ORÍGENES ESPAÑOLES DE LA ANTROPOLOGÍA CULTURAL MODERNA


Durante la colonización de América de los siglos XVI y XVII, España realizó una precursora labor de investigación etnográfica sobre las tierras descubiertas y las etnias precolombinas, por un interés económico y político por parte de la Monarquía y los colonizadores y una intencionalidad religiosa por parte de misioneros y eclesiásticos.

La acumulación de un abundante material etnográfico fue el origen de la Antropología cultural moderna. No fue un material al nivel científico de la Antropología cultural actual, pero sí representó los inicios de esta ciencia.

Entre aquellos investigadores y cronistas fue fundamental la labor de José de Acosta, Bernardino de Sahagún, Diego Durán, Bernal Díaz del Castillo, Toribio de Benavente, Pedro Cieza de León, Garcilaso de la Vega, Gonzalo Fernández de Oviedo o Diego de Landa

ORÍGENES ESPAÑOLES DE LA ANTROPOLOGÍA CULTURAL MODERNA

Las características del descubrimiento de América habían dado lugar a las condiciones más favorables para el surgimiento de las ciencias Etnografía y Antropología cultural. Los misioneros y evangelizadores españoles desarrollaron una muy meritoria tarea de conocimiento científico de pueblos indígenas y territorios colonizados que iba unido al interés de conversión cristiana. 

Los usos y costumbres, la flora y la fauna, las lenguas y las creencias de las etnias indígenas del Nuevo Mundo fueron materias de estudio por los misioneros, desarrollando con todo ello una incipiente Antropología hispanoamericana.

El origen de estos estudios partió de la necesidad de conocer las lenguas nativas así como sus creencias paganas con el objetivo de convertir al Cristianismo con mayor eficacia a los naturales. Tras su aparente conversión, el indígena no quedaba totalmente impregnado en la fe de Dios, continuando con sus idolatrías y cultos ancestrales. A veces incluso ocultaban sus ídolos en los muros cercanos al altar mayor de las iglesias, a los cuales adoraban, mientras parecía que lo hacían hacia Cristo u otros santos católicos. Por eso los misioneros tuvieron que conocer y analizar los esquemas mentales, creencias y conducta de los indígenas, llegando a metodologías de bastante precisión.

Códice Florentino Historia Nueva España Bernardino Sahagún
CÓDICE FLORENTINO

Así lo explicaron eclesiásticos como Pablo José de Arriaga en su Extirpación de la idolatría del Perú, publicada en 1621, Establece el programa siguiente:
1. conocer los hechos
2. averiguar las causas de esos hechos
3. aplicar el remedio para que desaparezcan o no actúen
4. aprovechar la experiencia de otros en todo ello 

Diego Durán en el Libro de los ritos y ceremonias, publicado en 1570, se expresa con suficiente claridad sobre el asunto:
"Hame movido, cristiano lector, a tomar esta ocupación de poner y contar por escrito las idolatrías antiguas y religión falsa con que el demonio era servido, antes que llegase a estas partes la predicación de Santo Evangelio, el haber entendido que los que nos ocupamos en la doctrina de los indios nunca acabaremos de enseñarles a conocer al verdadero Dios si primero no fueran raídas y borradas totalmente de su memoria las supersticiones, creencias y cultos falsos de los falsos dioses que adoraban, de la suerte que no es posible darse bien la sementera de trigo y los frutales en la tierra montuosa y llena de breñas y maleza, si no estuvieren primero gastados todas las raíces y cepas que en ella de su natural producía..."
"Y así, de estas y otras colijo... que jamás podremos hacerles conocer de veras a Dios, mientras de raíz no les hubiéramos tirado todo lo que huela a la vieja religión de sus antepasados... (están) tan temerosos de dejar lo que conocen, que todo el tiempo que les dure en la memoria han de acudir a ello, como lo hacen cuando algunos se ven enfermos o en alguna necesidad, que juntamente con llamar a Dios acuden a los hechiceros y médicos burladores y a las supersticiones e idolatrías y agüeros de sus antepasados."
"Pues visto esto, he entendido que, aunque queramos quitarles de todo punto esta memoria de Amalek, no podremos, por mucho trabajo que en ello se ponga, si no tenemos noticia de todos los modos de religión en que vivían. Porque, a mi pobre juicio, no creo que hay hoy cosa en el mundo que trabajo más baldío que ocuparse toda la vida el hombre trayendo siempre entre las manos lo que no entiende, teniendo tan estrecha necesidad se saber de raíz los antiguos engaños y supersticiones, para evitar que esta miserable y flaca gente no mezcle sus ritos antiguos y supersticiones con nuestra divina Ley y Religión cristiana."

