REGENERACIONISMO ESPAÑOL DE JOAQUÍN COSTA


Joaquín Costa fue un político, historiador, jurista, economista, abogado del Estado y defensor del Socialismo y Reformismo agrario. Considerado el mayor representante del movimiento intelectual decimonónico Regeneracionismo español.

REGENERACIONISMO ESPAÑOL POR JOAQUÍN COSTA

Joaquín Costa Martínez nació en Monzón, provincia de Huesca en 1846. Era el hijo mayor de una modesta familia de labradores, por lo que tuvo q trabajar en varios oficios manuales para pagarse sus estudios de bachillerato. Gracias a la generosa ayuda de un tío suyo, pudo cursar Magisterio Superior, Delineante y Agrimensor.

Pensionado por la Diputación Provincial de Huesca, en 1867, visitó la Exposición Universal de París. Entonces, permaneció dos años en Francia como maestro particular. Esta estancia en el país galo le sirvió para ensanchar su horizonte cultural y adquirir conciencia, por analogía, del atraso de su propio país, sin llegar a convertirse en un afrancesado.

De nuevo en España, y tras cumplir el servicio militar, cursó en Madrid las carreras de Derecho y de Filosofía y Letras, de forma simultánea. Obtuvo la licenciatura de ambas en 1873, y el doctorado con premio extraordinario en 1875. Durante esta etapa universitaria, se vinculó al Krausismo, del cual "tomó la idea de la primacía de la sociedad frente al Estado", como señaló Rafael Pérez de la Dehesa en un estudio biográfico.

JOAQUÍN COSTA MARTÍNEZ

En los siguientes años, trabajó primero en el Cuerpo de Notarios y después en el Cuerpo Superior de Abogados del Estado en varias ciudades: Granada, Jaén, Cuenca y Huesca. Escribió sus primeras obras: La vida del Derecho, Cuestiones celtíberas: religiones, organización política, civil y religiosa de los celtíberos, y Derecho consuetudinario del Alto Aragón.

De nuevo en Madrid, fue profesor auxiliar en la Universidad Central de Madrid, cargo al que renunció en protesta por la política educativa de la Restauración, junto a Francisco Giner de los Ríos y otros catedráticos.

Desde 1880, fue miembro de la Institución Libre de Enseñanza, dirigiendo su Boletín, dando clases y participando en el Congreso Pedagógico Nacional de 1882. La Institución era una organización educativa de carácter laico, inspirada en la filosofía del alemán Karl Krausse.

En 1881, publicó su trabajo sobre los orígenes del derecho consuetudinario español en su libro Introducción a un tratado de política textualmente de los refraneros, romanceros y gestas de la Península. Una obra de contenido jurídico que fue ampliada, años más tarde, en 1887, en su Plan de una Historia del Derecho español en la antigüedad.

Colaboró en la Revista de España, en la Revista General de Legislación y Jurisprudencia y en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, donde presentó sus Estudios jurídicos y políticos y su Teoría del hecho jurídico individual y social.

Tomó parte de varias conferencias africanistas y abolicionistas, planteando su visión de El comercio español y la cuestión de África, libro publicado en 1882. Dirigió el Congreso Español de Geografía Colonial y Mercantil, en 1883. Cofundó la Sociedad de Africanistas y Colonialistas que organizaba las expediciones al África occidental y ecuatorial. Y colaboró en la Revista de Geografía Colonial, entre los años 1885 y 1887.

escultura Joaquín Costa grupo escolar Zaragoza
ESCULTURA DE JOAQUÍN COSTA

Una progresiva enfermedad de atrofia muscular le hizo regresar a su villa natal Graus para recuperarse. A pesar de todo, organizó a la Liga de Contribuyentes de Ribagorza, en 1891, que derivó en movimiento político de inclinaciones sociales. Como miembro de esta Liga participó en varias campañas por todo el Alto Aragón, a partir de 1892, con el fin de potenciar la producción agraria gracias al regadío y mediante obras hidráulicas que, según su opinión, debía hacer el Estado. Esta organización regional se transformó en la Cámara Agrícola del Alto Aragón. Otro de sus actos fue la asistencia al Congreso de Jurisconsultos Aragoneses, en Zaragoza.

Estuvo en contacto con la Extensión Universitaria y fue presidente de la sección de Ciencias Históricas, Morales y Política del Ateneo de Madrid, en 1895.

En 1898 ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas con un discurso sobre El problema de la ignorancia del Derecho y sus relaciones con el status individual, el referéndum y la costumbre. Y en años siguientes estudió temas jurídicos relevantes como Derecho consuetudinario y economía popular en España, en 1902.

