.de/?db=mss&list=ms&id=104a-aug-2f
104b: http://diglib.hab.de/?db=mss&list=ms&id=104b-aug-2f
I el Mapa Mundi de Domingos Teixeira?
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