En realidad, en esta línea de pensamiento e intención se mueven las siguientes obras de Durán y otros tantos eclesiásticos españoles desplegados en América:

1. Historia de las Indias de Nueva España de la Tierra Firme, de Diego Durán

2. Relación de las cosas del Yucatán, de Diego de Landa

3. Historia general de las cosas de la Nueva España, de Bernardino de Sahagún

4. Historia natural y moral de las Indias, de José de Acosta

5. Crónica del Perú, de Pedro Cieza de León

6. Historia de los Indios de Nueva España, de Toribio de Benavente

7. Historia general y natural de las Indias, de Gonzalo Fernández de Oviedo

No son las únicas, pero sí algunas las más importantes crónicas de Indias conservadas hasta el momento.

HISTORIA DE LAS INDIAS DE LA NUEVA ESPAÑA

Pero las órdenes eclesiásticas no fueron las únicas instituciones dedicadas a la investigación antropológica en tierras americanas. A esta actividad científica también contribuyó con importancia la Corona de España, que estuvo interesada desde el primer momento en la obtención de noticias sobre la geografía de las tierras descubiertas, su agricultura y su ganadería, sus características naturales y climáticas, así como sobre la naturaleza y costumbres de sus habitantes, además de unas intenciones políticas.

Desde la fundación de la Casa de la Contratación en Sevilla, en 1503, toda esa información fue tratada de forma sistemática. Los gobernadores de Indias exigieron a los expedicionarios y colonizadores que regresaran provistos de relaciones sobre gentes, organizaciones, tierras, animales, plantas, minas y cultivos. Los cargos de cosmógrafo y cronista mayor de Indias estaban dirigidos a recopilar informaciones sobre la realidad indiana.

El propósito de administrar las nuevas tierras virreinales desde el punto de vista político, económico, social y religioso generó la necesidad por parte de la Monarquía española a recabar toda la información posible, mediante relaciones, informes, estadísticas, mapas y descripciones. Sobre la importancia de esta política escribió Carmelo Lisón Tolosana:
"La clarividencia de la Corona y empleados fue excepcional para su tiempo, sin comparación posible a nivel europeo, y pienso que desde entonces no ha sido superada aún aquí en España."
El resultado final fue la acumulación de un abundante material etnográfico de forma metodológica, considerado el origen de la Antropología cultural moderna.

HISTORIA GENERAL Y NATURAL DE LAS INDIAS

En 1570, se confeccionó un cuestionario de 200 preguntas para recoger información antropológica para su posterior análisis sistemático. Al mismo objetivo también respondía la Cédula, Instrucción y Memoria para la formación de las relaciones y descripciones de los pueblos de Indias elaborada en 1577, que constaba de 5p capítulos. Se inquirían los datos más diversos, desde los caracteres de la tierra, las aguas y los pastos, hasta las tribus indias, su lengua, organización, creencias, administración pasando por ciudades, edificaciones de casas, clima, tratos, costumbres, animales, clases de hierbas, etc.

Fueron destacables las figuras de Bernardino de Sahagún, de José de Acosta y de Diego de Landa, padres de la Antropología cultural como disciplina científica.

Diego de Landa fue obispo de la archidiócesis del Yucatán entre los años 1572 y 1579. Logró reunir una gran información sobre la historia de los mayas, sus modos de vida y costumbres, y sus creencias religiosas. También consiguió entender el sistema vigesimal de las matemáticas y el calendario de esta civilización. Diego de Landa encontró algunas similitudes entre el Cristianismo y la religión maya en el aspecto de los ritos sagrados que consistían en sacrificios humanos y ofrendas de sangre, que relacionó con carácter sacrificial de la figura de Cristo, el cual había entregado su vida para salvar a la Humanidad.

Escribió Relación de las cosas del Yucatán (1560), su obra clave para entender el mundo maya durante su época. En ella hizo un relato de la historia de esta etnia, finalizando con una crónica del descubrimiento de aquellas tierras y la colonización española. Su obra ha sido la base de las posteriores investigaciones antropológicas de la civilización maya.

RELACIÓN DE LAS COSAS DEL YUCATÁN

El franciscano Bernardino de Sahagún fue un hombre culto del Renacimiento. Miembro de la Universidad de Salamanca, fue el pionero en la elaboración de los primeros estudios de Etnografía moderna por medio de obras bilingües en náhuatl y español.

En 1525, fue destinado en Nueva España, allí fundó el convento de Xochimilco y el Imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde enseñó latín a los indios, e instruyó a jóvenes nahuas y al clero local. Continuó su labor misionera y formativa por varias pueblos y conventos, hasta que en 1547 se dedicó a la elaboración de su obra histórico-antropológica.