OBRAS DE JOAQUÍN COSTA

Mediante sus mensajes a las Cámaras Agrarias aragonesas consiguió la creación de una Asamblea Nacional de Productores, en 1899. Esta entidad política alió con las Cámaras de Comercio, lideraba Basilio Paraíso Lasús, y con la Liga Agraria, formada por las clases propietarias castellanas dirigidas por Santiago Alba Rico. Y fruto de la suma de estas tres organizaciones se fundó la Unión Nacional, en 1900. Era un nuevo partido político popular muy crítico con el sistema de la Restauración canovista. Esta propuesta tripartida resultó demasiado heterogénea en su ideología, haciendo perder a muchos militantes al republicanismo.

Aunque en la Unión Nacional estaban contempladas las ideas de Joaquín Costa, este aceptó un cargo en el Directorio y redactó el mensaje protesta al Congreso de los Diputados, que se publicó en la prensa el 1 de abril de 1900. Su intento de organizar manifestaciones a la calle fue infructuoso, ya que se prohibió la de Madrid y se suspendieron las demás de forma interna.

La siguiente estrategia política fue debatida: Lasús pugnó por acciones directas como una huelga de contribuyentes, mientras Costa creyó improbable un alto seguimiento de esa acción por los trabajadores. Costar era más partidario de ejecutar una estrategia de educación al pueblo y trabajo dialéctico. El enfrentamiento entre posturas contrarias hizo que Costa abandonase el directorio del partido. Además, Alba Rico y sus gremios madrileños también se alejaron de Lasús. La Unión Nacional se desintegró por la tensión entre los intereses populares y los corporativos. No obstante, todavía en abril de 1901, celebró un mitin en Barcelona y, tanto Costa como Lasús aseguraron sendos escaños de diputados liberales para la siguiente legislatura.

escultura Joaquín Costa Zaragoza lápida Madrid
ESCULTURAS DE JOAQUÍN COSTA

Afectado profundamente por el fracaso de la Unión Nacional, Costa continuó atribuyendo responsabilidades por la situación española a la propia Monarquía en Quiénes deben gobernar después de la catástrofe. Reconstrucción y europeización de España.

Costa percibió que el poder, tal como estaba configurado, no acometería nunca reformas regeneracionistas. En este empeño, Costa se hallaba completamente solo, aún soñaba con fundar un partido de intelectuales, más que de activistas callejeros. Pero finalmente, ingresó en la Unión Republicana, en 1903, que estaba liderada por Nicolás Salmerón, un antiguo compañero en la Institución Libre de Enseñanza de ideales reformistas y krausistas.

Aquel año ya estaba de vuelta en Madrid, ocupando una plaza de notario y preparando su gran obra Colectivismo agrario, con una visión mucho más política y científico-social que sus anteriores más jurisconsultas.

En adelante Joaquín Costa fue con frecuencia portavoz y jefe de fila de quienes propusieron una respuesta mucho más efectiva, objetiva, positiva y activa a los graves problemas de España que la propuesta por la Generación del 98. Aun así, su lucha contra frente el sistema del turno de partidos de la Restauración, y su denuncia de las torpezas y egoísmos de los políticos no obtuvieron repercusión alguna.

En 1904, fue elegido diputado republicano a Cortes, sin compadecer en el Parlamento de forma habitual, en momentos en que había perdido casi del todo la esperanza de regenerar a España. Pero fue entonces cuando propuso un "cirujano de hierro" que acometiera las reformas de urgencia que necesitaba España para escapar de la decadencia, cirujanos que mucho más tarde fueron Miguel Primo de Rivera y Francisco Franco.

CARICATURAS DE JOAQUÍN COSTA

Su fracaso político le radicalizó verbalmente, acercándose en sus últimos años al Socialismo. Harto de las decisiones e intrigas de Alejandro Lerroux y otros correligionarios, rompió con Unión Republicana, en 1906, retirándose definitivamente a Graus.

Tan solo salió de allí en 1908 para manifestarse en contra del Proyecto de Ley Antiterrorista que prepara el presidente Antonio Maura. Siguió protestando contra otros proyectos gubernamentales y ofrecer sus Siete criterios de gobierno, por lo que fue llamado el "León de Graus".

En 1910, se adhirió al Centro de Estudios Históricos, proyectado por Francisco Giner de los Ríos, Eduardo de Hinojosa y Naveros y José Castillejo Duarte.

Su muerte provocó una gran convulsión nacional. Fue enterrado en Zaragoza ante la oposición que mostró el pueblo aragonés al traslado de sus restos en el futuro Panteón Nacional; además, los políticos monárquicos no deseaban un entierro multitudinario capaz de presentarse como un plebiscito contra el sistema.