En la primera imprenta de Méjico publicó un Vocabulario trilingüe, en castellano, latín y náhuatl, y una Gramática del náhuatl, una Vida de San Bernardino, en náhuatl, y otras tantas como un Tratado de Retórica y Teología a la gente mexicana, un Arte de la lengua mexicana, un Manual del cristiano, un Calendario, etc.

Su obra monumental es Historia general de las cosas de la Nueva España (1557-1577), considerada la mejor fuente para el estudio de la antigüedad mexicana. Gracias a esta enciclopedia de la etnografía y de la historia de los mexicas, Sahagún está considerado el primer antropólogo de América. Está narrada directamente por indios conversos e ilustrada con multitud de dibujos, muchos de los cuales se encuentran en el Códice Florentino. La mayor parte de esta enorme investigación está dedicada a la naturaleza mejicana y a las costumbres de los indios de Nueva España. También trató sobre la antigua religión mexicana, con sus fiestas, ritos, ofrendas y cantos, gracias a la colaboración de los sacerdotes y notables del extinto Imperio azteca.

HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE NUEVA ESPAÑA

El jesuita José de Acosta estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá de Henares y trabajó como rector en la de Salamanca. En 1572, fue enviado al virreinato del Perú y más tarde al de Nueva España, regresando después a España, en 1578. Allí pudo observar la naturaleza americana y meditar sobre sus novedades. En Arequipa y La Paz predicó a los indios, observando sus costumbres y mentalidad, y pensando los medios más adecuados para su evangelización. Por tal razón fue comisionado para redactar catecismos y confesionarios en castellano, quechua y aimara.

De su experiencia americana brotaron obras como De procuranda Indorun salute (1575), De natura Novi Orbis (1589), Peregrinación del hermano Bartolomé Lorenzo, y De promulgando Evangelio apud barbaros, impresas conjuntamente en 1588 un volumen.

Todas estas obras sobre la etnografía americana fueron recopiladas en su obra más importante Historia natural y moral de las Indias (Sevilla, 1590), redactada ya en España, en siete libros, dedicando el V a la cultura mexicana, y el VI a la peruana. Redacta sólo lo que es novedoso en Europa, excluyendo los hechos y acontecimientos de los españoles que residían en América, y todo lo que afecta a la evangelización. Usa la historia moral con concepto diltheano, considerando que el estudio de los pueblos indígenas y su cultura constituyen una disciplina nueva: la Antropología cultural.

historia Indias José de Acosta
HISTORIA NATURAL Y MORAL DE LAS INDIAS

Insistió en la exposición de novedades y exotismos americanos, formando el Nuevo Mundo parte del mundo habitado. Proporciona numerosa información sobre metales, plantas, especies botánicas (patata, coca, guayabo, palta o agracate) y animales (chinchilla, vizcacha, cuy o tominejos). Fue precursor en el estudio de las variaciones magnéticas en su obra De la propiedad y virtud admirable de la piedra imán para navegar, en el cual trata sobre la posible existencia de antípodas, zonas tórridas o equinocciales, meteorología, civilizaciones azteca y peruana, etc.

En De promulgando evangelio apud Indos clasificó a los indios en tres grados:
1. los que conocen la escritura y poseen cierto grado de civilización.
2. los que no saben escribir, pero poseen gobierno, sociedad organizada y religión.
3. los salvajes que viven como bestias y poseen una organización rudimentaria.

Poniendo de acuerdo razón y experiencia, supone que el origen del hombre americano no es distinto al del resto y llega a la conclusión de que los habitantes americanos debieron llegar por tierra o alguna estrecha franja de terreno.

CÓDICE BORGIA

Este enorme conocimiento aportado por los misioneros unidos al valioso material etnográfico recogido con carácter oficial por las instituciones de la Monarquía hispánica desplegada en América ha supuesto el origen de la Antropología cultural. No fue un material al nivel científico de la antropología cultural actual, pero sí representó los inicios de dicha ciencia.

El antropólogo contemporáneo español Carmelo Lisón Tolosana, en su Antropología social en España, publicada en Madrid en 1974:
"Ninguna nación puede aportar a la Historia de la Cultura nada equivalente a la riqueza y maestría etnográfica española."
Pero el mismo Lisón se atrevió a matizar que este material no tuvo un carácter de auténtica Antropología cultural; es indudable que no tiene el nivel científico de la actualidad, pero representa los inicios de dicha ciencia. Las razones fueron:
1. que tenía metas concretas en su investigación, unas de carácter económico, otras político, religioso y social, y a esas metas dirigían su indagación, más que a un conocimiento desinteresado e integral de otras culturas.
2. que no podían servirse de una metodología científica que sólo la Antropología contemporánea, con su diversidad de conceptos, teorías, métodos y técnicas, ha desarrollado plenamente.