Joaquín Costa Academia Ciencias Morales Políticas
ESCULTURA DE JOAQUÍN COSTA
EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS

En 1911, aparecieron todos sus discursos y escritos sobre política hidráulica. La obra de Joaquín Costa es tan compleja y polifacética como su vida, era un hombre tan culto como dotado de un gran sentido práctico. Sus textos están sembrados de citas cultas y vehementes, expresadas en un estilo de rica, bella y versátil oratoria, casi romántico, cuyos lemas fueron "Escuela, despensa" y "Siete llaves para el sepulcro del Cid". Escribió además dos novelas didácticas: Justo de Valdediós y Último día del paganismo, que fue inconclusa.

Fue el máximo representante del Regeneracionismo español, gran movimiento intelectual que pretendía revertir el profundo estado decadencia que llevaba sufriendo la España de su tiempo.

En su pensamiento político, económico y social sobresalen tres rasgos esenciales: su preocupación por los problemas sociales, su amor a España y su propósito de transformar la nación de forma integral a través de un proceso de reformas.

Los aspectos socialistas en el Regeneracionismo español que defendió Joaquín Costa Martínez influyeron ampliamente en el pensamiento de José Ortega y Gasset durante su juventud.

Oligarquía caciquismo España Joaquín Costa
OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO POR JOAQUÍN COSTA

Desde el Ateneo de Madrid realizó una espectacular encuesta en colaboración de muchas grandes figuras de la cultura y la sociedad española (desde Miguel de Unamuno a Emilia Pardo Bazán) para redactar información para su gran publicación: Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España. Urgencia y modo de cambiarla, del año 1901. Era una enérgica y documentada denuncia de la corrupción establecida en el sistema político canovista de la Restauración monárquica.

Así, en la presentación de su Oligarquía y caciquismo en el Ateneo madrileño, exigía:
"... fundar improvisadamente en la Península una España nueva, es decir, una España rica y que coma, una España fuerte y que venza, una España, en fin, contemporánea de la Humanidad que al trasponer las fronteras no se sienta forastera, como su hubiera penetrado en otro planeta o en otro siglo."
Para Joaquín Costa era muy necesario acabar con el régimen oligárquico y caciquil que dominaba en España, una transformación en la que también incluyó a los partidos políticos, a los que definió como "facciones, banderías o parcialidades de carácter marcadamente personal". El remedio contra "el gobierno de los peores" pasaba por la movilización y el fomento del denominado "auto-gobierno" y de la conciencia cívica y democrática de las fuerzas vivas de la Nación española. Mientras no se cumpliesen estos requisitos, "no seremos, ni con Monarquía ni con República, una Nación libre, digna de llamarse europea".

Propuso un programa de reformas que abarcase desde la "educación nacional" y la "colonización interior" a las infraestructuras estatales y la "desafricanización y europeización de España". Sus planteamientos eran algo revolucionarios para la mentalidad de la época, pero siempre tuvo claro que habría que establecerlos por vías legales y en proceso. Si era necesario se debían implantar mediante un "cirujano de hierro" dotado de amplios poderes, aunque en modo alguno ilimitados y no sujetos al control de los órganos legislativos. Esta idea le generó que algunos le acusasen de querer imponer un sistema dictatorial.

En Oligarquía y caciquismo, Costa aprobaba un sistema "Neoliberalismo orgánico, ético y sustantivo", alejándose de lo denominó como "Liberalismo abstracto".

Joaquín Costa amigos fotografía
JOAQUÍN COSTA Y AMIGOS

El historiador español Alberto Gil Novales ha visto con claridad la gran contradicción de Joaquín Costa en este trabajo: denunciaba desde dentro el mismo sistema político que pretendía destruir. Además, la información que utilizó en su obra no excluye a los caciques y oligarcas en cuanto a hombres representativos de la cultura de su época.


Como resumen definitivo de la encuesta, Costa elaboró un programa de enunciados prácticos, casi su testamento político, en el que mezclaba grandes estrategias y algunas observaciones menores, casi comarcanas:
1. Cambio radical en la aplicación y dirección de los recursos y energías nacionales.
2. Reforma de la educación en todos sus grados.
3. Abaratamiento rápido del pan y de la carne.
4. Un sistema nuevo de comercio.
5. Mejoramiento de los caminos de herradura.
6. Suministro de tierra cultivable.
7. Legislación social.
8. Sanear y europeizar la moneda.
9. Creación de un poder judicial digno.
10. Municipalización de servicios públicos y de ciertas industrias y comercios.
11. Renovación del liberalismo abstracto y legalista imperante.
12. Renovación de todo el personal gobernante.

COLECTIVISMO AGRARIO EN ESPAÑA POR JOAQUÍN COSTA

De origen campesino y conocedor de las miserables condiciones imperantes en la España rural, era lógico que se ocupase de la problemática del entorno agrario, lo que hizo especialmente y de forma extensa en su libro Colectivismo agrario en España. Doctrina y hechos, publicado en 1898. Se trata de una amplia historia económica de los sistemas de propiedad y sus diversas modalidades, desde los cotos a las tierras concejiles y comunales, las formas de explotación, etc., remontándose hasta los primeros momentos de la Romanización.