Pero Lisón afirma que aquellos primeros exploradores sociales fueron los pioneros de este tipo de acercamiento a pueblos desconocidos. Los primeros reconocimientos de la comunidad científica internacional aparecieron en el siglo XIX, especialmente en el ámbito anglosajón.

John Howland Rowe, en su obra Traditions and paradigms: Studies in the History of linguisties, publicada por la Indiana University Press, en 1975, afirmó que:
"El gobierno español parece haber sido el primero en el siglo XV que reconoció la importancia de la Antropología aplicada."

El investigador Fermín del Pino, en su obra Primera reunión de antropólogos españoles, publicado en Sevilla en 1975, escribió que, entre los considerados padres de la Antropología científica contemporánea (Tylor, Morgan y Schmidt), la utilización de fuentes españolas antiguas es un hecho.

El antropólogo inglés del siglo XIX, Edward Burnett Tylor, ofreció mucha importancia al descubrimiento de América, y al interés científico mostrado por los españoles en los Virreinatos del Perú y de Nueva España. En la primera obra, Anahuac, or mexico and the Mexicans, ancient and modern, publicada en Londres, en 1861, citó a Bernal Díaz, Torquemada, Boturini y el doctor Francisco Hernández de Toledo. En la segunda, Research into the Early History of Mankind, en 1865, citó hasta 35 autores españoles, entre los cuales Cieza de León y Garcilaso son sus preferidos. Y en su tercera y más importante obra, Primitive culture, publicada también en Londres en 1871, en dos volúmenes, se encuentran hasta 62 citas de cronistas y naturalistas españoles, por ejemplo a Bernardino de Sahagún, José de Acosta, Félix de Azahara, Bernal Díaz, Cieza de León, Garcilaso de la Vega, Torquemada, Oviedo, Piedrahíta, Herrera y Martín.

En el prefacio que Tylor redactó especialmente para la traducción española:
"La Ciencia del hombre, en su pleno y último desarrollo, tiene una historia particularmente interesante para los lectores españoles... La necesidad y el uso de la Antropología como Ciencia del Mundo no llega a ser evidente hasta el periodo moderno, en que los descubrimientos de las Indias orientales y occidentales colocaron a los europeos frente a pueblos hasta ahora desconocidos, cuyos estados sociales comprendían desde el más rudo salvaje hasta el semicivilizado de Perú y México. Cuando los españoles recuerden la gran parte que a su nación corresponde en la extensión del conocimiento del género humano mediante la adicción de un nuevo mundo al antiguo, sentirán un interés, tanto científico como patriótico, por la Antropología del siglo XIX; aún hoy países que hablan el español ofrecen uno de los más amplios campos para las observaciones antropológicas."

CÓDICE MENDOZINO

El antropólogo, etnólogo y escritor estadounidense Lewis Henry Morgan, en su obra Ancient Society, citó 53 fuentes españolas para investigar la evolución de la humanidad.

El padre Wilhelm Schmidt, lingüista, etnólogo y antropólogo, concedió una gran importancia a las misiones españolas en América en su Historia comparada de la religión, obra escrita en 1940. En su traducción española explica:
"Así sucedió que la primera gran cosecha etnográfica y científica que las religiones lograron con el descubrimiento de nuevos continentes, fue casi exclusivamente hecha por las misiones católicas... Sobre las relaciones de los misioneros, que por su naturaleza misma son generalmente monografías de un único país o tribu, contenémonos aquí con remitir al lector a la Historia de la Etnografía... Merece especial mención aquí la obra Historia universal de la Nueva España, del misionero francisco Bernardino Rivera de Sahagún, que hizo minuciosas indagaciones ante los sacerdotes y notables del antiguo México acerca de toda la antigua religión mexicana, con sus fiestas, ritos, ofrendas y cantos, y que los transmitió en detallada exposición en la lengua original, ilustradas con figuras y dibujos."
Schmidt supo valorar la importancia de las fuentes españolas para la aparición de la Antropología científica en los siglos XIX y XX.

Por último, el profesor Fermín del Pino, en el artículo Los cronistas de las culturas indígenas de América: su valor antropológico, de la obra Primera reunión de antropólogos españolesexaminó traducciones de crónicas españolas en Inglaterra, Francia y Estados Unidos, que se consideran antecedentes de la Antropología científica de nuestro tiempo. 

Aunque algunos prefieren llamar Etnología a la labor desarrollada por los españoles en Hispanoamérica, en México y Perú principalmente, no hay ninguna duda de que el nacimiento de esta disciplina está relacionada con la frecuencia de traducciones al inglés y francés de crónicas españolas sobre los indígenas americanos.

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