Con notable agudeza, abordó el control sobre el agua y sus diversas formas de propiedad, de las cofradías pesqueras, etc., describiendo la gran tradición de colectivización agraria en España, desde Alonso del Castrillo (siglo XVI) hasta Álvaro Flórez Estrada (siglo XIX). Insistió en los beneficios que podría obtener el sector agrario si el Estado se implicase en el desarrollo de un plan de irrigación de agua sobre los campos de cultivo.

Realizó una dura crítica de la destrucción de los sistemas de propiedad comunal y otras prácticas de ancestrales, que describió muy documentadamente, debido a las amortizaciones que había efectuado el Estado liberal sobre el entono rural el siglo XIX.

Retrato Joaquín Costa pintura Victoriano Balasanz
JOAQUÍN COSTA MARTÍNEZ, POR VICTORIANO BALASANZ

Exponía su sistema de producción y distribución de la riqueza a medio camino
"entre los dos sistemas extremos comunistas e individualistas, en cuanto declara propiedad común o social los instrumentos de trabajo, o sea de producción, pero deja los productos bajo el régimen de la propiedad individual". Aplicado al problema agrario, de los propietarios del suelo y de las clases campesinas, esto significa que la tierra no puede ser propiedad exclusiva de nadie y tiene que permanecer en manos colectivas.

Costa olvidó casi por completo el mundo industrial, y sus propuestas reformadoras agraristas eran muy poco revolucionarias. Pero globalmente se trata de una clara propuesta modernizadora, de mejoras legales e institucionales, europeizadoras.

Más que exponer sus propios puntos de vista, la obra de Costa constituyó una exposición y reivindicación de las doctrinas sociales y comunitarias de los grandes humanistas, teólogos y arbitristas de los siglos XVI y XVII, una apología que extiende a los ilustrados Arana, Campomanes, Olavide y Floridablanca, así como a Flórez Estrada y otros teóricos del siglo XIX. En este contexto, hizo crítica a Jovellanos por su "fanatismo individualista".

Retrato Joaquín Costa pintura Victoriano Salazar
JOAQUÍN COSTA MARTÍNEZ, POR VICTORIANO BALASANZ

En
Reconstitución y europeización de España, de 1900, resumía su programa político-económico: que España sea rica para todos, antes que pensar en repartir la miseria común; y por europeización entendió predominantemente la transformación del espacio físico económico de España: repoblación forestal, canales y pantanos, regadíos; y revolución de la agricultura y de toda su producción.

En La fórmula de la agricultura española, reiteró su preocupación por la situación agraria, obrera y social de España. En defensa por las clases humildes expresaba con estas palabras su indignación:
"Los labradores y braceros del campo, los menestrales, obreros de la industria y proletarios, que son en España más diecisiete millones y medio, han pagado con ríos de sangre y de oro, en cien años de guerra, la civilización que disfruta el medio millón restante."
Por su acentuada visión negativa sobre la historia de España, se generó algunos enemigos que le calificaron de mal español o anti-patriota. Nada de eso si se tiene en cuanta su prólogo en el libro Juan Corazón, de R. Sánchez Díaz, en el que escribía:
"Como Fitche creía en la eternidad de la raza alemana, creamos nosotros aún en la eternidad de la raza española."
Incluso hacía apología a la expansión de la raza española por ejemplo en África, como contrapeso material y moral a la expansión de la raza anglosajona, como declaró en el discurso inaugural de un Congreso de Geografía Colonial:
"Como hace falta que un hemisferio se contraponga a otro hemisferio para asegurar el equilibrio material del astro, la Humanidad terrestre necesita una raza española grande y poderosa, contrapuesta a la raza sajona, para sostener el equilibrio moral en el juego infinito de la historia… Por esto os digo, señores, no ya por impulsos de vanagloria, no ya por sugestiones del patriotismo, mas por altos deberes de Humanidad estamos obligados a fomentar el crecimiento y la expansión de la raza española."
Todo esto fue dicho en un momento de pesimismo patrio tras el Desastre de 1898, y la pérdida de las últimas provincias de ultramar (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) durante una guerra contra Estados Unidos.

Costa expuso su visión nacionalista e, incluso, mesiánica, de España. En momentos de euforia patriótica, llegó a asignar a la raza española un papel primordial en la historia de la Humanidad según la providencia.

Un contemporáneo suyo, el filósofo Miguel de Unamuno le calificó de "archiespañol". En un discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid en febrero de 1932, le relacionó con "nuestros sinceros, ingenuos y castizos tradicionalistas españoles".

PANTEÓN JOAQUÍN COSTA

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